Prologo: El paso de los años

Pasaron algunos años, desde la primera vez que la shinigami Jill Sutcliff conociera al pequeño conde Phantomhive y a su mayordomo, el demonio Sebastian Michaelis. Desde aquel día habían pasado muchas cosas, y había conocido a muchos humanos que ahora apreciaba. Además de ello, el mayordomo había despertado en ella sentimientos más fuertes que la que sentía hacia su hermano mayor.

Iba y regresaba del mundo shinigami, conforme lo requería su trabajo, si su estancia se prolongaba, siempre podía llegar a la mansión del pequeño conde, ya que la mayoría de las veces, su trabajo se mezclaba con el del pequeño conde como perro guardián de la reina.

Sebastian solía ser pícaro con ella como solía ser con muchas otras, pero eso provoco que Jill comenzara a enamorarse de él.

Ciel contaba ahora con 21 años de edad, fue en esa época donde un lio más grande comenzó.