Este es mi primer fanfic Gin-Izuru; concretamente, es un yaoi. Ignoro varias de las normas del yaoi, ya que lo mío es ciencia ficción dura. Es lo primero de teoría blanda que escribo, así que espero que esté bien hecho. Contiene gran parte de lo que conozco y he ejercido de la Cha No Yu; gomen, mi japonés es aún escaso. Namasté anticipado por su lectura y reviews.
Fantasmaalineal.
Capítulo 1
Cha No Yu
-Intentemos algo nuevo…
Kira miró a su capitán ¡Era tan difícil leerle! El hombre parecía revisar los papeles frente a él. Igualmente podía haber estado mirando el jardín, por la ventana, o a él, de pies a cabeza. Kira no estaba seguro, pero se estaba acostumbrando a ello. Su taichou parecía verlo todo y no fijarse en nada, al mismo tiempo. Al contrario de la máscara fría y perfecta de Kuchiki Byakuya o la impavidez zorruna de Sajjin Komamura, Ichimaru Gin era absolutamente inexpugnable tras la sonrisa y la mirada.
Como no sabía descifrarla, no lo intentaba. Había dejado de hacerlo desde que estaba en entrenamiento, desde que Renji le advirtiera que había más cosas en este mundo que la obediencia a los capitanes. Uno no puede adivinar el pensamiento de otro.
-Qué quiere que hagamos, taichou?
Gin dejó ver una mano de largos dedos
-Deja todo este papeleo. Estoy cansado. Sígueme
-Pero…
-Mañana seguiremos teniendo trabajo, cierto?
Kira pareció advertir un guiño pequeñísimo en los rasgados ojos de su capitán. También, reprimió los escalofríos. Alguna vez Rukia le había contado eso; la capacidad que tenía Gin de producir temor en todos. Nadie parecía apreciarlo especialmente, sobre todo, después del incidente que terminara con mandar a Kisuke Urahara al Mundo Real. Lo siguió, obediente, al jardín
-Ordena que nos traigan un poco de té. Me gustaría ver el atardecer…
Kira se permitió asombrarse. Gin siempre decía alguna cosa más, o cortaba las palabras. Esta, había sido una orden precisa. Sin embargo, él mismo decidió ir a la cocina del cuartel y preparar todo.
Al salir al jardín, advirtió las nubes anaranjadas, de la puesta del sol. Recordó, por un momento, un atardecer especialmente hermoso, en su niñez, poco antes de que sus padres murieran, la misma dulce calma en el jardín, el perfume del té y la sonrisa de su madre. El era aún muy joven, pero ya sabía que quería ser shinigami. Y, pese a su ingenuidad, había logrado no ser sólo un shinigami, sino un teniente. Sus padres habrían estado orgullosos de él y en el fondo, deseaba que su capitán también se sintiera satisfecho de su trabajo, al menos. O quizá, como no podía admitírselo, deseaba más.
Al entrar al jardín del cuartel, Kira advirtió que el capitán parecía dormir en el amplio seki de paja tejida. La tarde era hermosa, el viento, agradable y el capitán había dicho que estaba cansado. Nada fuera de toda lógica. Kira depositó con cuidado la bandeja con la kama o tetera, las pequeñas chawan, el natsume laqueado conteniendo el más fino matcha verde, el kashiki lleno de dulces, el futaoki donde se bate el té y el chashaku, el batidor del té. Dispuso todo en el brasero, con cuidado de no hacer ruido y llenó la tetera con agua de la pila, cuidando de añadir tres pequeñas piedrecitas, para que tintineasen al hervir…
Recordaba claramente la disposición que mi madre me enseñara. Saqué mi abanico del amplio bolsillo y lo puse a mi derecha. Me arrodillé sobre el tatami de paja, bajo el árbol y junté mis manos, por un momento, concentrando mi reiatsu, pero de una forma distinta a lo que hacemos cuando atacamos. No, esta vez tenía que ser algo diferente. "hagamos algo distinto" había dicho Gin. No sé si él ha estado en una Cha No Yu alguna vez; no lo creo. He cuidado de que el agua hierva, de poco en poco. Tomo el kashiki y concentro cada uno de mis movimientos. No debe haber el menor desperdicio de energía y todo debe hacerse en perfecta calma. La idea es calmar y sacar el agotamiento de ambos y alejarlo, después de días de batallas pesadas y burocracia. Abro el kashiki y lo ofrezco a Gin; éste me mira, curioso y se limita a asentir. Tomo uno de los dulces y lo pongo sobre cada chawan. Gin alza su mano "es suficiente". Está bien, no más azúcar. Con cuidado, abro el natsume y deposito una pulgarada de matcha en el futaoki y sobre éste, el agua hirviendo. Todo, con deliberada lentitud, cuidando de obedecer todos los giros y ceremonias. Agito el té con el chashaku de bambú y aspiro su aroma. Lo sirvo en la chawan, no más de un centímetro, sin derramar una sola gota y la ofrezco al asombrado capitán frente a mí. Ichimaru niega con la cabeza; de pronto, me doy cuenta de que no tiene la menor idea de lo que hay que hacer. "Gomen nasai" me inclino, en señal de disculpa. Doy un sorbo al chawan, hasta terminar el té. Pongo la chawan frente a mí y la giro exactamente media vuelta, en sentido contrario a las manecillas de un reloj, mostrando al frente que está vacía y limpio el borde con mi pulgar. Me inclino, dando gracias. Repito la ceremonia y ofrezco el té a mi capitán. El contacto con sus dedos, al entregarle la chawan, es eléctrico. No cierra sus ojos, como siempre, y no me los quita de encima. Aspira el aroma del té y lo bebe, delicadamente Los oshiki tienen forma de rosas, de flores de cerezo y se han disuelto en el fondo, dejando un sabor dulce al amargo del té. Y en ese momento, de calmada intensidad, percibo que así es Gin para mí. Algo intenso, dulce y amargo, a la vez. Concentro mi reiatsu e intento aclarar mi mente. Es hora de conversar. He tardado un poco más de una hora. Hemos tomado cinco sorbos de té.
-Me disculpo, taichou
-Por qué? Todo esto ha sido un poco…sorpresivo. Pero no es para tanto...
-No, no es por la cha no yu en sí. Es que en una, debe haber algo hermoso para contemplar y algo tranquilo para conversar y algunas flores. Y no he tenido tiempo de preparar todo ello. Gomen, por la humildad de ésta ceremonia…
Gin guarda silencio unos segundos
-Me has dado una hermosa tarde para contemplar, en un jardín igualmente bello y comparado con los otros cuarteles –señaló hacia fuera, donde podían escucharse los gritos de Zaraki Kenpachi, nuestro vecino- te aseguro que ésta es una conversación tranquila. No sabía que tenías orígenes nobles…
-Mi madre lo era, taichou. Fue ella quien me enseñó el sentido de la Cha No Yu. Espero no haberle decepcionado con su idea de algo diferente…
El impenetrable capitán me mira. O quizá no lo hace. Simplemente comienza a hablar: siempre es extraño escucharle, habla sólo lo preciso y no se sabe cuándo es sarcástico y cuándo no. Su relato? Una niñez terrible en el Rukongai. Un pequeño ladrón, un mentiroso terrible lleno de trampas. Y la insistencia en sonreír siempre. Para que no descubran nada de ti. Tanto si eres infeliz como si no; aprende a observar al resto. Y, si mientes lo suficiente, los otros serán capaces de creer tus mentiras. Incluso tú. Me cuenta su encuentro con Rangiku; los demás creen que siente afecto por ella. Claro que no es así. A veces, es bueno tener alguien que te cuide las espaldas, sobre todo si es bella. Me asombra su cinismo. O no sé si lo és, no sé si creerle. Supongo que uno debe pensar así cuando no hay nadie que cuide de ti y tienes que defenderte sin ninguna regla. No puedo imaginar lo que debe haber pasado. Y me fascina escucharle mientras la tarde pasa.
La conversación se anima como si hubiésemos bebido sake; no sé por qué, pero no he logrado el estado de calma que esperaba. Quizá es que he perdido la práctica; hace muchos años que no hacía una Cha No Yu y para los demás, en el cuartel, era algo demasiado refinado, cosa de nobles. Suspiro, sintiéndome un fracaso. Miro mis manos, en silencio y escucho el roce de la capa de Gin, al levantarse…
Dios mío. Kira se repitió la frase, mentalmente, frente a la presencia repentina. Dos, tres veces. Su cerebro, acostumbrado a las órdenes, se detuvo, sin pensar más. Su corazón en cambio, que había imaginado tanto, soñado tanto, creído tanto, sólo podía gritar, perdiendo el compás…
Sí…sí!! Esto…esto es lo que quiero! Sí, no me sueltes, así, sigue. Esperaba esto…no, miento, SOÑABA con esto, continúa; sí, lo sé, no está bien, pero tu boca es perfecta, tus labios son… no puedo describirlo, mi mente se está perdiendo pero ¿importa? No ahora, no ahora que me estás besando y por fin, todas las dudas caen como una muralla al fin vencida y si, tu mirada en mis ojos ha sido real y no sólo ideas mías… sí, sigue, por favor, tus manos, en mi rostro en mi nuca, apresándome…no pienso escapar; siento tu suspiro suave…no, no me separes, no me importa quedarme sin aire, no lo necesito si te tengo, si me completas… toco tu rostro, rozo el borde de tus cabellos y me pierdo de nuevo en tu boca; abres la tuya, invitándome ¡Creo que voy a morirme! Tu lengua es dulce, suave, me acaricias con ella, no intentas forzarme, no; lo haces con tanta delicadeza que no tardo en darme cuenta de que implica más que sólo deseo es …ternura? No me atrevo a pensar en más…no quiero…podría caer ahora en Hueco Mundo, podrían atacar mil diez mil hollows y nada me separaría de ti; pero tú lo haces, terminas el beso con la misma gentileza y yo no puedo hacer más que suspirar y cerrar los ojos, intentando retener tu sabor, tu perfume… por favor, que el tiempo se detenga, por favor…
-Estás bien?
La mano de Gin sobre el borde de mi rostro y la noche cayendo tras él; se miran las primeras estrellas. Quiero grabar este momento, cada uno de aquí en adelante. Mi corazón salta, recuerdo el más viejo de mis miedos; cada vez que he sido feliz, lo he perdido todo… el rostro de mis padres, felices, desaparece ante mí. Mirar a Gin de repente, es como un largo alfiler hundido en mi corazón. No le he tenido y ya temo perderle, eso no está bien. Asiento
-Taichou, yo…
Pone sus dedos firmemente sobre mis labios. –cierro los ojos al sentirlos. Y los beso. Es la primera vez que beso sus dedos, largos y firmes. Alzo mi mano y tomo la suya. Sé que me estoy atreviendo a mucho…pero sé también que no puede rechazarme…o sí? Y..si sólo está jugando conmigo? Lo hizo con Rangiku Matsumoto…
Antes de que pueda reaccionar, acaricia el borde de mi rostro. La sombra cubre sus ojos, pero su sonrisa es distinta
-Deja eso ahí- me señala todos los implementos de la Cha No Yu, ahora abandonados, en su perfecto orden, bajo la luz de los faroles
Se pone en pié y toma mis manos; miro su rostro. No puedo creerlo
"Está asustado…quién puede imaginar a Gin-hoshi asustado?" pienso. Es un absoluto contrasentido, una mirada que después, me explicará tantas cosas!! Lleva mi mano a su boca -tan suave, tan dulce- y la besa
-Izuru…
No voy a dejarte hablar; ya pienso en ti como "tu". Ya no eres más "taichou". Eres mío. O al menos, yo soy tuyo, sólo que no lo sabía. Es mi turno para hacerte callar con mi boca.
Cualquiera que sea la pregunta implicada, la respuesta es Sí, no puede dejar de serlo, desde "morirías por mi?" hasta "vendrías al infierno conmigo?"
Y esta vez soy yo quien toma su rostro en mis manos y quien empuja suavemente sus labios para obligarlos a abrirse y dejarme saborearlo de nuevo y sentir que después de ése sólo beso, ya puedo morirme en paz y lo que sea que haya hecho de mi vida, ha valido la pena por este momento…
-Ahem…
Vuelvo a la realidad como lo hace un adicto al loto: de un golpe y sintiendo frío. Es que Gin se ha separado de mí y el suave viento del atardecer toca mis mejillas y mi boca, húmeda.
Odio de repente a Souzuke Aizen. No son celos, no; es su amable forma de interrumpirnos y su insoportable simpatía. No hay nadie en todos los Escuadrones que no le ame de alguna forma. Incluso a mí me simpatiza. Pero ha venido ahora –justo ahora- a interumpirnos y no puedo perdonárselo…pero sé que nada puedo hacer.
Los tres disimulamos; Gin-hoshi me ha soltado y se aparta de mí. Yo recojo las chawan y la tetera, en tanto, con el especial cuidado con el que mi madre me enseñó. Escucho su conversación; algo sobre documentos. En vez de mandarme, Gin-hoshi vá a por ellos. Aizen se queda a mi lado, contemplando la bandeja
-Una Cha No Yu, Izuru?
-Sí, capitán; mi madre era maestra de la ceremonia…
-Y tú, sabes lo que significa?
-Es…como un intercambio de reiatsu, capitán
-Y sus implicaciones?
Vacilé al contestar
-No le comprendo, taichou
Aizen me miró por encima de los anteojos y yo sentí escalofríos
-Ten cuidado con lo que deseas, Izuru Kira; podría serte concedido…
Su voz me erizó el cabello. Pero al sonreír y subirse los lentes, el Aizen que conocíamos todos, volvió a aparecer…
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Primer capítulo terminado. Espero sus reviews, en cualquier sentido; es la única forma de aprender
