EL AYER SE FUE.

Personajes de "Candy Candy": Mizuki e Igarashi

Personaje "Minerva Grey": Inuky666

Historia: Inuky666

IMPORTANTE: LEE MI PERFIL ANTES DE LEER ESTA HISTORIA!

NOTA 1: TE RECUERDO QUE DESIGNAR "CHARACTER 1" Y "CHARACTER 2" SOLO SE REFIERE A SEÑALAR "PROTAGONISTA" Y "CO-PROTAGONISTA" Y NO SIGNIFICA QUE ÉSTOS NECESARIAMENTE ESTÉN IMPLICADOS EN UN ROMANCE (ESO YA ES INTERPRETACIÓN DE CADA LECTOR).

NOTA 2: CON TODO RESPETO, RECUERDA QUE "NI SOBRA EL QUE LLEGÓ, NI FALTA EL QUE NO VINO", LAS HISTORIAS SON PARA DISFRUTARLAS Y SI ESTA HISTORIA NO ES DE TU AGRADO PUEDES RETIRARTE TRANQUILAMENTE SIN NECESIDAD DE DESPERDICIAR TU TIEMPO ESCRIBIENDOME UN REVIEW SOLO PARA QUEJARTE DE QUE NO TERMINÓ IGUAL QUE CIENTOS DE FICS (LOS CUALES SEGURAMENTE SON MUY BUENOS Y TE DEJARÁN SATISFECHO).

DICHO LO ANTERIOR -QUE ME VI OBLIGADA A AGREGAR- ...COMENCEMOS!


Mientras pensaba en un título para la historia que aquí les presento, escuchaba una de mis canciones favoritas. He aquí mi traducción resumida de dicha canción:

"Sé que las cosas no resultaron como se planearon...En este momento te sientes sola y triste...Esto es lo que debes entender: Hay un camino y el ayer se fue, es un nuevo día y el ayer se fue...No conseguirás nada quedandote llorando en casa...No puedes seguir viviendo en el pasado...Lo único constante es que siempre hay cambios..."(1)

Parece ser muy obvia en su mensaje, cierto? Sin embargo siendo honestos, pocos podemos ver el verdadero significado de esta breve frase: "El ayer se fue".

Durante nuestras vidas, en algún momento nos aferramos a vivir precisamente en algo que jamás volverá: El ayer. Nos tornamos ciegos ante lo que es nuestro presente y ni siquiera vislumbramos el nacer de nuestro futuro. Algunos corremos con la "suerte" de percatarnos rápidamente de este error tan común…pero otros tardamos un poco más…y seguramente existen aquellos que jamás pudieron descubrirlo.

Bueno, es hora de continuar dejando el pasado atrás, no es fácil, pero así se hará y pese a la insistencia de nuestro pasado por retenernos, seguiremos adelante.

Gracias a Keiko Nagita (alias Kyoko Mizuki) y a Yumiko Igarashi por crear algo que ha trascendido las barreras del tiempo.

Mi historia solo utiliza los personajes que las autoras originales crearon, pero, si apareciese alguien nuevo es totalmente de mi invención, al igual que las situaciones. Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.

Debo agregar que me tomé la libertad de mostrar pequeños fragmentos de algunas de mis canciones favoritas…en todas partes puede uno encontrar mensajes útiles en la vida! Obviamente les recuerdo que las letras de estas canciones son propiedad de sus autores y su aparición -al igual que esta historia- es meramente con fines de entretenimiento, sin intenciones de lucro.


"DEMONIOS DEL PASADO"

"El amante de la vida no es un pecador, el final es solo el inicio, cuanto más cerca estés de comprender algo, más pronto sabrás que estas soñando. Lo que parece real es una ilusión, por cada momento de verdad, hay confusión en la vida. El amor puede ser visto como una respuesta, pero nadie se compadece por nadie...Y eso ocurre una y otra vez, es el cielo y el infierno"(2)

Ciertamente el Tiempo es sabio y nos da valiosas lecciones que nos hacen madurar. Sin embargo, ese proceso no se da tan fácilmente ni está libre de dolor y en más de una ocasión nos vemos ante la difícil prueba de encarar nuestro pasado para poder entonces ver de frente nuestro presente y forjarnos un futuro. Enfrentarnos a nuestros propios demonios es algo que no todos tienen valor de hacer, pero, el intento debe hacerse…de lo contrario estamos condenados a vivir con una cadena y una bola de acero sujeta a nuestro pie. Y es entonces, cuando nuestro propio corazón parece estar al mismo tiempo…entre el cielo y el infierno.

Después de haber hablado con Albert, se despejaron las dudas y Candy decidió permanecer dentro de la familia Andley. Ella no se casaría con Neil, así que muy a pesar de los ruegos de la Tía abuela, Albert rompió ese compromiso y entonces Neil odió más que nunca a su recién descubierto "Tío abuelo" y simplemente se convirtió en una amarga sombra gris que de vez en cuando vagaba por la casa de los Andley sin darse a notar demasiado. Lo cierto es que jamás se resignó a quedarse sin casarse con la mujer que él deseaba contar entre sus "pertenencias", pero este no era el mejor momento de reclamar e insistir en lo mismo y por primera vez en su vida Neil decidió ser prudente, guardar silencio y esperar, esperar a que el tiempo le brindase una mejor oportunidad para conseguir lo que él tanto anhelaba…de buena o de mala manera.

Pasó el tiempo, la primera guerra mundial estaba en su apogeo y el ambiente en la ciudad era tenso dada la zozobra acerca del futuro. La muerte de Stear aun dolía y por ello es que Paty había permanecido en Florida junto a su abuela.

Por otra parte Annie seguía con su aparente feliz noviazgo con Archie. Sin embargo Archie no había podido desechar ese pensamiento de su mente y esos sentimientos de su corazón. A menudo Archie se mostraba ausente y meditabundo, Annie le preguntaba si le sucedía algo pero él simplemente sonreía y con tono suave decía que todo estaba bien…pero realmente era así?

Candy se dedicó a su trabajo como enfermera dentro de un importante hospital de la ciudad de Chicago pues al revelar ser miembro de la familia Andley oficialmente, muchas puertas que antes se le cerraron, finalmente se abrieron.

Ahí, en ese enorme hospital conoció muchas personas e hizo aún más amistades de las que creyó poder tener. Pero cierto día una chica apareció; Candy jamás la había visto en el hospital e imaginó que era un nuevo paciente, pero esta chica le pareció interesante inicialmente por su aspecto y después por su conducta. La chica tenía el cabello largo, lacio y oscuro pero al ser iluminada por los rayos del sol, su cabellera dejaba en evidencia un resplandor violeta el cual era su verdadero color, era de estatura media, tal vez 1.65m, complexión media, unos ojos castaños, sin gota de maquillaje, su piel morena clara, pero lo que la hacía peculiar era su atuendo, un tanto…rebelde por llamarlo de alguna manera: Botas negras, pantalón ceñido al cuerpo y una blusa blanca de mangas largas con un ligero escote. Se movía con libertad y paseaba por los corredores y jardines del hospital con una expresión de frialdad y fastidio cada vez que alguien pasaba a su lado, siempre estaba sola y en silencio. Candy comenzó a verla diariamente y su curiosidad creció. Hasta que un día esa curiosidad la llevó a acercarse a la chica…

-Hola, soy Candy, eres una nueva paciente verdad?

La chica volteó hacia la voz y se encontró con una enfermera rubia, pecosa y de ojos verdes, entonces con aire de burla respondió:

-Paciente? Claro que no! Lamento decepcionarla "Enfermera pecas" -y en seguida la chica rió a carcajada abierta al tiempo que dirigía un guiño a Candy.

Candy se sintió molesta por el sobrenombre "Enfermera Pecas"…sin embargo esas palabras y la conducta sarcástica de la chica le recordaron a alguien más, pero ese alguien más, era un varón. Y en seguida la chica sacó a Candy de sus recuerdos al agregar:

-Eres muy pecosa lo sabías?

-Qué tienen mis pecas?

-Fiiiuuuu! La "Enfermera Pecas" ya se enojó, no aguantas nada eh? Sigue tu trabajo que yo debo continuar con lo mío.

-Eres una chica malcriada verdad? Seguramente eres hija de alguien muy importante y por eso te comportas así no?

-Eso no es de tu incumbencia... Nos veremos después "Enfermera Pecas"!

Y acabado de decir esto, la chica se alejó corriendo dejando a Candy sumergida en una mezcla de confusión, molestia…y recuerdos.


Días después todo el personal del hospital se reunió para una junta general; estando en el salón del Hospital, Candy observó a lo lejos que una joven deslumbrantemente bella entraba, vestía un hermoso vestido azul con unas zapatillas de cristal y su cabello oscuro iba recogido en un hermoso peinado, la joyería que usaba era muy fina y su caminar era delicado como si estuviera en las nubes.

Candy entonces pensó si algún día ella misma sería capaz de lucir tan elegante en una de las tantas reuniones de la familia Andley. Obviamente Candy no se había dado cuenta que dicha elegancia también estaba en ella. La voz del director del hospital sacó a Candy de sus pensamientos y quedó boquiabierta cuando escuchó el motivo de la reunión y se enteró de quién era la joven:

-Los he llamado para informarles que este hospital ha sido comprado por la familia Grey, una de las familias más ricas del mundo. Y justamente la señorita aquí presente se ha convertido en la cabeza de dicha familia ante el fallecimiento de sus padres, ella es la señorita Minerva Grey.

Después de unos aplausos, hubo silencio y la joven se dirigió al frente y habló:

-Me interesa ver el trabajo de todos ustedes directamente asique en los siguientes días me verán frecuentemente por aquí. No deseo intervenir en sus rutinas, por lo que trataré de no causar molestias.

Y diciendo esta última frase miró a Candy y solo esbozó una sonrisa.

Pasó una semana y Candy hasta entonces no había podido ver a esa joven que ahora era dueña del hospital. Hasta que esa tarde en el jardín nuevamente se encontraron.

-Admirando el atardecer "Enfermera Pecas"?

-Oh! Discúlpeme yo no sabía que usted era…

-mmm? Que pasó con tutearme y regañarme por ser una chica malcriada eh?

-Lo siento, no le habría dicho esas palabras si yo hubiese sabido quien era usted –dijo Candy sonrojándose-

-No pasa nada. Tu también eres de una familia digamos "rica", no tanto como la mía, pero rica a fin de cuentas. Eres la "rebelde" de los Andley cierto? –Agregó con cierta picardía-

-Rebelde?..Sí…así es…soy…

-Candice White Andley, hija adoptiva del Señor William Albert Andley que es cabeza de los Andley pese a ser tan joven como yo.

-Cómo lo sabe?

-No es un misterio…He tenido que dejar mi mundo privado para entrar en el mundo de los demás ya que mis padres han muerto –dijo con aire de tristeza apenas perceptible e inmediatamente su humor cambió y con una sonrisa traviesa agregó- Mi nombre es Minerva Grey y como ves no me comporto siempre como una "dama" pero el intento se hace –y nuevamente sonrió.


En los meses siguientes Candy convivió más con Minerva y pudo ver que era una chica muy especial pues trataba con frialdad e indiferencia a todos aquellos que no le simpatizaban por ser tan superficiales y elitistas y además prefería estar sola. Sin embargo con Candy ella era diferente: era más espontanea y divertida, nunca hablaba de su vida privada pero eso a Candy no le causó incomodidad pues aún así sentía claramente que Minerva era de fiar; Candy no podría haber adivinado desde ese momento cuán importante sería esa chica en su propia vida futura.

Candy había estado viviendo en un departamento más grande del que tenía en tiempos de que Albert sufriera de amnesia y su vida al parecer transcurrió tranquila durante unos meses más, pero, al estar a solas en su departamento ella simplemente no podía evitar evocar ese asunto que consideraba sellado…pero que tristemente no era así. Para colmo de sus males, el carácter de Minerva era muy semejante al de esa persona que Candy trataba fervientemente de olvidar…así que la caja de pandora amenazaba con abrirse una vez más.

Sin poder borrar nada de su memoria, inevitablemente evocaba los recuerdos de la última vez que lo había visto, las notas en los periódicos mencionando su desaparición de los escenarios y el desconocimiento de su paradero pues ni siquiera su "prometida" sabía donde estaba y finalmente el breve encuentro que había tenido ocultándose entre la multitud para verlo actuar estando en una carpa horrible.

Luego, gracias a los periódicos nuevamente se enteraba que él había vuelto a la compañía de Teatro Standford…y al lado de su "prometida" por supuesto.

Conscientemente trataba de no leer más los periódicos, sabía que en cualquier momento leería la noticia de una boda y eso hacía que su corazón temblara de miedo y sintiera una tristeza mayor. Pero inconscientemente su mismo corazón le obligaba a revisar los periódicos de vez en vez ya que era la única manera de saber que él estaba bien.

Para todos los que han amado a alguien a distancia sin esperanza de unión, no resultará difícil entender la zozobra de Candy y la terrible lucha interna que la hacia cuestionarse si debía olvidar y continuar su vida o recordar y tratar de modificar las cosas; por un lado su deseo de hablar con él al menos una vez más…por otro lado, su deseo de estar más lejos, de olvidar que alguna vez lo conoció y que alguna vez lo amó.

Pero también es una gran verdad que nuestro destino está en parte escrito y que precisamente por eso es que no podemos escapar a algunas situaciones durante nuestra vida; hagamos lo que hagamos por evitarlo, simplemente termina por suceder aquello que tanto temíamos, dicen que no hay día que no llegue ni plazo que no se cumpla…

Habían transcurrido dos años desde esa terrible separación y precisamente una mañana vio el encabezado de un periódico que decía "Boda de una celebridad", el corazón pareció detenérsele y en seguida, casi como hipnotizada, se dirigió a comprar ese periódico. No estaba equivocada: En las páginas centrales se encontró con una imagen de él y ella…Terry y Susana.

Susana con una hermosa y triunfal sonrisa y unos ojos cuyo brillo reflejaba la enorme dicha…pero y él? Candy dudó un instante y después miró la imagen de él y vio lo opuesto: Una mirada sombría, un rostro sin una sonrisa, simplemente ausente, ajeno a toda la supuesta felicidad que debiera mostrar ante el público.

Candy no pudo evitar que las lágrimas brotaran, se sentía triste y…culpable; por alguna extraña razón sabía que ella era en parte responsable de esa boda y por lo tanto de la desdicha que Terry mostraba en esa imagen.

Siguió leyendo la noticia, ahí decía que en seis meses la boda se realizaría en Nueva York. En ese momento comenzó la agonía para Candy, el tiempo transcurría tan lento y era como si al término de ese periodo ella fuera a morir, sin embargo tres meses antes de la famosa boda…

Candy salía de trabajar y decidió caminar un poco por el parque, sentía que alguien le observaba, pero buscaba alrededor suyo y no podía encontrar al supuesto "vigilante". Hasta que de repente una mano se posó en su hombro; ella se asustó un poco…pero nada comparado con el pánico que la invadió al ver quién estaba justo a su lado.

Era él! Era Terry quien estaba a su lado! Sin poder mediar palabra alguna, ambos se miraron y en cuestión de segundos ambos se abrazaban y lloraban en silencio. Después, cuando la impresión inicial se había controlado…

-Qué haces aquí? No debieras estar aquí!…tu lugar está en otra parte…junto a ella…

-No puedo…no puedo seguir con la mentira…no puedo resignarme a la idea de que ya no podré estar contigo jamás…no me resigno a ello…

-Nada puede hacerse…acaso querrías romper tu compromiso?...dejarla plantada, exponerla a las burlas y críticas?...Tú le diste tu palabra…yo le di mi palabra…

-Tu palabra? -Preguntó Terry sin saber a qué se refería Candy-.

Y entonces Candy recordó que Terry desconocía los detalles de aquella conversación privada con Susana, Terry no sabía que Candy le había dicho a Susana que se alejaría para que ambos pudiesen casarse solo porque Susana había tratado de morir por él.

Penosamente Candy comenzó a explicarle brevemente la manera en que había enfrentado a Susana tratando de suicidarse, las cosas que se habían dicho aquella primer y única vez que se encontraron y el acuerdo al que ambas llegaron.

Terry se sintió frustrado y traicionado, enojado y defraudado, pero nada se podía hacer, al menos nada que en ese momento se le ocurriera a él. Terry hubiese querido hablar más sobre el asunto, pero no tuvo oportunidad ya que Candy se despedía rápidamente de él y lo abandonaba en medio del parque. Él sin saber qué hacer, sin saber si seguirla o regresar a Nueva York vagó por el parque con la mirada perdida y accidentalmente chocó con una persona…

-Oye que te pasa? Fíjate por donde caminas! -Dijo la voz enfurecida-.

-Tú también debieras fijarte por donde caminas! O es que acaso no tienes ojos?...

Terry quedó paralizado al comprobar por sí mismo que la otra persona sí tenía ojos, unos hermosos ojos castaños…Y entonces contempló por completo a esa persona: era una hermosa mujer de cabello largo, con un atuendo poco usual:

-Lo lamento señorita, no pensé que…

-No pensaste que hubiesen más personas por aquí? Si dejaras de caminar sonámbulo te darías cuenta que existen más personas además de ti!

-No pensé que…hubiera chocado con una chica! Por tu aspecto pensé que eras un varón! –dijo Terry con cierto sarcasmo y molestia al notar el carácter poco común de la chica.

-Si utilizaras bien ese par de ojos que tú tienes, lo habrías notado inmediatamente. Yo no tengo culpa de tu ceguera! -Respondió ella casi al instante-.

Y entonces Terry que trataba de ayudar a la joven a levantarse del suelo, se vio rechazado en su oferta de ayuda:

-Déjame! Puedo levantarme sola! -Dijo al tiempo que lo alejaba de un manotazo-.

-Vaya vaya la dama se muestra ofendida eh?

-Y el caballero se muestra desafiante no?

-Pues te ayudaré aunque no quieras –y acto seguido, tomó a la joven del brazo-

-Suéltame! Te dije que yo puedo levantarme sola!

Y acabado de decir esto ambos se encontraban tan cerca que a escasos centímetros los ojos de uno podían ver lo profundo de los ojos del otro. Ambos por razón desconocida inevitablemente se sonrojaron y guardaron cierta distancia.

-Que chica tan malcriada! -Y se cruzó de brazos-.

-Que chico tan engreído!

Y en seguida ella caminó para alejarse de él.


Esa noche Terry decidió quedarse en Chicago sin importarle las consecuencias y ya hospedado en un hotel, analizaba lo ocurrido ese día mientras su corazón entraba en confusión, mezcla de miedo, tristeza, soledad, desesperanza…e inquietud. En ese día había logrado ver a Candy, había comprobado que aún lo amaba y sufría tanto como él, pero también se había enterado que Susana y ella habían decidido lo que era mejor para él sin siquiera consultarlo. Y encima de todo, sabía perfectamente que él implícitamente había coincidido con la decisión de casarse con Susana porque así lo consideró correcto dado que ella le salvó la vida a costa de perder una pierna y perder también su futuro como actriz.

Inevitablemente tuvo que reconocer que después de eso su vida se convirtió en un infierno ya que Susana todo el tiempo lo celaba, demandaba la atención de Terry a cada instante, desconfiaba de él en cuanto se ausentaba por más tiempo del acostumbrado e insistía en exigirle a Terry sentir lo que simplemente no podía sentir: Amor hacia ella. Cuando él le hacía un desplante (presa del fastidio y el agotamiento que causa estar con alguien tan voraz como lo era Susana) ella simplemente hacía su rutina de actuación: Lloraba y le reclamaba el estar postrada en una silla de ruedas, lo culpaba abiertamente de su desdicha al ya no poder ser actriz y además lo hacia sentirse miserable al no ser capaz de amarla como "pago" por lo que ella había hecho por "amor" a él.

Terry se preguntaba si sería capaz de soportar vivir el resto de su vida de esa manera, atado a una mujer que él no amaba y que seguramente jamás amaría puesto que si al menos Susana fuese una persona de nobles sentimientos realmente, podría entonces existir la posibilidad de sentir algo de cariño hacia ella.

Lo cierto es que Susana sabía muy bien actuar el personaje de la chica desamparada, noble y buena cuando le convenía…pero también podía tomar el papel de la mujer manipuladora, egoísta y sin escrúpulos en la que se convertía cada vez que Terry trataba de liberarse de su compromiso matrimonial con ella.

En los últimos meses Terry había comenzado a dudar sobre su decisión de matrimonio y entonces reunió un poco de valor y discretamente trató de hacer ver a Susana que no era muy buena idea después de todo tener un marido que no la amaría como ella se lo merecía; Sin embargo Susana inmediatamente notó que si no presionaba a Terry, la boda no se llevaría a cabo jamás, razón por la cual no dudó en comenzar una de muchas actuaciones estelares en su vida:

-No comprendo de que me hablas. Sé que te amo y que quiero casarme contigo, seremos felices, verás que con el tiempo aparecerá el amor…

-Sinceramente…no sé si eso algún día pase…he pensado que no es justo para ti esperar algo que tal vez…

-Claro que sucederá! Tú...me diste tu palabra de casarte conmigo. Por eso es que soy tan feliz, porque sé que eres un caballero, pese a que jamás podré ser actriz, tú estarás a mi lado…Teniéndote conmigo nada importa, ni siquiera me siento inútil al estar en esta silla de ruedas porque sé que logré proteger a la persona que amo y que la vida me recompensará con tu amor.

Al ver que Susana evadía sus comentarios e insistía en un futuro juntos, Terry había comenzado a beber demasiado y su trabajo decaía en calidad… solo estando ebrio era capaz de continuar al lado de Susana abandonando sus esperanzas de libertad.

Varias veces Terry se había despreciado a sí mismo por tratar cobardemente de escapar a algo que él mismo había propiciado al dar su palabra de matrimonio. Pero no pudo evitar el impulso que su corazón le exigía a gritos como si su vida dependiera de ello, por eso es que había decidido viajar a Chicago y buscarla, verla una vez más, saber qué había sucedido con la chica que él tanto amaba. Desafortunadamente el encuentro no resultó como esperaba; Ahora también sabía que Candy había cedido a esa decisión sin importarle lo que él pensara al respecto y eso lo hería en lo más profundo de su corazón. Por primera vez dudaba en la confianza que había entre Candy y él ya que ninguno de los dos habló al respecto jamás, justamente hasta hoy.

Y también había algo más, algo nuevo en su mente; un par de ojos castaños que lo miraban con mezcla de furia y de fascinación, la conducta de la chica la había visto solo en una persona: Candy, pero al parecer esta nueva chica también era de esa "rara especie" y eso intervenía en sus pensamientos sin saber qué juegos guardaba el destino para él.


Candy lloraba amargamente en su departamento cuando de pronto alguien llamó a su puerta; sin muchas ganas de tener visitas se secó sus lágrimas y abrió la puerta haciendo a un lado sus pensamientos. Era Minerva que le visitaba.

Minerva entró murmurando un montón de cosas, parecía furiosa e inquieta:

-Es un mocoso engreído solamente!

-De quien hablas Minerva?

-ehh?...no nada, es que mientras venía aquí tuve la mala suerte de chocar con uno de esos tipos que se cree conquistador…

-Pues parece que el encuentro te afectó más de lo debido.

-Claro que no! Es solo que...que no soporto a ese tipo de hombres que creen que por tener un par de ojos lindos pueden coquetear con cualquier chica…

-"Ojos lindos" eh? –Agregó Candy con curiosidad-

-No…no hablo en serio… olvida lo que dije... Candy tienes los ojos hinchados! Has estado llorando verdad? Qué pasa?

Y entonces por primera vez en mucho tiempo Candy fue incapaz de contener las lágrimas frente a alguien y sin más se arrojó a los brazos de su reciente amiga aún sin comprender claramente porqué sentía hacia la chica tanta simpatía. Minerva se sorprendió de ver en ese estado a Candy puesto que a pesar de conocerla hace unos meses, siempre la veía sonriente y feliz. Aunque Minerva recordó que algunas personas eran expertas en ocultar sus emociones y fingir siempre estar bien. La misma Minerva era experta en eso.

Candy lloró lo que no había llorado con nadie desde que se separó de Terry; ni siquiera con Albert había podido desbordar toda su tristeza pues se sentía incómoda viendo que él se desvivía por darle consuelo sin obtener buenos resultados del todo. Fue entonces que Minerva se enteró en forma resumida de la gran pena que la "Enfermera Pecas" guardaba en su corazón desde hace casi dos años y medio: supo que ella amaba a alguien profundamente pero que una tercera persona intervino y al final tuvieron que separarse. Sin embargo el asunto iba más allá pues justamente hace 3 meses se anunció la boda y hace unas cuantas horas había tenido un encuentro con ese joven después de tanto tiempo de no verse. Minerva escuchó perpleja la historia y cuando hubo terminado la narración, no pudo evitar hablar con franqueza:

-Te equivocaste -Dijo bruscamente-.

-Que quieres decir?

-Te equivocaste Candy, debiste haber hablado con ese chico, debiste haber peleado por lo que era tuyo…

-No Minerva, ella le ha dado demasiado, lo ama y…

-Quieres callarte y dejarme hablar? Escucha: Cuando alguien ama a una persona, ciertamente busca su bienestar…pero jamás pide pago por ello. Tu darías la vida por él y no te atreverías a obligarlo a hacer algo que no quisiera a cambio, no es así?... Si tanto se amaban ustedes, no debieron permitir que alguien más los separara. Esa chica no lo ama, solo desea tenerlo a su lado sin importar lo que él desee; Sin importar que tú sufrieras, sin importar que él sea infeliz, eso no es amor. Y dime, al menos le preguntaste a él lo que sentía por esa otra chica antes de que tú decidieras dejarlo?

Candy se sorprendió ante las duras palabras de Minerva y fue incapaz de responderle, pero ésta no había terminado todavía:

-Pero no solo te equivocaste tú. Él también se equivocó; no tuvo valor para poner en su lugar a esa mujer y defender su amor por ti. Ustedes no hablaron y simplemente ella se aprovechó de la situación. En tres meses ella habrá ganado definitivamente, se casará con él y él será tan miserable como tú. Qué harás al respecto?

Ella solo trataba de secar sus lágrimas y permanecía en silencio, por lo cual Minerva comprendió que Candy se había resignado a dejar ir al hombre que amaba.

-Entonces no hagas nada, quédate aquí llorando tu desdicha y deja que todo siga su curso. Al parecer él trata de reaccionar y hacer lo que realmente quiere hacer…pero tú no estas dispuesta a lo mismo. Es caso perdido. No tiene sentido que solo uno de los dos trate de luchar!

Intempestivamente Minerva salió del departamento de Candy, dejando a su amiga con sus lágrimas y lamentaciones. Minerva odiaba ver que alguien simplemente se abandonaba a la desesperanza y dejaba de luchar por su felicidad. A pesar de ser tan joven, había experimentado tanta soledad, tantas pérdidas, tanta tristeza, que no resistía ver que alguien como Candy terminara igual de sola que ella.

Esa noche Minerva no durmió, la imagen del rostro de Candy derramando esas lágrimas quemantes venía a su mente una y otra vez. Había llegado a apreciar tanto a la "Enfermera Pecas" que la veía casi como si fuese su hermana menor. No conocía al chico que ella amaba, ni a la chica que se interpuso en su camino, ni siquiera sus nombres sabía puesto que Candy se negó a dar detalles, pero para Minerva, era evidente que esa chica era una egoísta y el chico le inspiró una especie de compasión y de enojo.

Tres personas esa noche no lograron conciliar el sueño: Candy llorando y recordando lo sucedido además de las duras palabras de Minerva pero repitiéndose a sí misma que hacía lo correcto una y otra vez, Terry meditando sobre lo poco que le dijo Candy y además recordando el breve y rudo encuentro con una desconocida, Minerva tratando de responderse a sí misma porqué los seres humanos se complicaban la vida más de lo que debía ser…y finalmente vio el amanecer pensando en ese encuentro con un chico engreído.


Al día siguiente Terry paseó nuevamente por el parque, sabía en cuál hospital trabaja Candy pero dudaba si era buena idea buscarla allá. A lo lejos vio una figura solitaria, no fue difícil recordar que el día anterior había visto esa misma figura.

-Nos encontramos nuevamente eh?

-Cómo? Tú otra vez? Es que acaso no tienes algo mejor que hacer? -Dijo al girarse y ver que nuevamente ese chico estaba ahí-.

-Qué carácter! Seguramente no tienes novio y por eso estás aquí sola cierto?

-Eso no te importa!...Además no soy la única sola verdad?

-Con ese carácter nunca tendrás novio.

-Bueno entonces ya seremos dos los solterones!

Acto seguido, Minerva se levantó del césped y se alejó enfurecida. Terry quedó solo, pensando en lo que debería hacer. Finalmente decidió ir al hospital pero Candy se negó a recibirlo argumentando que tenía mucho trabajo, sin embargo la insistencia de él tuvo respuesta:

-Qué quieres?

-Saber si realmente estarás bien al verme casado con Susana.

-Ya sabes que es lo mejor, ella estará bien contigo.

-Es que acaso no importa lo que tú sientes ni lo que yo siento?

-No! Jamás debes dejarla sola…si tu la abandonas qué será de ella?

-Y si tu no estarás conmigo, qué será de mi?

Candy sintió su corazón temblar y su voluntad amenazaba quebrantarse, asique sintió la urgencia de acabar pronto con esa discusión.

-Ese pensamiento es muy egoísta! Yo no podría basar mi felicidad en la infelicidad de alguien más! Y ahora discúlpame tengo mucho que hacer. Te deseo lo mejor…hazla feliz y por favor trata de ser feliz tú también.

Terry quedó en silencio, Candy no dio oportunidad de que él dijera algo más, por segunda vez ella se alejó a toda velocidad sin siquiera mirarlo a los ojos.

Entonces el corazón de Terry se encogió de dolor, todo era más claro: no había posibilidad de reconciliación, no había posibilidad de liberarse de aquello que en sus brazos "pesaba más que el plomo", no había posibilidad de recuperar el amor perdido.

En silencio, ahí parado, personas pasando a su lado, se dio cuenta que "el deber" no siempre implica "el querer" y en su afán por hacer lo correcto por gratitud, se había puesto a sí mismo en una encrucijada que solo le trajo dolor y soledad y posteriormente se vio en una situación sin salida haciendo sufrir a la mujer que amaba, para finalmente descubrir que su propia alma se marchitaba sin poder alimentarse del amor. Ahora todo estaba dicho, la muerte del alma no tenía posibilidad de evitarse: Su amor por Candy quedaría sellado en lo profundo de su corazón y entonces el corazón se le convertiría en una piedra incapaz de sentir ni volver a latir.


Dos días transcurrieron y Minerva apareció en el hospital solo para despedirse de Candy, tenía que hacer un viaje de negocios por lo que estaría lejos de Chicago durante algunos meses probablemente.

-Cuando volverás?

-No lo sé, supongo que en cuanto termine las negociaciones…odio todo eso…pero ya no hay nadie más que pueda hacerlo.

-Estarás bien?

-Claro que sí! Estoy acostumbrada a vivir así…sin raíces. Además es mejor así.

-Respecto a lo que me dijiste la otra noche…

-No quise ser tan ruda…es solo que creo que todas las buenas personas merecen ser felices, permanecer junto a los seres que aman…pero nadie más puede tomar esa decisión…solo tú decides cómo vivir y qué tan feliz quieres ser, recuérdalo. Bueno me voy, nos veremos dentro de un tiempo Enfermera Pecas!

Y sin decir más, Minerva se fue. Candy pensó en las últimas palabras de su amiga y eso le hizo sentir más tristeza aún.

Continuará...


Hola! Bienvenidas al primer capítulo de este nuevo fic...bueno en realidad es el primero que escribí jeje (antes de que descubriera la existencia de Fanfics practicamente ó_ó). Obviamente yo fui una de tantas fans inconformes con el final de la serie...así que escribí mi propia versión de lo que podría ser la continuación ;)

Los fragmentos que les mostré en la introducción y dentro del primer capítulo fueron de estas canciones:

(1) "Yesterday is gone", Lenny Kravitz.

(2) "Heaven and Hell", Black Sabbath, Ronnie James Dio.

Espero se animen a acompañarme en esta nueva historia cuyo guión seguramente saldrá de lo habitual jejeje. Reviews?