Me llamo Severus Snape Prince, mis padres biológicos son Tobias Snape y Eileen Prince. Los dos pertenecen a familias de brujos, solo que mientras que la familia de mi madre era rica,la de mi padre trabajaba para mi familia materna. Ellos se criaron juntos y no hubo ningún problema con que fueran amigos hasta que se enamoraron, entonces mis abuelos intentaron separarlos y cuando ellos dijeron que se casaban, mis abuelos maternos desheredaron a mi madre y mis abuelos paternos no quisieron saber nada más de su hijo, así que de un día para otro se encontraron sin familia.

El padrino de boda de mis padres fue Albus Dumbledore, director de la prestigiosa escuela de magia y hechicería de Londres, Hogwarts, y su madrina fue Minerva McGonagall, esposa de Albus y profesora en el colegio. Fue gracias a ellos que mis padres no se encontraron desamparados, ya que le regalaron a mi madre, de quienes eran padrinos de nacimiento, una casa a su nombre y a mi padre le consiguieron un trabajo. Mi madre termino sus estudios y luego comenzó a trabajar como auror. La boda de mis padres fue sencilla y con pocos invitados, pero según mi madre fue el segundo mejor día de su vida, por lo visto, el primero fue tenerme a mi.

Los primeros años fueron muy felices y aunque por lo visto mi padre tenía un carácter de los mil demonios, el trataba bien a mi mamá. Luego de tres años de matrimonio mamá se quedó embarazada de mi y cuando nací les pidieron a Albus y a Minerva que fuesen mis padrino, lo que ellos aceptaron encantados.

Al parecer mi padre nos quería a mi madre y a mi, aunque debo decir que por lo poco que yo recuerdo de mi padre, jamás sentí que el nos quisiese.

Cuando cumplí dos años papá perdió el empleo y aunque al principio buscaba trabajo todos los días, él no era capaz de encontrar ninguno, o de encontrarlo no le duraban más de tres meses y por otro lado mi madre empezó a ganar más dinero que el, lo que mi padre no llevaba nada bien. Con el tiempo su búsqueda de empleo se convirtió en visitas a los bares donde pasaba horas y horas bebiendo y llegaba a casa borracho. En un inicio mi madre intentaba ser comprensiva, hasta que el llegar a casa borracho empezó a ser una costumbre en él. Un día mamá se cansó y tuvieron una gran bronca y con la bronca llegó la primera bofetada a mi madre, para al día siguiente llegar a casa con el primer gran ramo de flores y la primera disculpa prometiendo que no iba volver a ocurrir, lo cual, por supuesto, no fue verdad porque después de esa primera bofetada llegó una segunda, con su correspondiente ramo de flores, y tras la segunda bofetada una tercer, hasta que llegó el día en que mi madre recibió su primera paliza.

Al principio yo no entendía que pasaba, hasta que al cumplir cinco años asistí a una de esas palizas. Yo lloraba y gritaba que la dejase en paz y recuerdo que mi padre se dirigió hacia mi y que me levantó la mano, sin embargo mamá se interpuso y le dijo que no se atreviese a tocarme, que si lo hacía iba a hacer las maletas y lo íbamos a abandonar, entonces mi padre la insulto y le dijo que ella no era nadie sin él, que qué íbamos a hacer los dos solos, sin casa y sin ningún tipo de ayuda. Recuerdo que mamá adelgazó mucho y lloraba todo el tiempo, pero jamás se defendió ni intentó dejarlo, algo que yo nunca pude entender.

Mis padrinos sabían que algo pasaba e intentaron ayudar a mamá, pero ella se cerraba en banda y se negaba a contar nada de lo que pasaba, hasta que se dieron cuenta de lo que sucedía el día en que mamá tuvo que ser ingresada de urgencia y los médicos descubrieron antiguas lesiones y le tuvieron que decir a mamá que había sufrido un aborto por culpa de la paliza que le propino mi padre, fue entonces cuando mamá lo denunció, sin embargo era demasiado tarde.

Yo ya tenía ocho años, cuando tras la denuncia mi madre decidió recoger nuestras cosas y abandonar a mi padre y la casa.

Yo estaba en el colegio muggle, faltaban todavía dos horas de clases cuando mi padrino Albus me vino a buscar, me llevó a su casa junto con mi madrina y entre los dos me explicaron que mi padre había matado a mi madre cuando ella se encontraba en la casa haciendo las maletas. Tobías fue detenido y llevado a prisión. Enterramos a mi madre. Hubo un juicio y mi padre fue condenado a Azkabán durante veinte años. Yo me llené de odio y rabia.

Mis padrinos decidieron adoptarme y se hicieron cargo de mi, y aunque me convertí en un niño desobediente y que siempre se metía en problemas, ellos jamás se rindieron conmigo.