Disclaimer: Canción de hielo y fuego pertenece a George R. R. Martin.
Aviso: Este fic participa en el reto #83: Dime de dónde eres y te diré quién eres, del foro Alas Negras, Palabras Negras.
Personaje: Illyrio Mopatis.
Illiryo Mopatis siempre ha sido un hombre con buen olfato para los negocios. Al igual que un sabueso al oler un pedazo de carne especialmente sabroso, se le ha dado bien perseguir oportunidades propicias. Es por eso que , en el momento en que oye al muchacho fanfarrón, alza la cabeza como un perro de caza y clava la mirada en el joven.
Salta a la vista que el muchacho está ebrio sin remedio. Está sentado a una mesa, con una jarra en la mano y el brazo posado, posesivamente, sobre los hombros de una joven con escote peligroso. Hay un grupo congregado al rededor de su mesa, bebiendo con él, escuchando sus historias y riendo sus gracias (o de él). Es escandaloso y un bravucón, pero una buena bolsa de monedas mantiene al grupo con él.
Illiryo pide una copa más y observa con atención, y ávida curiosidad, como el joven relata la historia de como, injusta y traicioneramente, el Usurpador se alzó contra su familia y él tuvo que huir para proteger a su hermana pequeña. Esa parte le vale un comentario enternecido de la muchacha y el chico aprovecha para meterle la lengua en la boca y bajarla por su cuello hasta su escote. Uno de los hombres del grupo les lanza un comentario obsceno.
El joven llama a gritos al tabernero para encomendar una ronda más para sus amigos, él invita. Después retoma la historia de cómo la casa Targaryen resurgirá de sus cenizas en cuanto regrese a Poniente junto a su hermana y esposa y un ejército. Illiryo escucha atentamente, ese joven engreído y heredero de un rey puede proporcionarle grandes beneficios, si sabe jugar bien sus cartas.
Promete vengar a su familia ultrajada y mancillada. Derrocará al Usurpador y recuperará el Trono de Hierro, que le pertenece por derecho. Se lleva la jarra a la boca y descubre, frunciendo el ceño, que está vacía. Llama al tabernero a gritos para pedir otra, pero el hombre se la niega y exige que le pague la cuenta.
—Soy de la sangre del dragón, deberías ser tú quien me pagase a mí, el rey de Poniente, por venir a escupir a esta taberna de mierda. —Espeta el joven con desdén y las palabras distorsionadas por el alcohol.
El gesto del tabernero se contrae por la rabia e Illiryo se planta entre el dueño y el chico dragón.
—Disculpe a mi amigo, buen hombre. Se ha emocionado un poco con su magnífica bebida. La cuenta va a mi cargo e invito a la siguiente. —Le ofrece monedas más que suficientes para saldar la deuda ajena y el otro hombre las acepta sin miramientos.
El tabernero se aleja después de asentir con la cabeza e Illiryo gira sobre sus talones para encarar al joven rey y a su grupo de interesados acompañantes. Les dedica una sonrisa radiante y se presenta estrechando la mano del joven de poniente. Illiryo Mopatis siempre ha tenido un don especial a la hora de hacer inversiones arriesgadas y si consigue que este muchacho recupere el trono que le arrebataron, los beneficios que puede llegar a obtener son suculentamente inimaginables.
527 palabras.
