Hola, bueno, este es un fic UsUk AU, según yo la historia es muy linda y espero que les guste. El primer capitulo está bastante corto, pero es la intro de cuando son pequeños, más adelante (si les gusta y lo continuo) se darán cuenta a que me refiero. No l s hago perder más tiempo, espero que les guste y si tiene 5 revs lo continuo, amenlo XDDD

Los personajes son de Hima-papa 3


Dos personas, un solo corazón.

En una habitación de aquel hospital, la 407 para ser más exactos, estaba Arthur recostado, durmiendo, ya era bastante tarde. El día había sido muy agotador, miles de exámenes, doctores y enfermeras entrando y saliendo, mirando maquinas extrañas y regulando aparatos que Arthur, después de tanto tiempo, aún no deducía para que servían.

Los padres del chico tocaron la puerta, sacándolo de su sueño. Venían a verlo y a hablar con los doctores para ver que tal estaba su hijo, últimamente sus decaídas eran más seguido.

-Hola mi niño- susurró su madre acariciándole el pelo al cansado chico.

-Hola mamá, hola papá. ¿Cómo están?

-Bien ¿y tú? Los doctores me dicen que probablemente ya te den el alta.

-No otra vez, sabes que al salir me pongo mal, ya me hice a la idea de quedarme a vivir aquí.- Comentó abrazándose a su madre.

-Arthur, no digas eso, mañana es tu cumpleaños, tenemos que intentar que te dejen salir.

-Cierto, se me había olvidado…- su expresión era triste, de decepción, era verdad que cada vez que salía de ahí decaía, pero también había otra razón.

-Sí, mi niño ya estás grande, cumples 11 añitos.- su padre se unió a la conversación mientras tomaba un baso de agua.

-Pero… yo quiero pasar mi cumpleaños con Alfred…

-¿Quién es Alfred?- Preguntó su madre.

-Un amigo…- Era un chico que había sido operado de la rodilla, se había caído jugando futbol y un niño se cayó sobre él, provocándole una mini fractura. Estaban en la misma habitación y se había echo amigos, pero ahora no estaba, porque estaba en la sala de radiografía.

Los padres de Arthur le dijeron que solo por esta vez no lo sacarían por el día, pero cuando le den el alta general tendría que salir de todos modos. El niño no entendía como en tan poco tiempo se había apegado a ese niño… Le dolía la idea de saber que se quedaría mucho tiempo en el hospital, que si salía en algún momento tendría que volver, pero no era lo mismo en el caso de Alfred, cuando él se curara completamente se iría y probablemente se olvidaría de que en algún trazo de su vida conoció a un chico llamado Arthur Kirkland quien fue su amigo.


-¡Alfred! ¡Ya volviste!- Gritó Arthur emocionado apenas vio entrar al menor. -¿Qué tal te fue?

-Mal- sollozó el otro –Mi pierna… no está bien- Comenzó a llorar, Arthur no sabía que hacer, estaba acostumbrado a él llorar, no a ver a los demás así. Por primera vez en la vida conocía a alguien que estaba sufriendo tanto como él y que sentía pena, más bien que la demostraba frente al ojiverde.

-No llores… o… yo también voy a llorar, no quiero que estés triste- se bajó de su cama y fue a abrazar al menor, lo miró a los ojos y sonrió –Te mejorarás pronto, ya verás como lo que te digo se hace realidad, saldrás pronto de este hospital.

-Sí, gracias. Hagamos una promesa, el primero que salga de este hospital tiene que venir a ver al otro, así nunca nos separaremos.

-Alfred, yo… no puedo prometer eso.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿No quieres ser más mi amigo?

-No es eso… pero es que te condenaría a pasártelas en este hospital, yo tengo un problema al corazón, cada cierto tiempo salgo y luego vuelvo a entrar, he vivido la mayor parte de mi vida aquí, y no sé si alguna vez esto terminará, no sé cuando encuentren a un donante que me sea compatible.

-Mmm… es complicado, pero no importa, ya verás que pronto encuentran a alguien que te done.

-Sí- Se sonrieron mutuamente y se abrazaron.

Alfred aún estaba triste, como odiaba Arthur que alguien se hiciera el tonto cuando tiene pena, pero bueno, el menor era su amigo y no le diría nada esta vez. Lo abrazó nuevamente y Alfred se acurrucó a su lado mientras Arthur le acariciaba la cabeza, ¿Cómo el pelo de aquel chico podía ser tan suave? Era como la seda. Ya era tarde, por lo tanto, el sueño se comió al parcito, se quedaron dormidos en la misma camilla, bien juntos para evitar el frío y para estar más cómodos.

Luego de un rato, una enfermera fue a mirar qué tal estaban los dos pequeños y se encontró con los dos durmiendo juntos. No estaba permitido, cada paciente tenía su camilla, por lo que la enfermera quiso cambiar de cama a Arthur, pero apenas lo movió un poco para tomarlo notó que su mano izquierda estaba tomada fuertemente a la de Alfred, entrelazando sus dedos de forma que nada los pudiera separar, entonces decide dejarlos por una noche infringir las reglas del hospital. ¿Quién se daría cuenta? ¿A quien podría molestarle? Ellos estaban contentos y amarrados, el hilo del destino podía verse amarrado al meñique de cada uno.


Bueno, espero que les halla gustado 3 si así es, demuestrenlo con un review, sino, también XDDDD como dije antes, si tiene 5 lo continuo, pero lo más importante no son los revs, sino que les halla gustado, con eso me dejan más que contenta cc: