Edward Cullen no es de mi autoría, el personaje pertenece a la autora Estephanie Meyer.
Tipo: OneShot/Song-fic.
Edward comienza a descubrir sus sentimientos por Bella, el Leon masoquista despierta, el amante prohibido profesa su amor.
…Y no, no tengo corazón, dejó de latir hace más de 100 años, mi piel se enfrió y mi cuerpo yace inerte mientras aún deambula por el mundo, lo único que me queda es mi mente, cuerpo y voluntad. Podré fingir ser un humano, pero en verdad no lo soy, solo en apariencia. Perdí todo rastro de mortalidad cuando aquella gripe fulminó mi vida, -cuando perdí lo que hasta entonces quería.
Ah, en la oscuridad, el mar congelante
Sumergido en la historia inútilmente fluye como olas
Finalmente se levanta el telón
Y la pelea con un sueño abatido como compañero comienza
Eh cambiado y es para mejor –o peor– dependiendo del punto de vista que se le tome, eh ganado un cuerpo fuerte, gran velocidad, una mente amplia que me permite hacer muchas cosas que la mortalidad no deja opciones de tomar, aun que bastante fácil de distraerse, un corazón que no late, una mentalidad fría y la capacidad de leer el pensamiento de quienes me rodean y eso me encanta, hasta cierto punto… Pero ella, ella rompe y acaba con eso, su mente es un laberinto cerrado en el que no puedo entrar ni salir, pero aún así me atrapa y me cautiva, incluso más de lo que deseo. Ella me hace sentir los sentimientos a los que renuncié con el paso de la simple mortalidad a la inmortalidad, hace que peleé con el demonio vivo en mí, ¿beber o no beber su sangre?
El alma que se perdió hace mucho tiempo
Repite interminablemente un pecado olvidado
Ese amor sucio que renace del pecado
Un paraíso se construye sobre escombros
Su aroma a flores, solo hace que el dulce efluvio de su ser me abrace aún más ¿Quién me iba a decir que encontraría en este aburrido lugar a alguien con semejante aroma? De seguro su sangre debe ser tan dulce -lo es- Eh vivido tantos años, un siglo y ni en mis tiempos mortales me había interesando tanto por alguien así, una mujer…
Y no es una simple muchacha, siento como mi inerte corazón se recoge con solo verla, ver sus mejillas sonrojadas, sus manos acariciando sus cabellos, sus ojos de leche con chocolate, tan dulces, perspicaces, amables, atentos… profundos, tan profundos que cuando los veo pierdo mi concentración tratando de internarme en ellos, me sumerjo en la magia de aquella mirada.
Amante prohibido...un recuerdo borroso
Aún si te sostengo muy fuerte, los colores no se mezclan
En secreto hago un juramento
El fin de un amor dulce es la repentina travesura del tiempo
Estoy rodeado por llamas ardientes
Mi vida está en el desmoronado bote
Mis ojos temerosos miran fijamente el cielo
y grito el nombre de Dios
… Pero como me inundan los celos cuando escucho en mentes masculinas su deseo por ella, por quizá invitarla a salir, a bailar, a comer, fantasías de besarla, de abrazarla. Oh, mis celos se funden en ira de solo imaginar a alguien más que no sea yo tocándola, envidia, amargura… Ella me hace revivir mis olvidados sentimientos humanos.
Isabella Marie Swan, la mujer con la sangre más dulce que eh tenido el placer –y desagrado– de encontrar… No solo eso, la única mujer por la que sería capaz de revelar mi inmortal ser y ponerlo a sus pies, la doncella que atrapa entre sus manos mi corazón… y que importa si no puedo leer su mente… quizá, sea eso uno de sus tantos atractivos, esos tantos que deseo conocer…
Este corazón vuela alto en el cielo
Más alto que una pesadilla
Este sentimiento por ti se ha liberado
Brillando como alcanzar una tierra apartada
Dentro de poco, cuando el día se vuelva un nuevo mundo
Estaremos pasando nuevamente por el mismo camino?
Amante prohibido...
