¡Hola! Esperon que se encuentren bastante bien. Yo los saludo desde aca con un vaso lleno del liquido vital: cocacola. Bueno, les traigo un fic. Es de tres capitulos. Disfrutenlo. Por cierto, algo que se me olvida decir siempre: Naruto no es mío. Dicen que las mejores ideas vienen a la mente de las personas a las cuatro de la tarde en el baño, asi que bendito el día en el que Masashi Kishimoto se le ocurrio ir al baño a las cuatro de la tarde. Sin más, a leer.
Pareja: Naruto y Hinata.
Resumen: Si tu primer beso es accidental, más roce que beso... ¿cuenta como beso?
Advertencia: tiene un desarrolo algo lento. Universo alterno.
Las letras en cursiva son pensamientos de Hinata.
Primer capitulo
** Ella **
A mí alrededor, todo se fundía en una misteriosa oscuridad; me guiaba gracias a una pequeña luz amarilla que flotaba delante de mí. Pero, a pesar de que distinguía el camino, no sabía hacia donde me dirigía. No tenía ni una vaga idea. Sin embargo, el aura que despedía aquella luz me inspiraba seguridad mezclada con algo familiar que no lograba distinguir… Por eso la seguía sin preguntar el porqué.
Sentía que debía de huir. ¿De quién? No lo sé, pero el miedo se metía por mi piel erizada hasta calarme en los huesos. Una vez que fui conciente de aquél sentimiento de "presa servida en bandeja de plata", comencé a correr, si me alcanzaba estaba oficialmente frita…
Un momento, si no se de quien huyo, ¿entonces que caso tiene hacerlo? ¿No sería mejor esperar a mi perseguidor, para averiguar quien era? Paré en seco. Justo en el momento en el que iba a girar sobre mis talones para ver quien me esperaba por detrás, todo a mí alrededor comenzó a dar vueltas, y la oscuridad se esfumó para dar paso a un ambiente totalmente opuesto.
Ahora todo era blanco, como una hoja de papel. El pasto se dibujó rápidamente con unos trazos ligeros y despreocupados; en el espacio que tarda un latido de corazón y el hecho de que mis pupilas salieran de su orbita por la sorpresa, apareció un cielo azul profundo y el sol me deslumbro, dejándome ciega por un momento. Las nubes parecían inalcanzables, pero al alzar los brazos al cielo, mi mano pasó de ellas sin problema alguno; era curiosa la sensación: como si metieras la mano en el agua pero no te mojaras. Un sonoro ring-ring perturbo el ambiente. Se escuchaba vagamente, lejos¿Provenía de mi mano?
Cuando trate de dar un paso, me caí. Mi mano no dejaba de sonar…
El golpe me despertó. ¿Qué hora es? ¿Ya es tarde? ¿Hará frío hoy? ¿Por qué rayos tengo el despertador en la mano?
Deje el despertador en el buró que se encuentra a lado de mi cama. Se cayó. Me incline a recogerlo y al alzarme, con la esquina del buró, me di un golpe que seguro me hubiera dejado noqueada, de no ser que justo en ese momento mis ojos se posaron la hora marcada por el reloj:
—5:40… —Murmuré.
Por segunda ocasión, en un lapso menor a un minuto, coloque el despertador en su lugar. Me levante aun sin lograr despabilarme. Mientras me dirigía al baño me estire con fuerza, si un gato me hubiera visto me tendría envidia. Tomaría una ducha, para ver si así lograba despertarme. Tenía todo el tiempo del mundo, sin embargo debía darme prisa.
No era tarde, pero hoy era mi primer día de trabajo y quería dar una buena impresión, para ello era esencial ser puntual. Al menos eso me había enseñado mi padre.
Entraba a trabajar a las ocho y el metropolitano que me llevaría al trabajo hacía veinte minutos… si es que no había mucha gente. Pero los años han cambiado, ahora para caminar de un lugar a otro se va a vuelta de rueda. Mínimo tendría que salir a las 7:20 de mi casa para tomar a tiempo el metro.
Me metí a bañar, el agua caliente había relajado mis músculos. Al salir elegí un vestuario adecuado.
—¡A desayunar!
Curso el cuarto semestre de la carrera de filosofía y letras. Para estudiar la carrera que yo queria tuve que venirme a vivir a otra ciudad. Ahora vivo en un pequeño departamento, lo comparto con otras dos chicas: Sakura e Ino. Ellas hacen mi estancia aquí un poco menos confusa además de que nos hemos hecho muy amigas.
Sakura estudia el quinto semestre de medicina, la carrera es difícil pero siempre se da el tiempo de salir con Ino y yo los viernes por la tarde, los fines de semana vemos películas en casa y nos pintamos las uñas. Ino estudia para ser diseñadora de moda, gracias a ello Sakura y yo tenemos ropa gratis, un gran alivio ya que nuestros empleos no alcanzan más que para lo esencial: universidad, comida y uno que otro vicio/placer como los helados.
Me encamine hacia la cocina.
—Hoy hice huevos revueltos para el desayuno. Hay jugo de arándanos en el refrigerador. —Me dijo Sakura con su sonrisa alegre. Se acababa de despertar, su cabello rosado seguía revuelto y aun traía su pijama de ositos. —¿Qué tal amaneciste?
—Bien, gracias. ¿Qué quieren para la cena?
Ino, tragó con fuerza, tomó un poco de juego y me dijo con entusiasmo:
—¡Has hot cakes!
—Claro.
Le sonreí. Para las labores de la casa, así como para ver quien cocinaba, nos organizábamos por turnos, según se acomodaran nuestros horarios. Desayuno, Sakura; comida, Ino y la cena, yo. Cada quien recogía su desastre, así que no nos iba mal con ello.
—¿Nerviosa? —Sakura me miraba esta vez con una sonrisa maternal.
—Un poco, creo que estoy más ansiosa.
—Tu tranquila, te irá bien. —Dijo Ino mientras pasaba al fregadero a lavar sus trastes, me dio un suave y amistoso golpe en la cabeza. —Además, ¡que emoción! Tu primer día de trabajo ¡Wow!
—Cierto. Descuida. —Sonrió Sakura.
De nosotras Sakura era como la mamá, era la más decidida y segura, sabía hacer de todo, la admiraba; a pesar de tener una carrera difícil siempre anda relajada e incluso trabaja. Ino es despreocupada y aplicada, bastante creativa para los arreglos florales y en sus diseños de ropa, ella trabaja en una florería a tres cuadras de nuestro departamento. A ambas les va bien en la universidad. Y yo…
Lave mis platos, miré el reloj.
— ¡Ya son las siete! Vaya, creo que tarde mucho en el baño. Me voy, nos vemos en la comida.
—Llega temprano, hoy haré enchiladas suizas —gritó Ino.
—¡Claro!
—Cuídate mucho. Suerte.
—Gracias, Sakura. Oigan… ¿Saben donde deje mi bolso?
Sakura me señaló el perchero mientras tomaba un poco de jugo.
—Oh, gracias.
Tomé mi bolso y cheque que todo estuviera en orden. Una vez hecho esto, me di otro vistazo en el espejo. Arrugué la nariz en señal de gesto despreocupante, por lo menos llevaba una buena presentación, no me veía tan mal.
—Bueno, adiós.
Adiós, me gritaron las dos.
Afuera, el clima era agradable. Estaba bochornoso, pero el sol era cubierto por las nubes, agradecí eso. Camine despreocupada por las calles, vagando en mis pensamientos, y cuando menos me di cuenta, ya estaba en la entrada de la estación del subterráneo.
Bajé las escaleras. Abajo el calor se sentía más. Pagué mi abordaje y aguarde el metro. Según el boleto, el metro llegaría a la parada número cuatro a las 7:25 de la mañana.
Todo marchaba bien. Traía tiempo de sobra y el metropolitano llegó sin retraso. Subí. Dentro había bastante gente, por lo que no alcance asiento y me tuve que quedar de pie agarrando con fuerza el tubo que impediría alguna caída sorpresiva.
A pesar de ello…
Mi primer trabajo… Sonreí. Todo pintaba para un día perfecto. Y mis nervios iban bajando.
Bueno, este es el primer capitulo. Hoy me encuentro feliz, porque mi primer fic tuvo más reviews de lo que pense, tuvo dos, eso es dos veces más de lo que yo creí. Asi que gracias. Nos vemos luego. Subo el siguien capitulo mañana. Espero que les haya gustado y que esperen por el otro. Nos vemos y que esten bien. Por cierto, entre más tomatazos me den, más feliz soy. Click en reviews, por favor.
