Capitulo 1. Dolor
Se despertó cuando la luz del alba empezaba a filtrarse por la ventana. Era realmente satisfactorio no levantarse sobresaltado, por primera vez en mucho tiempo, en el cual, a menudo el dolor de la cicatriz de su frente le despertaba de sus pesadillas aterradoras. El alivio duró poco, cuando se dio cuenta de que el dolor no había desaparecido del todo; esta vez no en la cicatriz, que descansaba pasivamente después de la derrota de Voldemort, sino dentro de todo su ser: la pérdida de sus seres queridos se hacia ahora mas fuerte dentro de él, una vez había descansado de la batalla. Lupin, Tonks, Fred… y muchas personas más, algunas conocidas, otras no, habían muerto esa misma noche, luchando por la renovación del mundo mágico, sin Voldemort y sus mortífagos, y con las esperanzas puestas en un mundo sin prejuicios ante la procedencia de la sangre. La primera parte estaba conseguida, Voldemort estaba muerto, y Harry estaba seguro de que esta vez era para siempre. La segunda parte…eso aun estaba por ver, pero Harry estaba dispuesto a trabajar duro para conseguirlo.
Miro alrededor, aun somnoliento. Estaban todos dormidos, lo cual no era de extrañar después de los sucesos de la anterior noche. Sin embargo en esa habitación, con sus cinco camas con dosel, oyendo los ronquidos de Neville, viendo a Ron con su usual pijama rojo demasiado corto, no podía menos que olvidarse de todo. Por fin, él estaba en casa.
El Gran Comedor estaba mas lleno de lo usual a esas horas de la mañana. Familiares de los heridos y fallecidos se arremolinaban al final del comedor, en torno a algunos profesores, que explicaban una y otra vez que los heridos y los cuerpos sin vida de sus seres queridos habían sido trasladados a San Mungo. Harry sintió un vuelco en el estómago al imaginarse a los señores Weasley como aquellas personas, preguntando desesperados por el cuerpo de su hijo Fred. Y entonces pensó en Lupin y Tonks, en sus cuerpos, y en su hijo Ted. Apenas acababan de ser padres, y habían fallecido, sin él poder impedirlo…Ted era huérfano, tal y como él lo era, y sintió una punzada de afecto hacia su ahijado. No, Harry no iba a dejarle nunca solo, él no iba a dejar que Ted viviera una infancia como la suya, no, esta vez sería diferente. Un poco más animado después de este pensamiento, siguió desayunando, a medida que el Gran Comedor se iba llenando, y con ello, los murmullos y saludos de admiración hacia Harry, que se sintió cada vez mas abrumado y arrepentido de haber decidido bajar a desayunar. Estaba decidiendo la manera mejor de escabullirse de allí sin ser visto, cuando vio a lo lejos, que Ron y Hermione le saludaban mientras entraban al comedor. Iban hablando, algo serios, y agarrados de la mano. Harry sonrió para sus adentros, divertido ante esta situación tan inusual en ellos.
Buenos días – se saludaron los tres
¿Cómo has dormido Harry?- preguntó Hermione con gesto preocupado.
Mejor que en todo este año – respondió él con una tímida sonrisa.
Ron estaba bastante callado, se le veía sumido en sus pensamientos, y Harry comprendió que pasaría mucho tiempo antes de que Ron volviera a ser el mismo, después de la muerte de uno de sus hermanos.
¿Dónde esta tu familia¿Pasaron la noche en Hogwarts también?- le pregunto Harry con curiosidad. La verdad es que tenía ganas de ver a Ginny, hablar con ella, ver cómo estaba…
Si, McGonagall se encargó de que todos los familiares que quisieran quedarse tuvieran habitación. Hemos quedado aquí dentro de un rato, para irnos todos juntos a La Madriguera.- respondió Ron, mirando su plato con tristeza.
Casi se arrepintió de haberle preguntado nada, pero no tenía forma de arreglarlo. Hermione miraba a Ron con una expresión extraña, casi de lástima, mientras este no levantaba la vista del plato. A partir de ese momento, los tres se dedicaron exclusivamente a su desayuno, sin saber realmente qué decir.
¡Harry! – dijo una voz angustiada en alguna parte del comedor.
Harry miró a todos lados y entonces se dio cuenta de que Andrómeda, la madre de la ahora difunta Nymphadora Tonks, iba hacia ellos con cara compungida y llena de lágrimas. Harry empezó a asustarse…¿iba Andrómeda a echarle la culpa de la muerte de su hija y su nuera? Si hubiera podido hacer algo por ellos… Entonces sin previo aviso se echó sobre los brazos de Harry, que no pudo hacer mas que darle palmaditas torpes en la espalda.
¡Mi hija, mi única hija! Y ahora que acababa de tener un bebe… ¿Qué será de Teddy ahora?- lloró la mujer desconsoladamente.
Sentimos muchísimo lo de su hija, señora Tonks…- empezó a decir Hermione a la vez que unas lágrimas amenazaban por salir de sus ojos.
Si, pero le puedo asegurar una cosa, Teddy no estará solo. Quiero decir…le tiene a usted, y por supuesto a nosotros, y a mucha otra gente que conocía a sus padres y que no dejaremos que le pase nada malo.- dijo Harry convencido. Aún no había superado del todo la muerte de Lupin y Tonks, pero ya había dejado claro que cuidaría de Ted casi como si fuera su propio hijo, que por algo confiaron en el para ser su padrino¿no?
Ante esto, la señora Tonks, esbozó una pequeña sonrisa, un poco mas calmada y se quedo sumida en sus pensamientos, mientras entre ellos se producía un silencio bastante tenso. Después de algunos minutos, la señora Tonks volvió a hablar.
¿Visteis…visteis c-cómo paso?- tartamudeó con la mirada perdida en algún punto de la mesa.
Nosotros….nosotros no…lo siento…- dijo Hermione, sin poder contener las lágrimas.
La profesora McGonagall dice que fue Bellatrix…si…mi hermana, mi propia hermana…- dijo Andrómeda más para sí misma que para ellos. Parecía haber olvidado que se encontraba con más gente.
Ante esta información Harry sintió como le hervía la sangre. Esa bruja, otra vez, había vuelto a destrozar la vida de otra persona, y ya se había llevado a tres de las personas mas importantes en la vida de Harry…
Al menos tuvo lo que se merecía – dijo Harry, apretando los puños por debajo de la mesa.
La señora Tonks pareció entonces salir de su ensimismamiento.
Si…si tienes razón- dijo con un suspiro y una mirada cargada de tristeza en su rostro- Molly tuvo mucho valor, mucho valor. Tienes suerte de tener una madre así- añadió dirigiéndose a Ron.
Si…gracias- dijo Ron sonriendo un poco mas animado.
Bueno chicos, me alegro de que estéis bien…habéis sido tan valientes…Dora estaría orgullosa de vosotros- suspiró con una mirada de afecto la mujer- En fin, es hora de irme…tengo que recoger…bueno, tengo que ir a San Mungo. Gracias por todo.
Y con estas ultimas palabras, la madre de Tonks se levantó y se fue con la cabeza gacha del comedor, dejándoles un poco consternados.
Antes de que tuvieran tiempo si quiera de recuperarse, un grupo de personas acababa de entrar en el comedor. La familia Weasley se dirigía hacia ellos, con una cara no muy distinta de la de Andrómeda Tonks. Harry no pudo evitar fijarse en Ginny. Tenía los ojos bastante hinchados, aunque ninguna lágrima caía ya por su rostro. Harry sintió unas ganas irracionales de abrazarla, de consolarla, pero se contuvo, pensando que quizá no era el momento adecuado.
La familia al completo se sentó junto a ellos para desayunar, sin más palabras que un "hola". Estaban todos demasiado apesadumbrados como para hablar más. Todos se dedicaron a comer, o al menos a hacer el intento. Solo había una persona que no parecía tener ganas ni de disimular. George miraba su plato con la mirada perdida, como ausente, como si sus pies le hubieran llevado hasta alli, aunque su cerebro se negara a reaccionar desde la noche anterior. Harry sintió un cariño enorme por los Weasley, y a la vez una rabia intensa que no podía controlar. La familia Weasley no se merecía esto. Ellos habían dado tanto siempre por todos…y ahora, habían perdido a uno de ellos de la manera mas cruel.
Oye, Harry, cariño…- comenzó la señora Weasley con la voz bastante tomada, interrumpiendo los pensamientos de Harry- ¿Dónde vas a ir después de esto¿Volverás con tus tíos?
Harry se sorprendió bastante ante esta pregunta. La verdad es que, con todo lo que había pasado, no había pensado en esa cuestión. Aunque, lo que si estaba claro es que no volvería con sus tíos, porque aunque habían cambiado bastante, Harry tenía los fatales recuerdos de su infancia, aun grabados en su mente. Y en Hogwarts, tampoco podía quedarse, así que supuso que solo le quedaba Grimmauld Place. Al fin y al cabo, esa era ahora su propiedad, y, aunque en otro tiempo había parecido oscura e incómoda, la verdad era que con Kreacher de vuelta, se había vuelto algo bastante parecido a un hogar.
No, supongo que iré a Grimmauld Place.
Pero… ¿tu sólo? Aún eres muy joven para vivir solo y… ¿Por qué no vienes a La Madriguera con nosotros? Estaríamos encantados de tenerte allí.
No se preocupe señora Weasley, de verdad, estaré bien. Kreacher ahora es muy amable, así que no estaré del todo solo¿no? – dijo Harry, con una tímida sonrisa, que pretendía ser tranquilizadora. No es que no le tentara la idea de ir a La Madriguera, estar con Ginny, ayudarla a superar la muerte de Fred… pero no se sentiría a gusto, sería inmiscuirse en el dolor de otra familia, se sentiría como un extraño.
Molly, querida, Harry ya es lo suficiente mayor como para decidir por él mismo. Estoy seguro de que se las apañará bien viviendo solo.- dijo su marido antes de que a la señora Weasley le diera tiempo a replicar.
Ésta asintió a regañadientes y siguió con su desayuno. Al cabo de un rato, los Weasley decidieron que ya no podían seguir allí, y se levantaron, no sin antes ofrecerles ayuda a Harry y Hermione unas cien veces. Después, Harry vio como ellos se alejaban hacia los jardines, dispuestos a irse por fin a casa.
Ay…- suspiró Hermione con la mirada fija en el lugar por el que los Weasley habían desaparecido- no se cómo van a superar esto…
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Hola! Bueno, esto es una especie de introduccion, para que vean como va a ir el fic. Si les gusta, continuare la historia ok? Tratare de seguir la historia segun los datos ke dio JK, para que de alguna forma Harry Potter no se haya ido del todo .
