Llevaba más de cuatro días en el pueblo y todo parecía estar normal, ningún rumor entre los aldeanos sobre un supuesto espectro que los atemorizaba, la joven de pelo azulado claro pasaba entre las calles del mercado atenta a las pláticas de su alrededor en busca de información vital del motivo de su llegada. Había sido llamada por sus colegas sobre cosas sobrenaturales estaban pasando desde hace varios meses. La joven al principio recorrió los bazares y visitó todos los restaurantes de la aldea pero solo encontró peleas entre soldados y ebrios.
Como último recurso visitó una cantina a las afueras, llegó relativamente temprano ya que aun el horizonte pintaba de color rosa y naranja, tenía la esperanza de que los viajeros llegaran pronto, ellos eran los de mayor utilidad y los más histéricos cuando pasaba algo extraño, daría ventaja sobre eso. Paso el tiempo y la cabina empezó a llenarse, entre charla y charla no parecía apegarse a lo que buscaba; ya harta pensó que fue solo un mal entendido y que aquella criatura que alteraba el orden del pueblo ya se había ido o cazado por los aldeanos o un caza recompensas que empezaban a cobrar fama en este tipo de trabajos.
Puede que sea por las altas horas de la noche, puede que las copas se le hayan mal pasado, puede ser simple la lujuria de aquel hombre recargado en el mueble de pieles rodeado de varias mujeres, todas con buenos atributos y con belleza natural que lo que la hizo sentirse rara. Muchos guerreros tenían la pinta de atraer mujeres por sus músculos o sus historias sobre su última aventura en las montañas y cómo sobrevivieron a sus peligros. Pero este hombre no era como ellos,no, algo estaba mal y Moon podía percibirlo, su amuleto de esmeraldas así lo exigía. Moon era reconocida como una cazadora élite y no solo ser por una más de la familia más compleja de cazadoras de la historia de Mewni, Las Butterfly, si no que era una de las contadas en toda su historia familiar en poder cazar ya sea monstruos o demonios en plena luna llena o incluso sobrevivir a las emboscadas que le habían capturado en un varios de sus viajes entre pueblos.
Decidió permanecer sentada a una distancia justa, mientras observaba como varias mujeres coqueteaban con el pelo del hombre mientras este les contaba la historia de su pueblo natal, varias ocasiones el hombre interrumpió su historia solo para acercarlas más, deslizaba sus manos en sus curvas o en donde la piel estuviera expuesta y pareciera como "accidente", otras estaban sentadas en el suelo como compañía pero decididas a no quedarse atrás, exigían la misma atención de aquel individuo que solo les devolvía una sonrisa juguetona y proseguía su historia pero ahora con los ojos fijos en esas mujeres haciéndolas sonrojar y apegando su sus cuerpos, casi pareciendo obsceno.
Al cabo de unas horas el hombre se despidió de las mujeres con una sutil reverencia, dejando a varías sin aliento; Moon no perdió tiempo y salió de forma sigilosa sin levantar sospechas de las mujeres que seguían hablando sobre él. Afuera solo era oscuridad y era muy difícil verle sin una linterna, arriesgándose a ser descubierta no tuvo de otra que encender su linterna sin perder mucho tiempo, podía sentir que su amuleto se volvía menos pesado.
Se dirigió a donde su amuleto le indicaba, se volvía más pesado cuando estaba cerca de cualquier ser demonio o monstruo. Camino un buen rato entre el bosque hasta llegar al pueblo, ahí la señal se hizo mas fuerte y pudo seguirle el paso sin mucho problema pero cuando pensó que lo tenía rodeado en un callejón para su sorpresa no había nadie, por precaución quiso tomar su cuchillo pero una fuerza hizo levantar su mano y dejar caer la lámpara al piso rompiéndose en el acto. Fue tan rápido el ataque que a la hora de reaccionar se percató que estaba encontraba contra la pared con los brazos inmovilizados y a unos centímetros del suelo. Al ajustar su vista en la oscuridad del callejón que solo la luz de la luna lo iluminaba se percato del rostro a pocos centímetros frente de ella, lo primero que vio fue un par de ojos ámbar que parecían que le penetraban el alma y la hacían sentir atemorizada pero a la vez en calma. Al ver con más detalle, pudo ver el cabello largo y su vestimenta… era él. Sabía que estaba siendo perseguido, lo que más sorprendió a Moon fue que aun no la había matado, normalmente cuando estaba en este tipo de situaciones el monstruo le insultaba y atacaba, pero este solo la mirada.
-¿Qué hace una bella dama a estas horas de la noche?- Moon no contestó, estaba más concentrada en cómo salirse con las suyas, los seres más calmados eran los más peligrosos por su experiencia así que el tiempo era la clave de sobrevivencia. Forcejeo pero solo hizo reír al hombre -Descuida, si te portas bien seré gentil contigo- solo se necesito una mano para mantenerla en el aire, mientras que la otra vago hacia abajo en donde se encontraban sus pechos, un escalofrío recorrió su espalda al sentir las uñas rozar su ropa, la mano paso a desabrochar la fila de botones de su abrigo y abrirse paso hacia sus caderas. Moon dejó escapar un gruñido como advertencia pero este hizo más fuerte el agarre, al tenerlo solo a centímetros de su cara tuvo instinto de morder y así fue, el hombre gritó de dolor dándole tiempo suficiente para que aflojara su agarre y escapar, al tocar el suelo su primer instinto fue correr pero no fallo. El hombre la volvió a agarrar y la aventó contra la pared, gruñó como una bestia, dejando al descubierto sus dientes que parecían ser más afilados que el de un humano en común. La mordida que le había dado en la nariz había desaparecido haciendo que por primera vez en mucho tiempo, Moon sintiera miedo.
-Una especia tan básica como la tuya jamás se opone a mis encantos a menos de que...- el ser que ahora parecía como una bestia olfateo con fuerza su cuello y cabello. Al encontrar lo que buscaba la criatura gruñó, se inclinó y murmuró -Te diré lo mismo que les dije a todos los otros cazadores antes de ti-. Moon sintió un escalofrío al sentir el aliento en su cuello que fue subiendo hasta su oído, puede que haya sido eso o su mano fría y áspera que tocó su piel por varios segundos para poder arrancarle el amuleto que escondía en su pecho-Déjame solo y no vuelvas a buscarme -Se volteo sin más y se alejó, dejando caer el amuleto al suelo mientras lo hacía.
Moon permaneció recargada sobre la pared, procesando todo lo ocurrido, al ver su amuleto en el piso y percatarse de que no había ningún rastro de sangre o piel quemada a su alrededor, el pánico la invadió por completo. Ese tipo de amuletos eran especiales para identificar y mantener al margen a los espectros, en caso en que uno lo tocase su piel se quemaba o daba algún signo de dolor, lo tomo y se lo volvió a colocar con esfuerzo ya que sus manos no paraban de temblar y sus ojos no se movían de donde el espectro había desaparecido.
