Cobarde
.
Me reprocho una y otra vez mientras te veo escabullirte por la puerta trasera del bar. Me detengo en medio del cuarto mientras el siguiente grupo dispone sus instrumentos antes de empezar. Doy media vuelta y regreso a la mesa.
–Regálame tus silencios, pues sabre descifrarlos con la eterna paciencia del interprete...
