Miran sorprendidos mis 64 marcas en los brazos. 61 en el izquierdo, 3 en el derecho. Me resulta mas cómodo con la mano derecha. Preguntan por qué hago eso. 'Que se yo, no me siento bien conmigo misma'. Y mas aún si soy mi propia enemiga.
Odio levantarme viva, ¿Por qué no me muero?. Odio verme al espejo, ver mi cuerpo gordo y deforme, mi cara de idiota. Odio ver mi fealdad, mis no 111 kilos. Me quiero destruir. Y lo intenté, créeme que lo hice. 6 veces. Pero no pasó nada. 3 el año pasado y otras 3 a principio de este. Clonazepam de 1 mg, cuatro tiras con 8 pastillas cada una. 32 Miligramos. Las bajé con whiskey que encontré en casa. Calambres en el estómago. Mareos. Falta de aire, y las otras cinco igual. La última fué cortándome. Nada, sólo cicatrices de aquel fantasma. Igual seguí con la auto-mutilación. Me hace sentir mejor. Brazos, hombros, labio interior de la boca son mis victimas. Soy mi victima. Me hace sentir viva, saber que estoy entre los mortales.
Es fácil decir 'Voy a parar', pero llevarlo a cabo es casi imposible. Me levanto, compro un sacapuntas, destornillo y saco el arma mas placentera que conocí. Apoyo en mi piel la fría e indiferente cuchilla y sonrío extasiada, corto mi piel y mi carne. La sangre brota al instante. Dejo que aquel líquido carmín recorra mi brazo libremente hasta llegar al suelo. Mientras esto pasa, 20 tajadas mas liberan sangre, deseosa de recorrer mi piel.
Suspiro, miro satisfecha. ¿Viste que este juego se juega de a dos? Vos me lastimas con tus pensamientos, yo lastimo tu cuerpo. Es fácil la ecuación. Destruida por adentro y por fuera. Es lo que vos querés, conciencia. Y lo que yo quiero también. Nos odiamos, nos destruimos mutuamente, por todos lados. Si vos caes, yo también.
No es fácil ignorarte, te odio. Odio estar pendiente de vos. Destilo dolor, pero color rojo brillante. Me encanta, amo escuchar el sonido casi imperceptible de la carne y la piel siendo cortada, irrumpiendo todo. La sangre a borbotones, un dolor que se descomprime. Seco la sangre, escondo la gillette dónde mamá no la vea. Sonrío, hay motivos para seguir adelante.
