TodoMomoWeek
Día 1
"Kiss fall in love"
Todoroki toma un sorbo de té. Las manecillas del reloj es el único sonido que llena la habitación. Yaoyorozu se encuentra al otro extremo de la pequeña mesa tradicional japonesa. La habitación del joven poseedor de doble Quirk realmente parecía de otro mundo, era casi imposible imaginar que estuvieran si quiera en el mismo edificio.
Pero no es por ello que la muchacha de largos cabellos azabaches se sentía fuera de lugar, sino el contexto en sí.
Aún se sentía irreal, después un tiempo de algo más que respeto y admiración, algo había florecido desde el pecho de Yaoyorozu, algo que al parecer era recíproco. Algunas palabras fueron dichas, y comenzaron a salir. O algo parecido.
Ninguno de los dos tenían experiencias anteriores de las cuales apoyarse, por lo que era difícil decir que estaban en una relación cuando todo seguía igual que antes.
Por lo que Yaoyorozu no se esperaba tal proposición por parte de Shouto.
—Yaoyorozu
—Dime, Todoroki-san.
—Quiero besarte.
Fueron sus palabras exactas esa mañana, las mejillas de la muchacha se habían coloreado de carmín. Ella no fue la única que estaba presente durante ese acontecimiento; estaban en clases, junto a sus otros compañeros en la hora de estudios que el profesor Mic les había otorgado. Momo sólo estaba explicando un par de cosas a sus demás compañeros cuando el otro soltó la bomba.
Sobra decir cómo reaccionaron los demás, la conmoción ocasionó que el profesor suspendiera aquel momento libre.
A la hora de la salida, el heterocromántico le dijo que la esperaría en su habitación más tarde, si es que ella deseaba ir.
La cabeza de Momo no dejaba de darle vueltas al asunto, pero en todo aquello no había nadie más nerviosa que Jirou. Había hecho un plan de pánico en cada caso que lograra presentarse, incluso investigó el material de ciertas cosas que podría necesitar como el gas pimienta, por ejemplo. Pero Yaoyorozu le mencionó que nada de eso sería necesario. Todoroki no era esa clase de persona.
Así que por la tarde se dio un buen baño para refrescar su mente, aún sentía los nervios a flor de piel. Se puso uno de sus más nuevos abrigos (de sus favoritos, cabe decir, lo habían comprado juntos hace un tiempo). Era cómodo y supuso que era adecuado para la ocasión.
Y eso es lo que le había llevado a estar en aquel lugar, tomando una taza de té, en completo silencio. En la habitación de su novio, el cual le había propuesto besarle por primera vez previamente.
Si le preguntaran a cualquiera de la clase, dirían sin dudar que no eran la pareja perfecta como comúnmente se pensaría, al tratarse de dos prodigios con familias de clase alta. Y es que en el ámbito del amor eran completamente nuevos.
—Yaoyorozu —el joven mitad pelirrojo quebranta el silencio tras asentar su taza de té.
—¿Sí, Todoroki-san? —La morena ladea la cabeza y siente como sus cabellos se deslizan por su hombro. Lo llevaba suelto. Por un segundo, Shouto se había perdido en aquel detalle.
—¿Pensaste en lo que te dije hoy en la mañana? —Inquiere, haciendo a la otra sonrojar. Se acomoda un poco el cuello de aquel suéter negro.
—Si —Contesta sincera, sin dar mucho detalle de sus pensamientos.
—¿Estás bien con eso? —Cuestiona nuevamente.
—Si—Vuelve a afirmar.
El silencio surge otra vez, la mirada de distintas tonalidades del menor de la familia Todoroki se desliza por su propia habitación. El ambiente comenzaba a tornarse pesado. Ninguno de los dos se movía de su sitio.
Ambos son más concientes de cada sonido, de sus propias respiraciones.
Todoroki posa su mirada nuevamente en ella, lucía realmente hermosa con su cabello suelto contrastando con el impecable blanco de su suéter. Traga saliva. Se levanta de su lugar y mira cómo la otra da un pequeño salto de sorpresa ante la acción y se queda estático en ese momento.
—¿Te sientes mal? —pregunta el joven, la muchacha niega y se levanta de su lugar igualmente.
—Lo lamento, Todoroki-san, es sólo que estoy algo nerviosa—se excusa la muchacha, jalando un poco de las mangas de su abrigo blanco—. Siempre pensé que lo del primer beso se daría por sí solo, y saber que pasará con anticipación me sorprendió un poco.
Todoroki parece entenderlo, baja la mirada por un momento, ella está frente a él pero aparta su mirada.
—¿Lo arruiné? —Cuestiona en un lamento. La chica niega inmediatamente.
—No es eso, Todoroki-san —le dice para calmarle, la muchacha posa con delicadeza su mano en su mejilla para que esté fijara su mirar en ella —, sólo intentémoslo, ¿de acuerdo?
El joven curvea suavemente sus labios en una apenas notable sonrisa.
—Bien.
—¿P-Podemos tomarnos de la mano? —Esta vez es la chica la cual baja su mirada con cierta pena, el otro parece tensarse un poco, pero alza ambas palmas a lo alto de sus hombros como reflejo.
—Yaoyorozu, creo que deberías saber que tengo una especie de maldición, tu mano puede lastimarse y... —comienza a decir con cierto nerviosismo presente en su voz, pero guarda silencio cuando siente a la otra entrelazar sus dedos. Su mano era cálida, a diferencia de la suya que se sentía tan helada.
Todoroki observa a la muchacha cerrar los ojos mientras sus narices rozan y sus alientos chocan por inercia. En ese momento se da cuenta a lo que se refería, ese tipo de cosas se daban por si solas.
Era una atracción que no podía explicar, pero lo único que importaba era la dulce sensación de sus labios sellarse junto a los de la otra, en un tímido y ansioso beso. Ambos esperaban que no fuese el último, sino el primero de muchos más.
