Ok!!! Aquí ando una vez más, escribiendo sobre Remus. Pues no se, soy un
poco nueva, me gustan otros tipos de personajes, pero me gusta experimentar
de todo a todo. Espero que les guste!!!! (ya saben lo del disclaimer)
Porfis, me dejan reviews para cualquier observación, duda, sugerencia o
aplauso, lo recibiré con gusto! :D
*************
Y cómo es él
Estaba sentado en una butaca de la Sala Común. Ardía un fuego acogedor, pero yo no me sentía ni tranquilo y tampoco alegre, más bien estaba un poco molesto. Estaba terminando mi tarea de Transformaciones, en una mesa que compartía con James, Sirius y Peter. Se suponía que podíamos ir A Hogsmeade hasta entrada la noche, pero por tonterías nuestras nos tuvimos que quedar, e ir hasta que termináramos los deberes de la profesora McGonagall. Al otro lado de la Sala estaba Lilly, platicando con sus amigas. De pronto volteó hacia mi y me miró a los ojos unos segundos. Después les dijo algo a sus amigas y se levantó del sillón en el que estaba. Se dirigía hacia mi con paso seguro.
-Remus, ¿puedo hablar contigo un momento?-me dijo, tímida. -Claro, ¿te gustaría ir a otro lugar? -dije, cortésmente. -Gracias, creo que sería mejor- accedió, mirando de forma fugaz a mis amigos. -Ahora vuelvo, chicos. -me despedí de mis amigos.
Me levanté de la silla, dejando la pluma en la mesa. Después tomé de la mano a Lilly, pero ella me soltó casi inmediatamente. Yo la miré, sorprendido.
-Creo que es mejor así- dijo, temerosa. -Está bien, como quieras-contesté, aún extrañado.
Caminamos hasta llegar a el vestíbulo del castillo, y la invité a salir a los terrenos. Llegamos hasta un borde del bosque, donde estaba el lago.
-Ven, Remus...- me indicó Lilly, sentándose en la orilla del lago. Me senté a un lado de ella, esperando algo, una palabra, un beso, cualquier cosa... La notaba muy rara, demasiado seria. Rodeé sus hombros con mi brazo derecho, pero ella se apartó.
-Remus, quiero que me escuches. Tengo algo que decirte. -Te escucho, ya lo sabes. -Remus... es que...
*Mirándote a los ojos juraría que tiene algo nuevo que contarme, empieza ya mujer, no tengas miedo, quizá para mañana será tarde, quizá para mañana será tarde.*
-¿Qué pasa? Ya dime. -dije, con un poco de impaciencia y preocupación a la vez. -Remus... discúlpame, de veras. No quise que esto pasara... -¿Qué esto pasara? ¿A qué te refieres?
Ella se detuvo. Se tapó la cara con las manos y empezó a sollozar.
-Pero, ¿qué pasa? ¡Ya dime! -dije, más preocupado.
-Es que... hay alguien más... discúlpame, Remus. -¿Alguien más? ¿Quién?... no entiendo- dije, con los ojos como platos. ¡En qué fallé!
*Y cómo es él, en qué lugar se enamoró de ti, de dónde es, a qué dedica el tiempo libre. Pregúntale por qué ha robado Un trozo de mi vida. Es un ladrón que me ha robado todo*
No tenía palabras, no sabía qué decir. Me quedé un momento sin aliento, como si me hubieran golpeado el estómago y estuviera sofocado. Cerré los ojos y los volví a abrir, aturdido.
-¿Desde cuándo?-dije, abatido, volteando a otro lado. -No lo se, Remus... de verdad te pido perdón, por que yo aún así te quiero, pero creo que no puedo seguir correspondiéndote. Y pensé que sería peor si lo guardaba. -Si... -Remus, ¿estás bien? -No... pero espero reponerme algún día.-musité. -Lo siento muchísimo, Remus. No quise que esto pasara... -Ya, olvídalo, ¿quieres?. Ya pasó. -De veras me siento muy mal por esto... pero creo que me está esperando... lo siento- dijo Lilly, mirando hacia el suelo, completamente ruborizada.
*Y arréglate mujer, se te hace tarde, y llévate el paraguas por si llueve. Él te estará esperando para amarte Y yo estaré celoso de perderte.*
-¿Quién? ¿Quién es él?-dije, temiendo la respuesta. -Es... James- respondió, poniéndose aún mas roja y soltando otro par de lágrimas. -Osea que mi gran amigo y tu... -añadí, sin creérmelo aún. -Perdóname, Remus. Sé que es muy difícil, y no te lo pido ahora, pero si algún día llega a haber compasión y perdón en tu corazón, lo entenderé... Sino también. -Ya, está bien... Les deseo lo mejor. Y... espero que sean felices. Aún así son mis amigos... -me dolió decirlo, pero tenía que hacerlo, no iba a estar enojado con ellos... bueno, sólo un poco, o tal vez mucho. Pero no lo demostraría tan fácilmente. -Muchas gracias, Remus, ¡muchísimas gracias! Eres el mejor... siempre el más comprensivo, y amable... -Ya te tienes que ir, ¿no? Se te hará tarde. -le corté. No quería oír sus palabras más... estaba dolido a fin de cuentas.
*Y abrígate, te sienta bien ese vestido gris, sonríele, que no sospeche que has llorado. Y déjame... que vaya preparando mi equipaje perdóname si te hago otra pregunta...* -¿Y cómo es él?- le pregunté. -¿Cómo es él? Tu lo conoces bien, es tu amigo. -dijo ella, sorprendida por la pregunta. -Bueno si, pero... ¿te satisface? ¿es buena pareja? ¿te hace feliz? - pregunté. -Si... estoy bien con él. No te preocupes...
Nos quedamos en callados. Ella se levantó en silencio de la hierba, y yo la detuve con un brazo para levantarme yo primero y después ayudarla. Ella me miró por última vez, y se detuvo frente a mi. Después me dio un suave y último beso de despedida en la mejilla, y se dio la media vuelta para volver al castillo. Aún había una pregunta que me carcomía el pecho, y pugnaba por salir. Así que la liberé.
-¿En qué fallé? -musité, mirándola a los ojos.
Ella se detuvo y me miró sorprendida. Parecía que mi pregunta le sonaba absurda.
-No has fallado en nada. Es solo que... las cosas cambiaron. Pero tu no tienes culpa de nada, ni has fallado en nada. Soy yo...
*Y cómo es él, en qué lugar se enamoró de ti, de dónde es, a qué dedica el tiempo libre. Pregúntale por qué ha robado Un trozo de mi vida. Es un ladrón que me ha robado todo*
Después se volteó y marchó hacia el castillo.
Yo me quedé ahí, parado. Observé cómo entraba al castillo. Después me hinqué sobre la hierba y lloré descontroladamente.
-¡Por qué! ¡Por qué!- gritaba, pegando con mis puños el suelo.
Después me sequé la cara, y me marché hacia el castillo. No quería toparme con ningún compañero de Gryffindor, ni mis amigos, y mucho menos con James. Así que tomé un atajo que me llevó directamente hacia el dormitorio. Me metí en la cama, corrí las cortinas del dosel y me eché a llorar tranquilamente. En ratos pateaba la almohada, o la apuñalaba, pero después volvía a mi estado normal. En ratos venían los muchachos, sabían que estaba ahí, pero me fingí dormido. Después me quedé realmente dormido y no supe más de nadie.
*******
Listo!!! A ver qué les parece! :D En realidad no soy fanática de escribir sobre los merodeadores, pero mi amiguita maggy me ha dado esa "cultura", así que ya van dos aquí. R/R
Ba-Bye!
de todo a todo. Espero que les guste!!!! (ya saben lo del disclaimer)
Porfis, me dejan reviews para cualquier observación, duda, sugerencia o
aplauso, lo recibiré con gusto! :D
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Y cómo es él
Estaba sentado en una butaca de la Sala Común. Ardía un fuego acogedor, pero yo no me sentía ni tranquilo y tampoco alegre, más bien estaba un poco molesto. Estaba terminando mi tarea de Transformaciones, en una mesa que compartía con James, Sirius y Peter. Se suponía que podíamos ir A Hogsmeade hasta entrada la noche, pero por tonterías nuestras nos tuvimos que quedar, e ir hasta que termináramos los deberes de la profesora McGonagall. Al otro lado de la Sala estaba Lilly, platicando con sus amigas. De pronto volteó hacia mi y me miró a los ojos unos segundos. Después les dijo algo a sus amigas y se levantó del sillón en el que estaba. Se dirigía hacia mi con paso seguro.
-Remus, ¿puedo hablar contigo un momento?-me dijo, tímida. -Claro, ¿te gustaría ir a otro lugar? -dije, cortésmente. -Gracias, creo que sería mejor- accedió, mirando de forma fugaz a mis amigos. -Ahora vuelvo, chicos. -me despedí de mis amigos.
Me levanté de la silla, dejando la pluma en la mesa. Después tomé de la mano a Lilly, pero ella me soltó casi inmediatamente. Yo la miré, sorprendido.
-Creo que es mejor así- dijo, temerosa. -Está bien, como quieras-contesté, aún extrañado.
Caminamos hasta llegar a el vestíbulo del castillo, y la invité a salir a los terrenos. Llegamos hasta un borde del bosque, donde estaba el lago.
-Ven, Remus...- me indicó Lilly, sentándose en la orilla del lago. Me senté a un lado de ella, esperando algo, una palabra, un beso, cualquier cosa... La notaba muy rara, demasiado seria. Rodeé sus hombros con mi brazo derecho, pero ella se apartó.
-Remus, quiero que me escuches. Tengo algo que decirte. -Te escucho, ya lo sabes. -Remus... es que...
*Mirándote a los ojos juraría que tiene algo nuevo que contarme, empieza ya mujer, no tengas miedo, quizá para mañana será tarde, quizá para mañana será tarde.*
-¿Qué pasa? Ya dime. -dije, con un poco de impaciencia y preocupación a la vez. -Remus... discúlpame, de veras. No quise que esto pasara... -¿Qué esto pasara? ¿A qué te refieres?
Ella se detuvo. Se tapó la cara con las manos y empezó a sollozar.
-Pero, ¿qué pasa? ¡Ya dime! -dije, más preocupado.
-Es que... hay alguien más... discúlpame, Remus. -¿Alguien más? ¿Quién?... no entiendo- dije, con los ojos como platos. ¡En qué fallé!
*Y cómo es él, en qué lugar se enamoró de ti, de dónde es, a qué dedica el tiempo libre. Pregúntale por qué ha robado Un trozo de mi vida. Es un ladrón que me ha robado todo*
No tenía palabras, no sabía qué decir. Me quedé un momento sin aliento, como si me hubieran golpeado el estómago y estuviera sofocado. Cerré los ojos y los volví a abrir, aturdido.
-¿Desde cuándo?-dije, abatido, volteando a otro lado. -No lo se, Remus... de verdad te pido perdón, por que yo aún así te quiero, pero creo que no puedo seguir correspondiéndote. Y pensé que sería peor si lo guardaba. -Si... -Remus, ¿estás bien? -No... pero espero reponerme algún día.-musité. -Lo siento muchísimo, Remus. No quise que esto pasara... -Ya, olvídalo, ¿quieres?. Ya pasó. -De veras me siento muy mal por esto... pero creo que me está esperando... lo siento- dijo Lilly, mirando hacia el suelo, completamente ruborizada.
*Y arréglate mujer, se te hace tarde, y llévate el paraguas por si llueve. Él te estará esperando para amarte Y yo estaré celoso de perderte.*
-¿Quién? ¿Quién es él?-dije, temiendo la respuesta. -Es... James- respondió, poniéndose aún mas roja y soltando otro par de lágrimas. -Osea que mi gran amigo y tu... -añadí, sin creérmelo aún. -Perdóname, Remus. Sé que es muy difícil, y no te lo pido ahora, pero si algún día llega a haber compasión y perdón en tu corazón, lo entenderé... Sino también. -Ya, está bien... Les deseo lo mejor. Y... espero que sean felices. Aún así son mis amigos... -me dolió decirlo, pero tenía que hacerlo, no iba a estar enojado con ellos... bueno, sólo un poco, o tal vez mucho. Pero no lo demostraría tan fácilmente. -Muchas gracias, Remus, ¡muchísimas gracias! Eres el mejor... siempre el más comprensivo, y amable... -Ya te tienes que ir, ¿no? Se te hará tarde. -le corté. No quería oír sus palabras más... estaba dolido a fin de cuentas.
*Y abrígate, te sienta bien ese vestido gris, sonríele, que no sospeche que has llorado. Y déjame... que vaya preparando mi equipaje perdóname si te hago otra pregunta...* -¿Y cómo es él?- le pregunté. -¿Cómo es él? Tu lo conoces bien, es tu amigo. -dijo ella, sorprendida por la pregunta. -Bueno si, pero... ¿te satisface? ¿es buena pareja? ¿te hace feliz? - pregunté. -Si... estoy bien con él. No te preocupes...
Nos quedamos en callados. Ella se levantó en silencio de la hierba, y yo la detuve con un brazo para levantarme yo primero y después ayudarla. Ella me miró por última vez, y se detuvo frente a mi. Después me dio un suave y último beso de despedida en la mejilla, y se dio la media vuelta para volver al castillo. Aún había una pregunta que me carcomía el pecho, y pugnaba por salir. Así que la liberé.
-¿En qué fallé? -musité, mirándola a los ojos.
Ella se detuvo y me miró sorprendida. Parecía que mi pregunta le sonaba absurda.
-No has fallado en nada. Es solo que... las cosas cambiaron. Pero tu no tienes culpa de nada, ni has fallado en nada. Soy yo...
*Y cómo es él, en qué lugar se enamoró de ti, de dónde es, a qué dedica el tiempo libre. Pregúntale por qué ha robado Un trozo de mi vida. Es un ladrón que me ha robado todo*
Después se volteó y marchó hacia el castillo.
Yo me quedé ahí, parado. Observé cómo entraba al castillo. Después me hinqué sobre la hierba y lloré descontroladamente.
-¡Por qué! ¡Por qué!- gritaba, pegando con mis puños el suelo.
Después me sequé la cara, y me marché hacia el castillo. No quería toparme con ningún compañero de Gryffindor, ni mis amigos, y mucho menos con James. Así que tomé un atajo que me llevó directamente hacia el dormitorio. Me metí en la cama, corrí las cortinas del dosel y me eché a llorar tranquilamente. En ratos pateaba la almohada, o la apuñalaba, pero después volvía a mi estado normal. En ratos venían los muchachos, sabían que estaba ahí, pero me fingí dormido. Después me quedé realmente dormido y no supe más de nadie.
*******
Listo!!! A ver qué les parece! :D En realidad no soy fanática de escribir sobre los merodeadores, pero mi amiguita maggy me ha dado esa "cultura", así que ya van dos aquí. R/R
Ba-Bye!
