Fandom: Shingeki no Kyojin
Pairings: JeaEren (principal), Riren (secundaria); Eruri (secundaria)
Warnings: AU Modern, Shonen ai, Yaoi, OOC y voy a cambiar el apellido de Eren a Jäger porque para mi historia se ve mejor.
Disclaimer: Shingeki no Kyojin y sus personajes son propiedad de Hajime Izayama.
Summary: Eren estaba enojado así esa noche salió a divertirse y sin realmente quererlo conoció a una persona que lo llevará a cambiar su planes para el futuro al igual que la forma de vivir su vida. Se puede estar toda una vida planeando el futuro pero basta con una sola palabra para destruirlo todo.


Amor, odio y lo que haya en el medio

Sólo una noche

Estaba circunstancialmente solo, tenía veinticuatro años y la música que estaban pasando no era para nada desagradable, veía bailar a todas las personas por todo el lugar y las veía divirtiéndose. Él quería pasarlo como los demás por lo menos hasta que el sol comenzara a salir por el horizonte. Como se había peleado con su novio, Eren, había aprovechado ese sábado por la noche para poder ir por primera vez a un club nocturno.

Dio un par de vueltas por la pista, como reconociendo el lugar. Eren miraba todo a su alrededor, el juego que hacían con las luces de colores, como la gente se movía, que era lo que bebían… Quería saber todo. Eren tenía una sonrisa dibujada en su rostro, aunque quisiera ocultarlo, desde hacía tiempo que quería conocer uno de estos lugares, pero su novio siempre tenía un comentario negativo respecto a los clubes nocturnos cada vez que el chico los mencionaba.

A pesar de todo, un sentimiento de culpa no le permitía sentirse plenamente feliz y poder disfrutar esa movida noche de sábado. Una parte de Eren sentía que estando allí estaba traicionando a su novio, de alguna forma, pero la otra parte del chico sólo pensaba "¡Que le den! Disfruta mientras puedas".

Eren se encontraba lejos de la pista principal y más cerca de la salida mientras se decidía, si escuchaba a la voz de su razón la que lo llevó siempre por buenos rumbos o escuchar a aquella parte más rebelde a la que no le importaban las consecuencias. A cada pregunta que su mente se realizaba Eren daba un paso más hacia la salida, dándole la confirmación a su razón.

No se sentía cómodo, su novio odiaba esos lugares y él estaba justo en ese momento en uno de esos antros. Lo admitía habían peleado, no había sido cualquier pelea y eso lo sabía, porque desde hacía tres años que estaban juntos habían discutido varias veces pero nunca de ese modo. Eren nunca había visto a su novio tan enojado con él, estaba más que enojado; no quería dar el brazo a torcer como siempre alegando inexperiencia. Esta vez él tenía la razón por lo cual no se calló y al ver que no iba a lograr nada se fue de la casa de su novio con un fuerte portazo.

Desde mitad de semana que no sabía nada de su novio. Eren esperaba una llamada, una visita a su departamento pero nada de eso ocurrió del miércoles al sábado, él tampoco pensó en llamar y menos se le había ocurrido ir a hasta la casa de su novio y hablar más tranquilos sin el coraje del momento. Quizás si hubiera hecho alguna de las dos, no estaría allí, sintiendo la excitación previa al realizar un acto prohibido.

Antes de dar un paso más hacia la salida esa parte alocada de su ser jugó su última carta para auto convencerse de quedarse "Si tanto le importas te hubiera llamado el mismo día. Y cuanto pasó ya casi una semana" Eren se giró hacía dentro del local "Diviértete, seguro él lo está haciendo también" Se acomodó el cuello de su camisa y con paso decidido se dirigió a la pista, con su sonrisa más costosa. De repente tenía toda la confianza y el poder de decisión del mundo.

—No… No es como si me fuera a acostar con otro, por despecho…— Se dijo así mismo en voz baja.

Ya más convencido sentía que quería cometer la locura más grande de su vida, arriesgarse sin pensar meticulosamente cada paso o escuchar los consejos de vida de su novio. Quería vivir como si tuviera toda la vida por delante para lidiar con los problemas, aunque así fuera él tenía toda la vida por delante con veintitrés años, y por una vez quería no tener que amoldarse al estilo de vida de su novio.

A medida que se integraba en la masa de gente que bailaba como si no hubiera mañana sus anteojos se iban llenando cada vez más de vapor por el calor que hacía allí dentro. Eren se maldijo internamente, no tenía ni idea de porqué había llevado las gafas, se las quitó las limpió con el borde su camisa y antes de volver a colocárselas con sus dedos se frotó sus ojos verdes, el humo falso había irritado su vista y era muy incómodo.

Con la vista más clara Eren comenzó a entremezclarse con la gente, mientras escuchaba atentamente la canción que había comenzado a sonar, la había escuchado en la radio se sonrió al saber que por lo menos conocía una canción allí dentro. Miraba a todos lados pero no estaba bailando, se sentía extraño allí parado así que comenzó a imitar los pasos de la gente que lo rodeaba.

Soltó una carcajada mientras copiaba esos movimientos, era divertido y a la vez raro moverse al ritmo de la música que inundaba el lugar al igual que el fuerte barullo de todos los que se reían o intentaban hablar. Poco a poco fue cerrando sus ojos y comenzó a sentir como la música se metía y llenaba cada parte de si y comenzó a moverse sin imitar lo que hacían los demás, se sentía como una marioneta y sus hilos eran manejados por el ritmo y compás de la música que sonaba en el momento, sus movimientos parecían que combinaban con el juego de luces, se sentía tan bien.

Eren no entendía cómo es que no había visitado un lugar así antes… Claro su novio y su odio hacía los clubes nocturnos. Mientras la música cambiaba el chico de ojos verdes trataba de buscarle una explicación a ese odio.

Ya comenzaba a sentir calor, Eren se desabotonó un botón más de su camisa mientras se acomodaba uno de sus castaños mechones que se colaban por detrás de sus gafas y se metían en sus ojos. El chico de ojos verdes volvió a limpiar sus gafas que se habían empañado.

No sabía qué hora era, había perdido la noción del tiempo estando allí, cuando quiso verificar la hora y buscó su celular se dio cuenta que lo había apagado por lo que lo volvió a guardar en el bolsillo de su pantalón. De a poco fue alejándose de la pista, estaba jadeando y tenía sed, por lo que decidió buscar la barra del lugar. Eren mientras bailaba había visto a la gente ir y venir con tragos de colores muy variados y quería probar alguno.

Pudo dar con la barra del lugar porque vio un gran tumulto de gente, trató de llegar hasta donde el barman se encontraba despachando las bebidas pero sólo logró llegar hasta un rincón bastante más que oscuro y desde allí trató de llamar al bar tender.

Eren no se había dado cuenta que desde los balconcitos que daban a la pista de baile en el segundo piso unos ojos castaños lo estaban observando, casi desde que había llegado. Esa persona se preguntaba cómo es que le había llamado la atención un chico que estaba a cinco metros de distancia e inmerso en un mar de gente que se movía como un tsunami. No entendía porque si estaba coqueteando con alguien sus ojos se desviaban hacia la pista de baile y de reojo lo observaba sin perder detalle. Por qué si pudiendo divertirse con cualquiera de allí adentro su subconsciente quería pasar la noche con ese chico que había visto desde el palco, del segundo piso.

Se había recargado contra el barandal del balcón, intentando darle la espalda a la pista y en especial al chico que llamaba toda su atención, pero parecía inevitable querer girar su rostro y darle total y completamente la espalda al chico con el que se estaba entreteniendo hasta hacía un par de minutos.

—Estoy muriendo de sed— Ese chico vio cuando Eren se dirigía a la barra, como si no lo hubiera vigilado toda la noche, también sus intentos fallidos por captar la atención del barman.

—Bajo y vuelvo enseguida—Se despidió de su última conquista con una sonrisa seductora y se dirigió hacia donde se encontraba Eren. Con la rapidez de alguien que huye de una catástrofe bajó las escaleras para evitar que el chico de gafas de montura oscura se le escapara.

—Pero…— El chico con el que estaba hablando le quería avisar que allí había otra barra y con bastante menos gente, esos ojos castaños lo sabían pero su único interés era estar en la planta baja del lugar con ese chico de cabello oscuro.

Era irónico para el chico de ojos castaños que al principio de la noche no tenía ánimos de ir a aquel lugar, por varías razones: La música que pasaban no era muy buena a su parecer, le quedaba un poco lejos de donde vivía y conocía varios lugares mejores. Pero la razón principal era que no tenía muchas ganas de pasar la noche rodeado de personas desconocidas, si se lo hubiera preguntado una vez más antes de salir de su casa, esa noche, se hubiera retractado y se hubiera tirado en el sillón de su sala a ver una película o algo más solitario. Pero si de ante mano hubiese sabido que se toparía con aquel muchacho, no lo hubiera dudado tanto.

Eren se estaba fastidiando de dar saltitos y llamar al barman, y que el tipo detrás de la barra no lo notara o pasar por delante de él y siguiera de largo como si fuera invisible. Pateó la barra y si no lo atendían iba a patear más que eso, se había propuesto. Cuando sintió que alguien lo había pellizcado, alguien había pellizcado su trasero.

Eren se sobresaltó, su cuerpo se tensó como un resorte y se giró automáticamente buscando al culpable, para partirle la cara, eso era un hecho. Detrás de él no había nadie literalmente, detrás de él sólo había un hueco. Suspiró y se sintió un poco idiota y avergonzado por haber reaccionado de esa manera, bostezó pensando que ya era hora de marcharse y descansar un poco.

—Así podrías esperar toda la noche y no conseguirás nada— Eren sintió el aliento de alguien en su oído mientras se pegaba a su cuerpo.

—¡QUEEE!… — Los ojos de Eren se abriendo de tal forma que casi se salieron de sus orbitas, de un salto se alejó del extraño. Quizás había encontrado una de las razones de porque a su novio no le gustaban los clubes nocturnos.

—Quieres beber algo…— El extraño de ojos castaños sonrió de lado al ver la expresión de susto de ese chico con gafas empeñadas.

—¡Qué te pasa idiota!— Gritó Eren.

—Sígueme— Le propuso y al ver que no cooperaba lo tomó de la muñeca y lo arrastro entre el gentío que también quería ordenar algún trago exótico o no tanto.

La gente se amontonaba detrás del extraño de ojos castaño luego que él pasaba y Eren no podía esquivarlos y varios hombros y codos lo golpearon en su afán por mantener el paso que llevaba el muchacho que lo sujetaba de la mano, aunque al ver cómo nadie intentaba dejarle el paso por verse arrastrado por una persona, él también comenzó a repartir codazos a los que se le acercaban.

—Tanto tiempo ¿No? — Sonrió de manera irónica al barman ya que hacía sólo minutos él había estado por allí —Otro igual— Levantó su vaso al aire para que el hombre detrás de la barra viera lo que tendría que preparar.

Eren se intentaba soltar de aquel extraño, no se sentía cómodo en ese situación, es más estaba bastante adolorido y sentía a la voz de la razón que volvía a hacer acto de presencia en su mente y le pedía a gritos que se fuera de ese lugar, no sabía si era su instinto de supervivencia o que podía ver el fututo pero todo su cuerpo le pedía huir de allí en ese instante.

—Podrías quedarte quieto— El chico de ojos castaños le gritó a Eren mientras que con su mano derecha hacía fuerza para tratar de que no se movieran tanto y con la otra mano sostenía dos vasos angostos y largos que adentro tenían un líquido color verdoso —Ten— Le tendió el vaso.

—No— Eren rechazó el vaso y dio un paso hacia atrás chocándose con alguien que lo empujó hacía el extraño de ojos castaño.

—No voy a drogarte, para matarte y tirarte en el río— Declaró con una carcajada al dejar un poquito más claras sus pretensiones, cambió los vasos y le dio el suyo para mostrarle que no intentaría nada.

—No— Eren volvió a negar y esta vez miró de reojo hacia atrás y ahora sí dio el paso. El extraño aún tenía su sonrisa dibujada en el rostro.

—Mira no tienen nada— Bebió de los dos vasos para demostrarle a Eren que no intentaría drogarlo.

—No quiero.

—Ten. Yo invito— Volvió a extender el brazo para que el chico de anteojos tomara el vaso, se estaba cansando de la actitud de ese chico. Eren aceptó trago y pero no bebió ni una gota —Movámonos un poco de aquí… Estamos en el medio de todo— Eren volvió a ser arrastrado entre la multitud por ese chico extraño.

Los dos terminaron en una zona no muy lejana a la barra del club pero con pequeños sillones y una iluminación menos estridente, y más focal y tenue que los laser de todos colores que se movían erráticamente en la pista y la música se escuchaba un poquito más lejana y no tan fuerte.

Eren aun no quería probar lo que tenía en su mano, es más quería irse de ese lugar inmediatamente, ya había comenzado a pensar que haber ido había sido un completo error en primer lugar.

—¿Si te quitas esos anteojos, puedes ver algo?— Eren se dio por aludido con esa pregunta y automáticamente se giró para ver al dueño de esta.

—¿Te importa?— Eren estaba un poco nervioso y enojado ya que había visto a los que estaban en los silloncitos a su alrededor y estaban más que cariñosos y no quería dar una impresión equivocada, de ningún modo. Estaba a dos minutos de levantarse y salir de ese lugar.

—Yo pregunté primero— Sonrió mientras se acomodaba en su asiento —Me llamo Jean— Declaró el chico de ojos castaños.

—Ah…John— Repitió Eren sin demasiado interés.

—No, Jean en francés— Aclaró —Todo el mundo lo dice en alemán pero es en francés.

—¿Eres francés?— Eren se animó a preguntar un poco más suelto en la conversación y no tan a la defensiva, mientras por inercia se llevaba el vaso que tenía en su mano a la boca y da un pequeño sorbo.

—No, sólo mi madre pero ella eligió el nombre— Sonrió mientras dejaba el vaso vacío en un pequeño cubo negro de madera, que estaba frente a ellos, que asemejaba una mesa —Aunque da igual total todo el mundo lo pronuncia mal.

Eren sonrió ante el comentario mientras seguía bebiendo aquel liquido medio verdoso, a la vez que se iba acomodando en el sillón, aunque igual tenía ganas de irse de aquel lugar.

—No respondiste mi pregunta— Jean dirigió a Eren que tenía mirada sobre la pista sin ningún interés en especial y aún con su colorido trago en la mano.

—…— Por qué tendría que responder a la pregunta, ese tal Jean era un extraño, se podría levantar en ese mismo instante y nada cambiaría en su mundo ni en ningún otro mundo, pero decidió responder a la pregunta ya que le daba igual lo que sucediera esa noche, estaba circunstancialmente solo —Si veo…— Respondió como si se tratara de una obviedad —Pero…— Jean lo interrumpió.

—No deberías haber traído tus gafas a un lugar así— Lo miró fijo a los ojos —Alguien podría golpearte y se te romperían o podrías perderlos en un descuido... A demás esos ojos no resaltan detrás de un par de anteojos con una montura tan gruesa— Jean soltó una carcajada.

Eren se removió en su asiento con una risa fingida —Idiota— Estaba bastante incómodo en esa situación. Jean le quitó los anteojos y los colocó en el escoté que la abertura de la camisa de Eren había formado, colgándolos de una de las patillas del par de gafas.

Un sentimiento perturbador lo había embargado desde el principio, lo admitía, pero estar ahí con ese extraño se sentía tan bien a la vez, era como una especie de adrenalina que le corría en la sangre, sabiéndose consciente de su actual situación sentimental, no podía ocultar una sonrisa burlona que quería dibujarse sobre sus labios. No engañaría a su novio, desde que había puesto un pie en aquel lugar por ningún motivo con esa idea había llegado al lugar, tenía que ser tarado para pensar en eso. Eren respiró profundo y sintió el gusto del alcohol en su boca.

El chico de ojos verdes se lamió los labios y sintió el sabor del kiwi en su boca, lentamente se puso de pie, salir de esos silloncitos era bastante tedioso, comenzó a caminar. Jean no lo quería dejar ir, movió sus piernas para impedirle el paso, pero Eren de todas formas lo esquivó. Eren volvió a sacar el teléfono celular del bolsillo del pantalón y lo prendió, miró la hora y luego lo volvió a apagar.

A pesar de tener carácter fuerte, por no decir otra cosa, para Jean ese chico de mirada verdosa se seguía viendo como una pequeña cría de gato perdida, se veía tan fuera de lugar quizás por eso es que resaltaba tanto allí, quizás por eso le era imposible quitarle la mirada de encima por más que lo intentaba, imposible dejar buscarlo por el lugar a la vez que intentaba de disimular su ansiedad.

—¿Ya te vas? Pero si la noche recién comienza— Jean con falsa tristeza se dirigió al chico más bajo, ese chico le llevaba media cabeza de altura a Eren —No me digas que ese poquito de alcohol ya se te subió a la cabeza— Se burló —El bebé está mareado— Negó con su cabeza mientras se reía y Eren lo veía desde donde estaba parado lleno de coraje.

—Vamos a ver quién es el bebé entonces— Preguntó Eren con los puños a ambos lados de su cuerpo, el chico de ojos castaño lo miró con una sonrisa comprendiendo a que se refería —Esta ronda la invito yo. Tú decides que tomar— Eren estaba más que dispuesto a tener una competencia en ese mismo lugar.

—Sorpréndeme— Jean recargó ambos brazos sobre el respaldo del sillón y lo miró retadoramente, Eren le devolvió la mirada y se perdió entre la gente.

Jean sentía que podía levantarse y buscar a cualquier otra persona más fácil que aquel chico de ojos verdes pero no quería irse y buscar a otro, quería a ese chico y lo conseguiría aun así si tuviera que pasar toda la noche lo conseguiría.

Sabía que tenía que evitar las presas difíciles porque a la larga se convertían en un gran problema en su vida, pero ese chico era distinto porque doblegaba su voluntad obligándolo a quedarse allí esperando su regreso.

Eren bastante enojado fue hasta la barra y allí pidió una botella de vodka y dos vasos. "Si ese idiota quiere competir, yo le voy a dar competencia" Se dijo cuando sacó del bolsillo de su pantalón su billetera y buscó su identificación y la tarjeta para cargar allí los gastos de su consumición. Decidido se dirigió hacia donde se encontraba sentado, con la botella en una mano y con los vasos en la otra. Eren apoyó la botella sobre la mesita cúbica con fuerza llamando la atención del chico que lo estaba esperando allí, los mismo hizo con los dos vasos.

—¡Vaya! No sabía que el bebé se animaría a tanto— Jean destapó la botella y sirvió una medida en cada vaso.

—Tú eres el bebé… No sabes con quien te metiste.

—¡Oh! Claro que se con quién me metí— Jean bebió su primer vaso, cerró los ojos con fuerza mientras el líquido incoloro pasaba por su garganta. Eren lo vio y lo imitó claro que él fue un poco más escandaloso con su primera reacción a aquella bebida, el chico de ojos verdes sintió como hubiera bebido fuego, apretó sus labios con fuerza mientras movía su cabeza hacia los lados hasta que no dejó el vaso en la mesa no abrió sus ojos.

Jean volvió a tomar la botella y llenó los vasos con otra medida de vodka, ambos chicos chocaron sus vasos y dejaron caer el contenido en sus gargantas una y otra y otra vez hasta que sus movimientos dejaron de ser tan coordinados.

Después de haber tomado varios vasos Eren comenzó a sentir como el calor iba subiendo por su cuerpo sus hombros, su cuello y todo su rostro, en especial su rostro que se encontraba todo rojo al igual que sus labios y su lengua.

Habían perdido la cuenta de cuanto llevaban tomando, pero de algo estaban seguros había sido mucho, Jean miró la botella que tenía en la mano y vio que tenía menos de la mitad de su contenido se sorprendió y luego comenzó a reírse sin poder contenerse, Eren sin entender nada pero al verlo reír tampoco pudo hacer mucho al respecto y los dos terminaron riéndose como si estuvieran locos.

—¿De qué te ríes? — Preguntó Jean de repente serió.

—…— Eren dejo de reírse en ese instante y con la mirada perdida buscaba algo en lo que hacer foco —No… No lo sé…— Eren enfocó el rostro de su compañero pero sintió como todo lo demás comenzaba a girar a su alrededor, como si se encontrase en una de las atracciones de un parque de diversiones pero un poco más macabro, todo acompañado por las luces psicodélicas del lugar —¿Tu de qué te ríes? — Eren se sostuvo del hombro de aquel chico.

—N…no ssé— Ambos se miraron por unos segundos y comenzaron a reírse otra vez —Per…pero mira— Le mostró la botella medio vacía.

—¡Qui…én sse tom…tomó todo!— Eren tenía la lengua enredada o entumecida de tanto alcohol.

—Fuiste tú.

—Yo— Eren se señaló a sí mismo —Yyo per…ro mira ssi tengo el vaso vacío— Agitó el recipiente mostrándoselo a Jean.


Gracias por leer, perdón si los personajes están demasiado OoC bueno tengo escritos cuatro capis así que puede que actualice todas las semanas pero no me crean porque no estoy tan segura con esto de la universidad y la carrera de mierda en la que estoy no sé…

Bueno si ven algún error, de lo que sea ortografía, redacción, coherencia me avisan y lo corrijo si?…

Creo que la cosa se va a ir poniendo muy interesante a medida que avanzan los capítulos así que no se lo pierdan jajaja bueno es lo que creo

Lo estoy publicando en Amor Yaoi tambien

Nos leemos!