Este día no había sido de lo mejor, pues volvía a casa sintiéndome atareada y con una tremenda cefalalgia, encontrándome deseosa por algo de silencio en medio de esta gran ciudad Denver que parece nunca callarse, mientras tanto esperaba el tren de las 8:30. Sin mucho ánimo noto como aquel hombre de apariencia promedio se fija en mí de reojo, miro el reloj 8:45.

– ¡Perfecto!... ahora se retrasa. –me dije irritada aumentando innecesariamente el dolor en mi cabeza, notó como con mucho disimulo aquel hombre se acerca y se sitúa a mi lado mostrándose muy egregio, mas no le preste atención hasta que se dirigió a mí directamente con una presentación llena de circunloquios que causaban aburrición, mencionando cosas como sus estudios algo que tiene que ver con la geodesia o... por el estilo, luego de un momento mi atención se desvaneció, pues empecé a imaginarme una cama suave y cómoda donde reposar, un baño caliente y relajante... ¡Ah!... que delicia…

– ¿Disculpa? –esta palabra me hizo volver en mí y fijarme en los ojos de Randy, los cuales por cierto tienen un color muy bonito.

– ¿Qué pasa? –le pregunté.

– Es que pareces en otro mundo… ¿Te encuentras bien? –señaló.

– La verdad es que no me siento muy bien. –afirmé.

– Ah, disculpa, ¿Te estoy incomodando? –preguntó frunciendo su ceño como si la pregunta le causara algún tipo de sufrimiento.

– Si, un poco.

– Oh, lo lamento, es solo que quería decirte…–bla bla bla empezó a elogiarme mientras yo me desesperaba más y más por la tardanza del tren.

– ¡Ya! Basta con tantos ambages. –le corte no muy agradablemente, se quedó en silencio un momento, como si le hubiese dado una apoplejía, pero luego reaccionó.

– Lamento mucho haberte incomodado, que te parece si a forma de disculpa aceptas ir mañana conmigo a tomar un café. –continuaba con sus rodeos y yo solo asentía con la cabeza mientras abordaba el último vagón del tren que por fin había llegado y al cual él no se subió, por último dijo– Aquí te esperaré mañana, y puede que a lo mejor estés de buen humor… perdón pero ¿Cuál es tu nombre? –preguntó con un brillo especial en sus ojos, quizás por haber alcanzado su propósito inicial y ahora tenerme posiblemente encachada en un compromiso con él.

– Sharon. –respondí regalándole una pequeña sonrisa y haciendo un gesto de despedida con la mano a lo cual él también respondió de la misma manera. Continúe sonriendo hasta llegar a casa, esto alivio paulatinamente mi malestar mientras ahora pensaba en Randy y su manera de ser... intensa pero a la vez tierna, lo que me llama la atención en él, ahora no podía evitar sentirme un poco ansiosa por el día de mañana en donde espero poder entablar una conversación menos deplorable que la de hoy– "Hasta mañana, Randy." –fue lo último que pensé antes de caer en un profundo sueño.


Saludos gente bonita. Aquí una pequeña historia. Andaba revisando documentos antiguos, y al repasar esta tarea del cole, donde tenia que utilizar las palabras: cefalalgia, egregio, circunloquio, geodesia, elogio, ambages, y apoplejía; salio esto. Cuando leí "geodesia" pensé en Randy y me dije, eh, esto lo puedo modificar, y pues eso, espero les guste este... ¿pasaría por fluffly?... No lo creo, la actitud de Sharon es más bien como "No me toques" xD ... pero así se conocieron Sharon y Randy :P A lo bien que yo admiro a Sharon Marsh y Marge Simpson, ¿Cómo? Óigame, ¿Cómo pueden soportar a ese par de idiotas? Eso si es amor. A lo bien. He dicho. Ya sabes que tus comentarios son bienvenidos y agradecidos. Nos leemos :)

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