De como James conquistó a Lily mientras Severus estaba en el rincón
"Este fic participa en el reto anual "Long Story" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black".
Disclaimer: Todo le pertenece a J.K. Rowling. Yo utilizo sus personajes sin fines de lucro.
Jueves 9 de febrero de 1978
Era un jueves lluvioso en Hogwarts. El cielo del Gran Salón mostraba nubes de color gris oscuro y se podía escuchar a la lluvia caer al césped de los jardines.
Varios alumnos llevaban bufandas en sus cuellos y otros intentaban calentarse haciendo aparecer fuego.
James Potter, Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew estaban cómodamente sentados en las sillas, con los pies apoyados encima de la mesa. Bueno, Remus no, que con un libro de Encantamientos en la mano, practicaba para la siguiente clase.
—¿No deberían estar estudiando? —preguntó este, con un deje reprobatorio en la voz. No le gustaba tener que decirle a sus amigos que debían estudiar, prefería quedarse callado, pero estaban en séptimo, ellos debían estudiar. No podían ser tan vagos.
—Lunático —respondió Sirius—, estamos en séptimo. Podemos hacer lo que nos venga en gana. Tenemos millones de horas libres, chicas hermosas por los pasillos, ¿y tú te preocupas por la clase de Encantamientos?
—Sí, pero es nuestro último año. Esas horas libres son para estudiar y las chicas hermosas son solo para ti. A Colagusano las chicas le dan miedo, a mí por el momento no me interesan y a Cornamenta solo le interesa Lily.
—Cierto, cierto —dijo pensativo Sirius—. Hablando de Evans… James, querido amigo, ¿qué te ha pasado? Has dejado de perseguir a la "perfecta prefecta". Pensaba que era tu amor verdadero y las otras cursilerías que dices cuando duermes.
James apartó la mirada del huevo con tocino que estaba comiendo e intentando tragar le dijo:
—Mo no faflo 'ogmio —dijo con enojo.
—James, traga antes de hablar, tiene diecisiete años no cinco —lo reprendió Remus.
—Dije que yo no hablo dormido. Pero es verdad, ella es mi amor verdadero y algún día nos casaremos y tendremos un hijo y será un gran jugador de Quidditch y viviremos en el Valle de Godric y… Y…
—Ya, para, querido amigo —Sirius hizo un ademán con la mano para que se callara—. Tú sabes muy bien que te acompañamos en tu cruzada por conquistar a la pelirroja, pero desde que empezó el año no has hecho absolutamente nada para llamar su atención.
—Pero, mi hermano perdido de otra madre, yo tengo un plan infalible para que caiga en mis brazos y podamos casarnos y tener un hijo y un gato y seremos felices y…
—No tienes ni idea de lo que harás, ¿verdad? —lo interrumpió Remus con aburrimiento.
—Ni la más mínima idea —confesó James—, pero eso no hará que me rinda. Aunque, en realidad no la estoy ignorando, solo intento que se me acerqué.
—No creo que lo haga —saltó Peter. James lo miró.
— ¿Por qué crees eso Peter? ¿Es que acaso nadie confía en mis dotes para enamorar mujeres? —dijo James, componiendo un llanto fingido.
—Um, bueno, en realidad… Es que ella creo que sigue enojada contigo por lo del año pasado.
— ¿Qué? ¿Por intentar robarle un beso en la biblioteca se enoja? Pero que muchacha —comentó Sirius provocando una risita de Peter.
—En fin, James, creo que de verdad, si lo intentas, podrás lograrlo. No te rindas —opinó Peter.
—No se ha rendido nunca. Si lleva desde primero intentando salir con ella —observó Remus con una sonrisita.
—Sí, supongo que al final lo lograra —dijo Sirius—. Sus planes "infalibles" son estúpidos pero funcionan.
—En fin, dejemos mis planes infalibles de lado —exclamó James con una mueca—. ¿Qué clase tenemos ahora? —preguntó con un repentino interés, intentando revisar el horario de Peter.
—James, te lo he dicho mil veces, los jueves a primera hora siempre tenemos Encantamientos. Ni siquiera se para que preguntas. Los sabes perfectamente. Es la clase preferida de Lily, ¿no? —le espetó Remus.
—Sí, es verdad Lunático. Pero siempre debo preguntar. Además, en estos momentos, te tengo mucha envidia, mi querido amigo, tú te puedes sentar con Lily y ella no te dice nada, pero si yo me siento me lanza un maleficio. Que vida triste —suspiró James.
Como todos bien sabían, Encantamientos era, en verdad, la clase preferida de Lily, seguida por Pociones, Runas, Transformaciones, Herbología, etcétera, etcétera.
Lily era la preferida de Flitwick, con su capacidad para entender todo en un segundo y realizar las cosas perfectamente bien en un solo intento. Cosa que sorprendía a casi todos los estudiantes, porque Flitwick estaba empezando a enseñar hechizos cada vez más complicados y hasta los mejores tardaban en conseguir algún resultado.
Claro que Sirius, James, Remus y Peter eran buenísimos con Encantamientos (y ya que estamos, con todas las materias en general) y estaban solo un poquito más atrás que Lily.
En fin.
Mientras hacían tiempo antes de ir a la clase James miraba la mesa del Gran Salón con un deje de aburrimiento mientras Sirius se atiborraba de comida. Remus había conseguido que Peter se pusiera a estudiar y repasaban juntos para la siguiente clase.
A las nueve menos cuarto se dirigieron al tercer piso, donde se encontraba el aula de Encantamientos.
Entraron y vieron que Flitwick todavía no había llegado. La mayoría de los alumnos de Ravenclaw ya estaban sentados, con los libros abiertos, practicando hechizos. "Nerds" masculló Sirius entre dientes, provocando la risa de James y Peter.
Se sentaron cerca de la mesa de Flitwick y comenzaron a charlar provocando que los alumnos de Ravenclaw, de vez en cuando, les chistaran para que se callaran.
Mientras James estaba hechizando unas plumas para que escribieran groserías en los pergaminos, causando la risa de Sirius, entraron dos chicas. Una le contaba algo a la otra, mientras esta leía algo en un libro.
Una de las jóvenes tenía el pelo rubio oscuro, era alta y tenía una sonrisa alegre en el rostro. Sus ojos, de un color chocolate, buscaban con insistencia a Sirius. Cuando lo encontró su sonrisa se ensanchó. Y se hizo más grande cuando este le hizo un guiño. Porque a Marlene McKinnon no había nadie que le gustase más que Sirius Black.
La otra tenía el cabello de un color rojo fuego, brillante, sedoso y con ondas. Parte de su cara estaba oculta atrás de un grueso libro de Encantamientos, pero sus ojos, verdes como ningún otro, se podían ver moviéndose rápidamente, leyendo quien sabe qué cosa. Al contrario que Marlene, Lily Evans no tenía nadie a quien buscar.
Al menos, nadie que ella supiera.
Hay veces en las que creemos no estar enamorados, pero dentro de nosotros el subconsciente sabe que en realidad no es así. Dentro nuestro siempre hay alguien. Siempre. Y no era la excepción para Lily.
Cuando James vió a Lily, saltó sobre los pupitres, provocando que los Ravenclaw se irritasen y fue a pararse al lado de la pelirroja.
—Hola, Evans —dijo James revolviéndose el cabello—. ¿Qué haces?
—Piérdete, Potter —le respondió ella sin apartar la vista de su libro—. Tengo cosas más importantes que hacer —Y, sin mirarlo, se fue a sentar al lado de Marlene, quien se encontraba charlando con Sirius y Peter.
—Pero Lily querida, no puedes tratar así al futuro padre de tus hijos —exclamó James acercándose a ella.
—Soy Evans para ti. Y jamás serás el padre de mis hijos. Mejor ve con Black, tu hermano perdido, a hacer travesuras, pero a mí no me hables.
—Si sales conmigo una vez, te juro que nunca más te vuelvo a hablar —propuso James—. ¿Qué tal? Mira si en esa cita te enamoras de mí y…
—Mira, Potter, mejor cállate —lo interrumpió ella—. He estado investigando y encontré un hechizo para expulsarte las entrañas. No querrás ver tus intestinos colgados por ahí, ¿verdad? —dijo Lily sin apartar la vista del libro.
Pero James jamás llegó a responder, porque en ese momento entró Flitwick y, pidiendo silencio a la clase, se paró encima de su silla, dispuesto a hablar.
—…Longbottom, silencio… Black, deja de molestar a McDonald. Muy bien. Hoy seguiremos repasando el encantamiento repelente, hagan parejas. Muy bien. Señorita McKinnon, agarré esa caja con pelotas —dijo el profesor con su voz chillona—, reparta una cada dos personas. Cada uno deberá repeler la bola que el otro le lanzara. Vamos, será divertido.
La clase transcurrió en el típico alboroto de cuarenta chicos hablando al mismo tiempo. Lo bueno era que, como el encantamiento era sencillo, pronto todos comenzaron a chismosear, hablar y hacer tonterías.
James y Remus practicaban el hechizo repelente mientras hablaban sobre un posible pasadizo que Sirius había encontrado, mientras este y Peter, sin hacer nada, se divertían hablando de tácticas de Quidditch.
Después de unos largos veinte minutos, Flitwick convocó las pelotas y las guardo en la caja. De a poco volvió a reinar el silencio.
—Chicos, como solo faltan unos meses para que terminen las clases, se me ha ocurrido hacerles hacer un trabajo en parejas sobre distintos tipos de encantamientos. Parejas que el encantamiento sorteo va a elegir, así que no se cambien de lugar, ni nada —agregó al ver que varios alumnos ya se iban parando para irse a sentar con sus amigos.
Flitwick hizo aparecer de la nada una lista y comenzó a leerla.
—Primero, Alice Page con Frank Longbottom —ambos se sonrojaron y la clase sonrió. Era muy obvio que los dos sentían algo por el otro—. Tendrán que hacer un trabajo práctico de no menos de cuatro pergaminos sobre el encantamiento Fidelius. Creación. Método. Funciones. Ustedes saben.
Alice y Frank se sonrieron y empezaron planear en silencio lo que harían…
—A ver, Marlene McKinnon y Sirius Black —ambos se miraron y se empezaron a reír—. Encantamiento Voracidad. Creación, funciones, etc. Dado que el señor Black sufre de una glotonería insaciable, no veo como no les puede resultar fácil este trabajo —la clase soltó una carcajada.
Y así Flitwick fue emparejando a los alumnos. McDonald con Stebbins, Remus con Summers, Pettigrew con Davis… Iban quedando pocos cuando Flitwick dijo:
—Señorita Evans, usted hará el trabajo con el señor Potter.
Se hizo un silencio monumental.
Lily y James se quedaron estáticos. Duros como una piedra. Lily compuso una mueca de sorpresa. James una sonrisa de felicidad.
—¿Qué? —chilló Lily, casi gritando del horror—. ¿Con Potter? Profesor, no me haga esto, haré lo que sea, limpio los baños hasta fin de curso, pero esto no, por favor —suplicó—. No, no, no puede ser. Profesor, ¿tiene alguna idea de lo descuidado que es este chico? No terminaré el trabajo nunca. Por favor, no me haga esto.
—¿Qué? ¿Con Lily? ¿Con Lily? —exclamó James con los ojos brillantes—. Los cielos me han escuchado, alabado sea Señor, alabado sea Godric, alabados sean todos, creo que hasta podría besarlo profesor…
—Ahora veo porque son el uno para el otro —le susurró Sirius a Marlene—, los dos son igual de dramáticos.
—Silencio, chicos. ¡Silencio! —chilló Flitwick—. El encantamiento Sorteo lo ha decidido así y no se puede cambiar, ¿está bien? Su trabajo: No menos de tres pergaminos sobre los encantamientos de levitación a través de las épocas. Puede incluir los primeros hechizos para las escobas, formas de levitación, realización de los encantamientos, aplicaciones prácticas, etc. Todos tienen una semana y bajo ningún concepto pueden cambiar de encantamiento.
Minutos después, la campana sonó indicando el fin de la clase. Los alumnos de Ravenclaw y Gryffindor salieron en tropel, atropellándose unos con otros por dirigirse a sus clases. Pero había alumnos algo rezagados.
James y Lily se miraron de lejos mientras caminaban. James estaba feliz pero Lily pudo ver algo en sus ojos, una chispa de algo que identifico como ansiedad. "¿Ansiedad de qué?", pensó ella. "¿Qué me importa? Solo es el estúpido de Potter." Y se alejó corriendo hasta alcanzar a Mary y poder hablar.
James se quedó en la puerta del aula, solo. Sonrió para sus adentros. Esta era su oportunidad y no la iba dejar escapar.
—Ya verás Lily —susurró—. Te enamorarás de mí tanto como yo estoy enamorado de ti. Y tú sabes bien que lo lograré. Cueste lo que me cueste.
Y se alejó hacía el aula de Transformaciones, pensativo.
Sin saberlo aún, habían sellado el comienzo de lo que sería una hermosa historia de amor. Claro que Lily estaba dispuesta a hechizar a cualquiera que lo dijera.
Este es mi primer long-fic. ¡Estoy tan feliz! No tiene una trama muy elaborada e incluso creo que es más bien tonta, pero a mí me gusta.
He estado investigando calendarios de 1978 para poder ambientar la trama, a la que ambienté en los primeros días del mes de febrero. Así que sí, por cursi que parezca, el día de San Valentín estará incluido en este long-fic. Tengo planeados doce capítulos. Y creo que subiré uno cada dos o tres semanas.
El encantamiento sorteo es mi invención al igual que el apellido de Alice (que tome de Jimmy Page, guitarrista de Led Zeppelin) y los apellidos que no conozcan.
En fin, espero que les guste esta historia como me está gustando escribirla a mí...
Un review simboliza madurez mental. Ok, es broma. Pero me gustaría saber que piensan de lo que escribo. Un review no hace mal a nadie.
