No podia con la presión. Sentia su olor por todas partes, fluia desde todos los rincones.A veces ser vampiro no era tan malo, pero en estas ocasinoes pensaba en quitarme la vida, para en seguida recordar que eso era casi imposible. Mi vida podia haber sido peor, eso es cierto, pero tengo una vida vacia. Ahora parecia que ademas iba a ser una tortura. Isabella Swan. Odiaba ese nombre, esa cara. Pero a la vez deseaba su sangre, mi parte más fiera se moría por una sola gota de aquel delicioso manjar. Pensé en más de 100 formas de matarla y estuve a punto de hacerlo. A punto

Ring ring ring

Salvado por la de la clase con ese patético paso humano al que ellos llaman correr. Deje mis cosas en casa, sabia que no las necesitaría para lo que iba a hacer. Evité a Alice y me puse a correr, rápido, lo mas rápido que ía que adonde me dirigía me acogerán como a uno más. Tanya siempre se habia portado bien conmigo, quizá mejor de lo que me merecía. Tenia la certeza de que seguia pensando que teniamos alguna oportunidad juntos

Llegue a Denali en menos tiempo del que pensaba, aun asi el ``viaje´´ se me hizo suerte la familia se encontraba en casa cuando toque el timbre (un gesto muy humano, gracias a Dios). Me abrió Tanya e intenté contener sus pensamientos anrtes de que me cayeran como una lluvia. Desde dentro me llegó la voz de Eleazar, apenas un susurro perfectamente audible para mis finos oidos:

- ¡Edward! Que grata sorpresa verte por aqui no esperabamos a nadie

- Gracias - dije sinceramente- Kate, Carmen estais como siempre - añadí dirigiendome a las otras dos componentes del aquelarre

- Hola Edward -Kate me drigió un escueto saludo para luego dirigirse al campo de practicas que tenía al otro lado de la casa

- Hola Edward ven para acá - como suponía Carmen, con su sangre latina y pareja de Eleazar fue mucho más estrujó entre sus brazos y note en ellos su gran parecido con que Carmen ni siquiera tenia hijos ``adoptivos´´ como fingia hacer mi madre

- Bueno, ¿y que te trae por aqui? - me preguntó Tanya, quizá con voz esperanzada, quizá no

- Vereis... - me aclare la garganta, un gesto totalmente innecesario, para proceder a contarles lo que solo sería el principio de la historia