Basada en la película Footloose 2011.

Bueno, primero empezaré la historia con el accidente que empieza a la película. He de marcar que luego la historia continuará tres años más tarde. Thomas, hijo del juez, muere en el accidente, igual que Jenny Cullen, hija de Carlisle Cullen. Ambos hacen un acuerdo y llegan a una ley que prohíba las fiestas, el alcohol en los menores de 20 años, y hacen ver el toque de queda a las diez de la noche por semana, y a las once por fin de semana.

Algunos personajes en este capítulo:
.Thomas Hale (hermano de Jasper y Rosalie Hale)
.Jenny Cullen (novia de Thomas Hale)
.Nathaniel - Nate - Malik (hermano de Edward Cullen)
.Blair Van der Haart (novia de Nathaniel Malik)


-El accidente -INTRODUCCIÓN
El grupo subió al escenario y toda la gente se quedó mirando hacia ellos, a la espera de la próxima canción. El cantante, era un chico de unos veinte años. Llevaba muy asumido el look de una estrella del rock. Su cabello de color negro peinado hacia arriba e inclinado hacia la derecha era una de las cosas que le definían. Llevaba una camisa negra y una corbata roja. Vestía unos vaqueros de color negro ajustados y sus hombros aguantaban su guitarra eléctrica. Él se acercó al micrófono para comprobar que funcionaba a la perfección.
-Dos, dos, uno, dos, ¿todo bien?
El batería empezó a tocar unos ritmos de ensayo, al igual que el otro guitarrista ensayaba un par de acordes.
-¡Venga, vamos, Spartans, no os oigo! ¡Tenemos algo que celebrar! ¡Les hemos machacado! -exclamó el cantante.
Hacía un par de horas había terminado el partido. No era nada de extrañar que los Spartans, el equipo de fútbol americano de Forks ganaran el partido. En realidad tenían un muy buen equipo y siempre habían sabido utilizarlo.
-¡Quiero a todo el mundo en la pista! -gritó el cantante entusiasmado acompañado por unos beats de la batería.
El grupo empezó a tocar y la música rock inundó el lugar. Toda la gente empezó a bailar con gran estilo y a cantar la canción a la vez.
El suelo estaba lleno de vasos vacíos de bebidas. Sin lugar a dudas esa estaba siendo una fiesta a lo grande.
Varias personas estaban sacándose un montón de fotos, para recordar la legendaria fiesta. Pero, casi todos estaban borrachos o medio borrachos. Se corría el rumor de que ya tres personas habían caído ya al coma etílico. Eso al doctor Cullen y al juez Hale no les haría gracia, sin lugar a dudas.
El lugar estaba lleno. Los organizadores habían previsto eso y habían colocado varios altavoces en las afueras del recinto. Y, habían acertado. Pues había un montón de gente que se había quedado sin sitio dentro, y se han tenido que trasladar la fiesta fuera, pero con las mismas ganas de fiesta que los demás.
La gente bailaba con más libertad. Había igual, o más alcohol que dentro del recinto y muchos decían que la fiesta ya se les estaba escapando de las manos.
Algunos ya veían que pasaría algo, así que ya se estaban preparando para volver a casa. Otros, por el contrario, ya veían viendo venir el toque de queda, y, si querían seguir saliendo a las fiestas con sus amigos, debían llegar a tal hora.
-Sería hora de que nos fuéramos yendo ya, ¿no? -dijo Thomas pasando un brazo por los hombros de Jenny.
-Tom, tío, no seas aguafiestas -se quejó Nathaniel llegando con un vaso de vodka.
-Nate, mañana vas a tener una resaca importante -le reprochó Blair quitándole el vaso de vodka y derramando un poco de su contenido en el suelo.
-Blair, nena... -Nate se acercó a Blair intentando recuperar en un vano intento su vaso. Todos sabían que Nathaniel no le pondría nunca la mano encima a Blair, porque la quería demasiado, pero, que si eso pasara alguna vez, a Nate le caería una buena carga. Porque el padre de Blair es juez.
-Venga, tenemos que irnos, Thomas tiene razón. Pronto llegará el toque de queda -dijo Jenny.
-Bueno, ¿quien conduce? -suspiró Nathaniel frontándose las manos y dándose por vencido e ignorando el vaso.
-Desde luego, tú no -dijo Blair mientras sujetaba a Nathaniel, quien se estaba tambaleando. -Nate, eres el que está peor de los cuatro, no controlas...
-Conduzco yo -interrumpió Thomas dirigiéndose al coche.
Los cuatro se subieron al coche y empezaron a cantar la canción que en ese momento estaban pasando en la radio.
-¿A dónde iremos mañana? -gritó Thomas con júbilo golpeando el volante con una mano.
-¡A la fiesta de Klaus! -aulló Nathaniel.
Thomas besó a Jenny, dejando fuera de atención el coche. Blair cogió a Nathaniel de la chaqueta y le besó cómo si no… fuera a haber mañana.
-¡Tío, cuidado! -gritó Nathaniel apartándose de Blair.
Esa sería la última fiesta de los chicos. Un camión que transportaba materiales de construcción obstruyó el camino al. Éstos chocaron contra el camión haciendo que el coche volcara.