KHR no me pertenece.

Llevaba un montón sin escribir nada de nada ^^U asique voy a retomarlo un poco. Espero que esto no os resulte muy depresivo, gracias por leer~.


El chico rubio arrodillado ante ella sonreía con seguridad, llevaba el mismo uniforme verde que el resto de sus compañeros y sus ojos azules brillaban reflejándola a ella misma.

Llevaba a penas unos meses bajo su mando y ya había recibido más castigos que todos los hombres a los que había entrenado juntos, estaba siendo más difícil de entrenar y ella confiaba –aunque nunca lo admitiría- en que algún día podría llegar a superarla.

Frunció el ceño esperando a ver que estupidez tenía que decirle en aquella ocasión. No decía más que tonterías pero esta vez parecía que lo que iba a decir era completamente en serio…

-¡Lal Mirch sal conmigo, kora!

Nada mas pronunciarlo su bota se dirigió hacia el rostro del otro impactando contra su labio y haciéndole caer hacia atrás.

-¿ERES ALGUNA CLASE DE IDIOTA?

Lo que le faltaba que ese imbecil le tocara las narices. Se acercó a el agarrándole de la ropa y levantándole del suelo esperando que hubiera cambiado de parecer tras recibir la patada pero en vez de eso le miraba con aun mas decisión eso si, con el labio sangrando.

-¡Sal conmigo, kora!

Bien… desde luego no merecía pasar de aquella noche…


Se aovillo aun mas en su cama tapada completamente y aferrando contra si la bandana de colonillo, ya hacia varios años desde la primera vez que el le pidió salir y desde entonces había seguido intentándolo sin rendirse ni perder la determinación.

A veces había llegado a pensar que el lo sabia, que sabia lo que sentía por él, pero no estaba dispuesta a ceder con tanta facilidad así que cada una de las veces que se lo pedía como la primera vez tan solo recibía golpes e insultos por su parte.

Acarició la bandana con suavidad con sus dedos.

Ya nunca mas volvería a pedírselo, nunca mas rondaría a su alrededor… nunca mas porque el estaba muerto… Las lágrimas rodaron por sus mejillas y ella se cubrió aun más con las sabanas porque aun con todo ella seguía siendo igual de orgullosa y no iba a permitir que nadie la viera.

-Colonello… imbecil…

Si tan solo… si tan solo le hubiera dicho lo que sentía… tal vez ahora el estaría con ella y no estaría abrazando un trozo de tela sino el cuerpo del otro y el sonreiría como un idiota y todo seria distinto…

Por que ella realmente le amaba de la misma forma que el otro la amaba a ella.