Departamento 7


Sakura realmente no quería sonar como una mala amiga, ardida y amargada. Pero era inevitable. Su mejor amiga acababa de sacarla del departamento que compartían porque ahora viviría con su nuevo novio, Sai.

No debería estarla maldiciendo como lo hacía en esos momentos, pero lo hacía.

¡Maldita Cerda!

Continuo maldiciéndola mientras se revolvía su melena rosada. Había terminado de empacar sus cosas, pero seguía sin saber dónde podría quedarse mientras buscaba un nuevo departamento para rentar.

Ella definitivamente no se quedaría a soportar más de las vergonzosas escenas entre Ino y Sai.

Restregando su palma contra su rostro cansado, suspiro. No era como si tuviera mucha diferencia este a otro departamento, desde que inició su pasantía como interna en el hospital, pasar tiempo fuera del departamento se había vuelto un habito para ella. Quizás podría simplemente dormir en entre turnos y—

¡Pero qué decía! ¿Qué había de un lugar para ducharse? ¿Un lugar decente dónde pudiera preparar su propia comida? Absolutamente no. Era imperante conseguir un nuevo departamento pronto, lo más pronto posible.

Dentro de 5 horas, para ser exacta.

Gruñendo de la frustración, se dejó caer hasta quedar recostada en el suelo. Ahora rodeada por sus cajas de cartón llenas de sus pertenencias, no se inmuto por el ruido de la puerta de la habitación siendo abierta.

—Frentona—la llamo con voz cantarina, quien solo se limitó a girar su rostro con gesto de molestia —. Sai dice que tiene un lugar donde puedes quedarte.

Ante esa declaración, su gesto cambio a uno de sorpresa e intriga.

—¿Lo tiene?

Su amiga contestó asintiendo con la cabeza y luego llevando su mano hacia su labio en modo pensativo.

—Parece que también quedaría cerca del hospital, esta para el lado oeste a unas 7 cuadras… La habitación que rentaba era un poco más amplia que la de nosotras pero el precio es razonable.

—¡Lo tomo! —exclamó incorporándose rápidamente, pasando de largo de su mejor amiga para salir en busca de su cuñado favorito —¡Lo tomo, lo tomo, lo tomo! ¡Sai, tomaré el departamento! —siguió llamándolo mientras lo buscaba en las habitaciones del departamento, solo para encontrarlo regando las plantas en el pequeño balcón que tenían.

Girándose para poder encararla, le dedico una de sus molestas sonrisas pero en ese momento no importándole pues se había convertido en su salvador.

—Te acompañare si así lo deseas.

—¡Me encantaría!

No le encantó.

Le fascino.

El departamento era un edifico de solo 3 pisos, relativamente más pequeño que el edificio donde vivía con Ino. Aun así, contaba con una pequeña plaza adyacente al edificio, del otro lado se encontraba la zona de estacionamiento y en el camino había podido divisar una tienda de abarrotes con horarios 24/7 y una lavandería.

Las calles estaban bien iluminadas, contrario al edificio dónde se encontraba con Ino, pero eso no había sido un problema por ser una calle tan transitada.

Esta, sin embargo, a pesar de no ser tan transitada, contaba con parada de autobuses.

¡Y eso que no había llegado a ver el mobiliario!

Sakura sonreía para sus adentros mientras caminaba detrás de Sai al guiarla al departamento que le correspondía.

Era el segundo piso y la puerta de en medio a la izquierda.

Departamento 7

Sai aún conservaba la llave, por lo que no hubo inconveniente al adentrarse al departamento. Prendiendo las luces Sakura se extrañó brevemente por lo bien amueblado que seguía el lugar, pero lo descarto en el momento en el que Sai la guio a la habitación a mano derecha.

Era como había dicho Ino, más amplia y más iluminada. Con mejor ventilación y un baño anexo.

Esta vez no se molestó en ocultar la sonrisa que se plasmó en su rostro.

—¡Lo tomo! —dijo una vez más, ahora con mayor determinación.

Sai le volvió a dedicar una de sus sonrisas mientras le explicaba los pagos y servicios que eran incluidos en la renta. Al ir caminando por la sala, Sakura esquivó lo que parecía ser un par de pantalones deportivos pero no le presto mucha atención, solo hasta que la puerta se abrió nuevamente fue que Sai interrumpió su explicación para decirle.

—Oh, y ellos serán tus nuevos compañeros: Bastardo y el Idiota sin Pene.

Sus ojos esmeraldas se giraron con alerta a encontrarse con las miradas igualmente sorprendidas de los recién llegados.

Dos chicos, uno de cabello oscuro y otro rubio, observándola con rostros perplejos mientras vestían ropas deportivas y lucían cubiertos por una ligera capa de sudor que provocó la mirada curiosa de la chica vagar por sus siluetas.

Llevándose su mano a su nariz para cubrir el cálido líquido que comenzó a descender hacia su labio, ella tragó saliva.

Vendido.


Nota: No pude detenerme, la idea me ha perseguido por años aunque no tengo idea de cómo seguir. Supongo que estoy abierta a comentarios, sugerencias, chanclazos y... me iré lentamente. ¡Besos!