Las lágrimas se deslizaban por las mejillas de Bridgette observando a Félix. Mirándolo y no viéndolo a la vez porque era Chat Noir, era la persona que le perseguía e insistía que saliera con él. Era el gato que le profesaba su amor un montón de veces, entregándole rosas como prueba.
Y estaba Félix, también, el chico que destrozaba su corazón, una y otra vez, con sus rechazos y sus palabras hirientes.
— ¿Por qué? —Su voz salía como un hilo— ¿Por qué?
Preguntaba repetidas veces mientras veía la rosa en la mano de Chat Noir.
— Con tu identidad de civil, me destrozabas. Había un muro en el que chocaba una y otra vez ¿Por qué? —Se llevó una mano a su cara en un intento de fregarse las lágrimas— ¿Por qué Ladybug era la única que podía trepar ese muro?
Era tan irónico. ¿A quién rechazabas? Le preguntaba a Félix y se preguntaba a sí misma. ¿A quién?
— ¿Y tú que me vas a decir? ¿Piensas que yo nunca me choque con tu muro, una y otra vez? —Preguntó con furia mientras mantenía lo puños fuertemente apretados, aplastando el tallo, ese que parecía que tenía espinas que cortaban su mano —Ladybug, tu muro tenia espinas, nunca me diste una oportunidad, siempre diciendo que no.
— Mi corazón le pertenecía a otro ¡A ti! a pesar de lo ridículo e irónico que suena —Repuso— Tu solo eras un gato molesto.
— ¿Y tú no eras molesta? Invitándome sucesivamente a citas que claramente no quería ir contigo. ¡Únicamente amaba a Ladybug!
Bridgette iba a contraatacar, pero todo esto era ridículo, si seguían. La discusión no iba a tener fin.
— ¡Esto es tan tonto! —Exclamó llevándose las manos a la cabeza— ¡Es tan tonto!
Félix miraba a Bridgette y no podía creer lo que veía. Su acosadora, era la chica que le robaba el sueño, era la valiente e inigualable Ladybug y mientras más la miraba podía vislumbrar rastros de aquella heroína que desde el primer día, él, le entrego su corazón.
— Es tonto —Dándole la razón— Es muy estúpido...
Esas palabras a Bridgette le dolieron ¿La odiaba?
— ¿Me odias? ¿Ahora qué sabes quién soy? —Ya no lloraba, pero su respuesta podía hacer que comience a llorar de nuevo.
— ¿Y tú ya no me amas? —Preguntó Félix sin responder. Al ver que esperaba su respuesta. Contestó sin mirarla a los ojos: "No te odio" "No podría odiarte..."
Se limitó a decir, después de todo una parte de su corazón la amaba con locura.
— ¿Y tú me sigues amando? —Teniendo miedo por oír su respuesta.
— Por toda la vida—Respondió con las mejillas sonrojadas, al final de cuentas, esa era la verdad, podía ser molesto, hiriente, romántico al extremo, completamente bipolar, pero era el amor de su vida.
Esas palabras hicieron que el ritmo cardiaco de Félix aumente y una sonrisa en sus labios se formara, comenzando a acercarse a Bridgette, lo suficiente y lo necesario para que pueda unir los labios con ella, a Bridgette, a su Lady...
...
— Tengo dos entradas para el cine ¿Quieres ir conmigo?
Bridgette preguntó con las dos entradas de sus manos, sonriendo felizmente.
— ¡Me encantaría!
Contestó Félix para la extrañeza de cualquiera que los conocía. Mucho más cuando una sonrisa tan brillante como el sol, fue esbozada por Félix que cegaban a cualquiera que la veía y provocaba que estuviera a punto de ocasionarle un infarto a los espectadores por la extraña escena que se desarrollaba ante sus ojos.
...
— ¿Saldrías conmigo?
Preguntó Chat Noir arrodillado con una rosa en sus manos.
— ¡Sí!
Contestó Ladybug antes de tomar el tallo de la rosa entre sus manos, meciéndola y aspirando su aroma, entretanto una dulce sonrisa llena de amor era producida.
...
Los muros que habían construido por fin fueron derrumbados.
