Nota de Autora: Jasper y Emmett son hermanos y como hermanos tienen momentos de alegría y de tristeza, de acuerdos y luchas, y porque no momentos para ser solamente ellos.
Disclaimer: Los personajes y lugares pertenecen a Stephenie Meyer y a otros. No pretendo ninguna ganancia y lo único que invierto es mi tiempo.
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Juegos de guerra
El bosque estaba tranquilo. Podía escuchar todo, el aire moviendo la copa de los árboles, un par de ardillas mordiendo la corteza de un árbol y una parvada de gansos graznaba mientras volaban a varios pies de altura. Nada indicaba la presencia de otro ser, nada a excepción de las emociones que podía percibir con claridad.
Con el tiempo, había aprendido a distinguir una enorme variedad de emociones. Aunque para mí la mayoría eran solo combinaciones complejas de sentimientos muy básicos: odio, miedo, ira, felicidad y tristeza. Sabía perfectamente cómo se sentía una persona aterrada, alguien deprimido o feliz, aunque pocas veces había experimentado la felicidad, me parecía mejor que otros sentimientos…
Un chasquido a la derecha. Algo se movía por entre las hojas caídas y los sentimientos provenían de esa dirección. Ya sabía dónde estaba, ahora solo tenía que esperar, sin duda no tardaría en atacarme.
¿Cuántas veces había luchado con neófitos? Mas de las que quería recordar. Estaba listo para cualquier tipo de embestida que me lanzaran y si todo fallaba, siempre estaba la alternativa de expulsar una oleada de terror para detener el ataque. Realmente no consideraba eso seriamente pero lo deje como plan B.
Salió corriendo directo hacia mí, al parecer, sin ninguna clase de táctica. ¿En verdad ese era su plan? Llego hasta donde yo estaba y comenzó a lanzar unos puñetazos que cortaban el aire cerca de mi cabeza. Los esquivé con toda mi agilidad, no tenía la menor intención de dejar que me pegara.
Uno de sus enormes puños pasó junto a mi rostro y vi mi oportunidad. Lo tome por la muñeca y usando la fuerza de su propio impulso, lo catapulte. Salió despedido hacia los arboles.
Emmett reapareció sacudiéndose la ropa.
-Oye.- dijo en tono indignado. –Me debes una camisa.-
Señaló una rasgadura en la costura de la manga. Yo no pude evitar mirarlo extrañado.
-No te debo nada.-
-Esta camisa me la compro Rosalie.-
Me encogí de hombros, ese no era mi problema. A Emmett le tomo un instante reaccionar y percibí que se había enfadado, retomo el ataque con una nueva ronda de puñetazos. Lo volví a esquivar sin tantos problemas, desde mi perspectiva, atacaba casi como un neófito.
De pronto hizo algo que me desconcentro, me embistió como un jugador de football, quería taclearme. Me moví para evitar el contacto, pero él estiro un brazo y me atrapó. Deslizo sus brazos por debajo de los míos y me tomo por la nuca.
-Me vas a comprar otra camisa.-
-Ni soñando.-
-¡Me vas a comprar otra camisa!- comenzó a aplicar más fuerza sobre mi cuello.
-Emmett, deja de jugar, tú eras el que quería una práctica de combate. ¿No es así?- la presión en mi cuello se reducía.
-Si.- sentí algo de su confusión.
-Entonces…- sonreí para mis adentros.- No confíes en mi.
Estiré las manos y lo sujete de los hombros, hice palanca con mi cuerpo y él cayó de espaldas frente a mí, levantando una nube de polvo. Abrió los ojos como platos, mientras yo lo veía de pie junto a su cabeza.
-Suficiente.-
Pude sentir que ahora si estaba molesto. Se puso en pie de un ágil movimiento y comenzó a lanzar los golpes más fieros que había visto en mucho tiempo, aun así seguí esquivando. A fin de cuentas si sus puños no me tocaban no lograría nada. Emmett siempre alardeaba de su fuerza, y Edward insistía en lo mismo, a mi simplemente me parecía que los dos exageraban, probablemente ninguno de ellos hubiera participado en una lucha como las que yo recordaba. Tal vez era solo inexperiencia, tal vez solo exageración, tal vez suerte de principiante… o tal vez acababa de distraerme de la forma más absurda, porque Emmett me golpeo con un recto a la mandíbula fulminante.
Resbale por el suelo dando tumbos sin control hasta chocar con la base de una enorme roca de granito que se convirtió en piedrecillas tras el impacto.
Quede inmóvil en el suelo.
-¡Te lo advertí!- Emmett soltó una risotada. -¿Qué esperas? ¡Arriba! Tengo muchos más de donde salió ese. ¿O es que ya te cansaste?-
Seguí sin moverme.
-¿Oye viejo, estas bien?- lo escuche acercarse un poco. Yo no me movía, por supuesto, no respiraba y percibí algo de preocupación en el ambiente. Casi me hizo sonreír. –¿Jasper?-
Escuche como se acercaba aun mas y espere… espere hasta que estuvo inclinado sobre mí.
-¿Jasper?-
Me moví lo más rápido que puede para tomarlo por sorpresa. Barrí sus piernas y mientras él caía, yo lo sujete por el codo haciéndole una llave y colocándome sobre su espalda como un luchador greco-romano. Puse todo mi peso sobre él para inmovilizarlo. Lo tenía dominado antes de que tocáramos el suelo.
-Te dije que no confiaras en mí.-
-Eres un imbécil, creí que te había…- me gruño entre forcejeos.
-¿…matado? Por favor. Reconozco que tienes una gran derecha, pero no es para tanto, necesitas algo mucho más… ¿Cómo decirlo?... Directo.-
Hice un movimiento reflejo, el mismo que hacía cada vez que tenía a un enemigo vencido a mi merced. Me dispuse a morderlo en la nuca. Por poco lo hice, no sé cómo, pero me detuve justo antes de clavarle los dientes. Pude sentir su sorpresa al darse cuenta y su reacción inmediata fue la de sujetarme por el brazo, sin duda, dispuesto a arrancármelo. Todo aquello había sucedido en cuestión de segundos.
Nos quedamos así unos instantes, yo listo para arrancarle la cabeza y el dispuesto a desarticularme el brazo. El ambiente se había cargado de enojo y sorpresa. Emmett estaba muy frustrado. Despacio, afloje mi agarre y él hizo lo mismo. Estuve tentado a usar mis habilidades para calmarlo, pero me pareció que de momento su enojo estaba justificado.
-¡Que rayos fue eso!- me miro mientras se frotaba la nuca.
-Perdona, no quise… es decir, es una vieja costumbre. Los viejos hábitos no mueren fácil.- intente sonar despreocupado, pero en verdad no me pareció que funcionara.
Alice y yo habíamos encontrado a los Cullen cuatro meses atrás y aun estaba intentado comprender su forma de vida y ganarme su confianza. Me pareció que acababa de dar un paso hacia atrás con Emmett.
-¿Cómo lo hiciste?-
-¿Cómo lo hice…?-
-Sí, tu sabes…- imitó con mímica y sonidos como de comics la forma en que lo había arrojado al suelo. Lo mire francamente confundido, percibía su frustración, pero no parecía estar molesto conmigo.
-Pero… ¿No estás enojado? Casi te arranque la cabeza.-
-¿Eso ibas a hacer?- Yo asentí. El enarco una ceja y soltó una sonora carcajada. –No me habían pateado así el trasero en más de quince años, por supuesto que estoy molesto, pero si me enseñas como lo haces prometo no contarle a nadie.-
Cruce los brazos y lo pensé un segundo.
-¿No sabes cómo matar a un inmortal?-
-¿Quién esperas que me enseñe? ¡¿Carlisle?-
-Esme.- una voz inconfundible llamo nuestra atención. Mi pequeña Alice está sentada en una roca, balanceando los pies, mientras nos veía con curiosidad.
-Bueno…- dijo Emmett ladeando la cabeza. –Mamá no es que digamos del tipo sanguinario, aunque si la haces enojar…-
-Exacto.-Alice hablo con paciencia. –Esme llegara a casa en tres minutos y medio y si se da cuenta de que ustedes dos han estado peleando, no vas a necesitar de clases para matar a un vampiro.-
No estaba seguro de cómo tomar esa advertencia, realmente hasta ese momento, no había considerado la posibilidad de que alguien me regañara por pelear. Nadie me había dicho algo similar en más de un siglo y me costó un instante comprender toda la imagen, el mismo tiempo que le tomo a Emmett irradiar algo muy similar al nerviosismo.
-¡Rayos!- dijo chasqueando los dedos. –No había tomado en cuenta a mamá. ¡Nos va a matar!-
-Veo que ya entendiste la idea.- Alice rió. –Y les quedan dos minutos.-
-Te apuesto 100 a que llego antes que tu.- Emmett se froto las manos. Yo lo mire y cruce los brazos de nuevo.
-No tengo dinero. ¿De dónde se supone que voy a sacar 100 dólares?-
-Te presto. Si gano me deberás 200.- dicho esto, echo a correr por entre los arboles donde lo perdí de vista.
-Vas a ganar.- mi pequeña bailarina ya estaba parada a mi lado, la mire de reojo.
-¿Y cómo?- pregunte con serenidad.
-Bueno, él seguirá corriendo hasta casi llegar a la casa, se detendrá al darse cuenta de que no lo sigues y regresara por qué no soportara la curiosidad. Tú lo vas a rodear y cuando se dé cuenta, será muy tarde. En todo caso, no van a llegar a tiempo.-
-Qué pena, espero que el regaño no lo desanime, tengo que admitir que es muy divertido jugar con el.-
-No te preocupes, te volverá a pedir "lecciones" en una semana.- cerro lo ojos como si hiciera cálculos y prosiguió. –Tienes un minuto.-
-Gracias amor.- le pase el brazo por el cuello, le di un pequeño beso y salí a toda velocidad hacia la casa.
Pocas veces había experimentado la felicidad y en definitiva era mucho mejor si no era el único que la sentía. Era bueno tener un hermano nuevo.
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Nota de Autora: Tenia mucho tiempo intentando publicar esta historia (y otras que aun siguen en el tintero), así que les explico. Jasper y Emmett, son por lejos los personajes que mas me gustan y siempre he pensado que merecen más participación, así que me puse a idearles situaciones de todo tipo y me salió esto, el primero de una pequeña serie (a ver cuántos capítulos me salen) de viñetas inconexas sobre momentos que no nos cuentan en los libros, pero que deben (o pueden) haber pasado.
Obviamente esta fue la perspectiva de Jasper sobre su primer "pelea" con Emmett y me parece que estos dos deben de divertirse de lo lindo con lo aguerridos que son ambos. En el próximo será el turno de Emmett de contarnos algo. En fin, espero que les haya gustado. Si es así o si no, pues abajito hay un botoncito bien divertido donde se pueden expresar. Gracias y nos vemos dentro de poco.
Abrazos de oso para todos.
*Como nota cultural, en el ajedrez, el Alfil simboliza un oficial del ejército o un funcionario medio (en este caso, obviamente Jasper) y la Torre simboliza una fortificación (aquí Emmett).
