Saint Seiya y sus personajes no me pertenecen. Son propiedad de Masami Kurumada, Shueisha y Toei Animation Co. Etc. a veces desearia que fueran mios pero como no se puede solo me permito manipular la vida de sus personajes por medio de este fic. Dicho esto comienza la historia.
Athenea estaba inquieta en el santuario, la suave brisa movía los velos que la protegían de los rayos del sol. Pero ella seguía concentrada, recibió un informe que le llenaba de esperanza y preocupación a la vez. La habían encontrado.
Se levantó y respiro profundamente, mientras se dirigía a la sala principal pensaba: "Creí que nunca llegaría el día en que volvería a verle, por lo visto necesitare de ella hoy más que nunca."
CAPITULO 1: La misión.
Shaina cerro el empolvado y viejo registro y lo coloco junto a un montón más que ocupaban la mesa, se levantó estirando un poco los músculos y se quitó la máscara para refrescarse. Marín sentada frente a ella suspiro – Pensé que nunca acabaríamos.
-Son demasiados y aún faltan más -Replico Shaina señalando un empolvado y desorganizado librero a punto de derrumbarse mientras masajeaba su cuello.
Ambas trabajaban en el antiguo edificio de registros de los caballeros de Athenea. El lugar había estado descuidado varios años, el tiempo que Saga fungió como gran patriarca y el trabajo se había acumulado. Luego de todo ese tiempo, era necesaria una limpieza a fondo y la organización de los archivos.
-Lo sé, pero ya avanzamos mucho hoy, además...
-Demonios hace un calor horrible aquí abajo - dijo Seiya con una sonrisa, entro al lugar sin avisar.
Shaina de inmediato se colocó de vuelta la máscara no muy contenta por la interrupción. -¿Qué haces aquí?
-Recién he vuelto y quise visitar a mi maestra. ¿Qué, no puedo? - se sentó en la mesa aplastando algunos documentos.
Marín soltó un quejido de frustración al ver lo sucedido a su trabajo, pero Seiya no lo noto.
-Este sitio parece un infierno, pero no tanto como el lugar a donde tuve que buscar unas armaduras.
Marín hundió la cabeza en otro archivo antes de preguntar: ¿Y qué tal la búsqueda?
-Exitosa como siempre, hasta comienza aburrirme. Por cierto ¿No se hartan de estar aquí todo el día?
Shaina se apresuró a hablar notablemente incomoda -Marín me retiro por hoy, iré a tomar un poco de aire fresco, de repente ya no se puede respirar aquí.
-Te espero mañana temprano.
-¡Adiós! - Dijo Seiya.
-Si, si -Dijo Shaina y subió las escaleras corriendo.
-Vaya, anda de genio - sonrió Seiya - No tenía por qué irse.
-¿Y tú qué querías? - Replico Marín realmente enfadada - Sabes lo que siente por ti y después de lo sucedido...
-Mira, te traje un poco de fruta - Cambio el tema de conversación - A Seika le encantaron, no dudo que igual a ti, además te contare lo que paso en mi viaje.
Marín no entendía a Seiya, Shaina había sacrificado mucho por él, era imposible que encontrara otra chica que lo amase tanto y él la rechazo bruscamente. El muy estúpido ni siquiera fue discreto en ello, se lo dijo fría y cruelmente frente a todos. Lo peor era que tampoco se disculpó luego de lo sucedido. Era su alumno, pero no aprobaba sus acciones. Había dejado de ser el muchacho de antes y solo obedecía a Athenea. Bueno, le había salvado la vida al igual que a los caballeros dorados, pero no justificara que se comportara así. Realmente no lo entendía. Se preparó mentalmente para una larga historia por parte de su alumno. No era que no le interesara, pero todas comenzaban a sonar igual.
Shaina contemplo el mar desde su sitio predilecto. Era un espectacular atardecer, pero ni los hermosos colores ni la fresca brisa marina que movía su cabello lograba sacarla de sus pensamientos. Sin la máscara se podía ver las dudas y tristeza de su rostro. Aun no olvidaba el día en que Athenea regreso triunfante al santuario tras la derrota de Hades. Ella al igual que los demás salió a recibirle contenta y pudo ver al instante que Seiya se encontraba unido a la diosa más que nunca. Ella supo que murió por Athenea y no solo por su deber como caballero sino porque la amaba y ella correspondió a ese amor no solo derrotando a Hades sino devolviéndole la vida.
Shaina era consciente de ello, pero siguió a su lado porque era su deber.
Tampoco pudo olvidar la alegría que lo invadió al ver y abrazar a su desaparecida hermana Seika. Era normal que se centrara en ella e ignorara a todo el mundo. Y ella espero para poder hablar con él, pero tras su espera solo recibió una palmada en la espalda por su buen trabajo.
Recordó como poco después de iniciada la celebración Athenea se retiró a descansar mientras la fiesta siguió y poco después el alcohol corrió a manos llenas. Pasado un rato los caballeros de bronce desacostumbrados al alcohol estaban más que ebrios. Seiya se embriago al punto de no poder caminar. Shaina intento ayudarlo y él la rechazo.
-!No me sigas más Shaina! Déjame tranquilo, me sigues como una maldita sombra. - Seiya la empujo y -para entonces todos habían escuchado los gritos.
-Solo quiero ayudarte a…
-Déjame en paz de una maldita vez. No te amo, no. ¿Me entiendes? Va siendo hora que me dejes en paz… no me interesas en lo ab…soluto.
Shaina sintió sobre ella las miradas de todos los que estaban cerca. Nunca antes tuvo humillación más grande y salió casi corriendo de ahí. Pero de cualquier forma su deber como amazona era amarlo y el estar cerca de él era lo que debía hacer. Aun sí espero una disculpa, pero los días pasaron y hasta ahora no había llegado. Era consciente de que no la quería a su lado y ella debía mirar hacia adelante y sacudirse su recuerdo y lo que nunca podría ser.
Ella mejor que nadie sabía que las amazonas, aunque reconocidas y respetadas en el santuario no tenían los mismos privilegios que los demás caballeros. Ella y Marín eran las únicas en el lugar, June fue enviada a la isla Andrómeda para dejar preparado el campo de entrenamiento para algún otro maestro y aun no regresaba al santuario y por más que se esforzaran no podían mejorar las cosas, eran siglos de tradiciones fuertemente arraigadas y muchas cosas simplemente no podían cambiar. Pero siempre estuvo orgullosa de ser una amazona, aunque en ese momento todas las reglas eran un peso tan grande que odiaba haber nacido mujer. Ahora ya que todo volvía a la rutina existente desde mucho tiempo atrás, ella era relegada a trabajar en los registros.
Escucho unos pasos, se colocó la máscara y volteo rápidamente lista para atacar.
-Tranquila, que das miedo - dijo Milo en son de broma y dando unos pasos hacia atrás.
-Como si un caballero dorado sintiera miedo. ¿Sucede algo Milo?
-Lo mismo podría preguntarte, te conozco Shaina solo vienes aquí cuando algo te inquieta. Además, estás más a la defensiva que de costumbre.
-Supongo que estoy demasiado aburrida.
-Sí como no... anda dime que pasa - Replico Milo.
Shaina lo vio fijamente antes de responder: Tonterías. Odio estar encerrada todo el día junto con la tonta de Marín, el lugar era un horno y encima cuando creí que mi día no podía ser peor llego Seiya y...
Aunque ella no siguió hablando Milo comprendió de inmediato. Seiya la humillo en la celebración de la victoria sobre Hades. En ese momento la actitud de Shaina tuvo que ver con él. Se alegró de traerle buenas noticias.
-Olvídate de él, molesta a todos. Pero yo vine a buscarte porque Athenea te solicita ahora.
-¿Athenea?...¿Sabes por qué?
-Ya lo sabrás, anda te acompaño a la sala. No puedo ver tu rostro bajo esa la máscara, pero de seguro tenías cara de preocupación. Así que sonríe ¿Si?
Se dirigieron hacia el templo de Athenea, Shaina se alegró de que la acompañara, lo consideraba uno de sus pocos amigos, por no decir el único. El ser demasiado reservada y violenta no era la mejor manera de hacer amigos. Solo él se atrevía a acercársele.
-¿Qué tal tu día Milo? Le pregunto con sinceridad.
-Algo ocupado, hoy estuvieron haciendo algunas reparaciones en mi casa y era imposible concentrarse en el entrenamiento. No sería problema si mi alumno fuera un poco más responsable.
-Pero es muy capaz.
-Lo sé, pero necesita encausar toda esa energía en entrenar en vez de vagar por ahí y jugar con… ¡Muchacho irresponsable! - Grito de pronto - ¡Te deje entrenando!
Shaina pudo ver a Jost alumno de Milo, jugando pelota con el alumno de Aioria, Yotte. El pobre niño se encogió del susto al verse descubierto por su maestro. Yotte se fue corriendo.
- Disculpa Shaina tendrás que ir sola con Athenea, yo debo que enseñarle una lección a esta cría - Dijo Milo mientras le halaba la camiseta al niño - Ahora tendrás que hacer el doble de lagartijas que te encargue.
-Pero maestro ya las terminé.
-El doble…
-Pero…
Milo dijo con mayor seriedad -Entonces el triple por no reportarte conmigo y decidir tú mismo tus descansos.
-Awww. – fue todo lo que dijo ya el niño mientras Milo trataba de contener una sonrisa.
Shaina ya no escucho los argumentos del niño porque siguió su camino hasta la sala de Athenea ahí la diosa la recibió con una amable sonrisa, le acompañaba Aldebarán de Tauro.
-Pasa Shaina, parece que estás un poco enfadada.
-Bueno yo no... Creo que un poco su alteza, es el calor del verano, pero no se preocupe.
-Sé que te gusta estar ocupada, y el trabajo en el registro no llena tus expectativas. Después de tantas batallas es difícil adaptarse a la tranquilidad, por ello te llame. Tal vez el alejarte de aquí un rato te gustara. Como sabrás se han realizado varios viajes en diferentes partes del mundo para recuperar armaduras dañadas en combates anteriores a la batalla de las doce casas. Algunas de estas se han recuperado y Mu está en procesos de repararlas.
-Sí, lo sé -Respondió, Seiya recién se jacto ante ella de haber recuperado varias de estas armaduras.
-Bien, he tenido informes de una armadura de bronce. Así que si no tienes quejas podrás partir mañana mismo a buscarla.
Shaina no pudo creer lo que escucho, Athenea le daba una misión, por fin le daban algo, aunque no era de mayor importancia que reparar estúpidos y viejos registros al lado de Marín era salir de ahí. Ella no pretendía estar en los archivos toda su vida y encima trabajar con Marín. No era que la odiara, después de todo era otra de las pocas amazonas existentes, pero su alumno la humillo y le guardaba cierto rencor, en parte era responsable de sus desgracias.
-¿Qué dices entonces?
-Acepto de inmediato.
-Entonces aquí Aldebarán te dará la información.
Aldebarán se levantó con seriedad.
-Así que te enviaran a ti. Me alegro de que Athenea te haya escogido, sé que eras muy capaz. Ahora quiero que escuches atentamente lo que te diga porque no lo repetiré.
Shaina escuchó con atención las indicaciones que le dio. Porque si de algo estaba orgullosa era de tener buena memoria.
La máscara ocultaba el rostro de Shaina, pero su voz no oculto su alegría una vez que se despidió.
Athenea la vio alejarse y se concentró de nuevo en su arpa. Lo había hecho, envió a Shaina en busca de "esa" armadura en particular. Las primeras notas sonaron inquietas y Athenea respiro hondo tratando de relajarse.
-¿Me necesita para algo más su alteza? - Pregunto Aldebarán.
La diosa dejo de tocar y con una sonrisa le dijo: Es fue todo puedes retirarte.
Pero una vez que se quedó sola continuo con la música y sus pensamientos. "Perdóname Shaina, sé que hago lo correcto, no estoy segura de que sea lo mejor para ti, pero cualquier ayuda es indispensable. Sobre todo, con lo que se avecina. Eres la mejor amazona y podrás lograrlo." Athenea dejo resbalar una lagrima. Le dolía lastimarle tanto, ella siempre le fue fiel, pero debía ser fuerte para soportar lo que venía. Ahora solo quedaba esperar.
Shaina se apresuró a llegar a su cabaña tras escuchar a Caballero de Tauro; tomó un poco de equipaje, su armadura y partió a su nueva misión. No quiso esperar al día siguiente.
Camino de regreso vio a Milo vigilando el entrenamiento de su alumno. Y este con señas le daba ánimos y sospecho que él algo tuvo que ver en ello y se sintió feliz de tener un buen amigo en el santuario. Ahora solo le quedaba hacer un buen trabajo.
