Those Sad Years
Chapter1
Por tonta que parezca esta afirmación no puedo evitar decir que, efectivamente, esta no era la primera vez que Stan veía una casa, más sin embargo si era la más grande que había avistado en su vida. Hizo cálculos y llego a la conclusión de que la casa tenia tres pisos, sin contar el sótano que seguramente tendrían y basándose solo en la altura de las ventanas; la casa estaba rodeada de un gran patio delantero que era adornado por simples y toscas piedras que cubrían todo el terreno. A la derecha de la casa, en un rincón que apenas era visible desde donde estaba parado, se encontraba una puerta de madera que debería dar al patio trasero. Dos arboles de olivo se alzaban imponentes a cada extremo del terreno, uno de ellos tapando la puerta de madera; el otro, en cambio, se usaba como punto para estacionar los carros. Todo esto cercado por altos muros de piedra que solo cedían para dejar espacio a una reja de hierro al frente de la casa.
No se podía imaginar como es que una familia de apenas tres o cuatro personas, sin contar los animales o la servidumbre, podía pasar todas las noches de sus vidas ahí, en una casa que le triplicaba en tamaño a la suya propia- que ya de por si era bastante grande- y que despedía un aire tan triste.
De camino a esta casa le pregunto varias veces a su mama a dónde iban. En ninguna ocasión le respondió. Sharon se limitaba a dirigirle una mirada radiante de felicidad y a sonreírle de la forma en que lo hacia muy de vez en cuando, con Shelly de fondo despotricando contra el estúpido de su padre. Era obvio que estaba bastante molesta con él por haberlos hecho viajar todo un día- no es cierto, fue más tiempo- y alejarla de su nuevo novio.
No paraba de escupirle en la cara a Stan cada que él habría la boca y preguntaba, por lo que desistió de todo el asunto. Había aprendido a vivir con Shelly y sabía que lo mejor seria callar.
Stan tenía apenas nueve años y esa era la primera mudanza que experimentaba. Abrirse a mundos nuevos, le dijo su padre, Randy, cuando llegaron al campo abierto que seria su nuevo hogar. Con apenas unos cuantos vecinos, todos adultos y de caras tensas, ya se estaba haciendo a la idea de que se aburriría soberanamente en este lugar. Un prado donde parecía que todo, excepto esos arboles, estaba muerto.
Camino lento, con la mano izquierda aferrada a la de su madre y con la vista al suelo.
"No quiero ir", susurró. Iban a una fiesta de gala.
"Es por tu papá, Stanley", le sonrió Sharon. "trata de aguantar unas dos horas ¿bien?"
"Pfft!", escupió Shelly. Ella pensaba que esto era una perdida de tiempo, y Stan no pudo evitar admirarla por un efímero instante por saber expresar lo que él sentía con tanta precisión.
Las grandes puertas de la entrada estaban abiertas de par en par, con un mayordomo aguardando la entrada y sonriendo cordialmente a todo el que entraba en la gran mansión. No parecía triste, tampoco feliz. Simplemente estaba ahí, sonriendo. Entraron sin más. Sharon extendiéndole con la mano libre su propio abrigo.
Tacones. Empezaron a retumbar por toda la sala y Stan no pudo evitar encogerse, no quiere llamar la atención. Entro una mujer de la edad de de su madre,- aunque más bonita y con un mejor cabello le diría su hijo más tarde, para después recibir un zape-. Era obvio que estaba ebria.
"¡Bienvenidos!" soltó de repente, "Pase, señora Mash". Dejaron pasar la pregunta de cómo es que sabia quienes eran.
"Marsh", replico Shelly entre sus aparatos dentales.
"Opss", Liane Cartman se cubrió la boca con una mano y dejo soltar una leve risilla. "Mi culpa".
Shelly no pudo evitar maldecir a Randy Marsh.
South Park no es mío. Esto esta basado en la novela de El niño del pijama de rayas. No se que tal haya quedado, nada mas espero que sea de su agrado. :)
Hagan sus propias conclusiones.
