Coraje y Fortaleza

Mizuho

Disclaimer: blabla... Inuyasha, ni Sexymaru son de mi propiedad, (como no)...

Viviendo ambos extremos en sus matrimonios, Kagome lleva una vida de violencia y brutalidades bajo el yugo de su marido Naraku, mientras Rin vive al máximo su felicidad junto a Sesshoumaru, sin embargo, aún en medio de su felicidad, Rin sufre por el destino cruel de su hermana y se hunde en la desesperación por no poder romper sus cadenas a la vez que alberga más de un deseo en su corazón.

Advertencia: Este fic contiene escenas violentas!!

...

Capítulo 1

Aún oculto bajo las gruesas colchas y tapándose los oídos con su almohada, el pequeño no podía obviar los gritos fuera de su habitación. Todo había comenzado con un estallido, conocido para él, el sonido de platos romperse. Y los gritos de la mujer rogándole que se detuviera. No recordaba cuándo fue la primera vez, pero estaba seguro que no recordaba una noche de paz.

...

El pequeño de cabellera negra y ojos castaños se levantó al escuchar el auto marcharse. No contaba con más de 5 años. Tímidamente fue hasta la habitación contigua, donde una mujer lloraba sobre la cama, encorvada, llena de moretes, el labio partido, sus ropas rasgadas.

-Mama...

-Kei...

-Mama...

El pequeño estiró sus deditos para tocarla, pero ella no lo dejó.

-Onegai, no... Kei...

-Mami...

-Ve-ve a tu cama, mi amor...

El pequeño obedeció sin chistar. Permaneció sentado en su cama, viéndose los pies, hasta que la mujer fue por él.

-Kei, mi amor...

-Mami...

La mujer sonrió y se sentó a su lado, lo abrazó con fuerza y lo besó en la cabeza.

-Te amo, mi amor...

El pequeño levantó la mano e intentó acariciar su labio hinchado.

-No, mi amor...

-Porqué, mami?

-Keitaro...

-Porqué mi papá es tan malo contigo?

Sin respuestas a esa pregunta, lo abrazó con fuerza nuevamente.

-Mami...

-Eso no importa ahora, mi amor... lo importante es que nunca permitiré que te haga daño...

...

Como el pequeño estaba de vacaciones, se pasaba el día en la casa. Su madre le prometió una comida deliciosa y estaba en la cocina preparándola, el pequeño estaba jugando en la sala cuando la puerta se abrió. Frunció el ceño al ver a su padre allí.

-Keitaro...

-Hola, papá...

El hombre entró en la cocina y la sorprendió sacando unos tomates de la nevera.

-Oh! Por Kami! Naraku, me asustaste!

-En serio?

Dejó los tomates sobre la mesa.

-Qué haces aquí tan temprano?

Acariciando los moretes de sus brazos y el partido de su labio, le habló en voz baja y ronca.

-La verdad es que no podía concentrarme... pensando en tí...

-No tienes que preocuparte...

-Kagome...

Kagome desvió la mirada, él la hizo verlo nuevamente.

-Lo siento... perdóname, onegai...

-Naraku...

-Te lo juro, no volverá a pasar...

-Me hiciste la misma promesa hace 2 semanas...

-Esta vez es en serio, Kagome...

Naraku la besó suavemente y la dejó en la cocina. Asegurándose que no la estaba viendo, se pasó una servilleta por los labios.

...

-1 mes después. -

Kagome está en la casa de su hermana, quien desaprueba totalmente el que siguiera casada con esa bestia.

-Te lo juro, Kagome, tienes que estar loca, de seguro con una de esas palizas te provocó daño cerebral! Déjalo!

-No crees que quiero, Rin? Es lo que quiero, si por mí es no vuelvo jamás!

-Entonces?! Manita, aquí hay habitaciones de más...

Kagome bajó la mirada, pronto las lágrimas cayeron sobre las manos de su hermana que sostenía las suyas.

-No es por mí, Rin...

-Kagome...

-Naraku lo sabe... Sabe que soy capaz de dejarlo... pero... Kami, Rin qué pasaría con mi bebé?!

-Kagome, nunca permitiría que te lo quitara...

-Pero es que no lo conoces... no sabes de lo que es capaz...

-Flashback. -

Pocos días después del regreso a la casa de Kagome con el pequeño recién nacido. Pasado la media noche, Keitaro comenzó a llorar. Kagome se levantó y lo amamantó, una vez dormido, volvió a su cama. No habían pasado 10 minutos cuando sintió sus manos sobre su pecho.

-Naraku...

Sin decir nada, continuó tocándola.

-Naraku, no puedo...

-Quién lo dice?

-Los doctores, Naraku, debemos esperar al menos 40 días...

-Eso es mentira...

Deslizó sus dedos a su entrepierna, ella cerró las piernas y lo rechazó.

-Naraku, onegai, me duele...

-Te duele?

-Sí...

Naraku se sentó en la cama. Kagome por igual, lo abrazó y lo besó en el hombro. De repente sintió que la cara le ardía y que seguramente tenía un ojo fuera. Vio a Naraku encima de ella.

-Naraku...

-Vas a hacer lo que yo diga, cuando yo diga...

-Qué haces?

Con lágrimas en los ojos, Kagome intentó levantarse, la golpeó nuevamente, esta vez, la agarró por el cuello.

-Si no me obedeces, él las va a pagar...

-Es tu hijo...

-Me importa poco...

Volvió a tocarla y separó sus piernas con brusquedad.

-Onegai, no... Naraku...

-Cállate!

Con el tercer golpe, el pequeño despertó, comenzó a llorar nuevamente. Kagome luchaba por zafarse, le estaba haciendo daño, sentía que se desgarraba por dentro y por la presión en su cuello le faltaba el aire. Una vez fuera de ella, Kagome se encorvó, llorando, el dolor era insoportable.

-Calla al maldito mocoso!

No se podía mover, quería levantarse pero no podía.

-Te dije que lo callaras!

Otro golpe en la espalda que la tiró al piso. Kagome se levantó como pudo, si seguía, le haría daño a su hijo. Se acercó a la cuna.

-Sh-h-h... Calma...

Sentía algo caliente que corría entre sus piernas. Una vez dormido el pequeño, fue al baño, la sagre corría como si fuese una llave abierta.

...

Apenas 4 meses después, Kagome se supo embarazada, pero pasaron unas semanas y lo perdió a causa de los golpes de Naraku. El día en que le dieron la alta, luego de que Rin se marchara, Kagome acomodó al pequeño en su cuna. Salió de la habitación con lágrimas en los ojos, cerró la puerta y al levantar la mirada, una bofetada la mandó directo al piso.

-Quién diablos te crees que eres para perder un hijo mío?

-Naraku...

Naraku la levantó halándola por el cabello, Kagome intentaba no gritar para no despertar al pequeño y provocarle más furia a Naraku.

-Dímelo!

Fue una golpiza brutal, finalmente, Kagome le gritó pidiéndole perdón, como si realmente fuese su culpa, la levantó del piso y la aventó contra la pared, agarrándola por el cuello.

-Onegai, Naraku, detente... perdóname...

-Por supuesto que te perdonaré... cuando me des otro hijo...

-Como quieras!

-Así me gusta... obediente...

Naraku le arrancó la ropa.

-No! Naraku, onegai!

-Cállate!!

Sujetándola por el cuello contra la pared, Naraku le hizo lo que se le vino en gana. Cuando se hartó, la tiró al piso.

-Báñate! Hiedes a carne podrida!

Kagome permaneció allí, tirada en el piso, inmóvil, con el dolor de sus entrañas calando hasta el más alejado rincón de su cerebro.

-Fin del Flashback. -

-Mama!

Kagome volvió a la realidad, el pequeño se había subido al sillón junto a ella y acarició sus mejillas mojadas.

-Mama, porqué lloras?

-No te preocupes, mi amor...

Kagome lo llenó de besos y lo abrazó con fuerza.

-Te amo, mi principito!

Un rato después, Kagome notó que Keitaro había ensuciado el sillón al subirse, buscó con qué limpiarlo, pero en ese justo momento llegó Naraku.

-Kagome...

-Naraku... cómo fue tu día?

-Bien...

Naraku vio la mancha negra en la tela blanca, vio a Kagome.

-Qué es eso?

-Justo ahora lo iba a limpiar...

Naraku vio a su alrededor, volvió a ver a Kagome.

-Así es como me pagas? Yo me mato en la calle trabajando por nosotros y tú, así es como me pagas?

-Naraku, de qué hablas? Yo...

-Lo único que tienes que hacer es atender la casa y a mi hijo!! Ni eso puedes hacer bien!

-Yo...

-Mira! Mira a tu alrededor! Esto es un chiquero de puercos!!

La casa en realidad estaba impecable.

-Lo siento, prometo que me esforzaré más...

-Así que ahora eres comediante?

Kagome levantó la mirada, la bofetada no se hizo esperar, al caer, Kagome vio a Keitaro, entonces sus lágrimas fluyeron como ríos, hasta el momento el niño, aunque consciente de lo que pasaba, nunca lo había visto.

-Mami...

-Vete a tu habitación, Kei...

-Mami...

-Vete!

El pequeño corrió escaleras arriba y se encerró en su habitación, aún así, escondido bajo la cama, esuchaba los golpes y a su madre rogándole que se detuviera.

...

El silencio reinaba nuevamente, Keitaro se atrevió a salir, se quedó paralizado al ver a su padre amordazando a su madre con una mano y sobre ella mientras los dos estaban completamente desnudos, al verlo, el terror se marcó en los ojos de Kagome, instintivamente el pequeño se devolvió a su habitación de inmediato.

Naraku salió nuevamente, Kagome se dio un baño sintiéndose basura. Fue por su pequeño.

-Kei...

-Mami...

-Kei, mi amor, ya puedes abrir...

El niño abrió la puerta y la abrazó con fuerza mientras lloraba.

-Gomen, mami! Gomen! Gomen!!

-Cálmate, mi amor... ya todo pasó...

Pero Keitaro continuaba frenético, pidiéndole perdón, Kagome lo cargó y lo llevó a su cama, se sentó con él.

-Mi amor, perdóname... yo no quería que vieras nada de eso...

-Mami, le voy a decir que fui yo...

-Qué cosa, mi amor?

-Yo ensucié el sillón! Gomen, mami, le voy a decir que fui yo!

-No! No! Keitaro, no lo hagas, mi amor...

Muchas veces Kagome había intentado alejarse de allí, pero hacía tiempo había desistido.

-Flashback. -

Gimiendo en silencio, Kagome se atendía las heridas en el baño, frente al espejo. Se vio detenidamente, detallándose. No era ni la sombra de la mujer que una vez fue. Con un ojo hinchado que ya comenzaba a amoratarse. La sangre corriendo por su nariz, el labio inferior como si se hubiese brotado hacia afuera, las mejillas marcadas y amoratadas. Su pecho lleno de las marcas de sus puños, sus brazos, sus piernas. En ese justo instante tomó la decisión y obviando el dolor en su entrepierna, tomó lo poco que le quedaba de dinero, unas cuantas ropas y a su pequeño que no despertó. Luego de quitar todos los seguros en silencio, encontró una resistencia al abrir la puerta, volvió a intentarlo sin éxito, sintió aquél aliento en su cuello.

-A dónde crees que vas con mi hijo?

La hizo la dar la vuelta pegándola contra la puerta, el pequeño despertó y comenzó a llorar.

-Cállalo!!

Kagome logró volverlo a dormir y lo llevó nuevamente a su cuna. Al salir, la golpiza fue tan brutal que quedó inconsciente y no supo más de ella hasta el día siguiente. Acostada en una cama de hospital. Una enfermera la medicaba cuando reaccionó.

-Dónde estoy?! Mi bebé!!

-Tranquila... está en el hospital Central...

-Mi... mi bebé...

-Su hijo está bien... su esposo la trajo anoche...

Kagome se llevó las manos al vientre, sintiendo un dolor infernal.

-Esos miserables abusaron de usted...

-Quiénes?!

-Los atracadores...

Kagome vio a Naraku entrar en la habitación. La enfermera le sonrió.

-Va a estar bien... Necesita mucho cariño y comprensión...

-Sí...

Una vez que estuvieron solos, Naraku la agarró por el cuello.

-A mí nadie me deja, de acuerdo? Hasta que la muerte nos separe...

-Fin del Flashback.-

...

Rin camina hacia la terraza con un cubo en las manos y varias herramientas, junto a ella un enorme perro husky completamente blanco y de ojos azules. Deja la cubeta afuera, así como el mandil y los zapatos, entra a la terraza y se acomoda en un sillón para apreciar su trabajo. Una mucama se acerca con un vaso de limonada frozen.

-Kami! Gracias, Aichi!

-A su orden, señora...

El perro gime y toca el fondo del vaso con su nariz, Rin sonríe y acaricia su cabeza.

-Tienes calor, mi amor? Ve con Aichi... échale hielo a su agua...

-Sí, señora...

-Gracias... Ah! Aichi... qué piensas?

La muchacha observó el área renovada.

-Uno de sus mejores trabajos, señora...

Rin sonrió.

-Gracias, por favor, recuérdale a Kimkio que hay que quitar ese matorral del fondo, no sabía que daba espinas, sólo son palos y espinas, no da flores ni nada.

-Sí, señora...

Rin se quedó sola, tomó una parte de la limonada y completamente distraída, se quedó dormida. Despertó sintiendo una suave caricia en sus labios. Al abrir los ojos, sonrió.

-Mi amor...

-Hola, preciosa...

Rin se entregó sin reservas al apasionado beso que le daba su marido, rodeando su cuello con sus brazos y enredando sus dedos en la densa cabellera platinada. Se separaron entre tiernos y cortos besitos.

-Qué tal tu día?

-Acaba de mejorar... y tú?

Rin sonrió orgullosa. No pudieron ignorar por más tiempo los gruñidos de Yuki.

-Rin...

-Quieto, Yuki, es papá... estás celoso de papá?

El perro gimió y rozó sus dedos con su nariz, Sesshoumaru sonrió y lo acarició detrás de las orejas.

-Ya la cuidaste, ahora me toca a mí...

-Vete a tu casita...

Sin dilatar, obedeció, retomando la conversación, Sesshoumaru le volvió a preguntar de su día.

-Vendí tres casas... y terminé de arreglar el jardín...

-Vaya! Y todo eso antes de las 3 de la tarde! No cabe duda, eres biónica!

Rin rió a carcajadas y volvió a sucumbir ante sus besos. Levantó una mano y acariciando sus mejillas y labios, le sugirió encerrarse en la habitación hasta el día siguiente.

-Excelente idea, mi preciosa...

-Sesshoumaru...

-Te amo...

-Yo también, mi amor...

Una vez que desaparecieron de vista, Aichi suspiró y continuó su labor.

-Qué pasa, Aichi?

-Ah? Maki-sama... es que... no dejo de pensar en lo injusta que es la vida...

-A qué te refieres?

-Hace cinco años, cuando entré a trabajar aquí, la señora me hablaba emocionada de que pronto comenzaría a remodelar una de las habitaciones para un bebé y me bromeaba con que tenía que esforzarme mucho, porque el señor es alérgico al polvo...

Maki asintió, Rin siempre lo decía en tono de broma, pero en realidad, habían 4 empleadas sólo para limpieza y asegurarse de que no quedara rastro de polvo en la casa, ya que la alergia de Sesshoumaru era muy severa.

-Y tu punto es...

-No lo sé, Maki-sama, usted se ha encariñado con sus patrones?

-No es correcto... pero cuando tiene el corazón tan puro como la señora, es difícil no tomarles afecto...

-A eso me refiero... y es lo que me da tanta pena... alguien tan buena como la señora y no puede tener lo único que realmente desea...

Maki se detuvo en su labor recordando aquél día con una congoja en el corazón.

-Flashback. -

Rin estaba segura de que en cualquier momento quedaría embarazada, muchas veces, se metía en la cocina a preparar algo especial para cenar y les hablaba emocionada a sus empleadas.

-A ver... ya sé! Un risotto de camarones! Hay risotto, verdad?

-Sí, señora...

-Búscamelo!

Rin picaba las verduras y se detuvo a ver a Maki, que la ayudaba con los camarones.

-Ay! Maki, te imaginas? Si de verdad pasa en este mes, mi bebé tal vez nazca en el mes de mi cumpleaños! Y si es el mismo día?

Maki sonrió, Rin cerró los ojos soñadora.

-Sería el regalo perfecto! Me gustaría tener una bebita... porque Sessh, ya sé cómo se vería si es varón... pero una niña bella como su papi!

-Y no ha pensado en un niño con los ojos como los del señor?

-AY!! Maki, no me hagas ilusionarme más!

Maki sonrió, Rin destilaba aquella emoción por cada poro de su piel.

-Menos mal que fue el señor el que le sugirió comenzar familia... porque si dependiera de usted... ya tendría al menos 3...

Rin rió a carcajadas.

-No lo creas, siempre estuvimos de acuerdo con esperar... O sea, yo estaba haciendo una maestría, él viajaba mucho, ese no es ambiente para un bebé... pero ahora... es el momento perfecto!

...

Esa noche, la cena fue espectacular, sin embargo, Sesshoumaru no se notaba relajado. Después del postre, se acomodaron en la terraza.

-Mi amor, pareces tenso, qué te pasa?

-Preciosa...

-Vamos, mi amor... dime qué te pasa?

Sesshoumaru se sentó, Rin estaba sobre sus piernas, se acomodó dándole el frente con una pierna a cada lado. Él acarició sus mejillas y la besó con ternura, se refugió en su pecho.

-Sessh... me estás preocupando, mi amor...

-Quiero que recuerdes, Rin... que te amo con todo mi ser... que jamás sería capaz de herirte... mucho menos de hacerte sufrir... por eso, yo... quiero dejarte libre...

-Qué?! De qué hablas? Sesshoumaru!

-Eres libre de quedarte... eres libre de dejarme... sin resentimientos...

-Sessh, de qué hablas? Son puras sandeces lo que dices, por qué querría yo dejarte?

Sesshoumaru bajó la mirada, Rin lo hizo levantarla para descubrirlo con lágrimas en los ojos.

-Kami, Sesshoumaru, dime de una buena vez! Qué pasó?! Me engañaste? Es eso? Me engañaste y ahora te arrepientes?

-Kami, Rin!

Rin movió la cabeza negativamente, con lágrimas en los ojos.

-Porqué me lo dices, entonces? No me acabas de decir que nunca me herirías?

-No! Rin, jamás! No pienses eso! Yo no te fui infiel!

-Entonces qué...

Y fue como si algo la golpeara con la fuerza de un rayo, ahogando un suspiro, Rin se llevó las manos a la boca y vio a su marido.

-Hoy te daban los resultados de tus pruebas... es eso? Sessh, estás enfermo?

-Rin...

-Kami, mi amor, pero qué tonto! Cómo se te ocurre una babosada como esa? Cómo te voy a dejar sólo porque enfermes?

Sesshoumaru tomó sus manos que acariciaban sus mejillas y las besó.

-Mi amor...

-No estoy enfermo, Rin...

-Entonces?

-Quiero que me escuches... onegai, no saltes a conclusiones...

Sesshoumaru se tomó su tiempo y respiró profundamente.

-Cuando era joven... me gustaban mucho los caballos... Kami, nunca le he dicho esto a nadie... quise aprender a saltar con el caballo y... un estribo estaba flojo, me resbalé y caí sentado en el caballo...

-Cualquiera se cae de un caballo, mi amor...

-No, Rin... no me caí del caballo... cuando saltas, te paras, juntas tus rodillas, para que al caer, quedes parada... si caes junto con el caballo, te puedes hacer daño... yo caí junto con el caballo...

-Sessh...

-Tenía 14 años, me dí en los testículos...

-No te entiendo... qué tiene que ver algo que pasó hacen casi 20 años? Sessh, qué pasa?

-Soy estéril, Rin...

Rin se quedó petrificada, vio a Sesshoumaru cerrar los ojos y como si se rindiera.

-Sesshoumaru... eso... eso... significa que...

-Significa que no puedo tener hijos... si te quedas a mi lado, no podrás tener ese hijo que tanto deseas, Rin, no te lo puedo dar...

Sesshoumaru se levantó y subió las escaleras cabizbajo. Deseaba tener un hijo con la misma intensidad que ella, la diferencia estaba en que ella podía elegir.

...

-Sesshoumaru... Sesshoumaru!!

Rin corrió escaleras arriba, con el corazón hecho trizas, vio a su marido sentado en la cama, de espaldas a la puerta y lo escuchó sollozar con la cara escondida entre sus manos, cada noche, después de hacer el amor, bromeaban pensando que esa sería la noche. Cada día buscaban nombres extraños y se pasaban la noche bromeando con eso, Sesshoumaru estaba igualmente o más emocionado que ella con la idea de tener un bebé. Lo abrazó desde atrás y lo llenó de besos, quedaron acostados, abrazados, sin decir una palabra.

Al día siguiente, Rin despertó, estaba sola, pero al ver hacia la ventana, vio a Sesshoumaru con la mirada perdida en el horizonte. Se levantó y lo abrazó.

-Mi amor...

Sesshoumaru inspiró a la máxima capacidad de sus pulmones y cerró los ojos, se dio la vuelta, sintió sus manos en sus mejillas y un tierno beso.

-Tu amor...

-Por siempre...

-Rin...

-Ni siquiera tengo que pensarlo...

-Preciosa...

-Exactamente... soy tu preciosa y tú eres mi amor... y hace 10 años juramos ante Kami, permanecer juntos por el resto de nuestras vidas...

-Rin...

-Si yo enfermo, tú enfermas... Si tú eres pobre, yo soy pobre... Si estoy triste, tú también... y mi amor... si tú no puedes tener hijos... yo tampoco...

-Kami, Rin...

Rin le sonrió con lágrimas en los ojos.

-Lo que más me emocionaba de todo aquello, era que tendría un hijo contigo, mi amor... así que... si no... si no es contigo... no lo quiero, Sessh...

Rin acarició su mejilla y removió la traviesa lágrima que rodaba por la misma. Lo besó con ternura.

-Te amo, Sesshoumaru Kazami...

Sesshoumaru la abrazó con la fuerza suficiente para levantarla y la besó apasionadamente.

-Te amo!!

-Fin del Flashback. -

Rin lo veía dormir aferrado a ella, su respiración calmada y la paz marcada en su rostro, pero aunque se notaba relajado, el agarre a su cintura era férreo, suspiró y lo besó en el pecho, acomodó su cabeza en el mismo, pudiendo escuchar sus latidos.

-En qué piensas, preciosa?

Rin sonrió.

-En lo delicioso que está mi marido... deberías tomarte unos días libres, iríamos al club campestre y así le provoco envidia a un par de brujas...

Sesshoumaru rió a carcajadas.

-No creas que no estás en las mismas... sólo que yo no quiero compartirte con nadie... eres sólo para mí...

-Tú igual... pero es ver y no tocar...

El reloj de Sesshoumaru emitió un sonido con el cambio de fecha, ambos vieron la pantalla del radio reloj.

-Kami...

-Qué pasa, preciosa?

-Ya han pasado 3 años...

Sesshoumaru acarició sus mejillas y sus labios.

-Estás segura de la decisión que tomaste?

-En un 120, mi amor...

Sesshoumaru sonrió y la besó apasionadamente.

...

N/A: Hola!! Cómo les va? Espero que estén bien y que les guste este nuevo fic, espero sus reviews a ver qué tal, ah?

Besos

Mizuho