»Una vez hubo una hermosa princesa cautiva en un castillo.Su madrastra, una mujer malvada, quiso acabar con la amenaza que ella le presentaba: por su encanto, por su belleza, por lo magnífica que era... Así que le encargó a alguien que hiciera el Trabajo Sucio.Mas el hombre no fue lo suficientemente fuerte, y la dejó ir; queriendo la Fortuna que ella acabara en la casa de unos grandes hombres...Ellos le ofrecieron su hogar, cautivados por la bondad que irradiaba... Aunque uno de ellos cometió el error de permitirse enamorarse de ella.Con el tiempo llegó un príncipe, que no pudo resistirse a la belleza de la princesa y cayó prendado suyo. Y ella, que jamás había conocido hombre igual, no dudó en corresponderle...Así que ambos supieron enfrentar a sus enemigos hombro contra hombro, con la intención de poder lograr estar juntos al final.Y alcanzaron su cometido, uniéndose en una boda con todo el esplendor que pudieron obtener...Tanto el príncipe como la princesa fueron felices para siempre. Y colorín colorado este cuento se ha acabado...
—¿Y qué pasó con él?
—¿Qué pasó con quien?
—Con el hombre que se enamoró de la princesa...
—Simplemente se contentó con verla feliz, aunque que otro fuera quien causara esa felicidad lo rompía por dentro. Él siguió con su vida, aunque siempre preguntándose qué podría haber pasado de haberle querido ella así como él lo hacía.
—¿Cómo lo sabes, papá?
Media Pinta sonrió de forma torcida, como siempre lo hacía, y le revolvió el cabello con la mano a su hija.
—Yo solo lo supongo, Nieves.
Cada vez que veo esa película amo a ese enano más. Y me desespera que Blamca Nieves ni caso le haga xD.
