Capitulo 1.- La Llegada.
Han pasado algunos años, 4 con exactitud, desde aquel acontecimiento en el mundo espiritual, aun no había un ganador en lo absoluto, pero si varios peleadores que aun estaban invictos, esperando un nuevo comienzo o tal vez simplemente un re-encuentro entre viejos amigos. Eso era lo que se tenía planeado en la pensión Asakura.
-Pero Annita…- un chico castaño con auriculares naranjas temblaba sin cesar.
-Cuantas veces te lo he dicho Yoh Asakura, QUE NO ME LLAMES ANNITA- una joven rubia le gritaba a su esposo.
-Pues a decirte la verdad, unas 1895 veces.
La joven rubia no puedo contener su ira ante su torpe pareja, dejando al pobre todo moreteado y casi inconsciente. Era una típica escena de la joven pareja, que a pesar de sus constantes peleas se amaban con locura.
Ambos se encontraban muy emocionados de volver a ver a sus amigos, así que ya tenían todo preparado para la llegada de todos, los futuros huéspedes. Las horas habían pasado y la mayoría ya se encontraban hospedados en al pensión, algunos en la sala de estar, otros en la cocina preparando la cena de esa noche, y los restantes en el jardín trasero recordando sus experiencias juntos años atrás.
-Y hablando de este, no han llegado aun, verdad?- un chico moreno de pronunciados labios pregunto.
-No y la verdad no se lleguen ya que han tenido problemas económicos y aparte con lo que Anna me dijo- el joven de auriculares contesto.
-Que fue lo que te dijo?- un chico de un tamaño singular cuestiono.
-Lo siento le prometí a Anna no decir absolutamente nada, por la integridad de la hermana de Horo-horo
Todos se quedaron algo desconcertados por lo dicho, ya que tenían mucho sin saber de los hermanos Usui, y ahora enterarse de ello y a la vez preocuparse, deseaban ayudarlos o mínimo saber como se encontraban.
Las horas pasaron lentamente, hasta que por fin la hora de loa cena llego, todos os presentes y los recién llegados se sentaron alrededor de la mesa, pero había aun incomodo silencio entre todos, preferían no hablar, un joven de ojos dorados mirada detenidamente a todos, frente a le estaba Yoh y Anna, a su derecha Ryu, Chocolove y Lyserg y a su izquierda su hermana Jun, Manta y Tamao, al parecer ellos sabían algo que el no conocía, ya que se les notaba en el rostro.
-Ya no- fue interrumpido por un timbre, provocando un cambio muy notorio en los rostros de todos, y se dispusieron a abrir la puerta a los recién llegados, pero su expresión fue otra al ver que solamente eran Fausto y su adorable esposa Eliza.
-Am si hola!- rio sarcásticamente al verlos a todos.
-Hi-hi disculpa por todo es que creímos que eran otras personas- comento Yoh.
-Quienes? Ellos?- señalo a los dos hermanos peliazul que encontraban tras el, ambos cargaban unas pequeñas maletas, al parecer muy poco para unas simples vacaciones, con sus amigos.
-Disculpen nuestra tardanza solo que nos fue difícil llegar- Horo-horo se reverencio ante todos junto a su hermana –gracias a Fausto logramos estar aquí.
-Ya les dije no me lo tiene que agradecer.
Nadie le tomo importancia a eso ultimo, solo estaban alegres de volverse a ver todos y estar juntos por un poco mas de tiempo.
-Muchas gracias por aceptarnos- Horo-horo le susurro a su amigo Yoh.
-No hay problema hi-hi para eso son los amigos
Todos entraron a la casa como la cena aun no se había servido, esperaron a que los jóvenes se instalaran en sus respectivas habitaciones.
-El joven Horo-horo y la señorita Pilika han cambiado mucho en estos años- dijo una joven de rosados cabellos.
Todos comenzaron a comentar sobre los cambios que habían tenido los hermanos, excepto Len, a él le daba igual todo en especial Hoto-hoto que para el seguía siendo un completo idiota sin remedio, pero si había notado algo diferente en la chica, al parecer ya no era una niña a la cual debía cuidarse, si no era una mujer a la cual él debía proteger, pero que barbaridades pensaba, era solo la tonta hermana del puerco espín aunque la mirada de ella lo tenia confundido , ya no era la determinante si no una triste y desolada, eso era parte de sus pensamientos hasta que fueron interrumpidos por al parecer una extraña bola de algas flotando con ojos llorosos, que había chocado en su rostro, tomo el extraño ser en sus manos, todos también miraban al curioso personaje que había provenido de las escaleras.
-Que diantres- Len apretó al pobre ser provocando que llorara sin control –maldita bola de pelo des…- fue interrumpido por una voz femenina.
-TORARA!- grito una joven de cabellos celestes.
Todos miraron sorprendidos a la joven y luego a Torara, otra vez a Pilika y nuevamente a Torara.
-TORARA?- todo gritaron a la ves –A CASO SABES DE QUIEN ES Y QUE ES ESO?
-Si, es Torara, un espíritu guardián de los lagos de mi pueblo- la bolita se escapo de las garras del malvado Len Tao, yendo a los brazos de ella – si, y no es una bola de pelo.
-Es una maldita bola.
-No lo es- Pilika miraba con ternura y tristeza a su pequeñín –es mi amigo.
-Ha-ha bola de pelos- río sarcásticamente.
Pilika iba a contestar pero fue interrumpida por su hermano que bajaba por las escaleras.
-Admítelo hermana si parece una bola de pelos, pero no lo es.
El pequeño se soltó de los brazos de Pilika para tomar una forma humana, la de un chico muy apuesto, se podría decir que era el hombre mas perfecto, sus ojos eran azul oscuro muy oscuro como al noche, su cabello era largo y platinado casi blanco, su piel pálida y tersa, que estaba decorada con extraños tatuajes muy de la tribu Ainu, su torso estaba descubierto y solo portaba unos pantalones tradicionales, y en la cabeza una banda con dos hilos y plumas en las puntas, no podían negarlo se veía muy bien y muy misterioso.
-Disculpen mi atrevimiento- el joven se reverencio ante Len, que como todos los presentes, estaba igual de sorprendido.
-No, tienes porque disculparte no hiciste nada malo, el tiburón siempre esta enojado- comento Horo-horo provocando que su amigo ardiera de furia –es su estado natural.
Ambos hermanos se fueron a sentar en sus respectivos lugares para probar la exquisita cena que tenían en sus platos. Todos agradecieron por la comida y se pusieron a degustarla.
La cena estuvo deliciosa al final todos estaban muy alegres, por fin juntos, contando lo que habían hecho en esos años, como por ejemplo Anna e Yoh ya se habían casado, y habían expandido la pensión, ahora era mucho mas grande, Tamao ella había terminado la escuela y comenzado un pequeño negocio, Manta ahora se encargaba de una parte de la empresa familiar, Lyserg él se encargaba de una gran organización de detectives, Ryu el como ya tenía su lugar favorito decidió trabajar en el, es decir, era el esclavo personal de Anna, Chocolove el viajo por muchos lugares haciendo reír a todo el mundo, Fausto y Eliza se habían dedicado a curar enfermedades y los hermanos Tao, Len él se había dedicado a ser el nuevo dueño de las compañías Tao y Jun ella solo se dedicaba a cuidar a su hermanito menor.
Mientras los Usui ellos solo escuchaban a todos, ya que no querían causarles ninguna molestia, con estar ahí ya era suficiente para no sentirse lo suficientemente incomodos.
Ambos hermanos se retiraron, prefirieron estar en el jardín mirando las estrellas recordando su vida.
-Hermano?
-Que pasa pequeña?- abrazo dulcemente a su hermanita.
-Crees que algún día volvamos a casa?
-No lo se hermana, esperemos que si, pero por ahora hay que seguir adelante, a papa no le hubiera gustado vernos así, todos decaídos, recuerda que tu siempre fuiste su consentida.
-Él también te quería mucho, a su manera claro, pero te quería.
-Lo se pequeña, lo se.
Continuaron mirando las estrellas, junto a sus espíritus acompañantes, Kororo estaba en la cabeza de su amo, y Torara la bolita flotante, en el regazo de su maestra. Era una tiste escena de los hermanos, que solo una persona en toda la pensión pudo presenciar, Len Tao que había pasado por una ventana que daba la vista del jardín, a los Usui, pero en especial a la chica Ainu que se encontraba sollozando en los brazos de su hermano mayor.
Esa escena lo conmociono demasiado, algo que lo confundía, ya que para el eran simples personas que conocía, pero en esos momentos quería ser quien consolara a la joven y saber que era lo que le ocurría, por qué lloraba.
-Hermano- una joven de cabello verdoso y ojos azules interrumpió los pensamientos de Len –no sabia que te interesaran las estrellas demasiado o una estrella en especial- eso ultimo lo susurro para que solo el escuchara, provocando que su rostro se tornara en un color rojo parecido al de un tomate.
-Que estupideces dices- bufaba frenéticamente, por el comentario de su hermana, que al recordar cada palabra se ponía más colorado si es que era posible –deja esas barbaridades para otros.
-Lo siento no creí que te interesara demasiado o es que cabe al posibilidad de que por fin el gran Len Tao ósea mi hermanito haya encontrado dueña.
-Ya te dije, deja esas barbaridades para otros, por favor- se retira de la ventana completamente furioso.
Jun reía a discreción al ver la actitud que su hermano había tomado, pocas veces se equivocaba y estaba muy segura de que algo pasaba con su hermano algo nada común en el, y eso quería averiguarlo a como diera costa.
A la mañana siguiente todo era diferente algunos entrenaban principalmente los muchachos a pesar de que el Shaman Fight había terminado, algunos preferían seguir en buena forma y seguir aumentando su fuerza por si en algún momento llegara a ser necesario, ya que aun no sabían quien era el ganador absoluto, es decir el Shaman King.
-Pero Anni… digo Anna esto ya no es necesario- Yoh lloraba de dolor, ya que tenia mas de tres horas bajo el sol radiante, con los brazos extendidos y 5 macetas de barro sobre sus brazos, ya se sentía cansado.
-Nada de eso, que si nos atacan y tú con esos brazos tan flacuchos crees que me protegerás.
Todos reían por el comentario de Anna, ya que sabían que el si podía protegerla solo era que ella quería que el fuera el mejor de todos. Anna termino lanzándoles una mirada asesina provocando que todos se paralizaron y comenzaron a sudar frio, y seguir en lo que estaban antes de sentir al tremenda furia de la Itako.
