DISCLAIMER: Los personajes perteneces al fantástico de Masashi Kishimoto.
Libertad
Resistió el terrible impulso que tenía de gritar y reír, intentando mantener su fachada. Lo había conseguido. Todo había acabado. Absolutamente todo. Y era algo que lo hacía alterarse.
Sonreía como un auténtico psicópata. Sonreía como nunca lo había hecho, yéndose su vida en ello. Sonreía siendo feliz. Y libre, he de agregar.
Alzó la cabeza al cielo y respiró, tranquila, profunda y pausadamente. En ningún momento se borró aquella sonrisa de su rostro.
¿Qué importa los demás?, se preguntó. Había sacrificado todo lo que tenía por una causa perdida. Llevaba mucho tiempo esperando su muerte, pero… ¿de qué serviría, entonces, que él muriese si la causa estaba ya perdida? Y se cansó de esperar.
Estaba agotado de esperar. Fue por eso que no dudó ni un instante de su decisión. Fue a buscarle, lo retó. Pero él no cumplió sus expectativas. Siempre supo que era un blanco fácil: ingenuo, débil y manipulable.
Acabó muerto en sus propias manos. Y sintió la libertad recorrerle. No entendió el por qué en ese momento, y tampoco le dio importancia.
Siempre había querido protegerle, mantenerle a salvo. Pero se hartó. Ese niñito no era capaz siquiera de identificar quién era su amigo y quién era su enemigo, menos aún, superar lo que él esperaba que consiguiese.
Chasqueó la lengua con hastío. ¿Y él? Mientras tanto, ¿qué iba a hacer él?
Él, que decidió morir por aquella aldea que lo despreciaba. Él, que le abrió los brazos al odio de su hermano. Él, que estaba más que dispuesto a entregar su vida por una causa estúpida.
Y mientras tanto, su apreciado hermano quedaría como un héroe por matar al auténtico héroe de la aldea.
Porque fue él el que tuvo que cumplir la misión. Porque fue él el que tuvo que matar a todos sus seres queridos, aún sintiendo que no era capaz de hacerlo y de que se estaba sacrificando él mismo. Porque fue él el que impidió que un nueva guerra civil estallase. ¡Siempre fue él!
Pero eso no servía para expiar sus pecados a ojos de los habitantes de Konoha. Nunca sirvió. Y nunca servirá.
Ahora, Uchiha Sasuke está muerto. Y él era el único responsable. Solo él.
Una minúscula lágrima se deslizó por su mejilla derecha. Aquella sonrisa aún permanecía intacta sobre sus labios.
No tendría que fingir algo que no era. Nunca más.
Porque ahora…
… Uchiha Itachi era libre.
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