Capitulo 1: Nuestras diferencias
Hace mas de mil años, mucho antes de la llegada de NightMare Moon, Equestria estaba siendo victima de una enorme invasión. La dimensión alterna llamada "Netherealm" teñia los cielos de rojo al mismo tiempo que sus horrendas criaturas destruían los pequeños pueblos y asesinaban a inocentes ponies, trayendo el infierno a estas pacificas tierras. Han pasado dos meses desde que se inicio esta invasión, y Equestria comienza a debilitarse al mismo tiempo que Celestia y Luna se ven limitadas en sus opciones.
Por otro lado, esta historia toma lugar en un pequeño pueblo llamado "ColtShire", ubicado donde mas adelante se encontraría Los Pegasus. Este pueblo se mantenia al corriente de la invasión al mismo tiempo que esta no se expandía hasta este lugar, de esa forma protegían la vida de los pacificos ponies que vivian en este pueblo.
En una pequeña casa, ubicada en este pueblo, una pony de tierra abria sus ojos luego de un incomodo sueño. Esta pony era de color amarillo brillante y ojos violeta, su crin de color naranja y lisa pero algo desordenada luego de despertarse y en su costado una flor color naranja. Con un bostezo, esta pony se levanta de su cama y se dirige hacia su baño para mojarse el rostro y peinar su crin. Ella solo mira su ventana contemplando el rojizo color del cielo, preguntándose a si misma cuando terminaría este infierno que se había desatado hace ya dos meses. Luego se dirige a su cocina para desayunar, en ese lugar se encontraba su madre, una pony de tierra de pelaje color celeste, crin amarrada color violeta claro y ojos color azul marino, y en su flanco un sol con un rostro sonriente, el nombre de la madre era Happy Light.
-¡Buenos días, Fire Flower! –Le habla felizmente la madre a su hija mientras le servia unos panqueques en la mesa para que desayunara.
-¡Hola mamá! –Le responde su hija algo desanimada.
-¿Pero por que esa cara tan larga?
-Yo no se como puedes seguir con esos animos en estos momentos en los que Equestria esta bajo un inmenso ataque del que jamás nos levantaremos.
-Bueno, se que las cosas en Equestria van muy mal, pero nosotras dos no podemos hacer nada mas que disfrutar el poco tiempo que quizás nos quede, además nuestro pueblo se a apartado de la guerra, de esa forma nos podemos mantener a salvo de las horribles criaturas que abundan haya afuera.
-Creo que tienes razón. –Respondio Fire Flower aun sin subir sus animos.
-¡Bueno, ahora necesito que desayunes rápido para que vayamos a hacer nuestros deberes!
-Si mamá. –Respondio la pegaso aun sin animos, comenzando a comer los panqueques que su madre había dejado en la mesa. Si bien su madre parecía ser bastante optimista ante la situación, Fire Flower aun tenia algo que la perturbaba por mas que trataba de ser como su madre y no le permitia ver la situación con animos.
Fire Flower salió a hacer sus respectivos deberes, los cuales eran regar la flores del jardín y luego hacer lo mismo con las plantas que había en su invernadero, ya que como su Cutie Mark lo mostraba, esta pony tenia talento para el mantenimiento de las plantas y las flores, pero sin embargo, con el rojizo cielo y el calor que comenzó a hacer desde que comenzó la invasión, sus plantas comenzaban a morir y marchitarse al no tener el clima adecuado.
Mientras la pony caminaba hacia el invernadero como era su rutina habitual, ella miro al horizonte, hacia donde se encontraban los limites de su pueblo, logrando ver bajo el rojizo cielo una enorme muralla que separaba a todo pony de los peligros que asechaban fuera del pueblo desde que comenzó la invasión. Si bien esta muralla, la cual era custodiada por un pegaso de guardia, era para proteger a los habitantes del pequeño pueblo, esta pony lo que mas anhelaba era salir de ese encierro para disfrutar del mundo exterior tal y como lo hacia cuando era una potra, siendo feliz como lo era antes de que el infierno llegara para consumir Equestria, y esta pony pensaba que la felicidad nunca mas llegaría a su corazón.
Ese mismo dia, la pony termino temprano sus labores debido al mal estado que comenzaban a tener sus plantas por el clima, de las cuales ya muchas flores se habían marchitado y muchas plantas se habían muerto por el rotundo calor que había en el ambiente. Con una hora de sobra, Fire Flower decidió dirigirse hacia la muralla para ver si podía echar un vistazo hacia afuera y ver si el mundo tal y como ella lo recodaba seguía ahí. Camino cautelosamente hacia donde se encontraba el guardia, el cual se había quedado dormido en el puesto de observación y tenia las llaves de la puerta hacia el exterior del pueblo en una pequeña mesita, además de su respectiva lanza y un casco dorado. Fire Flower tomo cuidadosamente las llaves con su boca y con mucho cuidado se comenzó a acercar a la puerta para poder salir del pueblo. Pero en el momento en el que camino hacia la puerta e intento meter las llaves en la cerradura con el claro objetivo de salir, estas se le caen de los cascos y el ruido hace que el guardia comience a despertarse de su siesta. El guardia abre los ojos para terminar contemplando a la pony que lo miraba con un rostro de preocupación y miedo, y este de inmediato se levanta de su asiento para detenerla en su intento de salir.
-¡OYE TU, ALTO AHÍ! – Grita el guardia mientras se levantaba rápidamente de su asiento, pero este se apresuro tanto que una de sus patas traseras se tropezó con el asiento, causando que este se tropiece y se golpeara fuertemente en la cabeza contra la mesita en la que se encontraban las llaves. Fire Flower dio un suspiro de alivio al ver que el guardia quedo inconsciente, y de esa manera podría salir afuera del pueblo con mas seguridad y sin pensarlo dos veces, la pony mete la llave en la cerradura de la puerta para cumplir su anhelo mas deseado.
Pero tras abrir la puerta, su mirada paso de la felicidad a la decepción, ya que todo como lo imaginaba ella, con verdes valles, pequeños riachuelos que yacían en las afueras del pueblo y un sin numero de hermosas flores de multiples colores, ahora no era nada mas ni nada menos que un árido desierto el cual solo era iluminado por el rojizo cielo que existía en el lugar. Fire Flower dio unos cuantos pasos recordando los lugares en los que ella solia jugar cuando potra, esos recuerdos que la hacían muy feliz, se habian destruido al contemplar la desolada tierra que había frente a ella. De pronto, un ruido llama la atención de la pony, ese ruido se oía muy cercano y parecía ser alguien quejándose de dolor. La pony comenzó a mirar detenidamente el lugar tratando de encontrar el origen del sonido, para terminar viendo una silueta no muy a lo lejos. Fire Flower corrió rápidamente hacia donde estaba esa situeta, y al mirarla mas de cerca, comenzó a darse cuenta de que se trataba de un pony. Una vez estuvo lo bastante cerca para confirmarlo, efectivamente se trataba de un pony, o para ser mas preciso, un pegaso. Este era de color negro pero con un tono claro, crin roja y erizada, en su costado una flama de fuego como cutie mark y llevaba consigo una armadura de plata del ejecito real de Equestria. Sin embargo, este pony estaba herido, con multiples cortadas en su cuerpo, su armadura estaba bastante dañada, y este no reaccionaba.
-Oye ¿Me escuchas? ¿Puedes oírme? –Decia Fire Flower tratando de animarlo, pero este pony estaba inconsciente, y quizás al borde de la muerte. La pony no tuvo otra opción mas que ayudarlo, asi que tratando de levantarlo, lo coloco cuidadosamente en su lomo mientras este pegaso solo se quejaba de dolor. De alguna forma tendría que ayudarlo, pero al no ver a nadie mas en el arido desierto, no tuvo otra opción mas que volver al pueblo. Corrio con dificultad llevando al maltrecho pegaso hasta la entrada del pueblo, la cual seguía abierta, y el guardia aun estaba inconsciente, pero al parecer comenzaba a despertarse, por lo que Fire Flower se apresuro para correr con el pegaso a un lugar seguro. Decidio no llevarlo al hospital, debido a que se encontraba al otro lado del pueblo y ella no creía tener la fuerza para llegar con el encima hasta alla, y menos por el motivo de que la descubrieran de que lo había encontrado afuera del pueblo. No tuvo otra opción mas que llevarlo a su casa, pero con mucho cuidado de que otro pony la viera.
Abrio la puerta de su casa, y para su suerte, su madre aun no había llegado, debido a que había ido al mercado a hacer las compras, por lo que no tendría problemas para llevarlo a su habitación y esconderlo ahí hasta que se recupere. Finalmente logro llegar a su habitación y con mucho cuidado lo recostó en su cama. La pony estaba exhausta, asi que se hecho en el piso de su habitación tratando de recuperar el aire luego de haberlo cargado desde las afueras del pueblo. Se levanto para mirar mas detenidamente al pony, el cual dormía plácidamente, pero este estaba sangrando por una herida en su abdomen, la cual parecía ser profunda y manchaba las sabanas de la cama de la pony. Fire Flower rápidamente fue al baño a sacar el botiquín y lo trajo a su habitación colocándolo a los pies de la cama. Lo abrió y rápidamente saco unas gasas para vedar las heridas del pegaso. Al parecer pudo detener la hemorragia por el momento, pero de pronto se siente el sonido de la puerta de su casa dando un leve portazo que la pony pudo oir desde su habitación.
-¡Fire Flower, ya llegue! –Gritaba Happy Light desde la entrada de la casa para confirmar si su hija se encontraba dentro. La pony celeste traia varias bolsas con alimentos del mercado. Fire Flower corrió hacia ella cerrando cuidadosamente la puerta de su habitación para no despertar al pegaso y para que su madre no lo descubriera.
-Hola hija, ¿Por qué estas tan agitada? –Pregunto la madre al ver que su hija tenia la respiración pesada y también sudaba por el esfuerzo de haber cargado al pegaso hasta su casa.
-¿Agitada? Bueno, es que… em… calentaba los musculos, ya sabes, por el calor que hace, jajaja. –Respondio Fire Flower con una sonrisa algo incomoda. Su madre la miraba sospechando de ella, pero aun asi desidio cambiar el tema.
-Okay, traje comida para esta semana, como se que a ti siempre te gustan los panqueques.
-¿Trajiste canela?
-¿Canela? Crei que a ti solo te gustaban los panqueques con caramelo.
-Nonononono, a mi me encantan los panqueques con canela, pero es una lastima que no la hayas traido del mercado. –Dijo Fire Flower mostrándole a su madre un tierno rostro de pena que causaría diabetes a cualquiera.
-Bueno, si quieres corro al mercado a buscar canela.
-¡Porfis!
-Muy bien, vuelvo enseguida. –Dijo Happy Light a su hija mientras salía de la casa de vuelta al mercado. El hecho de que Fire Flower conociera bien a su madre le sirvió para sacarla de la casa un rato mas para que la pony pudiera hacerse cargo del pegaso que tenia en su habitación.
-¡Genial, ahora tendre que comer panqueques con canela! –Dijo la pony para si misma con frustración. Camino hacia su habitación para ver al pegaso, pero cuando abrió la puerta, muy grande fue su sorpresa al ver al pegaso despierto, es mas, estaba de pie pero algo tambaleante y adolorido.
-¡Oye tranquilo, vuelve a la cama! –Dijo la pony tratando de calmar al pegaso que caminaba con dificultad hacia ella.
-¿Dónde estoy? –Dijo el pegaso mostrando un rostro de ira mientras caminaba hacia la pony. En su rostro se podía ver el dorado color de sus ojos que brillaban mirando con furia a la pony herbalista. Pero cuando estuvo solo a un par de pasos mas de Fire Flower, este tropieza y comienza a caer al piso, pero Fire Flower rápidamente lo alcanza a atrapar antes de que este terminara de caer.
-Tranquilo, aquí estas a salvo. –Le susurro la pony al oído logrando calmar la ira del pegaso negro. Con dificultad lo ayudo a volver a recostarse en la cama para poder contarle lo sucedido.
-¿Eres un soldado del ejercito de Equestria? –le pregunto la pony luego de recostarlo en su cama nuevamente.
-¡Asi es! Mi ejercito y las fuerzas del Netherealm combatíamos a mas o menos un quilómetro de aquí.
-¿Cuál es tu nombre?
-Mi nombre… Black Hearth. –Respondio el pegaso negro con un suspiro.
-¿Black Hearth? Ese nombre nunca lo había escuchado por aquí.
-¿Y cual es tu nombre?
-Me llamo Fire Flower.
-Mucho gusto Fire Flower. –Respondio el pegaso, esta vez sonriéndole a la pony.
-¿Cómo fue que terminaste aquí?
-Bueno, solo digamos que nuestro ejercito solo se defiende con lanzas y la magia de los unicornios, mientras que el Netherealm ataca con fuego y con criaturas con afiladas garras. Mientras combatíamos, una de esas criaturas me logro enterrar sus garras en mi estomago mientras yo atacaba en pleno vuelo. Sabia que con esa herida yo ya no podría lograr mucho, asi que solo escape arrastrándome hacia las murallas de tu pueblo que pude ver desde lejos. Me arrastre por horas hasta que perdi el conocimiento, y luego desperté aquí. Ahora que lo pienso no debi abandonar a mis aliados, decepcioné a mis tropas y a mi mismo. –Dijo el pegaso, entristeciendo luego de darse cuenta de lo que acababa de ocurrir.
-¿Cómo puedes decir eso? –Dijo molesta Fire Flower. –Si no hubieses huido ahora ya estarías muerto, y tu cuerpo quedaría tirado en quien sabe que lugar, y hubieses sido comida de buitres. Hiciste bien en ponerte a salvo de esas horrendas cosas.
-¿Hablas de los buitres o…?
-Hablo de los monstruos que invaden Equestria, a ellos solo les gusta destruir familias y matar ponies para su diversión. Me gustaría que las princesas fueran capaces de darles su merecido y extinguirlos para que no quede ninguno mas que pueda hacerles daño a mas criaturas inocentes. –Black Hearth se quedo pensativo luego de escuchar la opinión de Fire Flower sobre la actual situación de Equestria. En la mirada del oscuro pegaso se podía ver como si el supiera algo mas, algo que ningún otro pony jamás podría haber imaginado.
-No te lo tomes a mal, pero esas cosas pueden resultar no ser lo que parecen.
-¿Qué tratas de decirme?
-Se que esos demonios pueden ser grotescos, iracundos, horripilantes y disfrutan de quemar cosa y la destrucción, pero yo se que hay por lo menos unos pocos que pueden resultar tener buen corazón.
-¿De donde diablos sacaste esa patraña? –Dijo molesta Fire Flower.
-Mi madre me lo dijo cuando dejaba mi casa para unirme a las tropas de Equestria hace ya dos meses. No se porque, pero ella tenia una actitud bastante pacifista. Según ella, dice que hasta dentro del corazón mas negro, se puede encontrar una chispa de bien.
-Bueno, como se nota que tu no conoces a mi mamá. –ambos rieron luego de este ultimo comentario. Hubo un silencio algo relajante mientras ambos se miraban con una sonrisa. El pegaso se comenzó a sentir algo incomodo, asi que decidió romper el silencio.
-Em… bueno, será mejor que me vaya.
-¡NO, NO, NO! –Grito la pony evitando que el pegaso se levantara de la cama.
-¿Por qué no?
-Si te ven haya afuera y te descubren ¡ME MATARAN!. Ademas, aun no estas en condiciones de salir.
-Es que yo… ahhh de acuerdo. –Dijo Black Hearth suspirando.
-Solo quédate en esta habitación hasta que te recuperes. Yo te traeré comida y agua. Y por favor ¡POR FAVOR!, trata de no hacer ruido, porque si mi madre descubre que tengo a un pony macho del ejercito, herido y en mi cama, me castigara hasta que la raza equina se extinga, y como van las cosas, supongo que será por corto plazo.
-Emmm… OK. –Dijo el pony algo nervioso mientras que Fire Flower salía de la habitación cerrando la puerta con llave para evitar algún tipo de problemas por el momento. La pony se apoyaba en la puerta desde afuera dando un suspiro de alivio.
-Vaya lio en el que me meti. –Dijo para si misma. Pero algo mas no estaba bien en todo esto, y era el hecho de que la pony sentia como su corazón latia rápidamente, esta vez no por la agitación, era una sensación tan agradable que le hacia recordar cuando la pony jugaba en los verdes valles en las afueras del pueblo cuando solo era una potra. Pero en esta ocasión sentia ese mismo bien estar cuando estaba cerca de ese pegaso. La pony solo sacudió su cabeza para poder despejar su mente y concentrarse en lo que ahora debía hacer.
Paso una hora y su madre volvia nuevamente del mercado trayendo consigo la canela que su hija tanto "quería". Pero cuando cerro la puerta y miro frente a ella, solo pudo ver a su hija caminado hacia su habitación con un plato de panqueques en la boca. Fire Flower se detuvo y quedo helada al ver que su madre entrar tan repentinamente, esta la miraba como sospechando algo de ella.
-Fire Flower, tu bien sabes que esos panqueques son para la cena ¿Por qué te los llevas a tu habitación?
-Em… bueno… yo… -Dijo la pony aun muy nerviosa, sin moverse de su lugar, con una mirada de miedo y aun con la plato de panqueques en la boca.
-No me digas que te los pensabas comer antes de la cena.
-Es que yo… pensaba que podría cenar mas temprano. No me siento bien y quiero acostarme mas temprano hoy. Jajaja. –Dijo la pony riendo disimuladamente con una sonrisa nerviosa. Aquellos nervios hacían que la pony sudara y al mismo tiempo su madre comenzaba a sospechar de ella. De pronto, las llaves de la habitación de Fire Flower caen al piso por un descuido de la pony, su madre la miraba comenzando a enfadarse.
-Fire Flower, ¿Por qué cerraste tu habitación? –Pregunto su madre mirándola con un poco de enfado.
-¿Quién dice que esta cerrada? –Pregunto la pony dejando los panqueques sobre una mesa mientras que su madre tomaba las llaves y caminaba hacia la puerta y trataba de girar la perilla confirmando que esta estaba cerrada.
-¿Me estas ocultando algo? –Pregunto la madre, mas enfadada aun.
-¡No mamá!
-¡Veamos que me estas ocultando! –Su madre metió la llave en el cerrojo y habrio rápidamente la puerta mientras que Fire Flower se echaba al piso y se tapaba los ojos lista para recibir el enorme regaño por parte de su madre. Pero al ver detenidamente la habitación, esta estaba completamente normal, solo destacaba el hecho de que las sabanas de la cama de la pony estaban aun manchadas con sangre, su madre se volteo para ver a su hija que seguía echada en el piso sin darse cuenta de lo ocurrido.
-¡Hija, no sabia que tenias… bueno, el "ya sabes"! –La pony miro cuidadosamente con uno de sus ojos y analizo el hecho de que su madre hablaba de las sabanas manchadas con sangre.
-Jajaja, bueno es que la verdad me avergonzaba decírtelo. –Dijo la pony aun con una sonrisa nerviosa.
-No te tiene que apenar, ya hemos hablado de eso. Tu sabes que es algo por lo que todas las yeguas pasan. Eso explica porque haz estado actuando extraño. –Su madre sale de la habitacion y vuelve con el plato de panqueques que Fire Flower había dejado en la mesa y se lo entrega a la pony luego de eso se despide de su hija dándole un beso en la mejilla. –Bueno hija, lamento lo ocurrido, que descanses, y mañana limpiare tus sabanas.
-De acuerdo mamá, nos vemos mañana. –Dijo la pony despidiéndose de su madre mostrándole una agradable sonrisa mientras que su madre cerraba la puerta de su habitación. Una vez la puerta estuvo cerrada, la sonrisa de la pony se convirtió en enojo y se voltea para ver donde se había metido el pegaso, viendo que estaba asomándose desde debajo de la cama.
-¿Qué? –Pregunto el pony sin salir de debajo de la cama.
-Mira lo que tengo que hacer para ayudarte.
-Lo siento. –La pony se le acerca y le entrega el plato con panqueques.
-Ten come algo mientras que yo veo si puedo instalar una cama en el piso.
-Si quieres, yo puedo dormir en el piso.
-No, tu debes estar cómodo para que sanes rápido, y mientras mas rápido sanes, mas rápido podras irte de aquí. –La pony aun enfadada encontró un pequeño colchón de esponja y un par de sabanas viejas con las cuales, mas un par de almohadas de su cama, pudo armar una pequeña cama en el piso junto a la suya en la que yacía el pegaso negro de ojos dorados.
Según el reloj ya era de noche, pero los cielos no cambiaban su tono rojizo. Con las cortinas de la habitación cerradas, se podía dar mas oscuridad para poder descanzar sin problemas durante la noche. Fire Flower yacia en su cama improvisada mientras que el pegaso estaba acostado pensativo en la cama de la amable pony que supuestamente le salvo la vida.
-¡Buenas noches Fire Flower! –Dijo el pegaso negro con la voz muy baja.
-Duerme bien. –Respondio la pony tratando de acurrucarse entre las almohadas sin abrir los ojos. Varios pensamientos estaban en la mente del pegaso, el cual por alguna razón no podía dormir.
-¿Qué estoy haciendo? –Decia Black Hearth en su mente. –Estoy aquí por una razón y no tengo tiempo que perder en esta casucha. Pero esa pony a sido muy amable conmigo, siento que mi negro corazón se alegra de estar con ella. ¿Pero en que estoy pensando? Ya no debo perder mas tiempo aquí. –El pegaso trata de despejar los pensamientos de su mente poniendo su casco en su frente. Puede que pareciera un pegaso amable por fuera, pero al parecer ocultaba un terrible secreto. En un rápido parpadeo se mostro la verdadera forma de sus ojos, los cuales eran completamente dorados, brillantes hasta en la oscuridad y sin pupila alguna.
-¡YO tengo una misión que cumplir!
