He vencido
He vencido… he vencido contra mis temores, he vencido contra mi eterno miedo a estar solo y rodeado de un montón de gente. He vencido contra mi poca afinidad con las personas, he vencido contra mi inmenso miedo a entregar el corazón. He vencido contra la soledad que tenía en el pecho, he vencido.
Sueno sumamente insistente con la oración, pero no encuentro otra manera de expresar la sensación de libertad. Antes todos me miraban como el ejemplo a seguir, como el chico que jamás se da por vencido ante nada y ante nadie. Era todo simpatía, risas y esperanza, pero por dentro estaba temeroso de los pasos que debía seguir. Para los cuatro compañeros inseparables siempre era su fortaleza y era el líder, pero por dentro me sentía tan poca cosa. Tan niño como cuando caí en aquel orfanato a los seis años. La máscara era perfecta. Tan así que nadie había notado nada. El deber hacia mi Diosa siempre me sostuvo. Todos creían que yo la amaba, más no era así. A ella siempre la vi como hermana, aunque al principio fuera solamente una niña mimada.
Así pasé años… hasta que al fin te conocí de verdad, Aiolos. Suena imbécil, pero aún y cuando soñaba con conocerte, mis temores se desataron; me alejé de la gente, sin explicación alguna. Estuve realmente solitario, tanto que hasta el mismo Ikki se quedó sorprendido.
Y hasta ahora decidí ir a una reunión en el Santuario… te miré y supe que mis miedos no eran nada. Que era libre.
