¡Hola! Aquí estoy con un nuevo proyecto (si se le puede decir así...) pero bueno, digamos que la ideas siempre están rondando en mi cabecita (no digo que sean buenas pero... ideas al fin y al cabo) xD y honestamente, hace mucho que no tengo ganas de publicar escritos... pero una personita un tanto molesta cada tanto me pide que lo haga, así que... bue, yo accedo porque ella me lo pide, nada más que por eso (?). En fin, todo este palabrerío para decir que esto es una serie de viñetas que tratarán sobre problemas, juegos, fantasías y demás cosas que puedan suceder en la vida matrimonial o en pareja. Habrá infidelidades, incesto :O jaja, parejas aburridas que quieren cambiar la rutina, confusiones, ¡Y cosas lindas también! Algunas cosas tal vez no gusten pero los invito a que tengan la mente un poco abierta, dejen librar a la imaginación y... lo vean como lo que es, relatos ficcionales sobre el mundo de Harry Potter. El rating es M porque tal vez use lenguaje un poco "subido de tono" o tal vez alguna que otra situación no apta para menores, pero avisaré en cada viñeta si hay algo que pueda afectar a "personas susceptibles" :P
Esta serie de viñetas esta INTEGRAMENTE DEDICADA a mi hermosa y fiel amiga Bita (mejor conocida como Asuka). Seguramente no era lo que querías pero... miralo como ese sweater feo que regala la abuela en los cumpleaños... ¡Feo o no, te lo dió con todo su amor! :D
No se si alguien más los va a leer pero, si es así... ¡Que lo disfruten! y si les parece una caca, también recibo criticas, como siempre :B
Disclaimer: Todos los personajes de esta historia son propiedad de J. y de la Warner. No pretendo lucrar con ellos ni tratarlos como propios (como si pudiera crear algo así...) xD
Swingers.
Juego… ¿Qué entiende o siente uno cuando escucha esa palabra? Suena inocente, infantil, emocionante, divertido… algo principalmente de niños. Pero, como todas las cosas en la vida, según el contexto todo puede variar… Si pensamos en, por ejemplo, la ruleta rusa, ya no estamos hablando de algo que sea precisamente de niños, ¿no? Quizás pueda a llegar a ser emocionante, incluso —para mentes desequilibradas— divertido, pero de ninguna manera puede ser inocente. Lo mismo si nos referimos a los juegos de apuestas o los clásicos "juegos de manos" que pueden deparar en más de un dolor de cabeza… Entonces, ¿Por qué hay prácticas a las que se las denomina de la misma manera que a las que son experimentadas por niños, jóvenes o adultos que sólo pretenden un poco más de emoción en sus vidas?
Si Draco Malfoy hubiera pensado que aquel "juego" terminaría acabando con su matrimonio, se lo habría pensado dos veces antes de acceder al último "capricho" de su, ahora, ex esposa. Debía haberse pasado con el hidromiel; sí, seguramente… De otra manera, ni siquiera hubiera permitido la ridiculez de que su mujer se hiciera "amiga" de la comadreja. A decir verdad, Astoria solía hacer esas clases de bromas de mal gusto y él se las permitía, después de todo, nunca habían dañado a nadie… ¿Pero amiga de Ginevra? Aquello era tan inverosímil, como la idea de que Scorpius lo fuera de la mocosa pelirroja hija de la sangre sucia…
De amigas que comparten consejos de belleza, pasaron a ser de las que discutían sobre crianza de los niños —como si fuera que Astoria fuera una mujer "maternal"— o de las que se encuentran a beber té o cerveza de mantequilla a las cinco de la tarde. Aquella broma ya no le parecía muy graciosa que digamos —en realidad, no le parecía aceptable… jamás le había hecho gracia al fin y al cabo— y menos aún cuando esos encuentros "de mujeres" comenzaban a extenderse hasta altas horas de la tarde… Pero el verdadero problema comenzó cuando la madre de su hijo soltó, sin pelos en la lengua, las palabras que desencadenarían en el juego macabro: "Estoy aburrida".
Lo había soltado de pronto, sentados en la cama, sin levantar la vista de una de esas revistas muggles absurdas sobre moda que le había recomendado esa enana pelirroja que tenía de amiga.
—Podrías probar leyendo algo más entretenido —opinó, quitándole la revista con cuidado y rozando con su otra mano el hombro de su esposa —, o podríamos…
—No hablaba de la revista Draco —aclaró, quitando a su marido que en ese momento comenzaba a besar su cuello —. Me refiero a nuestra vida, nuestro matrimonio… todo.
Se quedó callado por un instante… Seguramente esa pelirroja pobretona le había metido ideas en la cabeza, aquella era la única razón por la que su esposa podría haber dicho una cosa semejante… ¿Aburrida? ¿Qué mujer en su sano juicio, que pudiera estar casada con él, tener tanto dinero y gozar de tantos lujos como pudiera podría decir que estuviera aburrida? Tal vez necesitaba cambiar de aire o… algo así.
—¿Quieres que nos vayamos de viaje?
—No Draco, no quiero irme a ningún lado.
—¿Quieres que probemos esa posición que sugerí una vez y tú…?
—No Draco, eso es lo que tú quieres… Yo sólo… quiero probar algo nuevo…
—¿Algo nuevo? —Astoria bajó la cabeza avergonzada y el corazón del rubio se aceleró de emoción. Seguramente le pediría alguna cosa arriesgada para implementar en el sexo y aquello lo emocionó como si fuera un niño con una escoba nueva de última generación
—¿Algo… sexual?
—Sí.
Intentó serenarse antes de seguir indagando en el asunto. Su esposa estaba demasiado nerviosa por lo que debía mantener la calma si quería que terminara de confesarle aquello que deseaba hacer; si se mostraba como un pervertido desesperado, tal vez echaría aquella oportunidad al traste.
—Sólo dime lo que quieras y te complaceré. Vamos, no seas tímida —la alentó, tomando su mano.
—Bueno… se llama "swinging" y… consiste en intercambiar parejas…
—¿Perdón? —había escuchado mal… Sí, seguramente.
—Ginevra y Harry suelen hacerlo y…
—¡¿Ginevra y Harry?! —lo sabía, sabía que esa pecosa había tenido algo que ver —. No esperarás que hagamos algo que ellos…
Sintió como si alguien le hubiera lanzado un petrificus totalus.Estaba petrificado, mudo y su cabeza empezó a trabajar como si de una maquina se tratase: Intercambio de parejas, Potter, Weasley, Astoria, él… intercambio… él y la pelirroja, Astoria y…
—¡¿Quieres tener sexo con el cara rajada?! –soltó horrorizado, mirándola como si hubiera recibido varios cruciatusy por esa razón, hubiera quedado completamente demente.
—¿Cara rajada? ¿Acaso tienes quince años? —inquirió, desconcertada.
—Está bien, discúlpame —expuso, con falso arrepentimiento —, te lo diré de modo más "maduro"… ¡¿Quieres tener sexo con Potter?!
—No es que quiera "tener sexo con Potter"… El swinging es algo un tanto más… profundo…
—¿Profundo dices? —el rubio se sentía cada vez más enfermo —¡Me estas hablando de hacer cosas sexuales con esos dos inadaptados, no hay poesía aquí!
—Quiero decir que no es sólo tener sexo con alguno de ellos… Pueden vernos mientras lo hacemos o podemos estar todos juntos sin necesidad de que intercambiemos… Y si te sientes a gusto y quieres hacer algo más, pues…
—¡Olvídalo! ¡Como que me llamo Draco Malfoy te aseguro que jamás haremos nada sexual con esos dos! ¡Buenas noches! —finalizó, dándose la vuelta para dormir e ignorando la risita suficiente de su esposa.
—Si hacemos lo que yo quiero, podremos hacer también eso que tú quieres… —susurró con voz felina en el oído de su esposo. Pudo sentir que el cuerpo de Draco se tensaba y aquello le alegró sobremanera… Caería.
*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*
—Realmente no puedo creer que le hayas contado de nuestra vida sexual a Astoria…
Harry soltó aquello con un matiz de reproche en su voz, aunque en realidad estaba un tanto halagado… Que su mujer hablara sobre sus proezas en la cama con tanto orgullo, le hacía sentir muy bien… aunque no iba a admitirlo, claro.
—Lo siento Harry, es que ella me contó que estaba muy aburrida y…
—Bueno, no es difícil imaginar eso… está casada con Malfoy, ¿Cómo podría no estarlo? Seguramente debe estar en segundo lugar para él…
—¿Insinúas que la engaña?
—Sí, con su propia mano, si es un narcisista —bromeó, ignorando el chasquido de desaprobación de su mujer.
—¿No crees que ya están bastante grandecitos para continuar con su enemistad ridícula? Además… estaba pensando que nosotros podríamos encontrarnos con ellos y…
Harry la miró, levantando una ceja inquisitivamente.
—¿Y…? Ginny, ¿no estarás pensando…? —la pelirroja se sonrojó levemente y el moreno comenzó a negar con su cabeza insistentemente —¡Olvidalo! Bajo ningún concepto estaré en el mismo sitio que Malfoy, digas lo que digas, hagas lo que hagas.
—Pero Harry…
—No Ginny. Malfoy es la persona más arrogante, insoportable y pedante del mundo mágico y ya es demasiado que tenga que ver su pálido rostro cada vez que despedimos o recibimos a los niños en King´s Cross.
—Ay vamos Harry… ¿Acaso no te gustaría que Malfoy viera personalmente tus maravillosas dotes de amante? —Ginny mordió sutilmente su labio inferior, observándolo con una mezcla de expectación y nerviosismo. El semblante de Harry estaba algo tieso, como confundido… Hasta que abrió desmesuradamente los ojos y soltó, con voz ahogada:
—¡¿Quieres llevarlos a ese club muggle swinger?! Ginny, ¡¿Has perdido la cabeza?!
—¡Claro que no! En realidad, a un lugar un poco más… tranquilo —Harry iba a replicar nuevamente pero su esposa lo interrumpió —¡Astoria me lo pidió! Es que está aburrida y…
—¡Y yo estaré muerto, si pretenden seguir adelante con ese absurdo plan!
—Malfoy aceptó… —lo dijo en apenas un susurro, pero cargado de ansiedad… y desafío. Harry estaba estático, sintió que su garganta se secaba —¿Qué opinas? —insistió la pelirroja, tomando suavemente la mano de su perplejo marido.
*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*
Más que un encuentro "amigable" entre dos parejas conocidas, parecía el comienzo de un duelo. Harry y Draco se observaban con seriedad, uno en cada extremo de la habitación, como si intentaran leerse mutuamente la mente para adivinar el próximo paso de su enemigo. Astoria y Ginny, ambas sentadas en la cama, esperaban por algo que parecía que jamás ocurriría. Fue entonces cuando la rubia decidió que había llegado el momento de relajarse con unos tragos…
Sólo una hora después, Harry saltaba en la cama cantando a viva voz mientras Draco reía torpemente. Fue entonces cuando ambas mujeres se miraron y luego de sonreírse mutuamente con aire triunfal, se encaminaron hacia sus objetivos. Astoria se sentó en el lecho y tiró de la pierna de Harry, derribándolo sobre las sábanas. Luego se abalanzó sobre él y comenzó a besarlo, mientras con sus manos desabrochaba la camisa del moreno. Draco dejó de reír al instante y en el momento en que abrió la boca para protestar, Ginny la tapó con la suya, besándolo con ímpetu. El rubio no se resistió, sino que se aferró a la pelirroja y profundizó aún más aquel beso, mientras la empujaba suavemente para arrojarse junto a ella a aquella cama que invitaba al pecado.
A los pocos minutos aquello era ya un embrollo de cuerpos sudorosos tocándose, manos acariciando y labios explorando. Draco embestía enérgicamente sobre su esposa, oyendo los fuertes gemidos de la pelirroja que llegaban como una excitante melodía para sus oídos, mientras se movía acompasadamente con Harry. Cuando empezaba a pensar que estaba cerca de llegar al glorioso final, Astoria se alejó de él, aunque no llegó a darle tiempo para protestar, ya que Ginny ocupó su lugar, montándose sobre él y continuando con la labor empezada por la rubia. El rubio quiso besarla pero su mujer se interpuso entre ellos, atrapando aquella sedienta boca con la suya, mientras era poseída por el moreno. Y fue allí cuando todo se fue de control: Draco separó sus labios de su esposa y se movió de su lugar en el momento justo en que Harry intentaba acercarse a besar a la suya. El rubio besó aquellos labios con frenesí, como un mendigo saboreando un plato de sopa, como un sediento en el río del Oasis. Tal vez fuera por lo caliente de la situación a esa altura de la noche, pero le parecía que aquel beso era más sabroso, apasionado y ardiente que los anteriores…
—Draco… ¿Qué haces...?
La ignoró por completo. Estaba disfrutando como un poseído de aquel beso y no iba a parar porque a su esposa le había agarrado un repentino ataque de celos… Después de todo, había sido su idea. Y empezaba a enardecerse de nuevo…
—Harry…
¿Harry? ¿Habían dicho "Harry"? Pero… esa voz femenina no era la de su esposa…
Rompió aquel beso como si se lo llevara el diablo. No supo que fue lo peor después de eso; si las mejillas sonrojadas de Harry, a escasos centímetros de él, con los labios hinchados y enrojecidos o el gesto asombrado y anonadado de cualquiera de las dos mujeres, que los miraban a uno y al otro como si se hubieran vuelto locos o, peor… la inconfundible y excesiva excitación que mostraban las partes viriles de ambos hombres. Profundamente avergonzados, se taparon rápidamente sus respectivos miembros abultados mientras ambas mujeres comenzaban a vestirse en silencio. La noche había llegado a su fin.
*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*..*
—¡Ya deja de protestar, hurón!
—¡A mí no me haces callar, estúpido cara rajada!
—Juro que un día de estos me iré y te arrepentirás —amenazó el moreno, tirando el jabón al suelo de la bañera en el momento justo que abandonaba la ducha.
—¿No pensarás que voy a caer en ese viejo truco, no? —se mofó el rubio, palmeándose con burla el trasero.
—Oh, ¡Vamos! ¡Me toca a mí! —rezongó Harry, visiblemente enfadado.
—Tal vez más tarde… Mientras tanto, mantente alejado de mi trasero Potter si no quieres morir en el intento —lo desafió, levantando una ceja con gesto seductor —. Ahora, metete conmigo a la ducha que estoy caliente.
—No te cansas de mi, ¿verdad huroncito? —soltó con burla, Harry.
—¡Por culpa tuya me divorcié de Astoria y tengo que conformarme con tu horrible trasero peludo todas las noches, así que lo menos que puedes hacer es dejarme hacer eso que ella nunca me dejaba hacer! —protestó, impidiéndole con un beso al otro que responda.
