El final es solo el principio
"Mezclas el jabón con el agua, colocas el palito que te di y soplas suavemente" hizo la demostración la cabello azabache, liberando varias burbujas.
"Kagome-neesan son muy bonitas" expreso Rin para luego salir corriendo a tocar una.
"Cuidado Rin-chan" advirtió.
Tocando una de las burbujas que le exploto en la mano, poniendo cara de preocupación y tristeza "Kagome-neesan rompí tu circulo" con los ojos llorosos.
"Son burbujas Rin y no te preocupes apenas las toques van a explotar ese es también lo divertido de las burbujas" sacando otra banda de burbujas y haciéndole una demostración de cómo explotaban al tocarlas.
Gritando de alegría la pequeña de cabello negro se puso a correr con las burbujas que quedaban a explotar. Kagome se acomodo mientras la veía correr, checando que no se lastimara, ya tenía más de seis meses en la era feudal con sus amigos, estaba feliz de haber regresado pero al mismo tiempo frustrada porque Inuyasha seguía sin hacer un movimiento.
A pesar de que hayan pasado años el recuerdo de Kikyo no lo deja Mirando hacia las hojas de los arboles que la cubrían del sol.
"¡Kagome-neesan!"
Al escuchar el grito de su nombre, busco rápidamente con la mirada a su cargo para toparla que apuntaba en una dirección en concreto. Kagome volteo esperando ver algún enemigo para encontrarse con una nube que se alejaba del pueblo.
"¡Es Sesshomaru-sama!" comenzó a agitar la mano "¡Sesshomaru-sama! ¡Adiós!"
Colocándose de pie la ojos zafiro "¡Adiós cuñado!" grito, imitando el movimiento de la niña pequeña para tener de respuesta que la fulminaran. Soltando una risilla la joven, sabiendo que le desagradaba como le decía "Vamos Rin-chan a ver que te ha traído"
"Si" afirmo, corriendo a la mayor para sujetarle la mano e irse juntas.
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"¡Kaede-obachan!" se escucho el grito del par femenino antes de entrar.
"Kagome, Rin han llegado justo a tiempo, Sesshomaru-sama llego a traerle un regalo a Rin" haciendo señas a la esquina de la casa.
"¿Qué me trajo?" pregunto ansiosa, corriendo a mirar.
"Es para que guardes tus kimonos Rin" explico la anciana.
Soltando un sonido de gusto "¿Cómo es que Sesshomaru-sama se entero que ya no tenía espacio para mis kimonos?" pregunto, volteando a ver a Kaede.
"Tengo una idea de quién pudo haberle dicho" dijo la anciana volteando a ver a la ojos zafiro que tenía un aire de culpabilidad.
"Feh, no lo alagues tanto el nada mas piensa en sí" Entrando por la puerta, agrego a la plática Inuyasha.
"No es tan malo como tú crees Inuyasha" contraataco Kagome.
"Feh, sigue siendo un bastardo sin corazón" dejando unos troncos que había traído para comenzar a hacer la fogata para la comida.
"¡Inuyasha! ¡Esta Rin-chan!" regaño.
"Feh" sentándose con piernas y brazos cruzados .
Soltó un bufido la ojos zafiro.
"Pero no solo le trajo a Rin" agrego Kaede.
Moviendo una oreja en dirección a la anciana de un solo ojo "¿A quién más le pudo haber traído? No hay nadie más que le importe en este pueblo"
"¿Estás seguro Inuyasha?" pregunto en forma misteriosa Kaede.
"Claro que si" frunciendo el ceño.
Haciendo un sonido como a risa, volteo a ver a la cabello azabache que se había mantenido callada "Kagome porque no checas la bolsa al lado del cajón de Rin"
"¿Uh?" ladeando la cabeza "Esta bien" accedió para luego andar y abrir la bolsa "Kaede-obachan es el kimono de Rin" respondió.
"Míralo bien"
Kagome parpadeo curiosa para regresar al kimono morado de hojas verdes que se encontraba y luego sacarlo para notar que era más grande que el de Rin "No es el kimono de Rin" susurro sorprendida para acomodárselo y darse cuenta que era su talla "¿Kaede-obachan este kimono es para mí?" pregunto entre sorprendida y fascinada.
"Así es" afirmo mientras la ojos zafiros se balanceaba con su nuevo kimono.
"¿Qué?" Levantándose de un brinco Inuyasha para mirar más de cerca el regalo "¿Por qué Sesshomaru te daría un regalo?" cuestiono molesto y sorprendido.
"No sé pero es hermoso" abrazando el kimono.
"Feh, debió escogerlo al azar" dijo celoso.
"Deberías de darle más crédito" susurro Kagome.
"¿Qué dijis-?" siendo interrumpido.
"¡Si! ¡Ahora Kagome-neesan y yo podremos vernos iguales!" riendo, logrando aligerar el ambiente.
"Así es Rin" sonriendo mientras dejaba el kimono y tomaba su mano "¡Vamos a mostrarle mi nuevo kimono a Sango!"
"¡Si!" grito emocionada, saliendo con Kagome, la cual quería evitar tener una discusión.
Ya lejos de la casa de Kaede, con Rin acompañándola, miro hacia el kimono, arrastrando los dedos entre la suave tela y los bordes costurados con mucho cuidado Me regalo el kimono que le había dicho que me gusto de los que tenia Rin, ha de ser su forma de agradecerme por cuidarla pensó con una pequeña sonrisa sobre su rostro.
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Ya que muchos me pidieron continuidad de la historia "Los momentos no contados" se me ocurrió hacer esta para que quedara de acuerdo a lo que había hecho y no perdiera la dinámica.
Pd: No habrá continuación de bebé o perro debido a fallas técnicas de mi laptop (esta la ando escribiendo desde otra) ando en proceso de recuperar lo escrito para mandarles la continuación.
Se despide.
Kigami Aizawa
