Hola! esta es una historia principalmente ambientada entre Aang y Korra. Disculpen si esta muy comprimido este primer capitulo, pero tuve que cubrir miles de años en poco espacio para que no se volviera tedioso. Espero que disfruten.
El mundo de los espíritus está en un plano distinto al mundo de los humanos, siendo la representación de todo lo sobrenatural y, porque no decirlo, divino. Hay bosques lo suficientemente espesos como para que ningún rayo de luz ingrese, montañas tan altas que necesitarías toda una vida humana para escalarla y una escala de colores que el ojo humano no se podría ni siquiera imaginar.
Está habitado por los espíritus, criaturas inmortales de distintas formas y tamaño. Algunas son tan pequeñas que asemejan pequeños dientes de león que vuelan a través de los cielos del mundo espiritual. Otras son tan grandes como el Khaal, una especie de pez gigante que tiene desgarrada cada una de sus escamas y cada uno de estos desgarros brilla con un celeste tan intenso, que podría cegar al que este desprevenido.
Pero esta historia no les contara sobre las maravillas del mundo de los espíritus, si no que hablara de dos espíritus que traspasaron las barreras mortales para poder estar juntos. La historia de Ran-Shaw y Tui, los Espíritus del Sol y la Luna.
Tui y Ran-Shaw nacieron después de Raava, claramente. Fueron de los primeros espíritus en el mundo. Cada uno tenía una mitad del mundo para poder vivir en armonía; durante el día, Ran-Shaw viajaba por su mitad del mundo, mientras que por la noche, Tui viajaba por la suya. Este ciclo reflejaba el movimiento de los astros que se puede ver en el mundo de los mortales.
Se cuenta que mantuvieron está armonía por cientos de años, hasta que el energico Ran-Shaw quizo conocer a la tranquila Tui.
El día del primer eclipse solar, el Espíritu de la Luna estaba sentada frontera del Desierto de las Mil Dunas y el valle, en el mirador a la cascada Mho. A Tui le gustaba ir a observar como el agua caía y daba vida a todo el valle. Fue ahí donde Ran-Shaw la encontró.
El Espíritu del Sol se acercó a través del desierto hacia Tui. Estaba muy nervioso, realmente quería conocerla desde hace mucho tiempo, no sabía porque ese día se había ido a la frontera, pero se alegró de haberlo hecho. Ran-Shaw se acercó aún más y trato de tocar el delicado hombro de Tui, pero algo se lo impidió. Uso todas sus fuerzas, pero nada le permitió superar los centímetros que la alejaban de ella.
Ya desesperanzado, decidió llamarla – Tui… quiero conocerte, por favor– le rogo. El Espiritu de la Luna quien hasta ahora había estado absorta en su mente, por primera vez noto la presencia de Ran-Shaw. Tui se levantó para poder darse vuelta y ver al Espíritu del Sol, hace mucho tiempo que quería conocerlo, pero no había sabido como encontrarlo. Cuando Tui quiso voltear la cabeza para ver a Ran-Shaw, noto que no pudo.
La misma fuerza que impedía a Ran-Shaw tocar a Tui, impedía que el Espíritu de la Luna pudiera ver de frente al Espíritu del Sol. Pronto se dieron cuenta de lo que ocurría, son opuestos: no mezclas el agua con el aceite, simplemente no puedes y así eran ellos.
Esto no los desanimo, su curiosidad por el otro solo siguió creciendo. A pesar de que no se podían ver de frente o tocarse, durante miles de años se juntaron en la frontera del desierto y el valle. Cada eclipse en el mundo de los mortales representaba una de sus reuniones.
A veces hablaban, otras veces se escribían en la tierra, y otras solamente estaban cerca. Nunca se vio una relación así en el mundo de los espiritus. Pero, a medida que pasaban lo años, Tui fue poniéndose cada vez más triste. La alegría de poder conocer a su otra mitad de la forma en la que ella lo hacía, se fue viendo opacada por el hecho de que no podía ni ver ni tocar a Ran-Shaw, y esto la deprimía profundamente.
La, el Espíritu del Océano y mellizo de Tui, estaba preocupado por su hermana. Con el correr de los años la había visto perder su alegría cuando estaba sin Ran-Shaw. El Espíritu del Oceano supo que todos los días, el Sol salía en el mundo de los mortales. Convenció a Tui de ir al mundo de los mortales, diciéndole que de esa forma podría ver a Ran-Shaw todos los días. Sin decirle nada al Espíritu del Sol, Tui y La se manifestaron en el mundo de los mortales en forma de peces Koi, reposando en un interminable baile en el Polo Norte.
Ese día, el sol perdió un poco de su brillo. RanShaw estaba muy triste, pero decidió esperar a Tui, sabía que volvería algún día. Así pasaron otros miles de años.
Un día RanShaw decidió dar su paseo diario cerca de la frontera, ya que le traía lindos recuerdos. Cuando llego, vio a una joven espíritu de largo cabello blanco sentada en la frontera mirando hacia la cascada.
– ¿Estas bien niña? – le pregunto.
– No – dijo entre sollozos – No volveré a ver nunca más a mi Padre ni a Sokka-.
- Lo siento – respondió – yo llevo muchos años sin ver a alguien que extraño muchísimo.
La joven quiso verlo pero no pudo voltear el rosto, supuso que simplemente no quería verlo – Me llamo Tui – se presentó.
Sorprendido, el Espíritu del Fuego se sentó dándole la espalda al Espíritu de la Luna - Tu..i… - logro expresar – soy yo Tui… Soy Ran-Shaw – termino la frase con una sonrisa.
- ¡¿RanShaw?! ¿Eres Tú? ¡Que felicidad, ¡Te extrañaba tanto! - comenzó a exclamar Tui mientras lloraba de alegría - Siento no haberte reconocido - dijo secándose las lágrimas – Estoy muy lábil – trato de explicarse - una niña llamada Yue me devolvió mis fuerzas vitales juntos con todos sus recuerdos, es muy intenso -.
Desde ese día los Espíritus del Sol y la Luna volvieron a juntarse cada cierto tiempo y como siempre, los deseos de poder estar juntos crecían. Pero está vez conocían una forma, convertirse en mortales, tal y como lo hicieron Tui y La en su tiempo.
Nacerían como humanos y se volverían a conocer en una vida, para después volver a una eternidad de paseos y reuniones a espaldas.
Decidieron informar al joven Avatar Aang. Como sabio que era el joven avatar, trato de convencerlos de que era una mala idea, el desbalance del mundo estaba en juego. Por supuesto, no logro disuadirlos, prometió que estarían en buenas manos y que los ayudaría cuando llegara el momento de volver a ser espíritus.
De esta forma la historia comienza. Así fue como el Espíritu del Sol y el Espíritu de la Luna llegó al mundo de los mortales.
Ojala que hayan quedado con ganas de más porque voy a subir varios capitulos más!
