DE VISITA
-No soy un bebé para tener una niñera.
Peter rodó los ojos, sabía que escucharía reclamos de su hijo en cuanto le diera las noticias pero debido al historial de su comportamiento no iba a darse el lujo de dejarlo solo y sin supervisión.
-Difícilmente el agente Gibbs será tu "niñera" las obligaciones de ése cargo involucrarían hacerte jugar, comer y llevarte al baño- Peter dijo divertido para molestar a su hijo.
Neal muy ofendido dijo- Papá, hablo en serio, tengo 16 no 5.
-Yo también- Le miró fijo- y te repito que Leroy va hacernos un gran favor a Elizabeth y a mí por cuidar…- Peter iba a terminar la palabra cuidarte pero el ceño fruncido de su hijo hizo que cambiara la palabra- hacerte compañía, durante estos días que estaremos fuera.
Neal cruzó sus brazos y puso un pucherito-No tienes confianza en mí.
-Nop- Peter se levantó de la mesa al mismo tiempo que le revolvía el pelo con cariño- quita esa cara porque no voy a cambiar de decisión.
-Ya lo sé- Con enojo el muchacho dio un pisotón al piso y en cuanto su padre lo escuchó le llamó la atención- Neal…-pese a la amonestación seguía molesto por las noticias matutinas recibidas, no tenía ganas de estar de buen humor, así que contesto de muy mal tono- Ahora qué!
El agente puso las manos en sus caderas y miro muy fijamente a su hijo. Notando que la mirada molesta estaba dirigida exclusivamente a él, Neal le alcanzo la mirada, pero ahora plasmaba una mirada angelical para bajar al menos un nivel el enojo de su papá, porque ya sabía que él lo había enojado.
-Alguna novedad más, papá?
Peter achico la mirada ante la amplia y blanca sonrisa que descaradamente lucía su hijo, la típica reacción después de meter la pata y eso le molestaba muchísimo.
-Jovencito será mejor que cambies esa actitud- Peter lo regañó mientras agitaba su dedo índice en su rostro y eso fue lo suficiente para activar el enojo en el chico.
-Pero papá no es justo!- Neal borró la sonrisita y la mirada angelical de su rostro y mostró nuevamente su ceño fruncido, enojado - Estoy harto de toda la falta de confianza, no soy un bebé inútil que no puede cuidarse, ya tengo experiencia viviendo solo, absolutamente SOLO sin que mami o papi me vigilen, además yo …-Como siempre el muchacho se puso a dramatizar, pero Peter lo interrumpió, cortó por lo sano el berrinche infantil.
-Tú estás ganando una buena tunda antes de nuestro viaje y si sigues con tus protestas innecesarias te aseguro, te pondré en mis rodillas y castigaré tu trasero- El agente se mantuvo muy firme pese a ver susto en los ojitos azules de su hijo.
Ante la clara amenaza, Neal se retorció en su asiento-No papá, nalgadas no- tranzarse una paliza por no aceptar a su cuidador era una mala idea.
Peter ablandó su rostro- Por favor Neal, Gibbs es uno de mis mejores amigos, una de las mejores personas que conozco y que por circunstancias de la vida no veo muy a menudo así que lo mínimo que espero de ti es que demuestres el buen comportamiento que sé eres capaz de lucir o es que has perdido tus buenos modales el tiempo que has vivido con nosotros? Tan malas figuras paternales somos con Elizabeth?
Neal odiaba cuando Peter jugaba al psicólogo con él, siempre funcionaba – Me comportaré – dijo todavía en un tono desanimado que rayaba entre fastidio y malcriadez pero pensó: sólo espero no sea un anticuado obsesivo seguidor de las reglas como tú. Aunque no conocía muy bien al famoso Leroy Jethro Gibbs sí conocía muy bien a su hijo Tony, hace un par de meses el muchacho se había quedado con ellos casi por las mismas razones por las que él se quedaría en su casa.
-Espero mucho más de ti Neal Caffrey Burke.
El agente levantó a su hijo por su brazo derecho, lo giro y le dio seis fuertes nalgadas.
-PAFFF! Y eso por qué? PAFFF! PAFFF! Papáaa PAFFF! PAFFF! PAFFF! Auuuu! dueleeeeee.
Neal frotaba con ambas manos la picadura en su trasero.
-Fue por el berrinche.
-Yo no hice un berrinche!
Peter volvió a sujetarlo por el brazo derecho dispuesto a darle más nalgadas.
-Lo siento papá! Lo lamento! No haré más berrinches, lo prometo!- aunque ahora solo con una mano, no dejaba de sobarse.
Peter dio negativas con la cabeza -Eso espero Neal porque te advierto que si a mí me molesta el mal comportamiento a Gibbs le crispa los nervios así que yo que tu trataría de cumplir esa promesa, si valores el poder sentarte, claro.
Neal se quedó boquiabierto, acaso su papá insinuaba que esa persona podía castigarlo mientras este con ellos?
-Qué? Pero papá vas a permitir que un extraño me – a Neal le avergonzaba decir me dé nalgadas- me castigue?
-Eso depende de ti, de cómo decidas comportarte.
La firmeza que mostraba el agente hizo que Neal se preocupara, hasta que Elizabeth llego a su rescate.
-Nadie va a castigar a mi bebé.
Radiante como siempre Elizabeth entro a la cocina y le dio un leve golpecito a su esposo en su brazo derecho por asustar a su hijo.
-Peter no lo asustes y tu mi amor no tienes que preocuparte, Gibbs no va a castigarte.
La interacción hizo que Neal sonriera ampliamente, se había preocupado en vano, por supuesto que no podría ser posible que lo dejen a cargo de una persona tan anticuado como su papá, no podía tener tanta mala suerte.
