HOLA!! LES TRAIGO POR FIN MI NUEVA HISTORIA, ESPERO QUE LES GUSTE EL INICIO Y QUE LA APOYEN…

NOCHE PARA AMAR

Han pasado mas de tres años desde que la conocí y la vi por última vez, ¿cómo es posible que me enamorada de una persona a la cual había conocido solo hace unas cuantas horas?, Y ahora, después de años, ella esta aquí con él

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1. Cuando te conocí

EDWARD POV

Fue maravilloso cuando la ví por primera vez, simplemente no creo poder expresar con las palabras adecuadas lo que paso en ese momento, incluso después de ya más de tres años dudo poder hacerlo.

Quién diría que en tan solo un día tu vida podría cambiar de tal forma que te dejaría marcado hasta el último suspiro de tú existencia, que una persona podría significarse tanto para ti como para darlo todo por ella sin esperar algo a cambio.

Nunca fui de esa clases de chicos que se fuera con la primera que viera y estoy segura que ella tampoco era así; algo nos paso en esos momentos a ambos y ese algo, cambió nuestra vida por completo.

Hace más de tres años ella le dio un giro a mi vida completamente y sigo recordando perfectamente el momento en que nos conocimos, como olvidarlo, si cuándo la ví supe lo importante que iba a ser para mí.

Había ido con mí padre a una convención de médicos que tenía en New York, y aunque yo me negué a ir en un principio, ahora le doy gracias a mi hermana por haberme convencido de aceptarlo.

Carlisle, mi padre, tenía la clara intención de que este viaje fuera para reunirnos más, no quiere decir que no lo éramos, pero él quería pasar tiempo conmigo y yo en ese entonces de diecinueve años solo quería divertirme un rato lejos de casa.

Nuestro segundo día, mi padre tenía que asistir a su dichosa convención y yo me tome la tarde para ir a conocer un poco la ciudad y perderme un rato en un algún lugar, sin imaginarme lo que aquel día significaría.

Eran ya las cuatro de la tarde cuando entre a aquel café, no era muy grande pero tampoco muy pequeño y el entorno era bastante agradable, el olor del café se podía oler en cada espacio del lugar. Había algunas mesas con sillones, en los que se podía ver a personas de cualquier edad conversando o trabajando en su ordenador.

Primero pase a la sección de revistas que tenía el local y tome una de automovilismo para pasar posteriormente a pedir un frappuccino de moka blanco, mi favorito, espere un poco mas de cinco minutos para que me lo dieran, pagué las cosas que llevaba y me fui a la segunda planta de la cafetería, había una mesa circular rodeada por dos sillones, una persona estaba sentada en uno y el otro estaba desocupado, así que decidí sentarme en el.

Coloqué mí frappuccino en la mesa mientras me acomodaba para leer la revista que tenía en las manos, empecé a ojearla deteniéndome en aquellos artículos o imágenes que se me hacían interesantes, leí aquellas que traían la promoción de nuevos automóviles que sacaban al mercado, de los nuevas tecnologías que tenían o del precio del alguno de ellos.

Así pase como quince minutos hasta que de nuevo decidí tomar de mí café, al parecer mi compañera de mesa también había tenido la misma idea que yo, cuando ambos no encontramos para tomar nuestra bebida no pudimos evitar voltearnos a ver.

Delante mío tenía un ángel que me sonreía de la misma forma que yo tontamente lo hacía; tenía los ojos mas hermosos que yo había visto en mi vida, su color chocolate tenía cierto brillo que desde ese momento me encanto, su rostro tenía cierto toque angelical con su piel nivea, su cabello ligeramente ondulado caía por sus hombros mientras que trataba de tomar su café.

No se cuanto tiempo ambos pasamos observándonos el uno al otro, sólo salimos del trance cuando los dos nos empezamos a reír, su risa eran notas musicales para mis oídos; ella tomó su café y trató de concentrarse nuevamente en su libro. Hice lo mismo que ella, pero ni siquiera unos segundos me pude concentrar, a cada rato volteaba a verla y varias veces los dos nos encontramos haciéndolo para después reírnos en silencio.

-Tienes una risa hermosa- le dije tras haberla escuchado nuevamente.

Ella me sonrió- A pesar de ser mentira, gracias por el cumplido- me dijo, y si su risa era bella, su voz lo era aún más, mi sonrisa se hizo más grande y no dude que aquello resultara algo tonto, aunque en esos momentos no podía parar de hacerlo.- ¿Y puedo saber el nombre de este mentiroso?- me preguntó un poco sonrojada cosa que le dio mas encanto a ella.

-Edward- le conteste, esperando un poco a que ella me dijera el suyo.

-Bella.

Los dos nos volvimos a reír al notarnos un poco sonrojados, y es que ambos no parábamos de dejar de vernos y sonreírnos, pronto nos encontramos charlando; primero empezamos por su libro, era el de orgullo y prejuicio de Jane Austen, me sorprendió escucharla hablar de él y creo que lo mismo le paso a ella cuando le comente que ya lo había leído, su opinión acerca de Bebel y Darcy me gustaron e hicieron que la platica se volviera bastante interesante al igual como lo era ella para mí.

No solo platicamos de eso, le pregunte acerca de ella varias cosas y me enteré que se encontraba en esta ciudad con su hermano mayor, habían venido a acompañar a su papá en un asunto de negocios, aunque pronto regresarían Phoenix que era donde ellos vivían; también le hable acerca de lo que yo hacia en Nueva York.

No se precisamente cuanto tiempo pasamos platicando, solo al darnos cuenta de que se estaba empezando a oscurecer fue cuando ví mi reloj, acababan de dar las siete, ella se sobresalto un poco al saber la hora y se levantó, hice lo mismo que ella y los dos bajamos para salir del establecimiento.

-Bueno, creo…- me comenzó a decir cuando estábamos afuera.

Pero yo me le adelanté- ¿No tienes hambre?- le pregunté- porque no vamos a comer algo- añadí.

Se quedó unos segundo pensando su repuesta y cuando me estaba a punto de decir que no, le tomo sus manos y me acerque un poco más- Por favor, se que esto es una locura pero no quiero despedirme todavía de ti- le dije lo más tiernamente posible, aunque la verdad era esa, no quería despedirme de ella, no podía hacerlo.

Nadie dijo nada el tiempo en que nos estuvimos mirando, solo cuando me sonrío de esa forma tan especial, supe que se quedaría más tiempo conmigo. Me pidió unos segundos para hablar por teléfono y mientras ella lo hacía, saque mi celular y hable con mi padre para decirle que llegaría tarde al hotel.

Estuvimos caminando por varias calles para ver en que lugar entrábamos, al final decidimos entrar en un restaurante de comida japonesa; el lugar estaba muy tranquilo, y las pocas mesas estaban ocupadas por parejas, los colores de aquel lugar y la luz tenue daban un toque romántico, como si todo hubiera sido planeado para Bella y para mi. La mesara nos condujo a una mesa un poco alejadas de las demás y como buen caballero que me enseño ser mi padre, retire la silla para que Bella se sentara.

La comida fue deliciosa y todo el tiempo que pasamos juntos no deje de admirar a mi compañera, ella nunca dejo de sonreírme y yo tampoco lo hice, estaba tan a gusto con ella y me hacia sentir de una forma tan especial como ninguna chica antes lo hizo; su platica, su forma de pensar, sus gestos, su belleza e incluso sus diferentes formas de sonrojarse me tenían vuelto loco, ¿cómo era que una persona a la cual había conocido solo hace unas horas me tuviera así?

-Te has de estar aburriendo con mí platica ¿verdad?- me dijo agachando su cabeza y mirando su platillo.

-¿Por qué piensas eso? Jamás podría hacerlo- le contesté tomando su mano que se encontraba sobre la mesa.

Me volteó a ver y de inmediato se sonrojo, se veía tan adorable- Creo que ahora te toca hablar a ti- escuche que me decía, aunque puse más atención a que no había quitado mi mano de la suya- ¿Qué haces para divertirte?

-A veces salgo con mis amigos, con mi hermana, aunque para serte sincero odio salir con ella de compras.

-Como todo hombre.

-No en serio, es que tú no sabes que es salir de compras con Alice- le dije y habrá visto mi expresión que se empezó a reír.

-¿Tan malo es? – me preguntó un poco asombrada.

-Ni te lo imaginas, pero si no voy con ella cuando me lo pide empieza hacer un berrinche y me llama por todo un mes Anthony.

-¿Y que tiene de malo que te diga así?

-Odio mi segundo nombre- ella se empezó de nuevo a reír.

-A mí me gusta- me dijo con su enorme sonrisa.

-Tal vez ahora me agrade más pero solo si tú lo dices

No se por qué pero de repente tuve la necesidad de estar mas cerca de ella, así que tome mi silla y la puse a un lado de ella, Bella me sonrío y le volví a tomar su mano, no tardo en dirigir su vista ahí y jugar con nuestras manos.

-Aunque te digo algo- le dije para recuperar su atención y que me volteara a ver- creo que lo que mas disfruto en mis momentos de ocio es tocar mi piano.

-¿Tocas?- yo asentí- ¿Y que tal lo haces?

-No es por nada pero te enamorarías de mí música.- no pude dejar salir mi toque presumido.

-Que modesto- me dijo- pero lo mas seguro es que lo haría.

-Me gustaría más que te enamoras de mí- le dije después de que acabara de hablar, ella solo se me quedo viendo con un tímida sonrisa en su rostro.

No supe en ese instante porque se lo dije, nunca había sido tan aventado con alguien que acabara de conocer, sin embargo no pude controlar esa necesidad de decírselo.

El cielo estaba más oscuro cuando salimos y ninguno dijo una palabra, solo nos dedicamos a caminar en dirección a un parque que estaba frente a nosotros, cuando llegamos busqué una banca para sentarnos y así poder conversar con la dueña de esos ojos chocolate que no dejaba de admirar.

-¿Te gustan los parques?- le pregunte. Ambos estábamos sentados muy cerca el uno del otro y nuestras manos estaban entrelazadas.

-Disfruto de ellos, me dirás loca pero también me encanta caminar bajo la lluvia aunque después tenga un refriado por eso- su risa no solo llenó el lugar si no también mi corazón, era un sonido que no quería dejar de escuchar.

-No veo porque tenga que decirte así, a mí también me encanta hacerlo, es bastante relajante.

-Tal vez algún día podamos hacerlo juntos- de nuevo sus mejillas se sonrojaron cuando me dijo aquello, yo solo le sonreí y levanté mi otra mano para tocarle su mejilla.

Era algo que moría por hacerlo desde que nuestras miradas se toparon, su piel era tan suave y su aroma tan delicioso que a pesar del temor de ser rechazado por ella no pude dejar de acercarme más a su labios, al tenerla tan cerca e iluminada por la luna pude entender por primera vez lo que era estar realmente enamorado.

Sus labios al tocarlos se sentían inseguros pero al pasar los segundo se fueron abriendo para mí, nunca antes había sentido esto al besar a alguien, nuestros labios embonaban a la perfección uno con otro como si hubieran nacido para estar juntos. El aire nos empezó a faltar y lentamente nos separamos, mi mano todavía seguía tocando su mejilla que se encontraba más sonrojada que nunca.

-Yo…- trato de decirme Bella- que…

-No digas nada, si te molesto perdóname por…- trate de seguir diciendo pero puso su dedo en mi boca.

-No me pidas perdón por algo que anhelaba desde hace algunas horas- su voz era apenas un susurro pero el brillo en su mirada me hizo comprender que no era él único que se sentía así- Da miedo, ¿no?

-Un poco- le conteste sabiendo a lo que se refería y acercándome más a ella para abrazarla, de inmediato me correspondió.

-Nunca antes me había sucedido esto por alguien, y menos después de conocerlo hace poco.

-A mí tampoco y ahora doy gracias al haber entrado a esa cafetería- sentí como ella me abrazaba con mas fuerza y yo le correspondí, duramos así unos minutos hasta que Bella se separo.

-¿Y ahora qué?- la escuche preguntarme y la miré sin comprender- me tengo que ir.- lentamente se paro.

-¿Por qué?- le pregunte de inmediato parándome y haciendo que se diera la vuelta.

-Ya es tarde Edward y no solo se van a preocupar por mí, estoy seguro que tu papá también lo esta por ti- en sus ojos se veía tristeza al igual que los míos.

-Tan siquiera déjame acompañarte.

Los dos empezamos a caminar tomados por las manos, cuando llegamos a la esquina pedimos un taxi para que nos llevara a su hotel, ya eran más de las once de la noche y no nos íbamos a arriesgar en aquella ciudad. Hablamos muy poco en el trayecto, solo nuestras miradas comunicaban lo que nuestro corazón sentía al tener que separarnos, todo esto era una locura, solo había necesitado un día para enamorarme de una persona y al verla y recordar aquella tarde comprendía el porque me había pasado esto.

Mas pronto de lo que esperaba estábamos ya en su hotel, las luces nos dejaron ver perfectamente el uno al otro y las puertas tenían todavía bastante movimiento. Ambos nos miramos sin saber que decir, en el trayecto había intercambiado con ella nuestro número de celular, sin embargo no quería decirle todavía adiós.

-¿En verdad este día acabo?- le pregunté tomando su mentón para que no bajara la cabeza, quería ver sus ojos todo el tiempo que fuera posible.

-Como quisiera que no- me contesto- este fue por mucho el mejor día que he tenido en mi vida- me trato de sonreír, pero aquella sonrisa no llego a sus ojos.

-El mío también pero no sabes como me duele que esto acabe, nunca antes había sentido algo así por una persona y ahora temo despertar de este sueño- cada palabra salió de mi corazón mientras que me acercaba a ella y la abrazaba, me iba a separar de ella pero me retuvo y me besó, yo le correspondí de esa misma forma desesperada.

De nuevo nos separamos, no quería decirle adiós, así que me di la vuelta y empecé a caminar, tan solo di unos cuantos pasos antes de que Bella tomara mi mano, lentamente me giré, nunca espere que ella se me echara a los brazos.

-No te vayas- me suplico- quédate… quédate conmigo esta noche.

-¿En verdad es lo que quieres?- le pregunté cuando pude ver su rostro.

-Nunca he querido mas otra cosa- nos miramos unos instantes y después agrego-... solo si tú quieres.

-Por supuesto que lo quiero, simplemente no puedo alejarme de ti, te necesito- dicho eso nos volvimos a besar.

Tomados de la mano entramos a su hotel, antes de subir ella se dirigió a la recepción para preguntar algo y después tomamos el elevador, no estuvimos solos, lo compartimos con otras personas, pero en ningún instante nos dejamos de ver, mi mano constantemente acariciaba su mejilla o acomodaba su cabello por detrás de su oreja.

Al llegar al piso donde se encontraba su habitación nos bajamos del elevador y caminamos sin apartarnos el uno del otro, pude notar lo nerviosa que se empezaba a poner y en cierto modo, yo estaba igual. Se paro delante de una puerta y comenzó a buscar la llave para poder entrar.

Lentamente la saco y coloco para dar vuelta a la perilla- Todavía es tiempo para que me digas que me vaya- le dije tomando su mano, antes de que abriera la puerta.

Ella me miró para después tomar mí mano y entrar a la habitación, cerré la puerta tras de mí mientras la veía dirigirse a un mueble para dejar sus cosas en el. El cuarto era bastante amplio y la poca luz que lo alumbraba era de las ventanas que daban paso a un balcón, la cama estaba centrada en una de las orillas, en la otra había una puerta que lo mas seguro es que fuera del baño.

Caminé hacia donde ella se encontraba de espaldas y la abrace, sentí su cuerpo con el mío y su aroma me sedujo por completo, mas tardo en voltearse que en lo que nos estábamos besando nuevamente, mis manos se encontraban en su cintura y las de ella en mí cuello, jugando con mi cabello.

No me di cuenta cuando empezamos a caminar en dirección a la cama, solo la sentí cuando Bella ya estaba recostada y yo arriba de ella, nos separamos unos instantes para vernos a los ojos y a pesar de la oscuridad que llenaba el lugar sus ojos brillaban como nunca para mí, ella me sonrío, de la misma forma que lo había hecho toda la tarde y que me empezaba a enloquecer, se dirigió nuevamente a mis labios y me besó tiernamente, yo la seguí, tratando de demostrarle todo lo que en esos momentos sentía por ella.

-Gracias por haberme dejado conocerte- le susurro en su oído.

-No, gracias a ti por haberme encontrado.

Los besos estaban dejando de ser tiernos para convertirse en apasionados, su cuello empezó a llamarme y mientras lo besaba ella metía sus manos por debajo de mi camisa que viajaban en toda mi espalda haciéndome estremecer. Al despojarnos de nuestras ropas note el brillo y la curiosidad en su mirada, no solo Bella estaba así, yo pude reflejarme en sus ojos y verme de la misma manera de cómo yo la estaba viendo.

Nuestra piel ardía con cada roce de nuestro cuerpo, mis labios recorrieron cada centímetro de ella haciendo que la deseara cada vez más y nuestras manos enlazadas me hicieron entender que esto no era igual a mis anteriores experiencias, no era solo sexo, estaba haciendo el amor con una persona perfecta para mí.

Por primera vez en mi vida quise que el tiempo transcurriera lentamente y así poder disfrutar de esta nueva experiencia al máximo, nuestros besos y caricias nos hicieron conocer el paraíso, pude tocarlo y sentirlo, para después quedarnos completamente dormidos, uno en los brazos del otro.

Aquella noche fue la primera vez que soñé con ella, sus ojos me absorbían por completo y no paraba de escuchar su voz, entre sueños la alcancé a escuchar pero solo pude despertar cuando escuche que algo vibraba muy cerca de mí.

Me sobresalté y de inmediato me paré para envolverme entre las sábanas y caerme al piso, mi pantalón yacía a mi costado y de nuevo el vibrar de mi celular me hizo reaccionar, saque el aparato de mi ropa y en el estaba la foto de Carlisle, primero dude pero terminé por contestarle, no se cuanto tiempo me estuvo gritando mientras que yo me trataba de disculpar.

Pensé que lo peor iba a suceder cuando lo viera pero al recordarla de inmediato la busqué por la habitación, pensaba que con los gritos de mí padre ella saldría del baño si estuviera ahí, no lo estaba; me cambié y la esperé, creía que regresaría a pesar de que en aquel cuarto sus cosas ya no estaban, solo estaba la chamarra que había traído cuando la conocí.

La recogí y salí del lugar, baje a preguntar por ella en la recepción, lo único que sabían era que esa mañana la habían desocupado. Bella se había ido sin despedirse de mí, sentí un dolor en el pecho, como si algo se hubiera roto en mí; quería quedarme a esperarla, tenía la idea de que ella vendría pero las horas pasaron sin saber nada de ella, las constantes llamadas de Carlisle me hicieron ponerle fin a mí espera.

Salí del hotel con dirección al mío, pensando en donde estaría ella y el porque no se había despedido de mí, tan perdido estaba en mi mente que choque con una soñara y solté la chamarra de ella que aún llevaba en mi mano, algo sonó al caer, busque en sus bolsas y encontré el mismo celular en el que ella había anotado mi número. Algo en mí se derrumbo cuando lo ví, ¿cómo era posible que hubiera despertado ya de tan hermoso sueño?

Solo duró una noche aquella felicidad, pero mis recuerdos de ella siguen tan presentes como si no hubieran pasado ya tres años y nueve meses.

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Y aquí esta el inicio de esta historia, por favor comenten que tal les pareció, les aseguro que les va a encantar pero me encantaría que me dejaran muchos RR para ver si les agrado, también acepto aportaciones o amenazas jajaja…

Nos vemos en el otro capitulo que será narrado por Bella y veremos su punto de vista sobre esta situación que vivió…

Bye…