Disclimer: Nada del Potterverso me pertenece. Todo va para Jota Ka Erre.

Escribo esta historia sin ánimo de lucro ni ná de ná.

[Lo juro por las bragas de Myrtle la llorona].

Este fic está dedicado a Graystone, quien lo pidió en "Peticiones de historias" en el foro de La Noble y Ancestral Casa de los Black.


Recuerdos de un pasado casi olvidado


Capítulo I: La reunión

Acababa de llegar el verano. El calor se asomaba ya por los rincones de toda Inglaterra pero, aún así, Katie Bell está contenta.

Está contenta porque hace unos días, siete para ser más exactos, recibió una lechuza con una carta de su gran amigo Harry Potter en donde proponía hacer una reunión de los antiguos alumnos de Hogwarts que sobrevivieron a la Batalla. Aunque con algunos mantenía contacto con frecuencia, con muchos otros hacía tiempo que no les veía y tenía ganas de reencontrarse con ellos. Pero, sobre todo, con alguien en particular.

Cogió la carta una vez más y miró los asistentes con una sonrisa de oreja a oreja. La lista había crecido un poco en estos días y eso le animaba más aún a asistir a la reunión. Desconocía cuáles eran los motivos de dicho evento, pero no le preocupaba porque les vería a todos, de nuevo, en el mismo lugar.

Salió sonriente por la puerta de su casa y se encaminó hasta Hogsmeade, donde le esperarían doce de sus viejos amigos de Hogwarts.


Aquella mañana, Hogsmeade estaba repleto de gente. Se notaba que los más pequeños estaban de vacaciones, ya que paseaban felices y divertidos con sus familias. A Katie le simpatizaban aquellas imágenes. Y más cuando estaba contenta. Porque lo estaba. Y mucho.

Pasó por la puerta de Honeydukes y, como aún le quedaba un poco de tiempo, no pudo resistirse a entrar a comprarse algunas chucherías. Pocos minutos más tarde, salió con una bolsa repleta de grageas, migas fritas, ratones de azúcar chillones, moscas de café con leche, diablillos de pimienta, bolas de chocolate y, tal y como estaba el tiempo, un ratón de helado, que se lo comía mientras llegaba al lugar indicado.

Al llegar a Las Tres Escobas, ya se hallaban allí gran parte de los presentes.

—¿Llego tarde?—comentó Katie terminándose su ratón helado.

—No, llegas justo a tiempo—contestó Harry con una amplia sonrisa al ver de nuevo a su amiga y la invitó a sentarse junto al resto del grupo.

—¿No falta gente aún?—preguntó mirando a su alrededor— No veo ni a Ron, ni a George, ni a Oliver...

—George está en camino—contestó Ginny—. Tuvo que pasar un momento por la tienda y dijo que no tardaría mucho en llegar—de pronto, frunció el ceño y miró de reojo la puerta—. El que hace rato que tendría que estar aquí tendría que ser Ron. Dijo que tardaría tan sólo cinco minutos y aún no ha aparecido.

—¿Y qué estaba haciendo cuando te dijo eso?—le preguntó Hermione.

—Vistiéndose...—contestó la pequeña de los Weasley, poniendo los ojos en blanco—Sí, acababa de despertarse. Seguro que se entretuvo zampándose media cocina, como si lo estuviera viendo...

Ambas chicas se miraron y negaron con la cabeza. Un par de minutos después, George asomó la cabeza por la puerta de Las Tres Escobas con cara sonriente.

—Lamento el retraso—comentó sentándose al lado de Angelina mientras le depositaba un beso a ésta en la mejilla—, pero es que hoy llegaba un pedido importante y debía organizar algunas cosas—tomó un poco de aire y miró a los demás—¿Habéis empezado sin mí o...?

—No—contestó Hermione—, aún falta Ron que...

Y, como si hubiese escuchado su nombre, el aludido apareció por la puerta, con la respiración entrecortada y el rostro más pálido de lo normal. Algunas gotas de sudor le recorrían por la frente y sus mejillas estaban más coloradas de lo habitual.

—Siento... mucho... el retraso...—espetó jadeante e irguiéndose lo más que pudo para tomar un poco de aire. Se secó el sudor de la frente y se acercó al grupo, sentándose junto a su hermana y Hermione— Ha sido horrible...

—¿Pero de dónde vienes?—le preguntó Hermione, sacándose un pañuelo del bolsillo y pasándoselo suavemente por la frente del pelirrojo. Arrugó la nariz al captar un olor proveniente del muchacho—Apestas como a... —se quedó pensativa—como a leche agria...

—¿En serio?—dijo irónicamente, mirándola de soslayo— No me había percatado del detalle...

—¿Y por qué hueles a leche agria, si puede saberse?—intervino Harry, curioso.

—Ha sido cosa de mi sobrina pequeña que, justo cuando iba a marcharme, se ha puesto a llorar y, en ese momento, sólo estaba yo para atenderla. Y, al ir a cogerla para ver qué le pasaba...—hizo un gesto de asco al rememorar el momento—¡me lo echó todo encima! Pensé que no se callaría nunca y, lo que es peor, no dejaría de vomitar en la vida... ¡era una máquina de echar papilla! Pensé que tendría que quedarme con ella todo el día, pero menos mal que vino Percy a sacarme del apuro...

—¿Y dónde están sus padres?—preguntó Seamus con intriga.

—En Pagís—respondió Ginny imitando el acento de su cuñada a modo de burla—. La señora se pone mala y no tiene otra cosa que hacer que irse hasta allá a que la mire un especialista porque, según ella "en Inglategggga no hay tan buenos medimagos como en Fgggggancia"—tomó un largo trago de su cerveza de mantequilla y dejó la jarra de nuevo sobre la mesa—. A la señora se le rompe una uña y va a Pagís a que se la arreglen...

—Esto... Ginny—la interrumpió Ron—, no fueron allí porque estuviese mala—su hermana lo miró alzando una ceja esperando la respuesta a lo que le acababa de decir.

—No—intervino esta vez George—. Esta mañana llegó una lechuza diciendo que están esperando otro retoño...

—¿Otro retoño u otra máquina de echar fluidos por la boca?—refunfuñó Ron, aún recordando lo ocurrido un rato atrás.

—¡Enhorabuena entonces!—exclamó Hannah Abbott con alegría.

—Un momento, Ron—comentó Hermione—¿Dónde están tus padres? Pensé que ellos se quedarían con la niña hasta que regresara tu hermano.

—Están celebrando una segunda luna de miel en Rumanía, donde han ido a visitar a mi hermano Charlie y menos mal que...

—Bueno, chicos—interrumpió Harry—, mejor que dejemos el tema que nos desviamos de lo que habíamos ido a venir aquí y...

—¿Y qué pasa con Oliver? ¿Es que no le vamos a esperar?

—Lo siento, Katie—le contestó Harry—, pero Oliver no va a venir. Me mandó una lechuza anulando su asistencia por motivos personales.

—Vaya, qué novedad—espetó Lee Jordan que, hasta el momento, había permanecido callado.

—¿Por qué, qué ocurre?—preguntó Katie.

—Porque no es la primera vez que anula un compromiso...—contestó Ron.

—Además que está de lo más raro—comentó George.

—¿Raro? ¿Pero por qué, qué le pasa?

—No lo sabemos—dijo George encogiéndose de hombros—, pero lleva un tiempo en el que apenas se le ve el pelo, tiene siempre mala cara y, cuando le preguntas, sus contestaciones no son nada agradables.

—¿En serio?—preguntó preocupada Katie—¿Y no sabéis qué es lo que le puede ocurrir? No sé, puede que esté enfermo o que tenga problemas de algún tipo, no sé, familiar o... ¡Merlín!—la mente de Katie comenzaba a dar vueltas y a especular más de la cuenta, cosa que hacía que ésta se preocupara más de lo que debería—¿Y si tiene problemas de dinero y por eso no se atreve a venir? Es posible que alguien le tenga amenazado y...

—¡Katie!—la paró Ginny— No creo que tenga problemas de dinero. Sea lo que sea, dudo de que sea eso lo que le pase.

—¿Y desde cuándo está así?

—Desde Nochevieja—contestó Lee—. Esa noche estaba como siempre, con su buen humor de siempre y eso, pero... unos días después, cuando fui a verle entrenar, ya le vi con mala cara. Me dijo que estaba bien, que sólo había pasado mala noche, pero parecía como si no hubiese dormido en días. No me quiso dar más explicaciones.

—Vaya...

—Bueno, chicos—, inquirió Cho—,visto que Oliver no va a venir, creo que deberíamos retomar la reunión, ya que hemos cortado a Harry y deberíamos dejar que hable, que siento demasiada curiosidad por saber los motivos por los que nos ha traído aquí...

—Gracias, Cho—dijo sonriente y miró a todos sus amigos—. Pues veréis, el motivo por el que os he traído hasta aquí es porque en el Ministerio de Magia...

La mente de Katie no estaba muy puesta en esos momentos en la conversación de Harry. Ni siquiera le estaba prestando apenas atención. En esos momentos, su mente divagaba a otra parte, a otro motivo. A Oliver Wood.


NDA: Y hasta aquí el primer capítulo de unos poquitos que haré. Me voy a poner manos a la obra con el segundo.

¿No tenéis intriga por saber qué es lo que le pasa a Oliver? Pues me temo que os tendréis que esperaros al próximo capítulo.

¿Un review para comentar qué os ha parecido?

Un saludo muy grande.

~Miss Lefroy~