Q.C: Yo he amado el Giotto x Cozart desde que los vi por primera vez. Así que me decidi a hacer algo de puramente de ellos diferente a Problemas italianos en Japón que lo tengo en espera puesto que se me perdió mi librito de notas de ese fic n,nu.
Advertencias: Katekyo Hitman Reborn! No me pertenece. Esto es Giotto x FemCozart.
Crocetta = Cruz, fem Cozart. Me gusto el nombre el otro era Concetta, que es concepción. Si les gusta más este le puede ambiar el nombre al fin y al cavo en este prologo solo se menciona una vez.
Espero actulizar a mediados de mazo o en la ultima semana de febrero.
Prologo: ¿Cómo me metí en esto?
Pov´s Crocetta.
Recapitulemos, soy solo una simple bibliotecaria con una vida social tan interesante como ver secar la pintura en la pared, soy solo una sombra junto a cualquier persona y mi último intento de citas me cambio por una mujer con cara de caballo y cuerpo de anguila, pero según él era más hermosa que una diosa.
Si, la historia de mi vida: los hombre me han dejado, mi padre nos abandono a mi madre y a mí por una cabaretera, Abel quien dijo me iba a acompañar siempre se fue a Munich a la primera oportunidad y ahora me menda una invitación a su boda con una chica que conoció haya, lo único bueno de mi actual situación es que voy a tener una muy buena escusa para faltar a ese circo.
El poco hombre de Skull me dejo en el altar, ojala se pudra… bueno va que va, tengo un gusto y suerte horrible con los hombres.
Ahora soy rehén de un posible psicópata que asesino a mi jefe a sangre fría. ¡Maldita mi suerte! Tenía que entrar justamente cuando le disparaban en la cabeza.
Cerré mis ojos fuerte mente cuando la camioneta dio un brusco freno, estaba atada de manos y con los ojos vendados pero aparte de eso habían sido de hecho muy decentes, incuso iba sentada en un asiento trasero con dos malandrines al lado, ¡Si, viva el sarcasmo! Incluso sin ver tuve la necesidad de cerrarlos porque eso significaba que habíamos llegado al destino.
-Baja – había un ligero acento europeo en su voz, lo conocía no soy completamente japonesa, sino mitad italiana y reconocía trozos de mi bella infancia en sus voces.
No respondí simplemente seguí las instrucciones con rapidez mientras rememoraba las últimas horas quizá lo último que recuerde antes de morir.
-Flash Back-
-Ah… que cansancio, ¿Por qué el jefe no cierra temprano los domingos? Nadie va a la biblioteca el domingo en la tarde/noche –troné mi cuello mientras me estiraba completa para des acalambrar mi cuerpo, llevaba ya más de ocho horas sentada tras un mostrador en un edificio donde no entraba ni un alma, vi el reloj dando casi un brinco de alegría… ¡Era hora de cerrar! Si bien no soy la persona más sociable incluso en ese estado el ocio es un buen amigo, nuca sabes lo que puedes encontrar a la vuelta de una esquina o en mi caso en internet.
Con la felicidad plasmada en mi rosto cambie tome mi bolso, acomode el área de trabajo y tome los archivos de hoy, camine hacia la parte delantera para cerrar, una vez hecho fui al despacho para entregar los archivos y retirarme hasta mañana en la tarde, lo bueno de cubrir el segundo turno, veo el reloj de nuevo son las nueve y por fin me voy a un merecido descanso.
-Jefe aquí los archivos, ya me voy – entre con una sonrisa y toda la confianza del mundo: Carlo Cerbello era un hombre serio pero no un ogro como para regañarme o despedirme por ello. Entonces lo oí.
-Te creíste muy listo Cerbello, ¿Realmente nos viste tan estúpidos para caer con esta bazofia de información? – La voz se oía clara y molesta. Era italiano, mi lengua madre.
-Pues los despisto muy bien – mi jefe no se oía como de costumbre sino… cínico.
-Deberías haber visto mejor tus lealtades Carlo, un truco como este y por quien lo hiciste es alta traición – Otra voz mucho más molesta que la primera resonó.
-Tengo claras mis lealtades, Ricardo es el único que me rece algo bueno de mí, no el debilucho que ustedes llaman jefe – dijo con sorna el dueño del establecimiento.
¡Puuufts! ¡Tnnk!
Mi corazón latía como su acabara de correr la maratón mientras el pomo de la puerta se iba de mis manos veía como una bala atravesaba limpiamente la frente mi jefe y como un hombre de pelo azul versos me volteaba a ver
-Nufufufufu…. Mira G una espía, ven aquí pequeña – mi cuerpo no reaccionaba, mis piernas no respondían, mi respiración era agitada, mi visión se fue oscureciendo hasta que no vi más que negro.
-Fin Flash Back-
Me desmaye por el tiempo suficiente como para que me ataran y metieran en un vehículo que he supuesto es una camioneta porque parecen haber más tipos.
-Último destino señorita – la voz que reconocí del peli azul, que no se porque cada vez que pienso en él me dan ganas de comer melón.
-Giotto, terminamos el trabajo pero hay un pequeño inconveniente. – El otro hombre que oí se llama G me jalo dentro de la habitación, mis piernas temblorosas, mis manos sudando y mi corazón desbocado. Ya no tenía escapatoria estaba frente al jefe, no vería un mañana, no iría a la boda de Abel, no escucharía a Kaya quejarse de su novio que a fin de cuentas ama, no vería más a la sonriente Elena saludarme mientras a trabajar al kínder, nunca más me reuniría con ellos para sonreír de nuevo.
Solo una pregunta suena en mi desesperada mente: ¿Cómo me metí en esto?
Continuara...
