Botas

Desde que se conocían, Maka había estado usando esas botas que parecían demasiado pesadas para alguien como ella. Eso era lo que Soul pensaba cada vez que debían ir a alguna misión y veía los saltos ágiles que su compañera podía dar.

Cuando se atrevió a preguntar, cinco meses después de hacerse compañeros, ella se puso nerviosa, avergonzándose del motivo por el que había elegido ese calzado.

—Mi madre usaba unas similares en sus años de escuela.— Fue la respuesta que dio después de haber estado pensando un par de minutos. —Puede parecer tonto, pero creo que es una buena manera de recordarme que quiero seguir sus pasos.— Terminó con una risita nerviosa. Soul pensó que él había hecho lo mismo al elegir tocar el piano igual que su padre, pero no se lo diría aún.

Él pensó que esa era una razón muy noble, ñoña, pero noble. Quiso atribuir su sonrojo al calor del desierto al que aún no se acostumbraba y no a la forma en que su compañera confiaba tan ciegamente en él como para confesarle algo tan personal, dejándolo en un estado de completa perdición, pues nunca pensó ser de confianza para nadie.

—Te quedan bien esas botas, Maka.— Comentó por lo bajo antes de dejarla sola en la sala del departamento, con demasiadas cosas en la cabeza como para seguir viendo los de la chica sin terminar diciendo alguna estupidez.

~Fin~