Cap. I. El Comienzo.
Su mirada detallo perfectamente las murallas que mantenían oculta la aldea que lo había visto crecer, sus ojos barrieron todo a su alrededor sin encontrar nada fuera de lugar, algunos cuerpos escondidos entre los arboles protegían todas las entradas haciendo que el bufara con cierta inconformidad, dejo que la gravedad actuara en su cuerpo y con un sordo sonido sus pies golpearon la tierra dejándolo justo en la entrada principal de aquel lugar.
No sabia cuanto tiempo había pasado desde la ultima vez que había estado ante aquellas puertas, siempre que regresaba se sentía fuera de lugar, un intruso en la aldea que lo acepto despues de ser un renegado, luego de que ayudara al héroe de Konoha a ganar la cuarta guerra ninja.
-Dobe…- Murmuro roncamente al recordar al rubio, sus pasos se habían detenido para ver que el monte Hokage tenia un nuevo rostro tallado, sonrio de medio lado al darse cuenta que tal vez había pasado demasiado tiempo desde la ultima vez que había estado en el lugar.
-Konichiwa Sasuke-san- Una voz salió desde el puesto de vigilancia obligando al pelinegro a girarse y dedicar un simple asentimiento de cabeza, no le gustaba realmente la razón de su regreso pero, esa fue una misión que decidió tomar hacia demasiados años, solo para calmar levemente la culpa de todo lo que el había deseado destruir alguna vez.
El alto murmullo de voces golpeo sus sentidos al encontrarse directamente con el mercado de la aldea, las personas pasaban de un lado a otro llevando diferentes bolsas y cajas preparándose para algun tipo de festividad, aquello lo obligo a fruncir el ceño y de un salto llego al tejado mas cercano, teniendo un mejor panorama de aquello que los habitantes estaban empezando a preparar.
-Sasuke, cuanto tiempo- Una grave voz sono muy cerca de su posición obligándolo a girarse un poco, encontrando su mirada con otra totalmente negra, vio al recién llegado sonreir haciendo que sus sentidos se relajaran totalmente. –Naruto sabe que…-
-Iie… Voy a la torre en este momento- Lo corto dando su propia explicación haciendo que su oyente lo mirara levemente sorprendido para luego sonreir ligeramente y dedicarle un ligero asentimiento de cabeza.
-Vas a pasar una temporada en la aldea?- Se atrevió a interrogar viendo como el Uchiha solo se tensaba en su posición dándole una idea de lo que aquella pregunta representaba para el hombre recién llegado.
-No lo se- Se sincero desviando totalmente su atención del anbu que lo había abordado y centro su mirada en la torre Hokage a unos metros de su posición. –Lo sabre en un momento- Acepto sintiendo como el hombre a sus espaldas soltaba un suspiro algo pesado y sin decir ninguna palabra mas desapareció en una espesa nube de humo.
El aire escapo pesadamente por sus dientes haciendo que nuevamente algo se removiera en su interior, sabia bien que este no era como sus anteriores visitas, esto era algo que podía tornarse peligroso para el pacifico mundo ninja que todos lucharon tanto por construir.
Sus musculos se tensaron al tiempo que de un agil movimiento su cuerpo aterrizo en el siguiente tejado, sus sentidos estaban centrados en su objetivo, el murmullo que podía llegarle desde los habitantes que transitaban bajo su trayecto no lo distraía demasiado, incluso pudo sentir uno que otro chakra poderoso correr velozmente por las calles de la aldea haciéndolo sentir orgulloso de golpe.
Sus ojos encontraron rápidamente el delgado cuerpo de una niña de corto cabello negro, sus ropas rojas brillaron entre la multitud asi como el símbolo que adornaba orgullosamente su espalda, detallo entonces el rubio que cayo justo a su lado reconociendo automáticamente al hijo mayor del hokage, sus ojos azules centellaron burlescos haciendo que la niña hiciera un puchero y se cruzara de brazos para empezar a correr nuevamente, un niño de palida piel y cabellos azules apareció atrapando el hombro del rubio y con una negativa de cabeza se fue en la dirección que había tomado la pelinegra.
La sorpresa adorno sus facciones al ver que el rubio subió su mirada dando totalmente con su posición, su aguda mirada mostro la sorpresa al encontrar a un ninja desconocido en el alto tejado, haciendo que el pelinegro apretara sus labios y con un movimiento desapareció de aquella mirada curiosa.
-Dobe…- Murmuro roncamente dejando que una tenue sonrisa adornara sus labios, habían crecido demasiado rápido, definitivamente había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que había pasado por aquella aldea.
oooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooo
Ahogo sus palabras de incredulidad al ver aquella mirada azulina clavarse en ella intensamente, jadeo cruzándose de brazos y desviando sus ojos hasta centrarse en una de las torres de documentos que siempre llenaban la oficina del actual hokage de la aldea oculta entre las hojas intento mantenerse tranquila.
-Sabes que lo hago por tu bien- Insistio aquella ronca voz obligándola a morder nuevamente su labio inferior al tiempo que un ligero sonrojo aparecia en sus mejillas. –No quiero que…-
-Detente- Lo corto subiendo una de sus manos obligando al rubio a guardar silencio, sus ojos volvieron a encontrarse retándolo silenciosamente. –Puedo hacerlo…. Necesito hacerlo- Dijo firmemente dejando que su siempre apacible rostro se contrajera en una mueca de molestia.
-No es algo seguro Hinata- Volvio a refutar escuchando como la mujer ante el volvia a contener el aliento, pudo sentir el chakra de la mujer perturbarse obligándolo a ponerse de pie en su posición.
-Ni se te ocurra- Gimio retrocediendo dos pasos al sentir que el ancho cuerpo del rubio se había movido de su lugar. –Solo no… No lo hagas- Agrego nerviosa abrazandose y apoyándose totalmente en la puerta que daba acceso a la oficina del hokage.
-No puedo darte autorización- Su voz cambio a una neutra haciendo que la mujer volviera a subir su mirada perlada a la azul que la veía con autoridad. –Es demasiado peligroso para ti y tu equipo, no me arriesgare a per…-
-Urusei!- Grito frustrada haciendo que el hombre la mirara sorprendida. –No entiendes lo que significa para mi… Saber que hay todavía esos monstruos en algun lugar- Su voz fue bajando de tono a cada palabra que lograba salir de su garganta.
-Eso no lo traerá de vuelta- Su voz se volvió mas calma intentando nuevamente acercarse a la mujer, la vio negar y con un agil movimiento logro destrabar la puerta y colarse fuera de la oficina.
Contuvo un jadeo de pura frustración apoyándose en la puerta que acababa de cerrar, se mordió el labio con fuerza intentando contener la impotencia que aquella negativa le había causado, su cuerpo vibro por la presencia de alguien mas en aquel lugar y se obligo a abrir los ojos para encontrar al intruso.
Un suave jadeo de sorpresa escapo de la rosada boca de la mujer que estaba apoyada totalmente en la puerta por la que el quería acceder, se había quedado sin hacer un solo movimiento al ver como la puerta se había abierto dejando salir a la delgada mujer al tiempo que la cerraba y se apoyaba intentando tal vez calmar algun tipo de incomodidad.
-Uchiha-kun…- Su apellido lo hizo sobresaltarse haciendo que su atención volviera a centrarse totalmente en la mujer, sus ojos se encontraron con unos perlados que lo miraban con un poco de vergüenza, el aludido la reconoció enseguida, quien no lo haría.
-Hyuuga- Murmuro cortes haciendo una ligera inclinación ante la esposa del actual hokage, no recordaba que ella todavía estuviera en servicio shinobi. –Naruto…- Agrego viendo como la aludida se tensaba en su posición y soltando un suspiro dejo de apoyarse en la puerta para darle espacio.
-Esta dentro- Dio como vaga respuesta y obligándose a avanzar algunos pasos lejos del recién llegado, podía sentir la intensa mirada del Uchiha sobre ella haciéndola tragar pesadamente, sus manos viajaron a su cabello atrapándolo en uno de sus hombros dejando a la vista el símbolo del clan Uzumaki al que pertenecía.
El pelinegro solo se limito a asentir desviando su atención de la mujer y sin pensarlo demasiado abrió la puerta que daba al despacho del hokage que actualmente ocupaba su testarudo rubio amigo.
Sus ojos se encontraron con la espalda del rubio, la capa que lo identificaba como el séptimo ondeaba lánguidamente al estar parado frente a uno de los grandes ventanales de la oficina, podía sentir la perturbación que parecía mantenerlo en ese estado tan desconectado de lo que sucedia a su alrededor llevándolo nuevamente a la imagen frustrada de su esposa frente a la puerta de aquel lugar.
-Naruto- Llamo roncamente haciendo que el aludido solo se girara levemente y asintiera viéndolo de reojo.
-Cuanto tiempo Sasuke- Solto como saludo resignándose a analizar la reciente discusión mas tarde, la presencia del Uchiha en la aldea tenia muy pocos significados y sabia nunca había sido solo para visitar a su familia. –Que te trae por aca?- Interrogo avanzando algunos pasos hasta el escritorio y dejándose caer en la gran silla que estaba detrás del escritorio cubierto de diferentes informes.
-Hay una complicación- Confeso sacando de entre su capa un grueso pergamino dorado, sus ojos serios se encontraron con la mirada azulina del hokage viendo en ellos el entendimiento que su escueta frase le había dado al rubio y se permitió retener el aire por primera vez desde que había recibido aquella delicada información.
oooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooo
Jalo aire una tercera vez intentando tranquilizar aquella incomodidad que le causaba la reciente discusión con su esposo, sabia que el estaba siendo sobreprotector y eso aunque le parecía tierno en cierta forma empezaba a ahogarla, hacia casi un año que había vuelto a estar activa como shinobi y no había tenido misiones demasiado exigentes obligándola a arrugar nuevamente sus facciones.
-No debería molestarme demasiado- Se dijo intentando calmar la molestia que se negaba a abandonarla, sus lentos pasos la fueron alejando poco a poco de la torre hokage, su mente la traiciono recordando vívidamente la mirada negra que acababa de encontrar luego de su discusión, poco había interactuado con el mejor amigo de su esposo y eso siempre lograba inquietarla.
-Okachan!- Un agudo grito la saco totalmente de sus pensamientos, sonrio abiertamente viendo a su pequeña correr hacia ella, su cabello negro alilado contrastaba perfectamente con sus bellos ojos nacarados, tan diferentes e iguales a los suyos.
-Hima-chan- Murmuro maternalmente agachándose para dejarse envolver por los delgados brazos de su pequeña, no supo exactamente en que momento había llegado a la academia pero de alguna manera su cuerpo supo que era allí donde debía estar.
-Hinata…- Una grave voz llamo su atención haciendo que sus ojos se encontraran con unos visores que la veian desde arriba, la mujer sonrio infantilmente y con un sutil sonrojo se irguió todo lo que le daba su cuerpo, aun asi era unos buenos 15 centimetros mas baja que el hombre ante ella.
-Shino-kun- Dijo ampliando su sonrisa al ver al hombre cruzarse de brazos y asentir ante su reconocimiento. –Tenia días sin verte- Acepto sintiendo como la pequeña que estaba entre ella y el hombre se soltaba de su agarre y se alejaba hacia el area del parque de la academia.
-Estaba en una misión de rastreo- Comento sin mucha importancia. –Supe que tu grupo de búsqueda encontró restos del árbol Mazou- Interrogo al tiempo que giraba su rostro hacia el lugar por donde se había ido la hija menor de su ex compañera.
-Hai- Su clara respuesta no dejo ver la incomodidad que aquello significaba para ella, vio el perfil de su antiguo compañero y con un suspiro resignado se giro para también ver a su pequeña hija empezar a jugar con algunos niños mayores que ella. –Estaban separados de una forma no natural por lo que mi equipo y yo suponemos fue algo que sucedió hace poco- Explico neutralmente intentando enviar al fondo de su pecho el malestar de la negativa que le había dado el hokage de seguir ese camino.
-No natural?- Interrogo el de visor centrando toda su atención en la pequeña mujer a su lado, la ojiblanca sintió la incomodidad hacerse mas intensa y se obligo a bajar la mirada centrando sus ojos en las sandalias que llevaba.
-Cortados Shino-kun… Estaban recién cortados- Explico al tiempo que un escalofrio recorría toda su columna vertebral. –Pudimos determinar que no habían pasado ni dos horas desde que se hicieron los cortes demo…- Se detuvo en su relato al sentir como alguien se aproximaba a su posición.
Los dos pares de ojos se centraron en algunos jounin que empezaron a caminar en dirección a la academia, la mujer de repente se sintió fuera de lugar y viendo de reojo a su compañero se percato que el parecía tan tenso como ella se encontraba, se sorprendió al ver al hiperactivo maestro de su hijo mayor golpeándola levemente con la realidad.
-Boruto-kun- Murmuro olvidando totalmente lo que segundos antes estaba discutiendo, se inclino levemente ante el hombre que estaba a su lado y sin esperar respuesta camino ligeramente hasta donde se encontraba su pequeña hija, una pequeña sonrisa adorno sus labios al ver como la pequeña estaba sentada en lo alto de la torre para escalar mientras algunos niños mas grandes parecían luchar en el suelo para llegar a ella.
-Okachan!- Grito la pequeña al percatarse de la presencia de su madre en el parque donde estaban jugando, los tres niños se giraron para ver a la delgada mujer sonrojarse por la atención haciendo que los tres pequeños también les creciera un pequeño rojo en sus mejillas.
-Vamos Hima-chan tu aniki debe estar por llegar a casa- Murmuro suavemente viendo como la pequeña asentía y en un agil movimiento aterrizaba sobre sus pies sin ningún tipo de problema, la ojiblanca admiro por unos segundos la forma tan elegante en la que su hija menor se movia dándole a entender que tenia mucho mas de Hyuuga de lo que parecía.
Sonrio tiernamente al sentir la pequeña mano de su hija apretar la suya, era mucho mas pequeña y suave que su mano, sus deditos se cerraron con dificultad en su palma llenando a la mayor de una calida sensación en el medio de su pecho.
"Es tan perfecta" Penso para si clavando sus ojos en la cabeza de la pequeña detallando su cabello corto y liso, el ambiente calido del final del verano corrió por su piel haciéndola sentir satisfecha por todo lo que había recibido con los años, realmente no podía pensar en que pudiera desear algo mas, todo lo que siempre soño se había cumplido y de la mano de la persona que ella siempre había amado.
oooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooo
Apreto el puente de su nariz centrando nuevamente su atención en el pergamino en medio de la habitacion, abierto en toda su extensión flotaba sobre un gran sello mientras a su alrededor los simbolos se desprendían y buscaban su significado ante sus ojos, la tinta aparecia y desaparecia intentando en vano proteger el contenido que estaban intentando descifrar.
-Porque decidiste traerlo hasta ahora?- La seria voz a su lado lo obligo a girarse y ver el perfil concentrado de su rubio amigo, tenia todos los musculos de su cuerpo tensos, sus brazos cruzados sobre su pecho le daba un aire de respeto que recordaba no poseía la ultima vez que se habían encontrado.
-Alguien esta moviendo fragmentos del árbol…- Respondio viendo como sus palabras solo consiguieron que el rubio arrugara su rostro intentando tal vez mantener al margen la ansiedad que le producía esa información. –Hay que…-
-Detente- Ordeno el rubio cortando de golpe las palabras del pelinegro, sus miradas se encontraron haciendo que el pelinegro frunciera el ceño por la confusión. –Nadie puede estar haciendo nada con ese árbol- Rebatio haciendo que el pelinegro se tensara en su posición.
-No estaría aquí si creyera eso- Confeso apretando con mas fuerza de la necesaria el mango de su katana. –Ninjas de rastreo podrían encontrarlos fácilmente, no tienen la suficiente fuerza para ocultarse- Divago desviando su atención del rubio y centrándola nuevamente en el pergamino.
-De ninguna manera!- Dijo agitado captando nuevamente la atención del pelinegro. –Le pediré a Gaara que lo haga demo de Konoha ningún equipo de rastreo buscara nada- Agrego dándose la vuelta y marchando a paso rápido hasta la puerta que lo llevaría nuevamente a la oficina del hokage.
Sasuke dudo por unos segundos pero resignado se dio la vuelta y con paso lento siguió el camino que había marcado el rubio, los murmullos a su espalda aumentaron dos tonos justo cuando el cerro detrás de si la puerta, el Uzumaki estaba nuevamente frente al gran ventanal los colores del atardecer marcaban sombras en el rostro de su amigo que nunca antes había visto, sus ojos azules se opacaron levemente incomodando al pelinegro que se sintió nuevamente fuera de lugar.
-Se que los Hyuuga son la mejor opción demo…- Empezo a hablar congelando al pelinegro en su posición, su cuerpo se estremeció al sentir como el pesado respirar de su acompañante hacia que su propio temor se centrara totalmente en el fondo de su estomago. –Hinata no me lo perdonara- Murmuro encontrando su mirada azulina con una oscura totalmente desconcertada.
Su mente revivió fugazmente a la menuda mujer apoyada en la puerta de aquella oficina unas horas antes, su rostro contraído levemente indicaba molestia, mas el simplemente había pasado de aquello, sus elegantes rasgos habían cambiado rápidamente al darse cuenta que no había estado sola en aquella pequeña escapada haciendo que de golpe todo encajara en su mente.
-La Hyuuga…- Se corto viendo como el rubio arrugaba la nariz obligándolo a corregirse. –Tu esposa sabe del árbol?- Se atrevió a preguntar intentando no sentirse un intruso en lo que sea que había pasado horas antes entre la pareja Uzumaki.
-Ella lo encontró- Acepto apretando los dientes con fuerza reviviendo nuevamente la frustración que anteriormente lo había cegado, negándole rotundamente su salida para indagar en la situación. –Demo no voy a permitir que ella lo rastree-
-Te estas escuchando?- Interrogo el pelinegro al ver como los puños del actual hokage se apretaban a cada lado de su cuerpo haciendo que una pesada molestia empezara a regarse por sus extremidades. –No tendría que pasar a nada mas si un Hyuuga encabeza la búsqueda-
-No lo entiendes teme…- Lo volvió a cortar ganándose un gruñido de advertencia del Uchiha. –Para solicitar un Hyuuga que guie la búsqueda ella debe saberlo y entonces… Ella…- Se corto soltando un suspiro pesado desviando su mirada nuevamente al exterior de la ventana, admirando sin mirar realmente la gran ciudad que había ayudado a construir.
-Debes decidir que es lo que mas le conviene a la aldea dobe…- Aconsejo centrando sus ojos en el amplio paisaje que se abria ante las ventanas de la oficina. –Tu egoísmo no puede estar por encima de eso- Murmuro quedamente antes de desaparecer definitivamente en una nube de humo.
Naruto suspiro al sentirse nuevamente solo, sus ojos barrieron rápidamente el paisaje ante el queriendo detallar a muchos metros de distancia la zona mas distante de la aldea, donde casas grandes llenaban cada espacio a la vista, sonrio resignado dándose cuenta que tal vez había una distancia que le tomaria mucho tiempo salvar.
"Hinata…" Penso al recordar la mirada frustrada de su esposa, sus perlados ojos mirándolo con incredulidad, dándole a entender que el no la creía capaz de soportar una misión como aquella. –Que debo hacer…- Murmuro apoyando sus manos en el marco del gran ventanal sintiendo como la fresca brisa del anochecer golpeaba su piel quitándole momentáneamente el entumesimiento que no se había dado cuenta poseía su cuerpo.
oooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooooOoooooo
Sus pasos agiles se movieron por el amplio jardín trasero de su casa, el anochecer había llegado rápido pero con el no había traido ni a su hijo mayor ni a su esposo, su aliento escapo pesadamente por sus labios sintiendo la decepcion llenar su cuerpo al saber que dentro de poco todos sus días serian iguales, detallo como la pequeña silueta de su hija se movia lentamente en la sala principal de la casa, reconocia como sus movimientos poco a poco se iban haciendo cada vez mas elegantes, recordándole que dentro de menos tiempo del planeado ella debería empezar a entrenarse en el puño suave característica de su familia.
-Deberia entenderlo- Expreso en voz alta intentando mantener a raya el dolor que le producía imaginarse como seria su vida si su querido primo no se hubiera sacrificado de esa forma, si el también hubiese alcanzo sus sueños, tal vez toda esa situación se le haría mas llevadera y tal vez el encierro al que la sometia su sobreprotector esposo no seria tan asfixiante.
Una presión en su pecho la obligo a jadear, sus ojos se nublaron como cada vez que dejaba que su mente se llenara de las imágenes de lo que podría haber sido la vida de Neji, su siempre protector primo, suspiro intentando recuperar la calma justo cuando vio el cuerpo de su pequeña hija llegar hasta la puerta del jardín para con unas rapidas señas pedirle sin palabras que se acercara.
"Realmente puedo ser capaz de dejar ese rastro asi?" Se pregunto avanzando lentamente hasta su pequeña hija, detallo incluso sin verlas claramente sus pequeñas marcas características a cada lado de su rostro, sonrio maternalmente al ver como la pequeña estiro sus brazos pidiendo que la levantara.
-Creo que nuevamente seremos solo Hima-chan y Okachan- Murmuro sobre el sedoso cabello de la pequeña que solo rio apretándose mas al cuello de la ojiblanca, Hinata apreto un poco mas el abrazo sobre su hija intentando ordenar lo que estaba sintiendo, necesitaba desesperadamente centrarse una vez mas, comprender que lo que hacia el hokage era para protegerla no porque dudara de sus capacidades.
-Okachan- La aguda voz de la niña en sus brazos la saco de golpe de sus pensamientos, se sonrojo al escuchar la fresca risa de la menor golpear con calidez su cuello haciendo que un nuevo suspiro escapara de su boca. –Okachan porque no vendrá mi aniki hoy?- Interrogo sintiendo como su peso era colocado suavemente en el suelo muy cerca de la entrada de la cocina.
-Tu aniki debe estar ocupado en una misión, no te preocupes- Concilio acariciando fugazmente el cabello de su hija, intento reconfortarla al ver como esta solo apretaba un poco sus delgados labios intentando tal vez controlar la tristeza que aquello le causaba. –No te pongas asi Hima-chan… Una vez que tu empieces tus misiones ni cuenta te daras del tiempo que pasa- Dijo con seguridad agachándose para ver fijamente los brillantes ojos nacarados de la menor de sus hijos.
-Hai okachan- Acepto con un ligero tono de voz que hizo sonreir nostálgicamente a la ojiblanca, tomo el redondeado rostro de su pequeña y le dio un beso en la frente intentando asi quitarle un poco mas la tristeza que podía leer en sus facciones.
-Hice tu comida favorita Hima-chan- Comento restándole importancia a la conversación anterior viendo con cierta añoranza como los ojos de la pequeña pasaban de la tristeza a la felicidad en un segundo. "Justo como Naruto-kun" Medito al ver como la pequeña empezaba a moverse rápidamente por sus piernas y la empujaba para que sirviera la comida aun mas rápido.
Rio abiertamente como solo se permitia hacerlo con sus hijos, sus manos buscaron el plato para servirle los tomates asados que tanto adoraba su pequeña hija, coloco dos onigiris en forma de corazon que le había hecho y empezó a caminar hacia la mesa del comedor.
-Okachan arigatou- Agradecio la dulce voz de la pelinegra avanzando mas rápido entre las piernas de su madre y llegar primero al comedor, la risa de su madre volvió a burbujear en el ambiente llenándola nuevamente de tranquilidad.
-Espera un poco onegai- Pidio sin borrar la sonrisa que siempre lograba brotar de sus labios cuando admiraba el lado infantil que todavía conservaban sus dos hijos, el plato de su hija toco la madera justo cuando unos ligeros toques en la puerta principal llamaron la atención de ambas mujeres.
-Okachan esperas a alguien?- La voz de la menor hizo que la mayor se sobresaltara en su posición y negando con lentitud su rostro se torno en una mueca seria que con un gesto le ordeno a la pequeña que se quedara en su lugar.
-Espera aquí Hima-chan dejame ver quien es- Pidio dándole totalmente la espalda a la pequeña sintiendo como esta balbuceaba una afirmación a su orden, sus pasos sigilosos se movieron rápidamente desde el comedor hasta la entrada principal no pudiendo descifrar quien seria la persona frente a su puerta.
La puerta se abrió lentamente haciendo que un escalofrio recorriera fugazmente su espalda, sus perlados ojos se abrieron sintiendo que sus labios se secaban al sentir la intensidad de aquella mirada sobre ella.
-Hyuuga…- Su ronca voz causo que el menudo cuerpo de la mujer ante el se estremeciera incomodándolo, sus ojos se encontraron apenas la pintoresca puerta se abrió dándole un acceso fugaz al interior de la casa. –Necesitamos hablar- Ordeno frunciendo ligeramente el ceño viendo como las facciones de la mujer cambiaron de la sorpresa a la seriedad en un segundo.
-Demo….- Sus ojos se centraron en la seriedad que siempre cubria las facciones del pelinegro que no había tratado demasiado en todos esos años que su esposo y el tenían de amistad. –Naruto-kun no…-
-Naruto tiene que pensar objetivamente una situación delicada de la aldea- Explico omitiendo la parte que la involucraba directamente a ella.
-Porque necesita hablar conmigo?- Murmuro la pregunta todavía algo recelosa de aquella presencia en su casa, solo dos veces en el pasado el había ido por aquel lugar y siempre había sido buscando hablar con su rubio esposo.
-Necesito que un Hyuuga me acompañe en una misión de tiempo indefinido- Pidio no molestándose por la desconfianza que estaba demostrando la menuda mujer frente a el.
-Debe hablar con mi Otosan y con Naruto-kun si desea que le asignen un Hyuuga como compañero- Explico intentando no sentirse intimidada por la intensidad con la que el parecía analizarla.
El asintió satisfecho al ver que su presencia la intimidaba de tal manera que no emitió las preguntas que le habría hecho al rubio de haber sido quien hiciera tal petición, su cuerpo giro sobre si mismo dando por terminada la conversación y con paso lento empezó a abandonar la propiedad de los Uzumaki.
Sus ojos perlados se clavaron en la ancha espalda del pelinegro notando como la fresca brisa empezaba a mover la manga vacia del Uchiha asi como sus oscuros y algo largos cabellos se mecieron al compas lánguido del aire que lo rodeo, una inquietud cubrió su corazon sintiendo que aquella visita estaba indirecta o directamente relacionada con la misión que Naruto le había negado temprano aquel dia.
-Averiguare de que se trata todo esto- Murmuro para si justo cuando dejo que la puerta se deslizara por sus manos cerrándose definitivamente al exterior, la ansiedad se hizo presente tan pronto sus ojos encontraron a su hija comiendo tranquilamente en el comedor, totalmente ajena de todo el dolor que podía alcanzarla si sus sospechas se materializaban como ella temia, la aparición de ese árbol luego de tantos años era realmente una mala señal para esa época tan tranquila del mundo ninja.
