Nota de autora: Hola espero disfruten esta historia, esta es una rescripción total de una historia antigua que fue olvidada y dejada sin final, la historia original no es más que una gran autora, pero esta desaparición de la faz de la tierra lastimosamente) y la ha abandonado, tú me tomas el trabajo de revivir, que no hay nada como la historia original, de esta solo se toman los personajes y la estructura de ciertas cosas, luego todo es diferente, cada uno capitulo es completamente mio, de hecho yo agregare más, e inclusive si todo sale bien haré una continuación. Él aclaró esto para darle crédito a la autora original por la idea, pero como él dijo cada capitulo lo escribió a mi hijo mis ideas y mi trama.
En fin, no entretengo más espero les encantar, dejen sus comentarios y les prometemos que se actualizarán pronto, les digo también que no hay pienso que se vaya a perder porque es horrible que es una historia que amas, aunque a veces me lleve mucho tiempo por las obligaciones de la vida. En fin prometo ser buena autora, comenten y muestren su amor (?
La noche era fría y oscura, como lo eran todas las noches de finales de octubre. El Valle de Godric se hizo silencioso, la nieve iba lentamente cubriendo las calles por las cuales ya nadie circulaba. La calma fue interrumpida por el tronar de las campanas de la Iglesia.
A tan solo unas cuadras del centro del pueblo se alzaba una gran casona de aspecto acogedor, en ella, un pequeño bebé de cabello negro azabache y ojitos esmeralda reía divertido, admirando una serie de chispitas de colores que parecían flotar sobre su cabecita mientras trataba de alcanzarlas con sus pequeñas manitas.
James Potter contemplaba al niño completamente hipnotizado… Se encontraba perdido en sus pensamientos, los cuales eran arrullados por la risa de felicidad de su pequeño hijo. Casi inconscientemente James desvío la mirada del bebé y la dirigió a un antiguo reloj que colgaba en la pared, esto pareció devolverlo a la realidad. Bajo su varita, la cual producía las chispitas, y la coloco sobre la mesita que se hallaba junto al sofá donde padre e hijo se encontraban. Cuidadosamente se dispuso a levantar al pequeño en brazos y como era de esperarse, este no evito hacer pucheros por la drástica desaparición de su pequeño entretenimiento; en respuesta James acaricio suavemente su cabeza y le sonrió con ternura; a continuación se levantó y camino en dirección a la cocina en busca de su esposa.
Lily Potter era una mujer de altura mediana con largos cabellos rojizos y un rostro de agradables y finas facciones, el cual era resaltado por su cálida sonrisa y sus deslumbrantes ojos color verde esmeralda que en esos momentos miraban la suave nieve caer en el jardín mientras ella fregaba los platos con tranquilidad. Al sentir la presencia de alguien en la habitación Lily se volteó con rapidez, encontrándose con la mirada sorprendida de James y los brillantes ojitos de su bebé.
-Tranquila soy yo… perdón si te asuste
-No, no… no me asustaste solo estaba un poco distraída y me sobresalte es todo.
Lily se acercó a James tratando de ignorar el vuelco que hace unos instantes experimento en su pecho, ya más calmada tomo al niño en sus brazos, sabía que ya era tarde por lo que debía acostar al bebé. El niño, como si leyera la mente de su madre, se acurró en sus brazos dispuesto a que lo acunaran. James alzo su mano y acaricio suavemente a la pelirroja en la cabeza en lo que se reprendía interiormente. Él era consciente de que la había asustado, debió haber sido más precavido y hacerse oír, no tan solo aparecer… Lily ya soportaba de por sí mucho estrés.
La vida de los Potter había cambiado drásticamente desde hace un año cuando Albus Dumbledore, Jefe de la Orden del Fénix (Organización creada para luchar con las fuerzas oscuras) y su ex director de escuela les había comunicado que su bebé, Harry, era el niño destinado a vencer a Lord Voldemort- el actual mago tenebroso que buscaba dominar el mundo mágico y hundirlo en la oscuridad- de acuerdo a lo predicho por una profecía. Desde entonces la familia había tenido que esconderse y aislarse del mundo mágico, protegiendo su ubicación por medio de numerosos hechizos de defensa y el poderoso encantamiento Fidelio, por medio del cual solamente una persona (el guardián secreto) sería capaz de revelar la ubicación de los Potter para que otros pudieran acceder al lugar. Solo cuatro personas conocían la ubicación de los Potter; los tres mejores amigos de James: Sirius, Remus y Peter así como el Prof. Dumbledore.
Lily apretó la mano de James y le dedico una triste sonrisa, no quería que él se culpara por nada, ella sabía perfectamente por lo frustración por la que James pasaba desde que Dumbledore les había dicho sobre la profecía que relacionaba a su peor enemigo y a su niño. Todo había cambiado para ellos, pero ella estaba segura que el peor cambio fue para James, no era sencillo aislarse del mundo y vivir sin poder hacer nada más que ver como las cosas empeoraban , ya había pasado un largo tiempo desde que estaban escondidos. Para ella no eran tan malo, a pesar de estar aburrida en ocasiones su tiempo siempre se encontraba ocupado por él bebe, pero para James era el infierno, el trataba de esconderlo, pero aun así ella notaba como la situación lo deprimía. Aunque sus mejores amigos supieran su ubicación igualmente no podían pasar a visitarlos con regularidad, ya sea por misiones de la orden o por seguridad, además de ello James tampoco iba a trabajar y aun siendo ambos miembros de la orden solo asistían a las reuniones. Todo eso no hacía más que frustrar a James, estar encerrado lo tenía cada vez más irritable, ella por supuesto trataba de consolarlo, aun así era consciente de que lo que más atormentaba a su esposo era sentirse inútil por no poder ayudar a la Orden en la lucha contra Voldemort y sobre eso ella no podía hacer mucho.
Tranquilo James, por favor no le des importancia a esto enserio estoy bien…
Lo siento Lils es qué… no puedo no darle importancia, me duele que ni siquiera te sientas segura en tu propia cocina… esta situación va a volverme loco.
No es que no me sienta segura James es que solo trato de estar alerta ante todo, no te pongas así, son cosas mías no es tu culpa. Y sé que te molesta no hacer nada directamente, pero estando aquí me haces sentir protegida.
James sintió su impotencia apagarse ante esas palabras.
Además pronto todo terminará y las cosas mejoraran, Dumbledore prometió que estará redoblando los esfuerzos para encontrarlo- dijo la pelirroja con tono consolador
James la miro y un flash de enojo paso por sus ojos avellana.
Es lo que siempre dice, que todo estará bien, que no debemos preocuparnos, solo protegernos, estoy harto Lils- Bramo James con frustración en su voz sin soltar la mano de Lily.
Todos sabemos que no estamos ni cerca, el Ministerio está cada vez más lleno de mortifagos, cada vez muere más gente y él solo se hace más poderoso, la guerra está lejos de terminar y si Dumbledore piensa que lo mejor es que los que tenemos las agallas de luchar contra él nos escondamos, nunca ganaremos- continuo James, pero antes de que siguiera Lily lo interrumpió.
Lo sé James lo sé, sé que las cosas no están bien, crees que estoy tranquila sabiendo que el hombre que persigue a nuestra familia y además es un monstruo sigue libre, pero perder la esperanza y ser pesimista no ayuda a la situación, tú no eres así James, no permitas que esto borre quién eres.
Perdón Lils- suspiro James en tono arrepentido- tienes razón.
Es solo que no soporto estar aquí sentado solo esperando a que algo pase, tengo miedo.
Oh James, yo también, pero debemos confiar en nuestros amigos y en Dumbledore, debemos concentrarnos en proteger a nuestro hijo. Sé que si hacemos lo que Dumbledore nos dijo todo estará bien, y te prometo… que si algo grande sucediese te doy permiso de saltar las reglas y sumarte a la batalla- dijo Lily con una sonrisa pícara en sus labios y tono conciliador.
Gracias. James le dedico una sonrisa a su esposa y pícaramente añadió- te recordare lo que dijiste.
Lily rodo los ojos y se encamino de nuevo a la sala siendo seguida por James, quien tomo asiento en el sofá al lado de su esposa, esta se había puesto a dormir al niño. Miro a su bebé en los brazos de su esposa y todos sus malos sentimientos se esfumaron. Lily tenía razón, su hijo era su vida y protegerlo importaba más que nada, además James sabía que sus amigos estaban con él y que mientras los merodeadores existiesen, Lord Voldemort no tocaría a su hijo ni dominaría el mundo mágico, ellos no lo permitirían. Se recostó en el sillón, iba a acariciar a Harry pero Lily le dio un golpe en su mano y lo observo con una mirada que decía que no se atreviese a molestar al pequeño en lo que intentaba hacerlo dormir, de repente la mirada de la pelirroja cambio, como recordando algo y una sonrisa de satisfacción combinada con superioridad le surco el rostro.
A por cierto James, iba a contarte algo pero ya que empezaste a quejarte no pude decirlo.
¿Y qué es? – dijo James con una encendida curiosidad por la mirada de su mujer.
Pues que Sirius escribió y dijo que no vendría en Navidad, que estaba cansado y no estaba dispuesto a soportar tus quejas- dijo Lily con una sonrisa en su rostro.
James se sintió una mezcla de tristeza y molestia al instante, Sirius no podía decir eso, él sabía que en su última visita se había quejado demás pero Padfoot no podía dejarlo de esa manera, ya le diría unas cuantas cosas sobre los deberes de los mejores amigos.
Es por ello que vendrá el próximo miércoles y se quedara hasta el sábado-continúo Lily como si nada esbozando una sonrisa burlona.
Y lo dices ahora, porque no me dijiste eso desde el principio- bramo James con ánimos renovados y sintiéndose un poco tonto por caer en la broma de su esposa.
Por hacerte sufrir- bromeo Lily
JAJAJA- Rio James en forma sarcástica, provocando que su mujer negara con la cabeza y sonriera. Indicándole luego con un gesto que se callara.
James se volvió a recostar por el sofá, lo bueno de la noticia hizo que olvidase sus problemas, siempre era bueno tener a Padfoot cerca para molestar cuando estaba aburrido, además de que quería noticias del mundo mágico, en especial del Ministerio, ahora que su amigo subió de rango como Auror tendría acceso a más información. También aprovecharía para sacarlo de su nube y recordarle que solo tenía el puesto porque él, el asombroso James Potter, no estaba ahí. Lily se recostó sobre su hombro luego de que el pequeño Harry se quedase dormido. James se relajó completamente; disfrutando el momento con las personas que más amaba sin imaginar que sería la última vez, que realmente las cosas cambiarían. Ambos adultos estaban totalmente perdidos en la tranquilidad del momento, ignorando completamente la presencia de dos personas fuera de la casa.
Eran casi las diez de la noche y ya ni un ruido se escuchaba a lo largo del pueblo. De las sombras surgieron dos figuras; la primera era alta y se movía de manera rápida pero a la vez sigilosa, la segunda en cambio parecía hacerlo con vacilación en cada paso; ambas figuras se detuvieron ante la parte trasera de una gran casa, la primera hizo un ademan y al verlo la segunda figura se detuvo con prontitud. Lord Voldemort contemplo con una cruel y triunfante sonrisa la gran casa frente a él- por fin la había encontrado, le había tomado un tiempo, ese vejete hizo bien su trabajo, aunque siempre caía en la estupidez de confiar en los demás- se detuvo a admirarla, disfrutando del hecho de que otra vez había burlado a sus enemigos y que pronto estos serían eliminados. El Señor tenebroso escucho voces que provenían de adentro, su sonrisa se ensancho aún más, pobres ingenuos-pensó- creyendo en que estando siempre unidos y todas esas tonterías podrían vencerlo, como gozaría al ver sus caras cuando descubran a su acompañante, y ahí aprenderían… él les enseñaría, les enseñaría que nadie puede vencerlo. Le mostraría al mundo mágico que un simple niño y su asquerosa familia no son nada contra él, pero lo que más gozaría sería demostrarle a ese vejete que la propia amistad y basura sentimental en la que siempre creyó es la misma que destruyó a su supuesta ¨esperanza¨. Tenía que admitir que le costaría controlar el impulso de aparecerse frente al viejo, tan solo para ver su cara cuando en la mañana descubra lo que pasó.
Voldemort se obligó a volver a la realidad, no le convenía perder tiempo en pensamientos. Debía planear el siguiente movimiento, no podía arriesgarse a que se dieran cuenta de su presencia, quería tomarse su tiempo para torturarlos. Voldemort dio media vuelta posando su vista en la segunda figura, esta se tensó al sentir la mirada de su señor. Lord Voldemort lo contemplo con ojos maliciosos, lentamente saco su varita, y para su placer la figura dio un brinco, soltó una risa interior y con un movimiento de varita visualizo el interior de la casa, allí pudo ver a dos personas sentadas en el sofá, una de ellas con un bebé en brazos, ni siquiera llevaban varita-que fácil sería-pensó.
-Llego la hora- dijo dirigiéndose a la figura con una voz fría que denotaba una insana emoción.
Peter Petigrew sentía su corazón latir a mil por hora, el miedo y la culpa lo corroían por dentro, al escuchar la orden de su amo se congelo en su lugar, pero al ver que el Lord Oscuro comenzó a moverse por el jardín hacia la puerta trasera tuvo que obligar a su cuerpo a moverse. Sinceramente no sabía para que su amo le había ordenado acompañarlo, se sabía que el Lord Oscuro trabaja siempre solo, y es eso lo que más le aterraba… lo que posiblemente le ordenaran hacer. No había dudado demasiado en entregar a los Potter, a pesar de que James era su mejor amigo, su propia vida era crucial para él y negarle un deseo a Lord Voldemort seguro le hubiese costado eso y más. Además el Lord Oscuro le daría poder e importancia. Ya no sería el segundón al que nadie miraba, después de esto Peter estaba seguro de que su recompensa seria grande, tal vez un lugar en el círculo interno. Aun así Peter no quería ver como torturaban y asesinaban a los Potter, y menos que le pidieran que él ejecutase el acto, después de todo James y Lily fueron sus amigos y a pesar de todo el razonamiento que constantemente se repetía hasta ahora no lograba deshacerse de esa horrible sensación de culpa, muy a su pesar una parte de él no dejaba de gritarle que era un traidor y que no merecía la vida, pero en verdad que podía hacer… Nada se repitió, no puedes hacer nada.
Llegaron a la entrada trasera y con otro movimiento de varita el Lord Oscuro abrió la puerta, la orden- para mortificación de Peter- no tardó en oírse.
Después de ti, Colagusano, espero ansioso me presentes a tus amigos- dijo Voldemort con un tono escalofriantemente dulzón.
James saboreaba la entrada al mundo de los sueños, de repente un ruido lejano se escuchó-debe ser Lily que fue a acostar a Harry-pensó aún con los ojos cerrados, inmediatamente su cuerpo que sentía un peso en él refuto su teoría. Como si el cerebro de James hubiese conectado dos cables, este abrió los ojos de golpe y como pensaba: Lily dormía a su lado con el pequeño bebé en brazos. James se puso de pie bruscamente al escuchar pasos provenientes de la cocina y divisar una figura que salía de esta e iba directamente hacia ellos, el movimiento despertó a Lily que asustada se puso de pie y miro a James con desconcierto y miedo, un segundo después el pequeño bebé comenzó a llorar, molesto por la súbita interrupción de su sueño. Lily lo sostuvo más fuerte y se volvió para observar en la dirección que miraba su esposo. Al instante a ambos Potter los invadió el alivio pero a la vez la sorpresa.
-Peter, que haces aquí- Lily fue la primera en decir palabra, contemplando detenidamente al pequeño y gordinflón hombre frente a ella.
Para sorpresa de Lily Peter no contesto y rehuyó su mirada, la cual por lo que Lily pudo ver estaba cargada de pánico, el miedo comenzó a invadirla de nuevo- que pudo haber pasado- pensó, antes de poder decir palabra James se le adelanto tan desconcertado como su esposa.
Peter paso algo, estas bien- James podía ver como su amigo temblaba y rehuía su mirada, lentamente se le acerco.
Que te trae por aquí, no te esperábamos, dime que sucedió- insistió James con un tono claramente preocupado buscando una respuesta, que lamentablemente no tardó en llegar.
Solo vino a presentarme a sus amigos- contesto una voz fría y a la vez burlona.
En ese momento el aire pareció cortarse ante las palabras, James y Lily se quedaron paralizados y rápidamente alzaron sus miradas para contemplar a la figura encapuchada de la cual provenía la voz, esta se acercaba lentamente hacia ellos y en su mano derecha sostenía una varita.
El mundo de James pareció colapsarse, no tenía que pensar mucho para saber a quién pertenecía esa voz, todos la conocían, pero lo que el cerebro de James no lograba comprender era como es que él estaba allí… eso era imposible, no podía entender el encantamiento los protegía… de un segundo a otro la realidad lo golpeó fuertemente, si había una manera.
Bruscamente se giró hacia Peter que se encontraba junto a él, lo miro fijamente implorando dentro suyo que lo que sospechaba no fuese cierto. Se encontró con la mirada de Petigrew que esta vez no rehuía la suya, en esos pequeños ojos de ratón pudo ver la culpa reflejada, y entonces James descubrió lo impensable. Peter los había traicionado, él había llevado a Voldemort allí por propia voluntad, en sus ojos no se veía la sombra de ninguna maldición.
Repentinamente James fue sacado de su estupor.
No piensan saludar, esa no es manera de recibir a las visitas- dijo Voldemort con un tono cruel y burlón, disfrutando al máximo la expresión de horror y decepción en los ojos de los Potter.
Mi fiel Mortifago, aquí presente- continuo señalando a Peter- se esforzó tanto en concretar el encuentro, deberían poner más entusiasmo. Con diversión observo como James volvía a mirar con dolor y total sorpresa en sus ojos, el tonto aún pensaba que su amigo no los traiciono a propósito.
Mortifago, esa palabra aún retumbaba en sus oídos, Peter era un Mortifago, su amigo de la infancia era un seguidor de Voldemort y los había entregado a su amo sin pestañear. James sentía como si su corazón fuese acuchillado por una espada, se negaba a creerlo, el conocía a Peter más que nadie, pero sabía que conservar esa esperanza era inútil. Se obligó a centrarse no podía pensar en eso ahora, debía proteger a su familia de la amenaza mortal presente en su sala, sin pensarlo dos veces se giró hacia Lily.
Lily corre, llévate a Harry de aquí- le gritó en tono urgente, y la miró esperando de todo corazón que no lo contradijera.
Pudo ver la desesperación y el dolor en los ojos de su esposa, pero esta asintió y se apresuró a subir por las escaleras.
Se giró para enfrentar a su enemigo.
No los tocaras mientras yo viva- dijo James en tono peligroso, mientras se apresuraba a tomar su varita de la mesa, apuntando con ella a Voldemort.
Pues eso podemos solucionarlo rápidamente- respondió el mago tenebroso con veneno en la voz, su expresión había cambiado a una que helaría la sangre de cualquier otro mago, ya no tenía ganas de perder el tiempo.
Avanzó camino a las escaleras, inmediatamente un stupefy del ex auror salió volando hacia él. Voldemort lo bloqueo sin pestañear. Era hora de deshacerse de ese insecto.
Sectusempra- bramó Voldemort.
James apenas esquivo la maldición, la cual logró rosarle el brazo, él sabía que no saldría vivo de allí, pero al menos retrasaría al Lord Oscuro todo lo que pudiera, con la esperanza de que Lily logrará escapar con Harry.
Con dolor rodó hacia un lado y alzó su varita enviando otra maldición hacia Voldemort, no lo dejaría ir hacia las escaleras.
El Señor Tenebroso lo volvió a esquivar con facilidad, ese hombre ya empezaba a molestarlo.
-Crucio- bramo.
- Protego.
La fuerza de la maldición logró hacer volar a James al otro lado de la habitación. Con dificultad se levantó y logro esquivar el Avada Kedavra que voló hacia él, destruyendo las paredes del estar.
-kumanda.
James sintió como una fuerza invisible lo levantaba, no podía mover su cuerpo, de repente un ardor horrible lo invadió, unas cuerdas de fuego parecían quemarlo, pero a su alrededor no se veía nada. James gritó de dolor, parecía que las cuerdas de fuego invisible además de quemarlo lo asfixiaban, pudo ver los ojos de Voldemort, relucientes de maldad y triunfo. James sabía que todo término, perdió su varita con el impacto. Pensó en su hijo y su corazón le dolió más que el resto de su cuerpo, le había fallado a su bebé, ya nunca lo volvería a ver.
Voldemort se puso frente a él, James aun flotaba, agonizando por el hechizo.
-Vez, te dije que no tendría problema en alcanzar a tu familia- le susurró el mago oscuro.
- Avada Kedrava.
La fuerza del impacto, hizo chocar al cuerpo de James contra la pared, cayendo este, inerte, al suelo.
Voldemort logró deshacerse fácilmente de su primer obstáculo, y pensar que este débil ser osó desafiarlo.
Con ansiedad se encaminó hacia las escaleras, era momento de terminar el trabajo.
Peter se dispuso a seguir a su amo a la planta alta, pasó ante él cuerpo de James y trato de no mirarlo, pero no pudo evitarlo… su amigo aún tenía rastros de dolor en sus ojos vacíos. Por primera vez Peter deseó no haberlo hecho, aunque ya de nada servía.
Lo siento Prongs- susurro y se dispuso a subir las escaleras tras su amo.
Lily escucho con el corazón destrozado los gritos de James. Su esposo se había sacrificado por darles a ella y su bebé una oportunidad, pero Lily no podía escapar, el campo anti-aparición de la casa se lo impedía y no había forma de escapar sin que él los siguiera, en especial con Peter a sus órdenes, eso le dolía a Lily aún más y al mismo tiempo la llenaba de rabia, ese hombre fue capaz de entregar a su mejor amigo a la muerte.
Ella había logrado llegar al cuarto de Harry y encerrarse en él, su varita la había dejado en la cocina, que descuidada había sido. Lily estaba dispuesta a todo, sabía que moriría como su esposo, pero almenos rogaría por la vida de su bebé, por él se tragaría todo su orgullo. Su corazón dio un brinco cuando una gran explosión se escuchó y los gritos de su esposo dejaron de escucharse, lo había perdido, Lily contuvo su dolor y trato de controlarse por Harry, sabía que él estaría aquí muy pronto. Colocó a su bebé en la cuna y lo miró con los ojos llenos de lágrimas
Te amo Harry, mami te ama- sollozó, su bebé solo la miraba.
¿Cuídate si?, pase lo que pase tu padre y yo siempre te amaremos.
Lily no pudo continuar, los pasos le indicaron que él se encontraba fuera de la habitación, se giró para enfrentarlo.
Un estallido se hoyó y la puerta salió volando.
Lord Voldemort ingreso a la habitación, esbozando una sonrisa cruel y triunfal, miro a la pelirroja frente así que lo miraba decidida- que tonta es como si pudiese hacer algo- pensó.
Podemos hacer esto de la manera fácil o difícil
Apártate- ordenó el Lord Oscuro- y te dejare vivir.
Como respuesta la pelirroja levanto los brazos.
Apártate he dicho- bramo Voldemort, no la mataba aún solo porque Snape le había pedido consideración, pero ya no lo tendría en cuenta, él podía encontrar algo mejor que una sangre sucia. La verdad nunca entendió esa extraña predilección.
Por favor, déjelo- suplicó Lily- no lo mate, por favor, máteme a mí pero no a Harry.
Cállate estúpida.
Por favor se lo ruego, déjelo ir, máteme a mí.
Apártate idiota, te estoy dando una oportunidad, lárgate. Voldemort comenzó a molestarse… como si fuera que le importaba si ella estaba o no viva.
Nunca- respondió Lily.
Bien, entonces enfrenta tu muerte.
Ya se había cansado, alzó su varita y apunto a la pelirroja que seguía con los brazos levantados y mirándolo implorante, el niño había empezado a llorar.
Una cruel carcajada se hizo oír en la habitación.
Avada Kedavra.
Un rayo de luz verde salió de la varita y le dio directamente a la mujer que cayo inerte frente a él.
Al fin se había deshecho de esa basura que obstruía sus planes. Miró a su alrededor, el cuarto había quedado destruido por la fuerza de la maldición, el niño había parado de llorar y lo observaba con los ojos curiosos pero a la vez aterrorizados.
El Lord Oscuro sonrío al percibir el terror, el muchacho había captado que no era su madre. Lentamente Voldemort se acercó a la cuna, pasando encima del cuerpo inerte de la mujer el cual aparto con un movimiento de varita.
Admiro a su víctima con una sonrisa triunfal, hoy era el día en que por fin eliminaría cualquier posibilidad para esa absurda profecía.
Lord Voldemort sonrío aún más, y pensar que ese ridículo viejo creía que ese niño sería capaz de destruirlo, la verdad era que él mismo no creía en todas esas tonterías, pero nunca estaba demás ser precavido no podía darse el lujo de dejar cabos sueltos, además quería destrozar las aspiraciones del viejo y de su tonta orden. Era hora de exterminar por completo a esa molesta familia.
Voldemort levantó su varita y apunto con ella al niño, de repente un escalofrió lo recorrió. No era uno normal, Voldemort pudo sentir una magia extraña en el aire. Miró al niño, no era posible que proviniera de él, esa criatura era insignificante que podía tener él que no tuvieran sus padres.
Bajo la varita y trato de apartar esos pensamientos… eran absurdos, pero no podía ignorar la presencia de esa extraña magia, siguió contemplando al niño que empezó a sollozar nuevamente en la cuna, tras unos segundos de cavilación se dirigió con paso firme hacia la puerta.
Ven Colagusano- ordenó con vos seria y demandante.
El pequeño hombre se acercó de inmediato con pasos vacilantes, Voldemort podía ver como lidiaba con la traición que había cometido.
¿Si... a-amo?
Voldemort miró al hombre con una malévola sonrisa, su sirviente temblaba descontroladamente, era obvio que presenciar la muerte de sus amigos lo había afectado, seguro estaría pensando si había valido la pena.
- Imperius. Susurró
El cuerpo del pequeño hombre se relajó, sucumbiendo al mundo del hechizo, Voldemort se colocó contra el marco de la puerta estudiando la situación. La casa estaba muy destrozada, la habitación pronto colapsaría. Se dijo a si mismo que debía cuidar más eso, no podía arriesgarse a que un lugar se derrumbase mientras el siguiera dentro, era
semi-inmortal pero su cuerpo aún podía sufrir dolor y daños graves, no le convenía estar herido por si los refuerzos aparecían. Los refuerzos eran otra cuestión, había perdido mucho tiempo y seguro que alguien ya se habría dado cuenta de la desaparición de las protecciones en casa de los Potter, la verdad no le preocupaba un montón de aurores pero no quería que ellos interrumpiesen. Miro a su sirviente y le dio una orden mental.
El hombrecito se colocó a un lado de su amo, Voldemort se enderezó y apunto al niño- Avada Kedavra- Rugió.
La habitación se llenó de una deslumbrante luz verde, el rayo se dirigió al niño pero antes de tocarlo este revotó de vuelta hacia Voldemort, en ese instante el pequeño hombrecito se interpuso entre el hechizo y su amo.
El cuerpo inerte de Colagusano había caído al suelo con un fuerte golpe seco, Lord Voldemort miraba la escena completamente en shock, si no la hubiese presenciado jamás lo hubiese creído.
Casi inconscientemente se apresuró hacia la cuna pasando por encima del cuerpo de Colagusano, mientras que el niño lloraba con una hilera de sangre surcándole el rostro, proveniente de una recién hecha cicatriz. Levantó a la criatura con cuidado, esta empezó a calmarse contento de que lo hubiesen levantado en brazos.
Era imposible, como es que ese pequeño bebé había desviado esa poderosa maldición, nunca nadie lo había hecho, muchos magos más poderosos no habían podido siquiera bloquearla, que clase de poder tenía esa criatura. Había hecho bien en ser precavido y ordenarle a Colagusano que se interpusiera ante cualquier cosa que intentase dañarlo.
El pequeño niño ignorante de los pensamientos del mayor, cedió tranquilamente al cansancio.
Voldemort miró al bebé dormido en sus brazos, se le acababa el tiempo, debía salir de allí. Estaba inseguro del porqué no había tirado al niño al suelo, tan solo para regocijarse en su dolor, en cambio lo sostenía como si fuera una de las cosas más valiosas del mundo.
-Porque era la era- pensó sin poder contenerse, en ese momento una idea cruzo por su mente y una sonrisa escalofriante se dibujó en su cara, era como si un sinfín de oportunidades de causar dolor se hubiesen abierto, tan solo dos segundos después Señor Voldemort había tomado una decisión impensable, incluso para él.
Levantó su varita y conjuró la Marca Tenebrosa sobre la casa, se acercó más al sueño y en un segundo Volvió a desaparecer junto con el niño del Valle de Godric.
Después de todo, si el niño le causaba otros problemas, siempre había innumerables formas de deshacerse de él al estilo muggle.
