Capitulo º1:
Ya a lo lejos se veía la tan ansiada nueva isla, el Sunny bullía con todos los mugiwara exaltados por la parada, el que mas como siempre su revoltoso capitán.
- ¡Falta mucho Nami!
- Nooo, relájate un poco ¿quieres?
Dijo ella suspirando, Sanji al timón, Franky, Brook, Ussop y Chopper en la proa del barco, emocionados, Zoro estaba como siempre en la parte superior del palo mayor, observando a lo lejos, parecía una aldea tranquila a lo que él veía.
Robin estaba junto a Sanji leyendo sobre la isla.
- Al parecer la isla a la que nos dirigimos se llama... ¿hum?... Ken... ¿solo eso?
Sanji la miro, como el resto.
- ¿Ken?-Repitió Luffy.
Zoro cayó al suelo desde lo alto y se quedo mirándola.
- Ken... significa espada, es una aldea de espadachines.- Dijo el ajustándose la ropa.- Los mejores dojos están en esa isla.
- Vaya, entonces estarás emocionado, ¿nee, Zoro? –Amenizó Luffy.
- Quien sabe, a lo mejor encontramos algo interesante.
Robin suspiro y cerró el libro caminando hacia cualquier otra parte donde no estuviera el peli verde. Este se quedo mirándola de reojo y suspiro también, Sanji que se percato exhalo el humo.
- ¿Pasa algo, estúpido marimo?'
- Nada que un pervertido cocinero de a bordo deba saber.
Dijo girándose y alejándose también. Luffy que no se enteraba de nada correteo por todo el barco.
- ¡Bieeeeeen, echad el ancla!
- ¡JOOSH! –Ussop, Chopper, Brook y Franky.
- ¡AUN NO IDIOTAS!- Revocó Nami con cara de demonio, a lo que todos se quedaron congelados- Mirad... antes de hacer nada.
Señalo al frente, cuando todos miraron, justo a unos cuantos metros del muelle principal había una horca que sobresalía del mar, con un par de cadáveres putrefactos colgando de sus cuellos, y un cartel que rezaba: Bandidos absténganse de atracar en esta isla.
- Vaya...- Sugirió Ussop tragando saliva.
- Pero nosotros no somos banidos.- dijo Luffy.- solo queremos comprar comida y materiales, shishishi~
- Es un advertencia como otra cualquiera, solo atraquemos cojamos lo que necesitemos y vayámonos.
Dijo Zoro ajustándose sus katanas, todos asintieron, pasaron de largo la horca y encaminaron el Sunny Go hacia el muelle vacío, al parecer era una isla solitaria, aunque con semejantes bienvenidas no les extrañaba para nada.
Cuando atracaron y Franky había colocado las amarras, se les acercaron un par de hombres, ataviados con yukata, la verdad es que en esa zona hacia un calor horrendo.
- Disculpe... deberían presentarse en el libro de visitantes, todos los piratas deben hacerlo.
- A, si, ahora mismo se lo digo a mi capitán.
Dijo Franky rascándose la nuca, los tres hombres con dos katanas cada uno en sus cintos hicieron una reverencia y se marcharon, cuando lo hicieron todos bajaron del barco menos Ussop, Chopper y Brook, que se quedarían a vigilarlo.
- ¿Que pasa Franky?
Dijo Nami observando su cara de circunstancia, este la miro y exclamo.
- ¡Ah si! Me han dicho que todos los piratas deben registrarse como visitantes, por lo que pueda pasar.
- ¿Oh, tengo que ir?-Dijo Luffy desganado.- Pero tengo hambre~
- Vamos, vamos, será un momento, iremos contigo.- dijo Nami.
Todos se encaminaron a la garita del muelle para hacer lo dicho, al entrar Luffy los tres hombres se quedaron mirándolo.
- Monkey D. Luffy... debe registrar la entrad de su navío.- dijo con calma.
Todos se quedaron sorprendidos, el hombre le dio unas hojas, y suspiro abanicándose con su propia yukata.
- Este mes hace mucho calor, deberían cambiarse esas ropas.- dijo con una sonrisa
Mientras Luffy firmaba vio en una pared repleta de carteles de se busca, los de la tripulación de Shanks.
- ¡OOOH~ ¿Shanks ha pasado por aquí!?
- Ah, sí, hace mucho tiempo que lo hizo, un gran pirata.- Dijo el que ahora colgaba los carteles de la banda de Luffy, hasta parar ante el de Zoro.- Hum... ¿Roronoa?
Se giro y lo busco con la mirada, sonrió.
- Un honor...
- Hump.- Dijo este como toda respuesta.
Nami se quedo mirándolos.
- ¿Podemos irnos ya?
- Sí, claro, pásenlo bien y...- dijo esto con una sonrisa el mismo hombre.- no se metan en problemas, por favor...
Todos salieron poco a poco menos Luffy, por supuesto.
- ¡Gracias por la hospitalidad, espadachines-saaaaa~n!
Los tres se rieron y siguieron con sus cosas, cuando todos caminaban por las calles de la ciudad, todo parecía una típica ciudad antigua japonesa, Franky suspira.
- Voy a buscar la carpintería.
- Ah! Yo necesito algunas cosillas.
Dijo Nami desapareciendo.
- ¡Matte~ Nami-swaaaaan!
Obviamente Sanji la sigió, aunque acabaría como una mula de carga, Solo quedaron juntos, Luffy, Zoro y Robin. Luffy caminaba con los brazos tras su nuca.
- Quiero comida...
- Je, je, ¿Capitán-san, no se cansa de comer?
Dijo Nico con voz suave.
- Nah, ¡bucare un buen restaurante, quedemos todos allí en una hora!
Dijo saliendo corriendo.
- Bakka, como se supone que sabremos a cual has ido...- Dijo Zoro viéndolo marchar.
Robin se quedo con él a solas y los dos caminaron por la calle, en absoluto silencio, después de unos minutos ella hablo.
- ¿No me vas a decir nada?
- No hay nada que decir, Robin.
Ella suspiro y sigió mirando al frente, desde hacía ya dos día que no la hablaba, al menos no normalmente, ¿la razón? Que hacía tres días, se habían acostado después de un ataque de lujuria por parte de los dos, ella quería decirle que en realidad lo deseaba desde hacía mucho, pero cada vez que trataba de tocar el tema, el lo rehuía... "Un espadachín no necesita amor para seguir hacia delante" le había dicho, cosa que le daño severamente a la morena.
Robin se fijo en que cuando ambos pasaban ante algunas personas de la isla, parecían quedárseles mirando, era normal, siendo tan conocidos, pero más miraban al espadachín, que ajeno a todo caminaba con los brazos cruzados sobre el pecho.
De pronto se escucho un estruendo y de una tienda salió un jovencito de unos 8 años corriendo con el pelo largo desgreñado y la yukata suelta, pareciendo asustado. De la tienda salió un hombre con una katana desenvainada.
- ¡Yukitoooooooo!
El niño corrió hacia ellos dos, sin percatarse hasta chocar contra Robin, Esta lo agarro y él se escondió en ella inconscientemente.
- ¡Te digo que yo no fui!
- ¿Como que no? ¿te pille con las manos en la masa, enano!
- ¡Iba a pagarla, tengo dinero!
Dijo el niño al borde del llanto.
- Pero no me diste tiempo a decírtelo, simplemente me perseguiste... ¡Me asustaste!
- Eh, chotto...-Dijo Zoro a ver donde estaban metidos él y Robin sin darse cuenta, el niño sostenía su dango tembloroso aguantando las lagrimas.- ¿Si iba a pagarlo porque lo perseguía? Sabe que eso es peligroso?-Dijo señalando la katana.
- Es un bastardo, el no iba a pagarlo lo sé.
Pero el niño saco unos berries de su bolsillito.
- ¡IBA A HACERLO!
Dijo ya llorando, Zoro parecía a punto de explotar, asi que Robin intervino.
- Nee, ¿Yukito? ¿Porque no le das el dinero al señor?
El niño asintió y se acerco temeroso, el hombre cogió el dinero con rabia.
- Hum... maldito bastard...
No pudo acabar la palabra cuando Zoro reventó.
- ¡OE!... vuelve a llamarle asi y te arrepentirás...
El hombre, más que acongojado entro a su tienda corriendo, el niño se froto los ojos y miro a Robin y Zoro.
- Domo...
- No hay de que...-Dijo Robin con una sonrisa.- no llores los niños no lloran.
El niño asintió y comió con gula su dango. Luego tiro el palito y sonrió.
- ¿Sois Mugiwaras verdad?
- Si, yo me llamo Robin, este de aquí es...
- Zoro Roronoa, lo sé porque a mi papa le caes bien, jé, No se lo va a creer cuando le diga que estais en la isla y que...
- ¿Qué no me creeré el que?
Dijo a sus espaldas la voz de un hombre, gruesa y ronca, Robin se giro para ver a un hombre con kimono masculino y gorro de bambú, una bufanda tapaba parte de su rostro y parecía ojeroso, estaba de brazos cruzados y parecía enfadado, con dos espadas a su cinto.
- P-papa...
Dijo el niño medio asustado, Zoro se giro también a mirarlo, justo cuando los ojos color magenta del hombre le miraban también.
- ¿Qué te he dicho de irte sin mí por aquí?
- Q-que no lo haga... que solo papa... me protege.
- Ven aquí.- Dijo el hombre suspirando y extendiendo una mano vendada de blanco, el chico sonrió y corrió hasta los brazos de hombre, luego este miro a Robin.
- Su capitán está en la taberna de mi esposa... ¿quieren ir a tomar un trago? Invita la casa. Tenemos el mejor Sake del mundo.
Dijo girándose cogiendo al niño como con dificultad, Zoro sonrió.
- Eso suena genial.
Robin suspiro sonriente y lo sigió, cuando llegaron a dicha taberna, dentro no se escuchaba mucho ruido, cuando entraron, se sorprendieron de ver a Luffy ante la barra, tras la que había una dama con kimono blanco, los clientes estaban a un lado y había como diez hombres frente a Luffy riéndose.
El hombre suspiro y dejo a Yukito en el suelo.
- Quédate aquí Yuki.
- P-pero.
- Aquí.- repitió el hombre, que suspiro y hablo más alto.- ¿Puedo ayudarles?
Los hombres se giraron a la puerta, parecían piratas, y uno de ellos se rio.
- Oh, aquí estas, andábamos buscándote, pero tu mujerzuela no quiso decirnos dónde estabas...
- Aquí estoy.- Dijo alzando los hombros como si la gran cosa.
- ¿¡A quien llamas mujerzuela!?
Salto Yukito, pero Robin lo hizo callar y suspiro.
- ¿Ah? ¿Ese es tu bastardo? Te creía capaz de muchas cosas, pero de cuidar al hijo de otro... me decepcionas enormemente.
- Poco me importa quién sea el padre, es mi hijo.
- Ajá... ¿sabes que venimos a mandarte saludos?
- Os doy hasta la de tres para salir de mi propiedad... uno...
- La verdad es que teníamos ganas de cogerte...
- Dos...
- Dicen que estas moribundo... que estas agonizante y que...
- Tres...
En un movimiento que nadie vio, el hombre de sombrero de bambú apareció ante Luffy y le sonrió.
- Bienvenido Monkey D. Luffy... Roronoa Zoro... Nico Robin...
Zoro abrió enormemente los ojos, fue el único en ver el movimiento de las dos espadas al ser desenvainadas, y cortando a los diez tipos casi a la velocidad de la luz. Cuando los tipos al fin cayeron al suelo, los clientes se encargaron de sacarlos. El hombre de sombrero de bambú comenzó a toser de manera casi enfermiza, Yukito se soltó de Robin y corrió hacia él.
- ¡Papá!
- Querido, ¿estás bien?
Dijo la mujer cogiéndole de la mano, este asintió y se quito el sombrero, dejando a la vista el pelo negro cogido en coleta alta, Zoro y Robin se acercaron a Luffy que volvió a su mesa para seguir comiendo.
- Sírveles, les prometí de nuestro mejor sake.
- Enseguida.-dijo la mujer sonriendo.
Yukito cogió el kimono de su padre y suspiro.
- Papa...
Este le miro.
- ¿Si?
- ¿Soy tu hijo verdad?
- Por supuesto que sí, ¿a qué viene eso ahora?
- Nada, solo quería que me lo dijeras.- dijo el niño abrazándose a su cintura.
El hombre suspiro y se bajo la bufanda, le sonrió, parecía joven.
- Yuki baka.
EL niño se rio, podo después aparecieron Nami y los demás por la puerta.
- ¡ESTAMOS AQUÍ, SUPEEEER!
Dijo Franky pasando con las cajas de sus cosas recién compradas. Nami dejo a Sanji con sus bolsas pasar y se rio.
- ¿Vamos a estar un rato aquí?
- No te preocupes, navegante, nos invita la casa.
Ella sonrió aun más y se sentó al lado de la morena, Zoro se quedo mirando al hombre y luego suspiro.
- Yo te conozco, ¿eres Ryôtô no es asi?
El hombre le miro y todos los clientes, su mujer y su hijo se quedaron callados muy rígidos.
- Ya nadie me llama por mi nombre real... lo deje atrás cuando deje de ser pirata, me llamo Ryô.
Dijo sonriente.
- ¿Por qué lo conoces Zoro?
Dijo Luffy escupiéndole la mitad de la comida a la cara.
- Estaba en mi lista cuando cazaba piratas. Hace mucho de eso.
Se sentó a la mesa con el resto de la banda.
- Ahora vivo en paz aquí, salde mi deuda con la marina hace mucho. Trabaje como corsario un tiempo para poder vivir aquí. Esto está tranquilo.
- Aun no me creo que estés aquí malgastando tus habilidades.- Dijo Zoro bebiendo.
- Estoy casado... y tengo un hijo, usar mis "habilidades" ya no es para un hombre como yo.
- Para espadachín-san, el amor es una molestia.- Dijo Robin con su inmortal sonrisa.
Zoro se sintió herido por esas palabras, solo el lo noto, pero iban dirigidas contra el, con ponzoña y afiladas, pero otra persona también lo noto... Ryô se quedo mirando a la mujer.
- Ya veo... podéis quedaros en nuestra casa, tenemos habitaciones... el log post tardara en recargarse al menos una semana...
- ¿¡TANTO!?
Dijo Nami derrotada, sobre la mesa, Sanji le dio unas palmaditas en la espalda.
- No os preocupéis, no vamos a cobraros nada.
Dijo la mujer de kimono blanco acercándose con mas sake.
- Esta es Hisa, mi mujer...
- Encantada.- hizo una reverencia.
Zoro solo cogió otra botella y gruño un poco mirando a otro lado, parecía molesto.
- En ese caso genial, alguien tendrá que avisar a esos tres ¿no?
- Yo iré después.- Dijo Franky.- asi dejare las cosas en el barco.
- ¡Decidido!-Salto de pronto Luffy.- Nos quedamos, shishishi...
Todos suspirando, su capitán a veces era innecesario, Robin se levanto y se disculpo.
- Iré a dar un vuelta... quiero buscar una biblioteca para los libros de Doctor-san.
- Oh, Hisa, tu sabes donde hay una buena, porque no la compañas.- Dijo Ryô con una sonrisa mirándola.
- Claro, ¿te encargas tú del bar?
- Claro, ve.
La mujer se quito el delantal y se inclino a darle un beso, pero este aparto la cara.
- Hisa no...
- Oh, lo siento...-beso su sien.- nos vemos.
Y se marcho junto con Robin.
CONTINUARA.
