Advertencia: los personajes de este fic pertenecen a J.R.R. Tolkien y por lo tanto le pertenecen solo a él.

Vectriz Ikaros: bien esta fue solo una idea que me acaba de surgir mientras hacia una tarea espero les guste.

¿Cuál fue mi misión?

Pov Mairon

En el inicio

Recuerdo, cuando aún era un Ainur durante la primera canción; como tu voz comenzó a surgir por sobre las demás… algo en ella me dejo cautivado, sentía que mi corazón se estremecía solo al escuchara; debo admitir que fue tanto mi asombro que calle por varios momentos, solo admirando tu voz. Entonces, nuestro padre te reprendió; trate de controlar mi ser, pero lo único que quería era seguir escuchando tu voz sin descanso.

Entonces cuando nuestro Padre dijo que deseaba que varios de nosotros bajáramos a terminar la creación, realmente dude; debo admitir que sentí miedo. Pero cuando te vi ir entre todos ellos quise llorar, yo quería seguir escuchando tu voz, yo quería que te quedaras con nosotros… entonces sufrí.

Si, sufrí, como nadie jamás tendrá una idea; porque sentí que perdería algo que era parte de mí, pero cuando quise seguirte fue tarde… ya no se me permitió bajar y solo me aleje y cuando nadie pudo verme llore. Pensé que jamás volvería a verte, una parte de mi se quedo inerte, completamente vacía; sin nada que amar.

Una nueva oportunidad…

Cuando escuche sobre que podríamos bajar a la tierra; fui de los primeros en ir, me emocione de alegría pues creí que pronto volvería a verte de nuevo. Tenía tantas esperanzas de ser tu siervo, de que me permitieran estar contigo, que me asignaran a estar a tu lado… pero no fue así, cuando fue mi turno de ser asignado y nombrado, me llevaron ante Aulë.

No renegare de mi antiguo maestro, realmente lo llegue a querer como un hijo ama a un padre; eso fue él para mí. Un padre, que miro a través de mis ojos y se dio cuenta desde el inicio que no era feliz; aunque hizo todo lo posible para que me sintiera a gusto en su mansión, al final nada lleno el vacio que sentía al estar lejos de ti.

Pero al menos llego un consuelo para mí… el hecho de que al menos podía verte; aunque destruías todo lo que nosotros creábamos. Aunque mis compañeros les dolía el ver su trabajo destruido, yo era feliz al ver tu rostro y escuchar tu voz al reír ante tu maldad

La primera guerra…

Entonces sucedió lo que jamás imagine, comenzó la guerra; te revelaste contra los Valar, y yo un simple Maia lo único que podía hacer era rogar porque nunca te atraparan. Nuevamente el dolor regreso a mí, el miedo de saber que jamás volvería a verte volvió y me llenaba lentamente. ¿Por qué sentía este dolor? ¿Por qué solo me dolía a mí? ¿Por qué yo?

Jamás podre responder esas preguntas, recuerdo que un día mientras llovía Aulë se acerco a mi cuando me encontraba solo sentado en una banca admirando la lluvia; sentí como me abrazo colocando mi cabeza en su pecho. Fue ahí, cuando ya no pude mas; llore, llore tanto quería que volvieras quería tanto estar a tu lado, escuchar tu voz, tu risa, aunque fuera verte de lejos.

Fue cuando Aulë me dijo "estas enamorado" lo mire sorprendió ¿realmente era eso lo que me tenia así? El limpio mis lagrimas y continuo "has estado enamorado todo este tiempo, lo amas tanto que no puedes vivir sin él" fue entonces que entendí, yo realmente amaba a Melkor, el significaba todo para mí.

Seguí llorando en el pecho de Aulë, mientras el trataba de consolarme; durante días la lluvia continuo en Valinor, y fue durante esos días que escuche aquel rumor, Melkor reclutaba maias de otras casas para la rebelión, los que él creía eran los más fuertes para su causa. Sentí celos, otros maias habían hablado con él, los había mirado, sabía que existían; mientras tanto yo sentía ese dolor en mi pecho.

Realmente sabias que existo…

Habían pasado varias semanas, el rumor se extendía por todas las casas; recuerdo que cada día luego de trabajar en las fraguas caminaba hacia el bosque para tomar un pequeño descanso antes de cenar, pero sin que nadie lo supiera comenzaba a llorar de dolor. Yo quería que él me mirara por un momento, que él me sonriera, que tan siquiera supiera que existo.

Mientras seguía llorando, sentí una suave caricia en mi cabeza; por un momento creí tontamente que se trataba de mi maestro. Pero cuando levante mi mirada para hablar con él me quede sin habla, ahí estabas tan imponente, tu largo cabello negro, esos ojos rojizos mirándome con una ternura que jamás imagine.

Mi corazón latía tan fuerte que sentí que pronto saldría de mi pecho; tu mano acaricio mi mejilla mientras sonreías "te he estado observando" comenzaste a hablar mientras seguías acariciando mi mejilla "quiero a alguien como tú, que pueda terminar todo lo que yo comienzo" y con eso, mi corazón estallo dentro de mi ¿era todo cierto?, ¿el realmente me quería a mi? "¿te unirás a mi Mairon?"

"El sabia mi nombre" eso fue lo único que pensé cuando escuche su voz llamarme "el realmente me quiere a su lado", no lo pensé, no necesite nada para ir con él; entonces, sentí sus labios junto a los míos; quería llorar, pero de la felicidad que sentía en ese momento. Fui tan feliz, jamás en mi vida sentí tanta felicidad; ni siquiera en el Ainulindalë.

Una triste despedida…

Entonces, me diste una misión; "quédate aquí, vuélvete mis ojos y oídos y cada cierto tiempo mandaras una carta con unos de mis huargos para mi" asentífuertemente si podía hacerlo feliz, haría cualquier cosa; un último beso, antes de verlo partir lejos de mi otra vez. Llore una vez que lo perdí de vista.

¿Por qué el amor tiene que doler tanto? Regrese a casa, Aulë me estuvo buscando durante mucho tiempo; solo seque mis lagrimas, le dije que simplemente me había puesto a llorar de nuevo. El solo acaricio mi cabeza y me abrazo, "Mairon, ojala pudiera alejar ese dolor de ti" susurro mientras acariciaba mi cabello "te amo como un padre ama a su hijo, y me duele tanto verte sufrir de esta manera".

"perdóname" susurre "perdóname por todo por favor" sentí que tenía que pedir perdón, porque de ahora en adelante escogí seguir mi corazón; Aulë se me quedo mirando sin entender, pero yo solo sonreí aun con algunas lagrimas "solo prométeme que siempre seré tu hijo". El aun me miro extraño pero respondió "siempre, no importa que… eres mi hijo Mairon".

La dura verdad…

Pasaron meses y al fin hui; me dolió mucho dejar a quien para mí era mi padre… pero también había una parte de mí que quería estar ahí. Comencé en un lugar simple entre los maias que habían seguido a Melkor desde el inicio, entre ellos Gothmon, que por alguna razón me odiaba pero no le tomaba mucha importancia.

Una noche, fui llamado ante Melkor; me incline… escuchar su voz para mí era un sueño; oír mi nombre salir de sus labios. Sentí sus brazos en mi cintura y sus labios junto a los míos, cuando menos lo imagine ya estaba en sus brazos, gimiendo, desnudo, rogando por ser uno con mi amado Melkor.

Esa fue mi primera vez, era feliz, aunque nadie pudiera entender mi alma; después de esa noche, yo era el amante del señor Melkor. Después de algún tiempo ya no solo era uno entre varios; comencé a subir de rango de una manera casi increíble; cuando menos lo imagine, era su segundo al mando; quien llevaba su bandera y al mismo tiempo el único en que confiaba.

Hare todo por hacerte feliz

Fue un día cualquiera, cuando me pediste algo que jamás imagine; tú querías una mujer… querías tener a una mujer en tu cama. Mi corazón se encogió, yo te amaba, te quería tener solo para mí que fuera el único al que miraras; yo prometí que la traería para ti, para hacerte feliz. Salí de la sala, fue cuando escuche los murmullos de los orcos… ahora entendía el odio de Gothmon hacia mí, el había sido el amante de Melkor antes que yo; él lo amaba también. La diferencia es que el siempre quiso ser el único.

Salí corriendo, yo tampoco quería que Melkor estuviera con alguien más… pero el quería a una mujer, una idea surgió en mi mente; cambie mi fana a tal grado que ahora era una mujer, conserve el cabello rubio y los ojos dorados. Haría lo que fuera por él, camine de nuevo a la sala del trono; ahí me incline de nuevo ante él.

Se veía complacido, y cuando menos lo imagine; ya era suyo una vez más; como mujer, como hombre… mi alma era feliz estando entre sus brazos, sintiendo su esencia en mí llenándome uniéndome a mi señor como nunca creí que podría serlo. Mientras el dormía tome un mecho de su pelo jugando con él me jure a mi mismo que haría todo por hacerlo feliz.

Una sorpresa dolorosa…

La caída de mi amado señor fue el momento más doloroso de toda mi vida; había perdido lo más importante para mí. Quería conversarme a mi mismo que el no había sido capturado, no él; cualquiera menos él. Llore, suplique, pero nada lo traería de vuelta a mi… una vez mas había perdido a Melkor.

Me convencí a mi mismo de que el volvería, reconstruí Angband, me asegure de que cuando el volviera tuviera a donde regresar; pero durante ese tiempo… me mantuve con un fana de mujer, tuve desmayos y mareos; fue hasta que una de los orcos femeninos me dijo lo que yo tanto temí… estaba embarazada.

Mi única ilusión…

Después de que Angband finalmente fue reconstruida di a luz a mi bebe, es una hermosa niña; tiene el cabello negro y ojos rojizos como los de él. Ella es su misma imagen, tenerla en mis brazos ha sido mi mayor consuelo; aunque aún no se qué nombre darle, la amo tanto porque es el fruto de mi amor por ti.

Pero de la misma manera en que es mi felicidad, también es mi secreto, mi pequeña niña se ha vuelto mi mayor miedo; temo por su vida, temo que me la quiten de mis manos que en un descuido cualquiera que quiera hacerme daño la lastime. No hay un día en que no le cuente sobre mi señor Melkor, estoy seguro que cuando sepa lo que ha pasado mi señor la amara.

Cruel realidad…

"El ha vuelto, el ha vuelto…" fue mi pensamiento. Pero algo ha salido terriblemente mal; él ha traído consigo los objetos mismos de su perdición, las gemas de los Noldor. Las Silmarils, me ha ordenado hacer una corona de hierro puro; y yo, obediente de sus deseos lo hago tan rápido y eficientemente como puedo.

El no me mira más, ya no soy más su favorito; soy simplemente otro que intenta robar sus preciadas gemas… el dolor vuelve, no significo nada para el mas; ¿Por qué?, ¿Por qué Fëanor tenía que crear esas gemas? Las odio, me han quitado lo único que amo; regreso a mi habitación, mi pequeña está ahí, jugando.

Mi pequeño consuelo, la tomo en mis brazos; ya no tengo nada mas he perdido el amor de mi señor "¿mama estas bien?" La escucho preguntarme, solo respondo un "estoy bien" mientras me aferro a ella aun mas "¿podre conocer a papa pronto?" pregunta entusiasmada con esa sonrisa tan tierna que me rompe el corazón decir la verdad.

"el está cansado, ha viajado mucho… pero ya te ha dado un nombre" le digo sin querer romper sus ilusiones, ella me sonríe mientras sus ojos se iluminan "¿Cuál es, cual es?" pregunta con más emoción aferrándose más a mi abrazo "Silmaril" es todo lo que respondo, ella se aferra a mi feliz, escucho como ella dice que le encanta su nombre y que no puede esperar a conocer a su padre.

Mientras yo me rompo por dentro, siento que le he dado a mi pequeña una falsa esperanza. Ahora entiendo la forma en que Aulë me amaba; me siento tan indigno de que me considerara su hijo, no hay día en que no me pregunte si el aun pensara en mi; me pregunto si él me seguirá viendo aun como hijo.

El final…

Mi amor, una vez más cayó; no hay nada más que pueda hacer por ti. Tengo a mi niña en mis brazos, y ahora solo me aferro a encontrarte; tengo que hacerlo, tengo que decirte que tuve a tu hija… te encuentro y nuestras miradas chocan. Ahora se ha dado cuenta de todo lo que he estado ocultando.

Me sonríe, "tienes que irte… cuida mi legado, confió en ti" es todo lo que logro escuchar; quiero llegar a ti, volver a sentir tus labios junto a los míos. Tomo a mi pequeña y huyo, no tengo nada ya a que aferrarme; solo el salvar la vida de mi hija, he corrido tanto como mis piernas me lo permitieron.

Se ha dormido en mis brazos, beso su frente; me permito llorar… uso algo de mi poder y borro todos sus recuerdos, lo que estoy a punto de hacer es algo que me va a perseguir para siempre. Perdóname, pero no sé si pueda perderte a ti también; he llegado a mi destino… Valinor, la mansión de Aulë.

Me mantengo fuera de la vista, aferrado a mi pequeña que aun duerme; cuando despierte ella no me recordara… Es lo mejor para ella, lo hago por amor, aunque sé que me está doliendo en lo más profundo de mi ser.

"Mairon" escucho la voz de mi antiguo maestro, el corre hacia mí, me levanto, "es por su bien, es por su bien" me repito en mi mente. Le entrego a mi hija, el me mira sin entender "no volveré, hago lo que es mejor para ella…" susurro cuando él la toma en sus manos "adiós… mi hija".

Salgo corriendo, "¡Mairon!" escucho el grito de Aulë, no me detengo; no puedo regresar… tengo que alejarme, puedo escuchar como en un último grito Aulë maldice mi nombre; jamás en la vida volveré a ver a mi niña.

He dejado el nombre de Mairon, ahora solamente soy Sauron Gorthaur el nuevo señor oscuro…

El último aliento…

Ahora estoy aquí, estoy muriendo; he sido derrotado… pero por alguna razón ya no me importa, respiro una última vez. Me llevo el consuelo de que mi pequeña al menos ha tenido una familia que la ama, gracias a Curumo se que el señor Aulë y la señora Yavanna la adopto y la aman como una hija.

Me pregunto cómo será, trato de imaginarla en mi último respiro… debe ser muy hermosa, después de todo era la viva imagen de Melkor. Me gustaría verla una vez más, una sola vez sería lo mejor que me podría pasar en la vida; pero sé que al final, yo renuncie a ella. Ahora en mi último suspiro me pregunto ¿realmente valió la pena estar aquí? ¿Realmente valió la pena cada lágrima? ¿Cuál fue mi misión?

Ya no importa, estoy muriendo… y lo único que quiero es estar con él… en la oscuridad; ya nada más importa, no tengo nada que perder… solo ruego que mi pequeña sea feliz, porque ella es lo único que me quedo de mi amor.

Fin…

Vectriz Ikaros: ok me puse a llorar nos vemos en la próxima bye bye