Los pasos de un niño moreno entrando en el barrio Uchiha se podian escuchar aquella noche, despues de un duro dia de escuela y de entrenamiento volvia casa cansado.

-Mañana le dire a Sarada que me ayude con esos shurikens que se me estan resistiendo.

caminaba admirando su hogar, a veces imaginaba el barrio que su padre le relataba entre historias de su infancia, se imaginaba mas gente viviendo en aquel solitario lugar y otras veces extrañaba la presencia de mas chicos de su edad, pero entendia la posicion de su padre, habia escuchado su historia muchas veces, el ninja traidor, el desertor, el demonio,... lo llamaban de muchas formas pero para el era su padre, el que lo despierta severamente pero que al anochecer le da un tope en la frente, es por eso que comprendia por que aun despues de haber pasado años, el seguia viviendo alejado, aunque ya habia dejado de hacer misiones de largo tiempo para dedicarse a la familia.

Llego a casa y le resulto extraño ver todo apagado, era hora de la cena y no se olia la comida de su madre.

-Mama?Papa?

No se oia nada, el pequeño se asusto, cogio un kunai de su mochila y despacio se desplazo, paso por todos los pasillos y no habia nadie, al fondo de uno de estos vio una sombra y se atrevio a entrar en la habitacion y lo que vio, se parecia bastante a las historias que contaban sobre el clan.

sus padres estaban sentados, con una expresion serena el patriarca, y su conyuge con una sonrisa, ambos cayeron al instante y de ahi emergio Sarada con una espada en la mano.

-HERMANA! QUE LES HA PASADO?!! Y QUE HACES CON LA ESPADA DEL TIO ITACHI!!- las lagrimas de furia del chico empezaron a salir temiendose lo que su padre a veces en la noche soñaba, aquella historia de aquel recuerdo -!RESPONDE!

Sarada se movio rapidamente hacia el y le hizo un corte en la mejilla, este al mismo tiempo le lanzo el kunai que empuñaba

-!HERMANA!

-Hermano estúpido. Si quieres matarme, ¡maldíceme!, ¡ódiame! Puedes llevar una existencia despreciable si quieres. Huye... escapa... ¡aférrate desesperadamente a la vida!. Y cuando tengas unos ojos como los míos, ven a mí.

y con esa frase se desvanecio dejando al pequeño en un genjutsu y con el ultimo recuerdo de su madre peinandose su pelo rosado y de su padre dandole un tope en la frente.

FIN.