MALAS DECISIONES
Por Cris Snape
Disclaimer: El Potterverso es de Rowling.
Este fic participa en el minireto de abril para "La Copa de las Casas" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black"
Helga revisa el último aula del pasillo de la primera planta y da la ronda por terminada. Es más de media noche, hace frío y siente la imperiosa necesidad de descansar, pero antes de regresar a sus aposentos se encamina hacia las mazmorras. Es estúpido y sin embargo no puede dejar de fantasear con la posibilidad de que él esté allí, echando un último vistazo en la sala común de sus alumnos para asegurarse de que no han hecho ninguna trastada.
Se detiene a mitad de camino y decide volver sobre sus pasos. De sobra sabe que Salazar no ha regresado a Hogwarts. Se marchó hace más de un lustro y no ha dado señales de vida desde entonces. ¿Por qué iba a volver precisamente esa noche? Cuando se fue, dejó bien claro que era para siempre. Helga había visto ira, dolor y resignación en sus ojos y no hizo nada por detenerle.
¿Qué hubiera pasado si hubiese ido a su encuentro para hacerle ver que estaba cometiendo un error? ¿Salazar aún seguiría en Hogwarts si se hubiera puesto de su parte por una vez? Ciertamente no compartía su desdén hacia los hijos de muggles, pero admitía que a Salazar nunca le faltaron motivos para quererlos lejos de su colegio.
Helga suspira. Durante el día, acostumbra a estar tan ocupada que apenas piensa en él, pero cuando llega la noche no puede quitárselo de la cabeza. Echa de menos a Salazar Slytherin, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Helena dijo una vez que nadie hubiera podido detenerlo en su determinación de abandonar Hogwarts, pero Helga cree que se equivoca. Sabe que fue Godric el que le impulsó a hacer lo que hizo, pero su actitud tampoco fue la correcta.
Debió convencerle. Hogwarts es tan suyo como del resto y Helga adivina su dolor aún en la distancia. Casi puede sentir su sufrimiento y se siente responsable. Porque sí, Salazar era un hombre difícil pero ella siempre fue capaz de apaciguar sus emociones. ¿Por qué no lo hizo aquella vez? ¿Por egoísmo? ¿Por qué no deseaba escuchar más discusiones y suponía que con su ausencia todo sería más fácil?
En cualquier caso, ya ha pasado mucho tiempo y es tarde para actuar. Helga encamina sus pasos hacia su dormitorio y se repite que mañana será otro día. Pero antes, durante la noche, no dejará de pensar en Salazar.
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