El tiempo se niega a detenerse, somos almas sin descanso que viajan atrás vez de los siglos, somos buscadores eternos… no lo olvides. La lejana voz retumbo en sus sueños una vez más.
Otra pesadilla… otro sueño, nuevamente las voces de sus ancestros le decían su misión.
Miro la luna atreves de los barrotes, ¿cuántos años abrían pasado desde la última vez que pudo verse? Esta era su cárcel, la jaula de un alma maldita entregada en ofrenda a señor de aquellas tierras.
Suspiro con resignación, sintiendo como un extraño miedo se apoderaba de ella, ¿es que acaso no había esperado toda su vida por ello?... algo la detuvo de sus vacilaciones, una extraña pero cálida aura rosada comenzó a inundar el lugar. Otra oleada de miedo la invadió impidiéndole moverse, pero no sentía miedo de ella, sino de sí misma y la oscuridad que encerraba, le aterraba el incierto futuro y su extraña misión. Cerró los ojos absorta en su pensamientos, negándose a lo que los espíritus le rebelaban pero una suave melodía disipo todos sus miedos, volvió a abrir los encontrándose en el patio de lo que parecía un pensión, miro a su alrededor con curiosidad, absorta por el nuevo mundo que se presentaba ante ella, hacía tanto que no veía el exterior que aquello la maravillo sin apenas darse cuenta, miro a su alrededor curiosa hasta que dio con una frágil figura parada frente a un pequeño estanque, en ese momento lo entendió todo… era ella.
