Descargo de responsabilidades, los personajes de Glee no me pertenecen.


Prologo:

Si alguien preguntaba que tenia de especial la vida de Rachel Barbara Berry ella diría que absolutamente nada.

Tenía una voz espectacular, tenía las mejores notas del instituto pero eso no llenaba el vacio que tenía desde hacía mucho tiempo en su corazón.

Sus padres estaban a punto de separarse, las peleas cada vez se hacían mas constantes y su único escape era ponerse a fumar un verde en su habitación. ¿Quién se daría cuenta cuando estaban tan ocupados peleando por quien se quedaría con ella y con la casa?

Se sentía como un juguete pero no lo era, sus padres no podían decidir con quien se quedaba siendo que ya era lo suficientemente mayor como para decidirlo por ella misma. Tenía 17 años, en dos años acababa el instituto y eso no hacía que ellos se dieran cuenta de absolutamente nada.

Reviso su celular cuando escucho que este sonaba por sexta vez en la noche, sabía que era un mensaje de la rubia, sabía que estaba preocupada por la forma en la que había estado aquella tarde junto por ella pero verdaderamente no tenia ánimos de hablar con nadie, no tenia ánimos de escuchar nuevamente aquel "No te preocupes, todo estará bien" que jamás llegaba.

Porque hacía más de un año que nada estaba bien, hacia mas de un año que venia acarreando sola con su dolor y a absolutamente nadie le importaba, ¿Porqué les importaría lo que le pasaba a una perdedora?

Saco un papelillo del bolsillo de su pantalón y puso aquella hierva que tanto bien le hacía allí, la acomodo a la perfección y paso su lengua por el borde de aquel papel para luego cerrarlo, asegurándose de que hubiera quedado a la perfecciona porque a pesar de todo seguía siendo Rachel Berry, tenia siempre que tener un toque de perfección en su vida, así fuera algo tan superficial como armar un porro.

Abrió la ventana para que el viento de esa fría noche de invierno entrara por ella, ¿Le importaba enfermarse? En lo absoluto, tal vez así sus padres le prestarían un poco más de atención. Se sentó en el borde de aquella ventana y prendió aquel cigarro dándole una larga calada, cerrando los ojos y sintiendo por unos momentos aquel falso bienestar que aquello le brindaba.

Miro unos momentos hacia abajo, estaba segura que si se tirara de allí y acabará con su vida a absolutamente nadie le importaría, sus padres la llorarían dos o tres días pero luego seguirían peleando como siempre. Porque se había cansado de llorarles todo el tiempo, de pedirles que dejen de pelear por todo y se había cansado de recibir golpes que sacaban la frustración de ellos sobre su cuerpo. Se había cansado de todo eso y ya no encontraba sentido a ser la hija perfecta que siempre había querido ser para ellos porque simplemente aquello había dejado de valer la pena desde que Hiram por primera vez le levanto la mano.

Exhalo el humo y vio un auto aparcarse cerca de su casa, no pudo evitar sonreír de lado, sabía que era ella, siempre era ella.

Era la única que se preocupaba por su bienestar, era la única que estaba siempre ahí para consolarla o protegerla cuando no podía cuidarse de sí misma a pesar que se habían encontrado en uno de los peores lugares de Lima, aquel lugar de mala muerte que no debía existir porque allí fue donde por primera vez consumió drogas.

Juraría por unos momentos que vio su mirada de decepción aun cuando estaba al otro lado de la calle, juraría que notaba dolor en sus pupilas, ¿Por qué quería salvarla? Se suponía que siempre la había odiado, había hecho de su primer año de secundaria un autentico infierno y ella misma debía odiarla pero no podía.

Rachel Barbara Berry no podía odiar a nadie salvo a sí misma.

Se río cuando esta intento escalar aquel árbol que daba a su ventana como siempre que iba a verla por la noche, mas de una vez se había caído y se había golpeado pero eso jamás le importaba a la rubia, esta siempre hacia todo por llegar hasta ella así estuviera sangrando.

Se preguntaba si consumiría alguna droga también, porque sino no encontraba la razón porque le importara siendo que había tantas chicas hermosas en la ciudad, habiendo tantas personas que valían la pena como terminaba fijándose en ella, quien no valía absolutamente nada para que sus padres quisieran pasarse el encargo para no tener que estar con ella.

-Un día de estos lograras matarte subiendo por allí.

La rubia frunció el ceño y se sentó en aquella rama del árbol, sabiendo que no podía entrar con Rachel sentada en la ventana y también siendo conciente que no la dejaría entrar aun.

-Sería una buena muerte si es por ti.

Rachel río dando una gran carcajada para luego llevarse el cigarrillo a los labios, luego de inhalar le ofreció a la chica quien negó con la cabeza mirándola con el ceño fruncido.

-Creo que no podrías tener peor muerte, verdaderamente aun no se porque sigues viniendo, podrías haber esperado a que nos veamos mañana.

-Mañana no podré y no quería estar intranquila, ¿Qué ha pasado ahora?

-Lo de siempre, gritos, el típico "Yo no quiero quedarme con la niña, fuiste tu quien insistió con adoptarla, ¡Tu hazte cargo!" seguido de mas gritos y finalmente uno que otro golpe.

Se le encogía el corazón de saber que Rachel vivía eso, ella no se lo merecía, sabia que no se lo merecía y le dolía porque también se daba cuenta que ella había ayudado a que la morena estuviera tan rota como estaba en esos momentos, era obvio que tanto tiempo aguantando el bullying y los maltratos harían que las heridas internas se exteriorizaran de la peor manera.

-No tienes que hacerles caso, estrellita.

Volvió a reír ante ese apodo, siguiendo fumando mientras miraba el cielo. – En un momento pensé que podía ser una estrella, ¿Sabes? Pero si no puedo siquiera hacer que mis padres me amen, ¿Cómo lograr que otra persona lo haga? Además no tengo el talento suficiente para hacerlo.

-Tienes más talento del suficiente y sabes que yo te quiero, Rachel.

-Tú estas estúpida. – frunció el ceño mirándola a los ojos por primera vez desde que la rubia había llegado. – Realmente no entiendo cómo puedes decir que me quieres Fabray, ¿Acaso no ves que estoy rota? ¡No sirvo para nada! No vengas a querer hacer actos cristianos de caridad conmigo porque estás perdiendo tu tiempo.

Ingreso al cuarto dejándole la ventana libre a la rubia quien no dudo en seguirla y posteriormente cerrar, no quería que la echara ni que ocurriera ningún evento desafortunado.

-No es un jodido acto de caridad, ¿Por qué no me dejas quererte? ¿Por qué no aceptas que te quiero? Rachel, yo puedo ayudarte y lo sabes, algunas veces hemos conseguido que estés bien durante semanas, sé que no tengo todo el tiempo del mundo para dedicarte pero sabes que no es porque no quiera.

Giro los ojos algo fastidiada, Rachel sabía que era así pero jamás lo admitiría. – Se que hay cosas más importantes que yo, no hace falta que me lo recalques.

-¡¿Porqué siempre ves todo desde el lado negativo?!

-Porque no hay otro lado, no me vengas con esa altanería que heredaste de tu padre porque no va conmigo, lo sabes.

-Rachel…por favor. – se acerco a ella y luego de quitarle el porro y apagarlo en un cenicero que había en la mesa de luz la abrazo por la cintura. – Dejemos de pelar ¿Si? Mañana debo irme y no quiero dejarte así.

-Tú también me dejas…

-No es porque quiera hacerlo, sabes que no puedo controlarlo y vengo siempre que puedo.

La morena la abrazo finalmente, escondiendo su cara en el cuello de la ojiverde, respirando su perfume y calmándose un poco además que el porro la había calmado.

-Lo sé pero eso no quita que a veces te necesite y no estés aquí.

-Te prometo que todo cambiara mi amor, te lo prometo como que mi nombre es Frannie Fabray. – susurro dejando un beso en la frente de la morena, sellando aquel pacto silencioso que era mucho más de lo que expresaba con palabras.


¡Buenas buenas!

Este fic lo tenía en mente hace bastante y bueno, me aventure a escribirlo, espero que les guste la verdad.

Frannie Fabray tiene la apariencia de Amber tefuckeotoda Heard.

Si, se que es hermosa y que quisieran ser Rachel para tener a dos Fabray así pero bueno, la vida no es justa (?)

¡Abrazos de Koala para el muuuundo!

Cualquier cosa creo que ya saben donde encontrarme.

Pórtense mal y háganlo bien.

Noe.

Pd: Espero tu parte del trato, cumplila ;)