La Canción de Tambores


There's a drumming noise inside my head

(Hay un sonido de tambores dentro de mi cabeza)

That starts when you're around

(Que empieza cuando estás cerca)

I swear that you should hear it

(Juro que podrías escucharlo)

It makes such an almighty sound

(Hace un ruido tremendo)

Kurt recuerda la primera vez que escuchó el repique. Al principio era insignificante; apenas lo oía pero fue suficiente como para despertar algo en su interior, algo que no le era familiar.

Lo escuchó por primera vez en las ya tan conocidas escaleras de caracol. La adrenalina que sintió cuando el chico uniformado se giró para verlo era inolvidable. Fue en ese momento cuando el sonido inició; el pequeño repicar de una campana en el fondo de su mente que envió una descarga de energía por todo su cuerpo cuando el chico sonrió y tomó su mano. El repique sonaba, mezclado con el ruido de sus pisadas, cuando el chico de cabello rizado lo guiaba por aquel inmaculado pasillo.

No lo escuchaba tanto en ese entonces, el sonido era agudo y dulce, pero cuando Kurt fue conociendo cada vez más sobre el chico que prácticamente le había dado una serenata el día que se conocieron, y mientras más tiempo pasaba con él, el sonido se hacía más fuerte.

Y era Blaine, Kurt se dio cuenta. Sólo sonaba con Blaine. Mientras más se enamoraba del solista, encantador por naturaleza, el repique se volvía más fuerte y más intenso, el sonido resonaba en su mente y le recordaba constantemente el revoloteo que sentía en su estómago cada vez que Blaine llegaba a sonreírle.

El repique empezaba en el momento en el que tenía a Blaine al alcance de su vista. Rebotaba dentro de su mente como si estuviera tratando de decirle algo, tratando de mostrarle algo. Pero Kurt no lo entendía; no entendía las profundas emociones que parecían estar conectadas con el sonido y que palpitaban por todo su cuerpo cuando hablaba con Blaine, se reía con Blaine, sonreía con Blaine.

Hacía eco dentro de él por un tiempo cuando Blaine se iba, apoderándose de sus pensamientos temporalmente antes de desaparecer y dejar un silencio que ponía a Kurt a pensar si debía estar agradecido o decepcionado. Pero de cualquier forma, tan pronto como sus pensamientos regresaran hacia el chico que era tan adorable como un cachorrito (lo cual pasaba muy seguido), el repique que seguía intensificándose constantemente, regresaba con toda su fuerza.

O por lo menos él creía que regresaba con toda su fuerza.

Louder than sirens

(Más fuerte que las sirenas)

Louder than bells

(Más fuerte que las campanas)

Sweeter than heaven

(Más dulce que el paraíso)

And hotter than hell

(Y más caliente que el infierno)

Para cuando llegó la Navidad el repique había desaparecido, en su lugar había algo más profundo y mucho más poderoso. Los tambores habían empezado, retumbando en los oídos de Kurt y apoderándose de su mente, provocando que perdiera el control sobre sus pensamientos, que la mayoría del tiempo eran sobre Blaine.

Comenzó a entenderlo. La dulzura de la admiración que sentía por Blaine y el ardiente deseo que tenía de estar cerca de él y de los cuales no podía más que avergonzarse. Pero ningún pensamiento razonable podía callar los redobles y ningún reproche mental podía hacer que los sentimientos, terriblemente obvios, de Kurt por el Silbador desaparecieran.

O por lo menos Kurt pensaba que eran obvios.

Pero era como si Blaine no pudiera verlo, o sentirlo… o escucharlo.

As I move my feet towards your body

(Cuando empiezo a acercarme a tu cuerpo)

I can hear this beat

(Puedo escuchar este redouble)

It fills my head up and gets louder and louder

(Satura mi cabeza y se vuelve más y más fuerte)

It fills my head up and gets louder and louder

(Satura mi cabeza y se vuelve más y más fuerte)

Kurt aprendió a vivir con él. Aprendió a aceptarlo y a esperar, pero en silencio se preguntaba si tal vez, sólo tal vez, Blaine podía escuchar los tambores también, esos tambores que tocaban una canción sólo para él.

La canción de tambores se volvió constante, los redobles nunca cesaban aunque el ritmo podía cambiar drásticamente. Todos los pensamientos y sentimientos de Kurt parecían haberse transformado en el sonido casi exasperante que el chico que parecía no darse cuenta y que siempre se ofrecía a invitarle un café, estaba provocando. Pero por mucho que Kurt deseara, algunas veces, que el martilleo se detuviera; por mucho que quisiera que el constante enamoramiento que sentía por Blaine cesara, sabía que no había nada que pudiera hacer al respecto.

Kurt puede recordar la primera vez (y una de las pocas veces) que los tambores disminuyeron. Lo que pasó con Jeremiah provocó la confusión, la decepción y el dolor que hicieron que los tambores se entrecortaran. Fue claro para Kurt entonces que Blaine obviamente no estaba en la misma página que él, mucho menos dándole vueltas a las mismas ideas que el contratenor. Pero a pesar de que el estómago se le retorcía al ver cómo el chico que amaba saltaba por todo GAP dándole una serenata a otro chico, los tambores seguían ahí, sin cesar y como un claro recordatorio de todas las cosas que Kurt estaba tratando de olvidar.

El ritmo de los tambores se aceleró cuando Kurt confesó su vergonzosa y, obviamente, por completo equivocada idea de que Blaine iba a cantarle a él el día de San Valentín.

Sonaron fuerte en su cabeza el día de la fiesta de Rachel y continuaron haciéndolo, su fuerza e intensidad demostraban efectivamente los celos y lo increíblemente traicionado que se sentía Kurt, hasta ese día en la cafetería cuando la frase 'cien por ciento gay' salió de los labios de Blaine y causó que una ola de alivio invadiera a Kurt y ahogara un poco el sonido.

There's a drumming noise inside my head

(Hay un sonido de tambores dentro de mi cabeza)

That throws me to the ground

(Que me hace caer al piso)

I swear that you should hear it

(Juro que podrías oírlo)

It makes such an almighty sound

(Hace un sonido tremendo)

Lo había estado escuchando por cuatro meses. Y Kurt se había acostumbrado tanto a él que ya no lo desconcertaba. Cuanto más cómodo se sentía estando con Blaine, más tranquilo y calmado se volvía el sonido. Pero Kurt sabía que un día los tambores tendrían que parar… al menos por un tiempo. No estaba seguro de si era algo bueno o malo, o realmente qué sería lo que hiciera desaparecer el ruido, pero sabía que la canción no podía sonar por siempre.

Y un día se detuvo.

El 15 de marzo. Estaba decorando, aunque esto no era nada raro porque Kurt pasaba gran parte de su tiempo decorando, pero esta vez decoraba algo diferente, tan diferente como lo que sucedió después. Muy diferente.

Había empezado como siempre. Blaine entró en la habitación e inmediatamente los tambores se aceleraron, igual que los latidos del corazón de Kurt provocando que empezara a poner más atención a sus gestos y emociones para no terminar hecho un desastre enfrente de Blaine. Logró no sonrojarse y observó cuidadosamente la expresión algo ansiosa en el rostro de Blaine.

Fue cuando Blaine se sentó y tomó nerviosamente su mano que los tambores comenzaron a volverse insoportables. El sonido que estaba saturando la cabeza de Kurt podía fácilmente compararse con el de una docena de sirenas, repicando, retumbando y sonando cuando Blaine confesó las cosas que Kurt estaba convencido de que jamás iba a escuchar.

Pero lo que lo sorprendió más, lo que lo aturdió con más poder que todos los tambores y más que todo el incesante sonido acumulado en los meses anteriores, fue que todo lo que bastó fue sentir los labios de Blaine sobre los suyos para que su mente quedara en completo silencio. Los tambores se detuvieron de inmediato, dejando a su mente libre para que asimilara lo que estaba pasando, para que entendiera finalmente la canción que había estado tocando todo ese tiempo.

Y, como Kurt y Blaine descubrieron, la canción de tambores es algo muy poderoso, y cuando dos personas tienen una conexión tan profunda y una canción tan parecida, todo lo que se necesita es una simple unión para que el ritmo se vuelva uno solo, para anularse uno al otro y silenciarse, comenzando algo totalmente nuevo.

Al pasar de los meses, la mente de Kurt empezó a albergar una nueva canción, una más dulce; todavía demostraba el deseo, el amor y la irresistible pasión que los envolvía a los dos pero también era extrañamente tranquila… con la capacidad de brindarles serenidad. Aprendieron a amar la canción; la escuchaban juntos y la componían, redoble a redoble y verso a verso.

Para Kurt esa era la canción más hermosa del mundo.

La canción de tambores.

There's a drumming noise inside my head

(Hay un sonido de tambores dentro de mi cabeza)

That starts when you're around

(Que empieza cuando estás cerca)

I swear that you should hear it

(Juro que podrías escucharlo)

It makes such an almighty sound

(Hace un ruido tremendo)


Nota: Esta es la primera historia traducida de Glee que subo, tengo algunas otras que subiré en cuanto sus autores me den permiso, mientras me inspiro para escribir más capítulos de 'Songfics'. Esta historia me gustó mucho y espero que a ustedes también, está basada en la canción 'Drumming Song' de Florence+The Machine. Muchísimas gracias a WhiteRoseRed por permitirme traducirla.

¡Que tengan un lindo día! Nos leemos pronto :)