Star POV

- Vamos, mamá. Otra cucharadita.
- Mamá... mamá... ¡Qué nombre más raro!

Por si gobernar un reino no fuera bastante, ver a mi madre así...

Es extraño. Verla sin peinado, sin adornos, y con una sonrisa de felicidad plena. Sería genial si no fuera porque me mira como una niña pequeña.
Mi madre... la gran reina. Siempre seria, siempre estricta, siempre preparada... ahora parecía una niña encarnada en su propio cuerpo.

- No mamá. Yo te llamo así porque eres mi madre. Soy tu hija.
- Y yo soy tu marido... ¿No me recuerdas, Moon?

La sonrisa de mi madre desapareció un momento, pero seguía con esos ojos vidriosos e inocentes.

- ¿Estoy casada?
- Sí cariño...

Ya habíamos pasado por esto. Podía recordar unos minutos. Confiábamos que fueran cada vez periodos más largos. Pero acababa olvidándolo, y las mismas conversaciones se repetían una y otra vez.

- ¿La han visto ya la Alta Comisión, papá?
- Omnitraxus. Me dijo que iría a buscar ayuda.
- ¿Quien es ese Omnitaux? - preguntó mi madre despistada.
- No te preocupes, mamá... Nosotros nos encargamos.
- Mamá... Entonces, si soy tu madre... ¡debo ser muy vieja!

Bueno... Al menos su lógica comenzaba a hacerse presente más amenudo.

- ¡Eres muy bella! - dijo mi padre con voz sincera

Mi madre rió entre dientes.

- Creo que le gusto. - me dijo en voz baja
- ¡Claro que le gustas! ¡Es tu marido!
- ¡Oh! ¿Y tú eres nuestra hija?
- Sí... ¿Te acuerdas?
- MMmmmm... No... Pero eso significa que... ¡Jijijijijiji!

Mi padre la miró con mirada pícara y seductora y arqueó un par de veces las cejas

- ¡Jijijijiji!
- Creo que empiezo a sobrar por aquí. - dije incómoda.

En realidad, dada la situación de mi madre, no creo que vaya a ocurrir nada. Aunque con estos dos nunca se sabe. Sólo de pensar que ahora mi padre será quien controle la situación me dan escalofríos.

- ¿Puedes esperar un seguro fuera, cariño? Me gustaría hablar contigo antes de que te vayas.
- Vale, papá... Pero no me hagas esperar mucho.

Salí de la habitación. Marco esperaba pacientemente mirando por la ventana.

- Marco. ¿Aún estás esperando?
- Soy tu escudero. Me pediste que te esperara fuera y eso he hecho.
- De eso hace... ¿una hora?

Aunque no se lo dijera, agradecía enormemente ahora que Marco estuviera a mi lado. Sé que ha sido todo confuso con lo de Tom. En realidad, nunca he estado a gusto con la situación. Muchas veces había deseado que Marco se hubiera quedado en la Tierra porque su presencia me recordaba a mi tiempo en la Tierra y él como mi amor imposible. Otras veces, hubiera deseado jamás volver con Tom, que sólo fuera un amigo, para ver a donde podía llegar lo mío con Marco.
Siempre jugando a ser sólo amigos, y siempre sabiendo que éramos algo más.

Desde el beso y su confesión de sus sentimientos todo se ha vuelvo más complicado. Y más sabiéndolo Tom. Ahora él me da esquinazo... insiste en que necesita tiempo para comprobar algo, pero ahora que necesito su apoyo es a Marco a quien tengo.
Y la verdad... en el fondo me da igual, porque Marco me comprende mejor. Sé que Tom se esfuerza al máximo, pero para Marco ser así es natural. Es su forma de ser. Sé que incluso aunque sólo hubiera amistad entre nosotros, seguiría siendo igual.

Pero ahora mismo no quería pensar en nada de relaciones. Ni Marco, ni Tom. Ahora necesitaba amigos, familia, apoyo... Doy gracias a que Marco, mi amigo, sea también mi inseparable escudero.

- Más o menos. ¿Qué tal está?
- Igual, me temo. Es como si aún siguiera allí.
- Supongo que porque estuvo más tiempo que tú. Así que es mejor que no vuelvas por el reino de la magia. Quien sabe si la próxima vez a tí te puede pasar lo mismo.

Suspiré. Era demasiado. El peso del reino recae ahora sobre mis hombros.

- Supongo que tendré que alargar eso de ser reina en funciones.
- Lo harás bien.
- ¡No, Marco! ¡Ya me conoces! ¡Soy un desastre! Soy desordenada, impulsiva... ¡Todo lo contrario a una reina!
- No tienes que ser igual que tu madre. Tu forma de gobernar puede ser diferente. No significa que sea peor.

Marco sabía consolarme. Había verdad en sus palabras. Pero yo sabía que sólo me disfrazaba la dura realidad.

- No... pero al menos tengo que ser competente. ¡Aquí parece que nadie sabe hacer nada por su cuenta! Ya has visto... ¡Hasta tengo que encargarme de escoger el menú!
- Eso es fácil, Star. Dí que te apunten lo que han cocinado los últimos meses y coge recetas al azar sin repetirlas demasiado pronto.

A veces pienso que deberíamos darle el trono a Marco. Había pensado en él otras veces como rey, pero sólo como fantasías de mi futura pareja. No. Ahora lo veía como él es. Un organizador nato. Para bien o para mal, Marco siempre tiene ideas. Nunca se rinde ni se deja abrumar por las circunstancias.

- ¿Ves? Tú si que sabes organizarte... ¡No yo!
- Para eso estoy yo. No te agobies. Te ayudaré con todo lo que necesites. Soy tu escudero, ¿recuerdas?. Puedes renombrar mi cargo a "asistente personal" si te hace sentir mejor.

Sus palabras podían ser de consuelo, pero a mí sólo hacían recordarme que esto no hacía sino confirmarme que este tipo de vida había llegado para quedarse. Pero yo no me siento lista.

- ¿Y si mi madre se queda así para siempre? ¡Tendrán que coronarme!

- Tranquila, cariño. Falta bastante para eso.
- ¡Ah! ¡Papá! No te había visto salir.
- Normal, Star. Estás estresándote por momentos. - dijo Marco preocupado.
- Mmmmm... ¡No estoy lista para ser reina! - dije mientras me mordía las uñas.
- No te preocupes, cariño - insistió mi padre - Aún puedes seguir siendo reina en funciones un par de semanas más.

- ¡¿DOS SEMANAS?! - gritamos Marco y yo a la vez.

Mis temores haciéndose realidad enfrente de mis ojos. Nooooooo.

- Relajaos los dos. Sí... como reina en funciones estás muy limitada en lo que puedes hacer. Pero tranquila... eso no significa que tengamos que coronarte como reina. No mientras tu madre pueda recuperarse. Es sólo que para entonces, deberíamos oficializar tu regencia. Serás sólo Reina regente...

- ¿Qué diferencia hay? - preguntó Marco

- Reina regente, reina regente... No, nononono... - seguí farfullando...

"¿Qué más da como sea? El caso es que tengo que ser reina a efectos prácticos. Y soy un desastre en esto." pensé

- Como reina en funciones, sólo puede tomar ciertas decisiones de menor importancia o bien de emergencia porque todos estén de acuerdo en la medida y no haya nadie mejor para tomar la decisión. Como reina regente, puede hacer lo mismo que si tuviera la corona, con pequeñas excepciones, como nombrar una regencia diferente o asumir la herencia de la corona. El regente se supone que habla en nombre de la corona por indisposición hasta que esta está lista para retomar su función.

- Ajá... O sea, que sólo es hacer oficial su estado actual.
- Bueno... no exactamente. La regencia requiere el apoyo de las alianzas existentes. La aprobación de la Alta Comisión podemos darla por hecho, pero no tenemos a Glossarick lo que debilita el apoyo.

- Eso no es problema, papá. Todos han apoyado a mamá y a los Butterfly. Además tenemos buenas relaciones con todos los reinos y nobles...

- Debemos estar preparados, Star. Si se enteran de que tu madre está totalmente fuera de juego no meramente enferma como hemos dicho, no tardarán mucho tiempo en aparecer "candidatos" a reinar. El poder es muy seductor, hija.

- Vamos papá... Siempre han apoyado a una Butterfly.

- Siempre ha GOBERNADO - dijo recalcando la palabra - una Butterfly. Pero no siempre se ha hecho por las buenas. Nuestra historia está llena de conflictos. Ya nos has visto que rápido nos enzarzamos en luchas por las cuestiones más banales. Ahora imagínatelo cuando hablamos del trono.

- Pero la Alta Comisión...

- Ellos están para defender la magia y el órden, no nuestro reinado. Ellos siempre han apoyado a una Butterfly por la conexión con la magia, pero tú no eres la única. Recuerda la familia de tu tía abuela. Además, si la cosa se pone muy fea y ellos tienen que elegir entre defender su responsabilidad y nuestra corona, escogerán defender la magia y el órden, que es lo que les corresponde.

¿Podía mi padre tener razón? ¿Se lanzarían la familia de mi madre o de mi padre a intentar hacerse con el trono aún con mi madre viva y yo CASI lista para asumir el trono? Había visto las rivalidades en las fiestas familiares pero... esto no eran juegos. ¿De verdad serían capaces de una traición así?

- ¿Estás diciendo, River, que puede desatarse una guerra de sucesión? - preguntó Marco un poco sorprendido por las palabras de mi padre

- Puede ser, sí. Claro que sólo me estoy poniendo en la peor de las circunstancias. Teniendo en cuenta que Star es la legítima heredera y está casi lista y domina bastante sus poderes es poco probable que ocurra, pero... quien sabe.

¡Legítima heredera! Si ya era suficiente el peso de la corona, papá acababa de recordarme el "pequeño secreto" que llevaba tiempo carcomiéndome. Sobre el papel, soy reina. En la realidad, todo nuestro linaje real era una farsa, desde Festivia. Ni siquiera sabíamos quien había sido realmente ella.

- Pero ¡Yo no soy la heredera legítima! ¡No desde lo de Eclipsa!

- Afortunadamente eso no es de conocimiento público. Además, eso es cuestionar un momento de la línea sucesoria, pero salvo que sea la propia Eclipsa la que aparezca para reclamar el trono, tú sigues siendo la hija de Moon, la hija de la reina a la que juraron lealtad sus nobles y declararon reconocimiento los demás reinos. Pero por si llegara el caso es necesario, Star, que reclames la regencia. Eso obligará a los reinos vecinos a posicionarse y decidir rápidamente, no dándoles tiempo a establecer alianzas o conspiraciones. Una vez que todos acepten oficialmente tu reinado aunque sea como regente, cualquier cuestionamiento de este sería considerado un acto de agresión y el resto de aliados se pondría de nuestra parte. Es muy raro que nos atacasen despues. Por eso tu nombramiento debe ser rápido.

- Pero... ¿Y sí se recupera mamá?

- Eso es lo que espero, cariño. Hay un protocolo para finalizar la regencia que ya no requiere la aprobación de nadie más que la propia reina.

- No parece mala idea, despues de todo. - dijo Marco - A fin de cuentas, tú ya estás asumiendo las responsabilidades, ¿no?. Parece que todo son ventajas, partiendo de la situación actual.

- Bueno... Hay tareas que Star aún no ha asumido, básicamente porque no puede realizarlas mientras sea sólo reina en funciones, como la emisión de decretos, por ejemplo.

- ¡Ugghh! ¡Papeleo!... ¡No voy a poder con esto!

- No te vuelvas a agobiar, Star. Ya me ocuparé yo de leerlo todo y dejarte lo fácil. - dijo Marco intentando tranquilizarme

No podía más. Sólo soy una chica... ¡Quince años! Debería estar de fiesta con Pony Head. O en la Tierra. Una chica de mi edad, en la Tierra, seguiría en la escuela. Incluso así, como princesa... pero no como reina. Me queda grande.
Pero mamá tuvo que ver morir a la abuela a mi misma edad. Y enfrentarse a una guerra. Ella es mejor de lo que yo nunca seré.

- ¿Hija? - preguntó mi padre mientras miraba triste por la ventana.
- Mi adolescencia se acaba aquí, ¿verdad?
- ¡Qué dices! ¡Si tu madre dice que yo aún me comporto como un adolescente y eso que llevo décadas siendo rey!
- ¡Jajajaja! - rieron Marco y mi padre. No pude evitar contagiarme un poco.
- Star... La regencia es un título. El pueblo necesita una reina. Pero en el día a día, no tienes por qué cumplir con el horario de tu madre. Todos echaremos una mano. Nos las arreglaremos para que tengas un tiempo libre más acorde a tus necesidades. Y lo que pueda esperar, que espere. Si todo va bien, tu madre se recuperará pronto.
- ¿Y si no lo hace, papá?
- Lo hará... - dijo con sonrisa forzada y párpados húmedos.
- Pero tenemos que ser fuertes por ella. Ahora es cuando somos más vulnerables.

Mi padre tenía razón. Tenía que hacerlo por mamá, por él, por Mewni.

- Vale, papá. Me prepararé para mi nombramiento.
- Bien... Tendrás que hablar con los reinos cercanos para tantear su apoyo y convocarlos... Pero en realidad, hay un asunto del que debo hablar contigo antes. De hecho, es de lo que quería hablarte al principio. Nos hemos puesto a hablar de esto de la regencia y me he despistado...
- ¿Qué ocurre, papá?
- Los monstruos.
- ¿Qué pasa con ellos? ¿Han vuelto?
- No. Ese es el problema. ¿Has hablado con Gaspar? La última vez que le ví me dijo que le habías evitado todo este tiempo.
- Sí. Es cierto. Sólo habla de números y ¡no entiendo nada!
- Tampoco es mi fuerte, cariño, pero por lo que me ha explicado, la situación es bastante mala. A las consecuencias de los últimos problemas de Ludo, ahora se juntan malas cosechas y un aumento de las necesidades de los pueblos. Parece que habíamos subestimado el trabajo de los monstruos. No todos se dedicaban a delinquir. Había mucho trabajo no reconocido, pero del que todos se beneficiaban. Y ahora que ha desaparecido, las necesidades de tareas de trabajo y reparación se disparan y no tenemos dinero para afrontar los costes. Tendremos que aumentar los impuestos y jústamente ahora con lo de la regencia...
- ¿Y qué quieres que haga?
- ¿Podrías intentar que los monstruos volvieran? Si hay alguien capaz, esa eres tú, hija mía.
- Ya lo intenté. No funcionó.

Marco intervino

.- Bueno, Star... Si lo que me contaste fue al pie de la letra, ¿acaso no te dijo Buf Frog que cuando fueras reina que se lo replantearían? Quizás ahora que vas a ser regente, puedas ofrecerles nuevas condiciones.
- ¿Puedo hacer eso? - pregunte a mi padre
- ¡Claro, hija! ¡Como regente puedes emitir decretos!
- ¡Por fin! ¡Algo bueno de ser reina!
- Reina regente - dijo Marco con sorna porque yo siempre insistía en que era reina "en funciones".
- ¡Vale! Pero si me voy a buscarlos, ¿quien gobernará?
- No te preocupes, hija. Puedo cubrirte un par de días. Además, puedo convocar a otros reyes para hablarles de tu regencia.
- ¡Nada de fiestas, papá!
- Será discreto, lo prometo.
- Discreto no. Sin fiestas. Una reunión.
- ¿Ves? Ya hablas como una reina.

Estaba tan ensimismada en mis problemas que no lo había apreciado, pero papá también se estaba comportando inusualmente serio.

- ¡Gracias, papá! Sé que también te estás esforzando mucho.
- ¿Quieres saber un secreto?
- ¡Claro!

Papá se sacó un papel de la manga izquierda. Ponía un montón de las cosas de las que habíamos hablado.

- ¡Papá!
- ¡Qué! Ya sabes que lo que sale de mí es más... espontáneo. Pero... ¿ves? Hay formas de ser un rey o reina mejor. Incluso si es necesario hacer un poco de... trampas.
- Vale, papá. Ya lo pillo.
- Serás tan buena reina como tu madre.
- Eso espero.
- Ahora, vete de aventura. Nada impide que puedas cumplir con tus obligaciones y aprovechar un poco de aire libre para ser más... tú misma.

Agradecía que papá se hubiera comportado como un rey, ahora que todo el mundo lo necesitaba. Pero para mí, aún apreciaba más a mi padre, el que me comprende. Y con todo el peso de la corona ahora esperando a ser oficial, este viaje, esta "última" aventura a saber por cuanto tiempo, era lo que necesitaba.