— ¿Y tienes alguna mascota, My Lady?

— ¿Por qué esa pregunta, gatito? —Cuestionó alzando una ceja— ¿Quieres ser adoptado? —Espetó juguetonamente.

— ¿Por qué no? —Sonriendo enormemente— Quisiera tener una dueña tan linda y amable.

— Bueno, lamento decirte que no me gustan los gatos.

— ¿Disfrutas rechazándome indirectamente? —Preguntó fingiendo ofensa, con una mano puesta en su corazón— Que malvada eres, My Lady —Contestándose a sí mismo.

— No tengo mascota y quiero un hámster.

Chat Noir frunció el ceño antes de preguntar: "¿Y por qué te interesaría una rata?"

— ¡No es un rata! Es pequeño y muy lindo— Refutó.

— Yo soy lindo —Replicó— ¿Quieres que sea tu mascota?

— Ya te lo dije, no me gustan los gatos —El gatito le preguntó la razón— Los considero molestos—Respondió.

— Hieres mi corazón... —Repuso el heroe— Los gatos son increíbles, son independientes y lo mejor, se bañan solos. Aunque si tu quieres bañarme...

—Eres un tonto.

— Ademas, yo soy diferente a todos los gatos que conociste, no tengo pulgas, se ir al baño...

La heroína rió ante las tonterías que estaba diciendo el minino.

— No te rías, estoy hablando muy en serio —Dijo dibujándose una sonrisa también divertida— ¿Quieres que sea tu mascota? —Parpadeando varias veces de forma adorable.

Ella siguió riendo.

— Gatito... —Llamó, el aludido la miró fijamente— Admito que tienes tu encanto. Que los gatos a su manera son adorables...

— Entonces... ¿Es un sí? ¿Me adoptas?

Ladybug esbozó una sonrisa misteriosa antes de decir: "Aun quiero un hámster..."

Chat Noir lo confirmó. Disfruta rechazarlo.